Los domingos, cavilar
Robespierre
ALERTA 23-09-2018
Fernando Merodio
En la Francia de la monarquía absoluta, y en toda Europa, el "ancien régime", como, a partir de Tocqueville, peyorativamente decían los revolucionarios, sociedad feudal, estamental, piramidal, la desigualdad social era máxima, nobleza y rey en la cúspide, clero, alto y bajo, cerca siempre del poder y el Estado Llano o Tercer Estado, muy mayoritario, en la base cargando.
Nobleza y clero, aliados con la Justicia, estaban exentos de pagar tributos que, ¿les suena? sí pagaba el Tercer Estado, una grave injusticia que generó tensión social; había una asamblea política, los "Estados Generales", a la que el rey podía convocar a los grupos, lo que no había hecho desde 1614 y, al ser llamados en 1789, miembros del Estado Llano mostraron malestar por ello y la miseria económica, inicio de la Revolución y el mundo actual.
La burguesía exigió cambios sociales profundos y usó el impulso de la Ilustración. Maximilien Robespierre (1758-1794), abogado provinciano, activo legislador en la subversiva "montaña" jacobina, "Incorruptible", austero, honesto, fue racional impulsor de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, la soberanía nacional ejercida mediante el poder, la Libertad. Igualdad y Fraternidad, la Constitución,..., el noveau régime; fue acusado en falso por dúctiles como Fouche de lo peor del "Terror" revolucionario, por lo que, junto a su discípulo, el jovencísimo Saint-Just y veinte más, en el golpe del 9 Termidor 1794, cordelieres y radicales de izquierda, instigados como siempre por la reacción, separaron su cabeza del tronco con "el artefacto", retrasando su legado.
Hoy, en flagrante y desigual caos, preocupante, pre-revolucionario, el dinero ejerce de único poder absoluto, mientras la tecnología opresora sin control y el destructor falso progreso son irracional religión, pero falta, ¡ay!, la Ilustración: lo agrava el hecho de que los dirigentes actuales sean tan infames, todos, que hasta González, incluso Aznar, parecen ahora modelos de dirigente ejemplar.
Decía Lenin, horma social, que el imperialismo, fase avanzada del capitalismo, usurpa el territorio común para... ya verá qué y aquí, en medio del caos, tras explotar la burbuja de la construcción, el atropello energético/eólico quiere expoliar nuestro territorio no urbano con el compadreo lobista de burguesía y políticos, el silencio de los medios,..., el poder del capital; en Asia. África, la América nuestra,..., sabemos qué hay.
El comisario Croce, sabia creatura de Ricardo Piglia, argumenta que "hemos sido derrotados tantas veces que ya no vamos a cambiar" y "uno sigue pensando lo mismo para que vean que no ha sido doblegado", asusta al anunciar que "el que tenga un poco de psicología se pone este país en el bolsillo; estamos en la coyuntura", pues "el horror y la idiotez reinan en el mundo", para concluir que "plata en la faltriquera, un arma en la cintura y la voluntad de vencer. Eso es todo".
Debiéramos repensar a Robespierre, su legado y, quizás, también "el artefacto".
No hay comentarios:
Publicar un comentario