domingo, 25 de julio de 2021

177 Los domingos cavilar ¿Acaso no matan a los caballos? Fernando Merodio 25/07/2021

177 Los domingos cavilar

¿Acaso no matan a los caballos?

Fernando Merodio

25/07/2021

- ¿Por qué la has matado? -me preguntó el policía que iba sentado a mi lado. -Ella me lo pidió. - ¿Oíste esto Ben? -Es un muchacho muy servicial -dijo Ben. - ¿Es ese el único motivo que tenías? - ¿Acaso no matan a los caballos?Horace McCoy. "They Shoot Horses, Don’t They?")

Horace McCoy, norteamericano nacido, como yo, un 14 de abril, y cuya práctica experiencia de la vida, sensibilidad social y habilidad para contar historias convirtieron en autor de hard boiled, serie negra y a partir de su obra más conocida, They Shoot Horses, Don’t They? - ¿Acaso no matan a los caballos? -, fue considerado gran retratista de la Gran Depresión, oscuro período de la oscura y corta historia de los USA, concluía esa novela, en 1935, con un duro diálogo, “- ¿Por qué la has matado? -me preguntó el policía que iba sentado a mi lado. -Ella me lo pidió. - ¿Oíste esto Ben? -Es un muchacho muy servicial -dijo Ben. - ¿Es ese el único motivo que tenías? - ¿Acaso no matan a los caballos?”, explicación nacida de un recuerdo de cuando, él niño, su abuelo mató a una yegua que se había roto una pata y “el pobre animal no hubiera podido hacer ya nada bueno”, recuerdo con el que Robert, el protagonista, justificaba por qué atendió la petición de Gloria, “ella me lo pidió” y añadía “¿Por qué no hacerte ese favor? Apenas apretar el gatillo del revólver y desaparece todo de tu vista: la ciudad con sus luces neuróticas, las máscaras de Halloween, las lágrimas que aprendiste a tragar. Caer al mar con tu carga de recuerdos, confundirte con la basura de los hombres. Tu corazón no volverá a chillar como un pájaro insaciable con la urgencia de Hollywood, no vendrán a negociar con tu sexo esos extraños animales. Al fin Gloria, dormirás tranquila en el vientre de los peces”; una inquietante novela que en 1969 Sydney Pollack convertía en magnífico film del mismo título inglés, con Jane Fonda como Gloria y Michael Sarracin como Albert, y que en España, siempre raros, titulaban "Danzad, danzad, malditos", que al tiempo del conato de revolución de los espíritus que fueron los últimos años sesenta del pasado siglo, mayo del 68, y usando la metáfora de los maratones de baile que, en medio de la gran crisis, el hambre, el desempleo de 1930, exigían a los participantes, jóvenes en general, la extenuación, casi la muerte a cambio de comida, cama, asistencia médica, un premio a la pareja ganadora, (des)esperanza,... y mostraban el -éticamente repulsivo- espectáculo de otros -más- necesitados -que nosotros- exhibiendo el fracaso de su existir a cambio de nada, (de)mostrando -a quienes gustaban verlo- lo absurdo que podía ser todo.

En 2008, otro tiempo aunque cercano, Joaquín Sabina escribía en El País -¿dónde si no?- “De purísima y oro”, tópicos carpetovetónicos -que hoy, sin duda, negaría- dedicados a su amigo José Tomás y al 60º aniversario de la muerte de Manolete a astas de un morlaco que, sin que preocupara a nadie, también moría en el evento; se refería Sabina a la “fiesta de los toros”, ajena a mi (in)sensibilidad e (in)cultura, festejo que, junto a otros que no llegan a ser la borroka de que Sabina se queja, no me gusta -pero tampoco pido su prohibición, antes de prohibir otras cosas mucho más dañinas-, lo veo un disparate, una forma desigual, pública, de transformar, sádicos, a un animal como nosotros en desagradable picadillo para gourmets, chocándome, entre tanto cariño hacia el amigo "artista" y -muchos- tópicos, una pregunta del afamado cantautor entonces de “la zeta, la ceja” y la subvención, pacifista y antibélico, “¿Cómo estar a la altura de la sangre?”, pregunta de la que, sin entender del todo lo que quiere decir el rapsoda, me deja el -muy- desagradable pálpito de que, comparados con el torero, nos lo pone muy difícil al resto, los ajenos a la sangre, a los no -de ese modo- valientes, dejado llevar, sin duda, por lo que hasta entonces, no ahora, decían bon vivants inteligentes como Welles y Hemingway, sabidas mujeres como Hayworth y Gardner, diputados, concejales, funcionarios, banqueros y magistrados, señoritos de postín, aspirantes a foto en barrera gratis total, por lo que lo del juglar, el torero y la sangre lo vinculo a una sociedad líquida y lo veo -muy- dañino para la mente, pues, si de sangre se trata, sin ánimo de ofender, entonces -lindando con nosotros por el este- había "machos más sanguinarios” que el torero, incluso menos ejemplares, evidencia de tiempos en que, explicaba algún filósofo, (des)gobernaban -como ahora- gentes analfabetas ágrafas, entonces de Zapatero, estulticia humana, émulo del “héroes” de “Being There” -"Estar allí", libro aquí titulado de modo inescrutable "Bienvenido Mr Chance"- de Jerzy Kosinski, luego recomendable film que interpretó Peter Sellers.

