domingo, 26 de septiembre de 2021

186 Los domingos cavilar De trolas, virus, lava, cuadros y otros robos Fernando Merodio 26/09/2021

186 Los domingos cavilar

De trolas, virus, lava, cuadros y otros robos

Fernando Merodio

26/09/2021

"Pero es menester saber encubrir ese proceder artificioso y ser hábil en disimular y en fingir. Los hombres son tan simples y se sujetan a la necesidad en tanto grado, que el que engaña con arte halla siempre gente que se deje engañar" (Nicolás Maquiavelo. "El príncipe").

"La naturaleza no es el resultado del gobierno de la indiferencia, sino que tiene sentido, es inteligible, la naturaleza parece explicarse a sí misma. La filosofía, desde entonces -nacía el siglo VI antes de nuestra era- se habría dedicado a preguntarse por el principio, el fundamento o la razón, por la estructura o sistema de semejante orden natural" (Fernando Merodio Castillo. "Origen y naturaleza de la filosofía).

Siendo niños, en Rozadío proscribimos, quizás por flácida, la palabra mentira, la sustituimos por trola y tildábamos muy peyorativos, de troleros, no de mentirosos a quienes tenían el cobarde hábito de mentir para vaya saber qué, vocablos trola y trolero que dicen venir del francés dròle, bromista y también  emparentan con el neerlandés drolle, compañero alegre, no siendo ese el significado que, severos críos de pueblo, le dábamos nosotros, más próximo, pienso ahora, a vincular, aunque sea simplemente por fonética, sustantivo y, en especial, adjetivo a los “trols”, raza antropomórfica del folklore escandinavo y otros, personajes tipo, en general gigantes terroríficos que raptan humanos, sobre todo niños; tal era, hoy me lo parece, la fealdad que, críos, en Rozadío atribuíamos a la detestada, para nosotros cagona, mentira.

Frente a tan bello planteamiento infantil, en 1733, Jonathan Swift -o, acaso, su amigo John Arbuhtnot- volcaba en el opúsculo “El arte de la mentira política” el consejo de Maquiavelo al príncipe que cito arriba, que al tiempo advertía, sin ningún reparo, que para gobernar y mandar “(…) puede aparecer manso, humano, fiel, leal y aun serlo, pero le es menester conservar su corazón en exacto acuerdo con su inteligencia para que, en caso preciso, sepa variar en sentido contrario”.

Son ambas reflexiones útiles en el sucio lodazal indecente en que nos toca vivir, agravado con la disculpa de esa cosa que, sin serlo, ahora dicen “pandemia”, indecencia a la que sienta como anillo al dedo la sabia intuición de George Orwell cuando anunciaba un ministerio de la Verdad dedicado a crear Mentiras y describía exacto lo que, de verdad ahora, nos quieren hacer: “Arrebatadas sus granjas, millones de campesinos son arrojados a los caminos llevándose tan sólo lo que puedan cargar”, a lo que, según el troskysta británico, aquel ministerio decía “traslado de poblaciones o rectificación de fronteras” y los “progresistas”, el gran capital y -todos- sus medios afines lo adornan como, “descarbonización”, “progreso”, “desarrollo energético”,…

De eso y otras cosas hablé con un -buen- filósofo -además, muy próximo- y me quedó claro que la naturaleza se explica a sí misma, siendo base de la filosofía el hecho de que “el hombre piensa”, tiene logo, o sea lenguaje y razón o, lo que es igual, facultad humana -racionalidad- y causa -la razón de algo- por lo que es carga del hombre dar voz al universo, a la naturaleza que, exceptuado él, actúa en silencio,  debiendo “enunciar el sentido, dar voz a lo que aparece” y que lo natural muestra; así, “la actividad del ser humano (…) alcanzará su plenitud allí donde sea capaz de expresar o de dar razón del logos inmanente al orden de la naturaleza, incluida la naturaleza humana”, siendo “la filosofía el discurso razonado y fundamental acerca de lo que -nos- pasa” y, así, mientras el filósofo, que no es práctico, lo mismo que el niño no cesa de preguntarse ¿qué es? y ¿por qué?, ese mismo niño no pregunta jamás a técnica y ciencia ¿para qué?, pues considera que sirven para algo, son útiles y "la vida y sus actividades más propias son, en efecto, un fin en sí mismo".