EL ROTO 15/06/2017

A partir de Michel Foucault, Giorgio Agamben, Slavoj Zizek, Donna Haraway, Martha Nussbaum,... hay filósofos que advierten preocupados que, para compensar la indefensión -real- que genera el imparable desmantelamiento de las instituciones de protección del Estado de bienestar y crear una -irreal- apariencia de servicio público, crece un mayor, totalitario en la práctica, control político  del Estado sobre la vida del individuo -abuso ahora desatado con la disculpa del útil bichito-, que, so pretexto de mayor garantía de seguridad individual, genera irracionales miedos que logran que el individuo aplauda una -indeseable, odiosa- intervención pública -con lucro privado, por ejemplo, tres pinchazos- que alcanza el insano éxito de que la natural vulnerabilidad corporal sea -muy- visible y de apariencia tan reprobable que afecte a la propia mente; lo que nos están haciendo con mascarillas, vacunas, pruebas, represión sañuda,... va a ser -los pocos sensatos lo saben- irrecuperable. En tal dirección, la España del meloso buenismo, el pensamiento líquido, el pacto con lo inaceptable,… es terreno abonado para la manipulación por los bien-pensantes, siendo evidentes las coactivas, represivas -pese a lo cual, cada día hay más obesos mórbidos, más triglicéridos y colesterol,...- campañas sobre salud individual, alimentación, tensión, alcohol, tabaco, ciertas drogas,..., que, manejadas retorcidamente en la gravísima situación de crisis, crecen para, en torno a los problemas reales más graves, acabar generando temores falsos que, advierte José Luis Pardo, “a fuerza de hacernos vulnerables a ellos, acabará convertidos en un negocio tan rentable que los espectros se materializarán más temprano que tarde y se convertirán en realidades ingobernables”:

EL ROTO 29/06/2017

Hoy domingo, pensaré en la vida y la muerte, en mi cuerpo y el de Rosa, en cómo aniquilar canallas, me refugiaré en Tosca, obra de Sardou que Illica y Giacosa adaptaron y Puccini dotó de música, me recrearé en su aria “E lucevan le stelle” que, cantada por Giuseppe Di Stefano, para mi padre era el “Adiós a la vida” que tarareaba alto los domingos al afeitarse, apasionada despedida de Mario, antes de ser fusilado, de su amada Floria Tosca; triste y amable recuerdo de lo sencillo, el brillo de las estrellas, “e lucevan le stelle”, el olor a tierra, el chirriar de la puerta, el roce de la arena, la fragancia de la amada y, sobre todo, el lamento del amante, “¡Se desvaneció para siempre mi sueño de amor, / la hora ha huido, y muero desesperado, / (…) / y jamás he amado tanto la vida, (…)”. Cuerpo, vida y muerte, sentimientos, cosas sencillas, naturales, optimistas pese al drama, si se quiere cursis, tan antiguas que, visto lo visto y lo que nos queda por ver, son forma de enfocar los problemas inviables en tiempos de Pedro Sánchez/Mr. Chance, del que sus medios, ¿quién si no?, a toda plana, exhiben a diario su afectada maligna ineptitud, que en Bruselas provoca que se desconfíe del trato dado al “gran capital” con sus dudosos arbitrajes y laudos y sepamos que la “alarma” -TC dixit- fue -y es- una “restricción de derechos de altísima intensidad”, que el llamado “dinero de Europa” son, en realidad, eurobonos de los que responderemos todos, que Iberdrola & Co están metidas “de hoz y coz” en ”lo de Villarejo”, que, pese a la represión, viajamos en el furgón de cola en la lucha contra el “mínimo virus” y, la última guinda, que los "bonos europeos" ya están asignados y el presidente viajó a los USA, no a hablar con Joe Biden u otros políticos, que ni le conocen, sino para ser visto -mérito de gran estadista- guapo cual jefe de planta de mujer de “gran superficie” o -alguien dice- con la belleza exhibida en su gira americana por Sarita Montiel, a explicar a Black Rock, fondo que domina Iberdrola, Repsol, Siemens-Gamesa,…, que el “dinero de Europa” será para él, así que, vista su ineptitud “para hacer ya nada bueno”, la pregunta clave es: “¿No matan acaso a los caballos?".