Vivimos un momento tétrico, un grave retroceso en la historia social de la humanidad que piensa, un tiempo -que dicen- de ciencia, en el que un bichito del que -esa ciencia- ha evidenciado no conocer nada -dicen que- ha generado lo que llaman "pandemia", que para Niall Ferguson "apenas está entre la 20 peores de la historia", pues ha "afectado al 0,06% de la población comparado con el 2% de 1918-1919 o con alrededor del 30% de la peste negra", con remedios medievales -bozal, confinamiento, distancias,...- y una vacuna de la que no nos dan estadísticas fiables de fallecimientos respecto a los no vacunados, un contagio tratado tarde y con el que los -que dicen- científicos han hecho el ridículo -salvo para meter dinero en el bolsillo de laboratorios y bancos- al exigir guantes y geles cuando no había milagrosas mascarillas, elevar las vacunas al altar y acobardarnos en medio de su hiperactividad represiva -grave retroceso y daño para el futuro de todos- del capital y -sus siervos- políticos; en tal situación, lo de España -y Revilla-, más autoritaria que el resto del mundo, es modelo de malos resultados, tanto en el control de la enfermedad como en lo económico, en lo que -incluso El País, 24/09/2021, dixit- estamos a la cola de Europa en recuperación, muy por detrás de la media de la UE e incluso de Portugal, Italia o Grecia.

EL ROTO 25/09/2021

Otro -mal- ejemplo de lo que -al menos aquí hoy- es la ciencia nos lo da La Palma, isla de vulcanismo cierto a cuyos habitantes, pese a los reiterados avisos rugientes de lo natural, la ciencia -con aplauso de los medios y la mala política cómplice- ha dejado tirados al retirar de sus -a punto de arrasar- viviendas solo cuatro cosas, haciendo que, vil como siempre, ahora en la SER, Xavier Vidal Folch -al tiempo de sus amables pamplinas sobre el independentismo- culpe a los vecinos de tener que salir de donde vivían por piernas, exculpando a ciencia y política, esa ciencia que -vulcanólogos expertos- nos decía campanuda, engolada el día de la erupción que la lava llegaría al mar a las 7:00 horas del siguiente día … y aún se la espera; habría que exigir, ya, que la ciencia explique lo que no le preguntan los niños: ¿para qué sirve, en realidad, su artificio? y, así, el saber que supere tan lógico filtro, tendría algún sentido.

EL ROTO 24/09/2021

En un difícil, inconsistente onírico mundo que se mueve entre filosofía y ciencia está lo que dicen “derecho”, del latín directum, “lo que es conforme a la regla, a la ley, a la norma” o “lo que no se desvía a un lado ni a otro”, sabiendo todos que no es así, como muestran dos -muy- recientes ejemplos, el de Jaime Botín-Sanz de Sautuola García de los Ríos, banquero, plutócrata español condenado en enero de 2020, con aclaraciones y recursos, a cumplir 3 años de cárcel y pagar una multa de 91,7 millones €, unos estratosféricos quince mil doscientos cincuenta millones de pesetas -¿cuántos salarios mínimos anuales tirados al barro?- ganados sin -ningún- mérito y que, pese a sus antecedentes de fraude familiar de más de 2.000 millones de euros, ocultación bursátil y estar pendiente de, al menos, otro juicio por fraude fiscal, ha pagado sin siquiera despeinarse y con la intención -hasta hoy exitosa pese al riesgo de fuga- de evitar algo ineludible para otros, “su entrada en prisión” y seguir -junto al resto de su odiosa familia- ejerciendo, entre aplausos de la bovina y sumisa burguesía local, el público encargo de decidir/dirigir lo que para la ciudad con nombre de banco es cultura, arte,… y, junto a él, el también muy dañino de Carles Puigdemont, mediocre golpista cobarde huido que daña la credibilidad del saber del alto tribunal, fracasado, ahora mismo, en su estéril intento de, a tenor del daño causado al resto de españoles, a mi mismo, solo -ni más, ni menos- juzgarle, valorar si ha cumplido su parte del contrato social, castigarle en su caso y mostrar al mundo algo tan sencillo -y que para el irresponsable tribunal, tanto exigente con el resto, parece utópico- como que en España hay leyes y jueces, que todo ello es fiable y justo y que quien la hace la paga.

Vivimos tan penosa situación con sordina o, más, entre mentiras o trolas de troleros crecidos, no niños, ocultos falaces tras una tergiversación de la reflexión política de la República, Platón o El Príncipe, Maquiavelo: ¿conviene ocultar, por su bien, la verdad al pueblo, engañarlo para protegerlo? y el insufrible insulto de que. pues ese pueblo no posee tierras, castillos, bienes,..., la verdad política es de una minoría, aquí Sánchez, Belarra, Casado, Rufián, Urkullu, Junqueras, Revilla,… y, siempre en todo lugar, del capital. To be, or not to be. That is the question”, “Ser o no ser. De eso se trata”.