EL ROTO 09-06-2017

domingo, 18 de julio de 2021

176 Los domingos cavilar Mezcla de vergüenza y asco Fernando Merodio 18/07/2021

 176 Los domingos cavilar

Mezcla de vergüenza y asco

Fernando Merodio

18/07/2021

"Son los jueces quienes están haciéndole la oposición al Gobierno". "Es una urgencia que renovemos tanto el Consejo General del Poder Judicial como el resto de órganos judiciales para que tengamos una Justicia independiente y que realmente los poderes actúen como poderes independientes, que es lo que tienen que ser" (Ione Belarra. Ministra del gobierno de Pedro Sánchez refiriéndose al Tribunal Constitucional)

 (...) estas elucubraciones doctrinales, que creo que son más propios del ámbito de la cátedra que de otro, (...) no deberían plasmarse en sentencias” (Margarita Robles. Ministra del gobierno de Pedro Sánchez. Pertenece a Jueces y juezas para la democracia. Idem)

"A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible" (Pedro Sánchez cerrando, doctrinal y sabio, el debate generado por su ministro Garzón sobre el consumo de carne).

Para aclarar acerca de qué cavilo empiezo diciendo que el Tribunal Constitucional, TC, es exclusivamente intérprete de nuestra Constitución, solo está sometido a ella y a su propia ley orgánica, por lo que actúa de forma -teóricamente- autónoma respecto a los tres poderes del Estado, incluido el Judicial y, pese a denominarse "tribunal", no forma parte del tercero de ellos, lo que, sin duda, ignora Ione Belarra -que lo mezcla con "jueces" y "poder judicial"-, última analfabeta funcional designada por las que unidas decían poder, para engañarnos y vivir del resto a cambio de -solo- demagogia en los medios, destrozando -más- las -muy escasas- opciones que nos quedan para construir una sociedad más justa, igualitaria y capaz de sobrevivir a la catástrofe  del clima, otra inculta y, además, tan agresiva contra el TC como Irene Montero, que sólo lo respeta y no considera que esté "secuestrado por el PP" cuando lo secuestra ella o los, incluso más peligrosos que ella, miembros "políticos" del Poder Judicial, en el que entran y salen cuando y como quieren, Margarita Robles, que califica despectivamente -y por mucho desacuerdo que tenga con ella, de modo inadmisible- la esencial resolución del TC como "elucubración doctrinal" que "siembra dudas" y, además, está "falta de sentido de Estado", sentido que, sin duda, ella -ahora gobierno- vincula a lo que éste diga o, más grave incluso, Conde Pumpido, magistrado, nefasto fiscal general al servicio del gótico de "la zeta y la ceja", miembro ahora del TC, que afirma en un -minoritario- discrepante voto algo tan falso como que "la sentencia desarma al Estado contra las pandemias" y ataca a los de la opinión mayoritaria -generando alarma e inseguridad jurídica ciudadana- al dejar el recado de algo tan preocupante grave y como que esa parte del órgano que interpreta la Constitución "no entiende el sistema de derechos fundamentales establecidos en nuestra norma fundamental", lo que obliga a preguntarle, ¿en manos de quiénes estamos, Conde Pumpido?

Cavilaba el pasado domingo sobre el muy bajo, alarmante nivel de quienes, dentro de las letras, nos dedicamos a las esenciales tareas de legislar, juzgar, interpretar, dar fe, certificar, fiscalizar, acusar, defender,..., algo que se muestra aquí ahora en la imprudente, anticonstitucional forma usada que, mientras alguien no evidencie otra cosa, usaron Sánchez/Iglesias, progresistas, para rebanarnos derechos sociopolíticos esenciales -a movernos, reunirnos, manifestarnos,...- y taparnos -desde hace muchos meses, como les conviene- la boca con un bozal o burka que, lenguaje perverso, dicen mascarilla clínica, lo que posibilita, tras dieciséis meses de abuso, que Revilla/Girón de Velasco vuelva a decretar, como medio para que él, López Marcano, Blanco,... puedan continuar haciendo lo que les dé la gana, un "caudillista" toque de queda que, a estas alturas de la película, señala a todos -así lo veo y me siento insultado- irresponsables demandantes de "palo sin zanahoria" para funcionar, después de conocer -nadie se engañe- que el TC dice que "la insoportable privación de derechos" fue impuesta por el gobierno sin autorización del legislativo -que, en la práctica, son ellos mismos- formado por otros miembros de sus mismos corruptos partidos que ocupan, a dedo, distintos pesebres coyunturales, haciendo inexplicable su miedo a consultar y que, como exige la gravedad de las medidas de excepción aplicadas, no se interpelaran a sí mismos -tan corrupto es el sistema- con toda urgencia, ¿fue solamente ignorancia o es prepotencia totalitaria de adictos al "ordeno y mando"?

Se trata de una intolerable burla al resto, sus víctimas, que quienes -desde la carencia de cualquier tipo de mérito o esfuerzo no consistente en ser parte de una secta o partido político- nos hayan mentido durante meses -y, aun hoy, nos mientan- sobre la necesidad de usar o no guantes y mascarillas, las criminales carencias de material de protección para los profesionales de la sanidad y el resto de trabajadores que han mantenido contacto continuo con posibles infectados -pienso, un ejemplo, en cajeros y vendedores de comercios, en especial supermercados-, la recomendación, prohibición incluso mediante insufribles pasquines “sindicales” de -salvo, quien lo tenga, por smartphone- hablar entre nosotros en los autobuses urbanos de la culta -y controlada por banqueros ladrones de cuadros- Santander, el número real de víctimas y contagiados del pequeño virus, así como el de los muertos “colaterales” generados por la silenciada falta de atención a otras -tan peligrosas o más- dolencias, al tiempo que, heroicos, dicen haber usado su -falsa e innecesaria- urgencia anticonstitucional, no garantista para generar una “injustificada restricción muy intensa de derechos fundamentales”, sociopolíticos, ciudadanos, que nos ha dejado indefensos -aun hoy- frente al abuso del poder ejecutivo más ignaro y desleal desde la “transición”, con el solo argumento, que el tiempo ha mostrado falso, de (Irene Montero dixit, generando insufrible crispación en torno a logros chocantes sobre igualdades en trámite de conquista social por los reales luchadores históricos, todas ellas inanes, no dañinas para el poder real que posibilitó que, en muy escaso tiempo y contra la (i)lógica que se aplica al resto, los más faltos de escrúpulos pudieran acceder a inverosímiles hipotecas y comprar ridículos chalets pequeñoburgueses, grandes parcelas e insolidarias piscinas insosteniblemente llenas del agua que hoy todos sabemos muy escasa) “salvar cientos de miles de vidas y proteger los derechos de quienes viven en este país” que, algunos, no ella y sus colegas, aún llaman España, como otros -sin más intención que reflejar una historia con la que, más o menos, se sienten afines- se refieren a Francia, Rusia, Cuba, Congo, Venezuela,…, construidas, con errores de todos, en la búsqueda de algo mejor, habiendo incluso gentes que se emocionan al hablar orgullosos de USA o Alemania -donde, por cierto, riadas y otros desastres arrastran viviendas y destruyen infraestructuras tan de chicle como las de aquí- pese a que su reciente historia desaconseja tener una afinidad cómplice con su historia.

Sorprenden algunos datos -dotados, eso sí, la fiabilidad de proceder de medios de comunicación, de los que dicen, de masas-, el primero que, en la Cantabria con 581.000 almas -como en la novela de Jim Thompson- que pastorea con torpeza y otras lacras que en breve veremos el televisivo purriego Miguel Ángel Revilla, aventajado discípulo del ideólogo y practicón fascista José Antonio Girón de Velasco, durante el inconstitucional, no garantista -para Irene Montero & Co heroico- primer decreto de alarma, que denuncié -con el éxito que se puede suponer- ante la Fiscalía superior de Cantabria, hubo 201 detenidos, uno cada 2.900 ánimas del purgatorio Covid, en Esukadi 2.178.000 y 486 respectivamente, uno cada 4.500, en Madrid 6.640.000 y 1.484, uno cada 4.500, como en Euskadi, en Andalucía, 8.427.000 y 1.423, uno cada 5.900, en Cataluña, 7.566.000 y 1.273, uno cada 5.950, en Aragón, 1.321.000 y 194, uno cada 6.800, en Navarra, 650.000 y 85, uno cada 7.600, en Castilla y León, 2.408.000 y 302, uno cada 8.000, en Asturias, 1.022.000 y 102, uno cada 10.000, en Galicia 2.700.000 y 252, uno cada 10.700,… así que, o somos los más incumplidores o tenemos una policía -local, nacional, guardia civil,...- merecedora de la “laureada de san fernando” que tanto gustaba a Girón y Franco, siendo otro dato el feo desparpajo con que el PRC, la gente de López Marcano y Blanco acompaña a la Iberdrola de Valcarce a, intentando engañar a los concejos, robar el territorio comunal; lo explica muy bien, como siempre, El Roto en su viñeta de ayer, que reproduzco.