EL ROTO

domingo, 19 de septiembre de 2021

185 Los domingos cavilar Del -dañino- egoísmo de los -nuevos- pasiegos Fernando Merodio 19/09/2021

185 Los domingos cavilar

Del -dañino- egoísmo de los -nuevos- pasiegos

Fernando Merodio

19/09/2021

"Y vienen para aprenderlas, / más serios que magistraos, / banqueros y diputaos, / señoritos de postín. / Acuden a la academia / queriendo sacar la gracia / lo mismo que se saca / el carné de conducir" (Carlos Cano "Sevillanas de Chamberí").

"¡Ay!, ¡qué vivos son los ejecutivos! / qué vivos que son, / del sillón al avión, / del avión al salón, / del harén al edén / siempre tienen razón / y además tienen la sartén / la sartén por el mango / y el mango también." ("Los ejecutivos". María Elena Wals. Usado en la versión de Llovet y Marsillach del "Tartufo", Moliere).


"Tartufo" es, diccionario de la lengua española, "hombre -y, supongo, mujer- hipócrita y falso", principal personaje de "Le Tartuffe ou l'imposteur", obra de Molière en cinco actos escrita en versos alejandrinos, estrenada en París el 5 de febrero de 1669 referida a un estafador buscado, desleal devoto falso cuyo nombre remite, en italiano, a la trufa, hongo escondido bajo tierra que describe a los "tartufos" a la perfección y nos lleva a otra época, los muy últimos años 60 del siglo pasado, en que, con el dictador aún muy vivo, se podían ver en Madrid, siempre Madrid, obras de teatro como "Marat- Sade. Persecución y asesinato de Jean Paul Marat representados por el grupo teatral de la casa de salud de Charenton bajo la dirección del señor de Sade, de Peter Weiss, interpretada por  Adolfo Marsillach y José María Prada, "Las criadas", del muy marginal, excluido, imprescindible Jean Genet, que declamaban Nuria EspertJulieta SerranoMayrata O'Wisiedo o el propio "Tartufo" de Molière que, adaptado por Llovet, interpretó el muy activo e inteligente Marsillach.

En 1969, Llovet y Marsillach usaban a Molière para atacar al "opus", entonces poderoso/peligroso con sus reprimidos/encorbatados dirigentes, ejecutivos que, enfrentados a Fraga, con influencia creciente en el gobierno del dictador y apoyados en la irracional “razón” del tirano, tenían bien cogida la sartén por el mango y, además, querían ser dueños del mango también pero, convertido hoy aquel "opus" en algo residual, la impostora hipocresía de Tartufo es aquí ahora identificable con lo que Jean-Claude Milner llama “progesismo”, del que los más tontos y golfos de los golfos tontos que nos (des)gobiernan alardean de formar parte, “progresismo” que exige, solo, “transigir”, por lo que han sometido la revolución, en el tono más suave del término, a los dictados más crueles del capital, lo que, como explica Giorgio Agamben en “Medios sin fin. Notas sobre la política”, exige “ceder en todo, conciliar todo con su contrario, la inteligencia con la televisión y la publicidad, la clase obrera con el capital, (…), el medio ambiente con el desarrollo industrial, la ciencia con la opinión -son ejemplo las “tertulias” que opinan del mínimo virus-, la democracia con la maquinaria electoral, la mala conciencia y la abjuración con la memoria y la fidelidad”, proceso que alcanzó -reciente- su culmen -por el momento- con la ministra de trabajo que -tan osada como para prologar una reciente edición del “Manifiesto comunista”- se muestra ufana de, sin rozar el sistema y mientras los consorcios energéticos hacen lo que quieren, considerar un éxito subir el salario a los más pobres -de los que aun tienen trabajo- 15 € al mes, 50 céntimos al día ¿Osaría, también, justificar en público lo que gana y los méritos de ella y sus cuates? Tiene la sartén por el mango y, dueña de la situación -solo respecto  a nosotros- puede decidir o mandar.