EL ROTO 17/07/2021

domingo, 11 de julio de 2021

175 Los domingos cavilar Busqué justicia y encontré juzgados Fernando Merodio 11/07/2021

175 Los domingos cavilar

Busqué justicia y encontré juzgados

Fernando Merodio

11/07/2021

“La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento“(...) los derechos asegurados por la justicia no están sujetos a regateos políticos, ni al cálculo de intereses sociales (John Rawls. “Teoría de la justicia”).

El arco de la moral universal, aunque largo, termina siempre doblándose en el sentido de la justicia” (Ruth Bader Ginsburg, prestigiosa juez de la Corte Suprema USA, fallecida)

Cavilar sobre tan sensible y serio tema es arduo por molesto pero también urgente y necesario para saber qué pasa, pues la justicia es -dicen- "principio universal que rige la aplicación del derecho para conseguir que se actúe con la verdad dando a cada uno lo que le corresponde", concepto moral alimentado por serias ideas de necesidad, equidad, libertad,..., pero, en la práctica, por algo tan subjetivo como el derecho, principios y normas -no siempre fiables- que ofrece -solo- la apariencia de ser justo, por lo que al analizar la justicia en un momento y acto concreto debemos valorar el derecho, las leyes aplicadas y, además, la actuación de jueces y tribunales que las interpretan y usan e investigar a los legisladores que las elaboran -muy coartados por sus grupos, poder político y, en especial, por el poder económico-, pues, insisto, la justicia, principio universal, toma en la práctica la forma de las leyes -poco fiables, al emanar del poderes espurios- y es un sofisma vincularla al pueblo que -dicen- designa y controla todo y pensar que -al, falsamente, nacer de él- es necesariamente buena.

EL ROTO 03/07/2019

Se trata de una seria cavilación que me lleva a montones de papel impreso hacinado con afán de uso futuro y, en concreto, a una vieja colección de recortes de viñetas de El Roto, profundo analista de lo cotidiano importante, entre las que encuentro a un hombre de rostro angustiado que a su lado tiene -solo- una botella -que creo de vino- y un incisivo texto: “Busqué justicia y encontré juzgados”, tan obvio como las palabras de John Rawls, jurista de la filosofía moral y política, actual, adalid convencido, frente al utilitarismo, de que la necesaria justicia debe asegurar los derechos individuales y de grupo, sociales, lo que exige que el gobierno de la ley sea, a partir de los dictados del vinculante pacto que es el contrato social y no de un voluntario, falso sentimiento bienintencionado manipulable que algunos nos presentan como garante de la libertad e igualdad individuales, protegiendo en forma esos y todos los derechos.

EL ROTO

Al analizar la gestión socio-política práctica de la justicia no debemos olvidar el reproche formulado por Foucault, crítico específicamente -pero sin duda ejemplificador genérico- de la represión penal, “(...) la lentitud en el suplicio, sus peripecias, los gritos y sufrimientos del condenado desempeñan, al término del ritual, el papel de una prueba última”, siendo evidente que, para el filósofo, la realidad de la justicia siempre remite a algo distinto de su estricto contenido, algo que hace evidentes las relaciones de poder -y, por ello, las de clase- existentes en cada concreto momento, quién manda y quienes deben obedecer, advirtiendo, amenazando, reprimiendo con la -maliciosa- técnica de exhibir los sufrimientos que impone -o no- al justiciable en sentido amplio.

EL ROTO 10/07/2012

Se trata, pues, de cuestión vital que demanda la mejor gestión humana, honestidad, lealtad, esfuerzo,…, si bien -entiendo que- ello se quedaría en filfa si no lo aderezamos con -imprescindibles- las elevadas dosis de inteligencia, juicio, razón,… individuales exigibles a quienes deben garantizar la corrección del esencial cometido, y es ahí, en lo personal práctico, donde se ve que al legislar y juzgar fallamos desde la base, serio problema que ilustro desde mi experiencia personal, de 1963, cuando concluido el bachiller, por rutina -burgués económico, del “cuadro de honor”, de los primeros de clase- fui a la universidad y, en ella, a una carrera de ciencias, ingeniero de caminos, canales y puertos que -entonces “lo más”- se impartía solo en Madrid, en la esquina del Retiro colindante con la glorieta de Atocha, para comprobar mi desafección a ella, lo que unido a mi inquieta juventud y la "libertad" de vivir, sin control familiar, en una “pensión”, me hizo rechazar su alta exigencia y abandonar todo intento casi antes de empezar -mi hermano, dos años menor, lo hizo en tercero de carrera, atraído por la medicina, Freud, Reich, Marx, el psicoanálisis, “el partido”,…- y, viviendo en un mundo injusto opté, candoroso, por buscar "la justicia" y matricularme “libre” -así lo decían- en la Facultad de Derecho en Oviedo para ver que el nivel de quienes optábamos a -para mí entonces- la atractiva y abierta disciplina que enseña a legislar, dar fe, certificar, juzgar, defender o acusar,… reflejaba un bajo currículo bachiller, siendo nuestro rigor mental, con excepciones que afianzaban la regla, muy inferior al de los de “caminos”, permitiéndome concluir la licenciatura en la tercera parte del tiempo de muchos de mis compañeros, momento en que no vi lógico gastar la vida -tras solo una memorística y fácil, sí memorística y fácil, oposición- en juzgar al resto, excesivo e impropio para mis veintipocos años, o a certificar, dar fe, registrar, fiscalizar,…, tediosas formas de usar mi -escaso- tiempo, evitando ser un burócrata o un practicón en derecho -que identifico como mero sentido común- y, tras inscribirme forzado, pagando a cambio de nada, en una arcaica corporación colegial de raíz totalitaria y una mutualidad, me propuse defender a quienes me pidieran algo serio, intentándolo, sin integrarme ciego con la fe del carbonero -ni siquiera al militar en el clandestino PCE lo hice, pues así solo soy del Real Madrid-, fatigándome ajeno a mi grupo profesional durante 50 años para acabar hoy, con 75, sin dinero ni pensión, no defendiendo, atacando con saña y algún saber -casi todo leguleyo, del fatigoso vivir- a los que, con poder espurio, abusan de él, en un tiempo en que hasta los fiscales, sus previstos gestores, dudan de la dañina reforma judicial que nos anuncian, y así no tener que odiarme cada mañana.

Paradigma, no el más grave, pero sí -creo- el de mayor incidencia social aquí ahora es cómo desde -en el peor sentido- la política, abusan de la “ley mordaza” al unir la justicia y el bichito que dicen pandemia, para así -con el apoyo de los más canallas de los canallas medios de (in)comunicación- aterrorizarnos, inmovilizarnos,…, conseguir que gentes frágiles, -no sé si- hechas y derechas, vacunadas hasta las cachas, con mil pruebas médicas, pero obesas, achacosas e insanas, no se quiten la mascarilla ni para ir al WC y, lo más alarmante, miren con gesto torvo a los que, conscientes -no somos idiotas- de que convivimos, además de con infartos, neumonías, diversos tumores, colesterol, humos, accidentes mortales, injusticias, desigualdad social, calentamiento global,…, con el muy útil bichito, actuando con la lógica de lo que sabemos, no nos hemos vacunado, ni hecho una prueba, ni usado el gel nosequé,… y, en el ejercicio de una -muy limitada- libertad, queremos respirar solo aire contaminado, sin salivilla, ni toses, ni estornudos pútridos,…, sin mascarilla.

 Escribe un conocedor del derecho, trabajador atípico de la justicia con la amplitud mental de los “de caminos” algo que hace dudar de si el modo en que los gobiernos regulan “su útil virus” es constitucional, pues, dice el conocedor, que “cuando es preciso suspender derechos -como aquí se ha hecho- procede declarar el estado de excepción”, lo que sería plenamente constitucional pese a que a “las que dicen poder” y a la mercantil venida de la nefasta “Z” les suene, melifluas, al -para ellas ignoto- franquismo, pese a lo que, contra lo -inconstitucionalmente- hecho, solo “cuando no se requiere tal suspensión, puede acudirse al estado de alarma” para afectar derechos y, al ignorar los relamidos -entre otras muchas cosas- que el orden público en el estado de excepción “no solo tiene carácter político, sino que puede tenerlo, también, social o económico”, derivado, como es el caso, de una crisis sanitaria, dejando inerme al Estado ante tal crisis al “obligarle a actuar fuera del derecho adoptando en el estado de alarma decisiones que solo el de excepción permitiría” y poniendo al TC -con sus miembros, salvo excepciones, de nivel muy bajo- en la difícil tesitura de declarar (in)constitucional lo hecho, por lo que es lógico inferir que, “al buscar justicia, solo encontremos juzgados” y se dé lugar a que alguien como Revilla, lenguaraz experto en nada, nos venda su particular crecepelo, su “bálsamo de Fierabrás”, imponer de nuevo la mascarilla a todos en todo lugar,…, torpe, dañina, represiva ocurrencia.

EL ROTO

domingo, 4 de julio de 2021

174 Los domingos cavilar J'Accuse Fernando Merodio 04/07/2021

174 Los domingos cavilar

J'Accuse

Fernando Merodio

04/07/2021

"Dice que no habrá referéndum, pero también dijo que no habría indultos. Denos tiempo" (Gabriel Rufián respondiendo en el Congreso de los Diputados a la afirmación de Pedro Sánchez: "Nunca. Jamás. No habrá referéndum de autodeterminación")

"(...), cuando uno encierra la verdad bajo tierra, se amontona allí, con una fuerza tal que el día en que estalla, hace que todo salte con ella." (Del alegato "J'Accuse" publicado en la primera plana del diario L'Aurore por Emile Zola el 13 de enero de 1898, en favor del capitán Dreyfus)

Alguien dijo que los “intelectuales” son “filósofos mundanos” que conocen de lo que precisa la razón humana, “pensadores que intervienen en la escena pública intentando provocar debates y extender ideas”, nutridos por la Enciclopedia previa a la Revolución francesa cuyos 35 volúmenes, al solo explicar ideas, provocaron ignaras chanzas, acalladas por el prestigio social de su segunda edición, haciendo afirmar a Thomas Carlyle, casi un siglo después, que “fue encuadernada con la piel de quienes se burlaron”; Voltaire dibujó el tipo del "intelectual", Zola con su “J’Accuse” lo llevó a la prensa, Gide le dio un toque demoníaco y Sartre, aquella izquierda, lo elevó hasta la cúspide, desde donde en 1968 inició el declive hasta hoy; en todo caso, se trata de un poder real que, si grita en un concierto para defender algo, su prestigio hace que la voz influya, se oiga y aquella influencia crezca en espiral, redoblada por la fuerza de su limpio poder con apariencia débil y mucho que perder, como evidenció Zola al poner en entredicho y acusar al Estado y sus poderes, al ejército y la Iglesia, a los medios de comunicación y la opinión que crean,… con su valiente acusación contra un sistema al que, frente a viento y marea, derrotó, logrando que, sobre la mentira del poder y sus secuaces, soportes del tinglado, ganara la verdad, si bien, pese a vencer, tuvo que sufrir insultos, descrédito, juicios injustos, condenas a prisión, exilio,...y una muerte, en 1902, aún no aclarada, todo ello amenaza disuasoria para el resto.

EL ROTO 17/01/2021

Rafael Chirbes, autor de la aconsejable novela “Crematorio”, decía hace años en los cursos, evidente despilfarro, de la UIMP que su generación, la mía, “fue esperanza y, sin embargo, ha dejado un país de corrupción y cemento” -y cosas peores-, no sólo herencia del muy útil -utilizado-  "franquismo” -al que, mientras vivió el general, solo se enfrentaron los comunistas-, ponzoñoso legado que no es “mérito” exclusivo de la reptante derecha encarnada en el PP, sino que quien sentó sus sólidas bases, con fruición incluso, fue la infecta PSOE de González, empresa del Gal, Filesa, los Guerra, Vera, Barrionuevo, Corcuera, Solchaga, Salanueva, Mariano Rubio BOE, Banco de España y tantos otros, una mercantil hoy encarnada -aferrado a su poltrona- en Sánchez, títere del peor, más peligroso y egoísta nacionalismo pequeño, cotejo de por qué afirmó Chirbes que “la responsabilidad civil de la literatura y su capacidad para intervenir en la sociedad” son virtudes sin las que escribir es “acto inane”.

Si aquí ahora mínimos nacionalismos codiciosos, tan odiosos como el que durante cuarenta años impuso el "generalísimo" -por fortuna, aquellos no tienen su poder para hacernos tanto daño- nos dejaran espacio para algo ajeno a la fangosa pesadez que es hablar y hablar de “lo suyo”, quizás algún “intelectual”, si lo hubiera en esta España desnortada que se despeña, lanzaría un serio grito equivalente al “J’Accuse!” valiente de Zola, denunciaría cómo un gobierno -que se dice- de izquierdas empeora el insano estado de desigualdad, burocracia, paro y temporalidad, legisla -desde la sombra- a favor de las arbitrariedades y tropelías que convienen al poder real de energéticas y bancos,…, aplica, con saña, la -ayer denostada- “ley mordaza” y genera el mayor, más evidente recorte de libertades desde 1978, para disfrute de gentes como Revilla, amamantadas en el totalitarismo, obscenamente nos engaña en la lucha contra el “calentamiento global” y propicia la desaparición de nuestra especie… y otras muchas, atruena con inclusivas leyes demagógicas -casi todas superfluas- para alejarnos de la lucha por la igualdad social que es precisa para acabar con todas las desigualdades, mientras sus socios indultados se burlan y humillan a Sánchez -¡y, lo peo, a todos nosotros!- con tabernarias chanzas sobre que el “referéndum soberanista” -solo- exigirá "tiempo" y, anécdota con categoría de serio síntoma, mientras gobiernan -¿es cierto que gobiernan?- la PSOE y las de Unidas Podemos “la luz alcanza el segundo precio más alto de la historia”, eso -y otras cosas- denunciaría aquí hoy Zola, siendo, además, razonable que si el mundano filósofo fuera próximo a este pequeño sitio, también sería leitmotiv de sus acusaciones más serias, el -cada día más punible- derrote de los delirios del haragán impostor de Polaciones y su superfluo (des)gobierno de cámara, incapaz de hacer nada que no sea mendigar -sin éxito- en “Madrid”, intentando ocultar la interminable ristra de dispendios e inconclusos bocetos -ni iniciados muchos- que siembran nuestra geografía e historia inmediatas de los más estridentes fracasos que -iluso- supongo en la mente de todos y, por ello, no reitero.

Revilla Pantocrator

Es difícil, en cambio, no valorar el multimillonario y doloso, último desmán fáctico y jurídico en que están metidos el novedoso MITERD, ministerio para la transición ecológica, Marcano y Blanco, “regionalistas” consejeros de industria y medio ambiente, tramitando casi 2.000 Mw eólicos sin planificar y sin la legal, lógica evaluación estratégica del conjunto de polígonos de mamotretos, con la malicia anexa de que, ¡hace ya 7 años!, el Tribunal Supremo, al anular el chusco y malicioso “concurso eólico” de 2009, reprochó al gobierno -que ya presidía Revilla- haber "indebidamente omitido la evaluación ambiental exigida para planes y programas con efectos significativos sobre el medio ambiente", ineludible obligación legal para implantar 1.400 Mw, que, ¡a 12 años del “concurso”!, son más y, cínicos, intentan incumplir el mandato tras la argucia de la dolosa desidia político-administrativa de no proteger, injustificablemente, nuestro mínimo territorio con un previo "planeamiento" y una "evaluación ambiental estratégica" de la masiva y dañina actividad energética eólica, tal como les exigió el TS, incumpliendo también la orden de incluir las implantaciones masivas de turbinas gigantes dentro de un “instrumento de planificación” y no permitir, como ahora intentan, que los consorcios de promotores de -no se sabe cuántos- polígonos sean los que, sin evaluación previa, planifiquen “de facto” el territorio y se apropien, para destruirlo, de lo mejor de él, casi todo comunal, pues el Tribunal advirtió que "es secuencia lógica y obligada que el planeamiento preceda a la ejecución, siendo ésta la que debe acomodarse a aquél", ya que lo contrario es poner el carro delante de los bueyes y "supone la entera desnaturalización del planeamiento como instrumento legalmente configurado para el diseño y trazado de los actos singulares que deben acomodarse a él". Pese a ocultarla, la verdad estalla; más claro, ni el agua.

Este domingo, con Rosa, triste bondad, a mi lado y “a sus cosas”, sé que, como otros trampantojos, “la roja” -ahora (marca) blanca- será mínima alegría pasajera para ilusos y no frenará la muy urgente acusación, leeré a John leCarre -"No se puede ser menos inexorable que los adversarios simplemente porque la 'política' del gobierno de uno es benévola, ¿no le parece?". "El espía que surgió del frío"-, escucharé, repetida con insistencia, la hermosa aria de “El pescador de perlas” cantada por David Gilmour, ex Pink Floyd, y reforzaré la idea de que, al ser miles los graves motivos para acusar duro exigiendo responsabilidades y ser pocos los “intelectuales decididos”, es preciso que empecemos a dar nombres y datos fehacientes en la obvia y ya urgente tarea de desmontar, como hizo Zola, ese falso paraíso que, tras la muerte, nos ofrece gloria y nos promete que las estatuas serán nuestras si cumplimos, sumisos, su perverso mandato: “Sufrid, comed vuestro pan seco, acostaos en la dura piedra mientras los afortunados duermen sobre plumas (…). Dejad que los malvados ocupen altos cargos, mientras a vosotros, los justos, os empujan al arroyo, (…)” y, viejo fatigado aun fuerte, cavilaré sobre el más eficaz modo de llevarlo a la práctica y hacer pública la acusación que propicie el desmontaje del falaz tinglado de los listos... y, enseguida, desmontarlo, como hicieron los franceses, con toda la inexorable dureza que se merece.

EL ROTO 27/06/2021