Progresistas” como ella son esos “nuevos” pasiegos que, “más serios que magistraos, / banqueros y diputaos, / señoritos de postín con descaro expulsan a los viejos paisanos que en la Alta Edad Media no participaron de la tradicional repoblación del territorio en torno a monasterios e iglesias y se mantuvieron dispersos, fronterizos con lo que hoy es Burgos, lejos de las vías de comunicación masivas, con un clima frío y húmedo y una orografía agreste, en los valles fluviales de Pas, latín “passus” -Vega de Pas, San Pedro-, Pisueña -Esles, Villacarriedo, Selaya, Castañeda- y Miera -San Roque, Merilla, Miera, Liérganes-, viejos pasiegos cuyas mujeres eran apreciadas nodrizas de la familia real y que, manteniendo el carácter, forma de vida y cultura popular, a partir de 1865, fueron encuadrados con, entre otros, los vaqueiros de alzada, los maragatos y los agotes en el grupo de los llamados “pueblos malditos del norte” y, sin documentos ni tradición que fije un origen concreto, árabe, judío, cántabro,… para los pasiegos, estaban vinculados al “cuévano”, cesto trenzado de avellano en el que cargaban de todo a la espalda, incluso a sus hijos, “cuévanu niñeru”, y se dedicaban en especial a la ganadería y -a partir del siglo XIX- al contrabando y la venta ambulante de helados, habiendo sustituido la vaca autóctona “rojina” por la holandesa “frisona” y casi abandonado la trashumancia anual, “Muda”, dentro de sus dominios, de cabaña en cabaña entre primavera y otoño, que obligaba a familias a tener varias cabañas de piedra y argamasa con cubierta de lastras de arenisca oscura, siendo las “vividoras” de dos plantas, almacén/vivienda en la superior y cuadra en la inferior, con una ocupación territorial sumamente dispersa y gran separación entre las cabañas, en muchas ocasiones con acceso solo a pie.

Muchas de esas cabañas dispersas, con un útil fin laboral y/o habitacional para aquellos pasiegos, están siendo adquiridas y tratadas hoy, de incontrolado modo, por gentes variadas, con intereses diversos, ajenos -y seguro peores- a los de sus ancestros; no dispongo datos para concluir con certeza si será bueno o malo para los históricamente autónomos, abandonados, olvidados -salvo para opinar gratis sobre ellos o especular- “valles pasiegos”, pero si me piden que lo haga digo que, cada día que oigo en la “progresista” SER anuncios que tratan las “cabañas” como simples artículos inmobiliarios, siento que es malo lo que está ocurriendo y que, si hubiera alguien con algún poder y sentido común, debiera pararlo, pues hay “rehabilitaciones” de cabañas que insultan al buen gusto y la lógica y, con su desarrollo y ocupación activa, anuncian un destrozo aún mayor, diciéndome gente alarmada de la que me fío que algún “activista” del insufrible “Aquí no” con que esos “nuevos pasiegos” dañan a los que -en serio- se enfrentan al bárbaro avance del capitalista atropello energético gestiona varias “cabañas”, lo que, si es legal, no tiene buena pinta y exige información, pues ni así -ni con bobas banderas adornadas con "lábarus", lauburus, cruces gamadas... nazis, restos del Girón de Velasco mentor de Revilla- se “defiende” el incierto futuro de los valles pasiegos... e, incluso peor, se perjudica al resto.

EL ROTO 19/01/2017

Pertenecen esos "nuevos pasiegos" a la estirpe de "Aliente", un grupo de "elite" que merodea el poder político -e incluso lo más corrupto del Banco Santander- y, con afán de influir, fue creado por gentes que quieren medrar, algunos con cargos pasados en la mercantil PSOE, que aspiran a trozo de tarta y apoyan el modo "mega" industrial eólico/solar, superredes de líneas de alta tensión, subestaciones,… que concentra el capital, con 53 nuevos Gw renovables -más los 36 existentes, 89 en total-, apoyando el ilegal PNIEC -aprobado antes de EAE- y no exigiendo la puesta en marcha, ¡ya!, de una generación rabiosamente distribuida y un autoconsumo masivo sin límites, que no sean meras coartadas sino alternativas reales al actual abuso; no se trata de, como dicen ellos, eólicos "aquí", "a mí", "así",... no, posibilismo tramposo que -como la historia evidencia- solamente genera melancolía y fracasos, debiendo razonar, debatir potente y desmontar los nulos argumentos del poder de pocos, gritando, solo, ¡¡¡NO!!!

Coda alegre con aplauso.- Contra viento y marea, con el anagrama "Polígonos Eólicos NO", pequeña -y potente- asamblea del valle de Iguña que quieren llenar de turbinas -más de 500 Mw-, subestaciones, líneas de alta tensión,..., aventaba el viernes una gran noticia que, serviles siempre, callan los medios: "El pleno extraordinario del ayuntamiento de Molledo -5PRC, 2PSOE, 2PP- ha decidido por unanimidad que NO quiere que se implanten polígonos eólicos en su municipio", igual que el concejo de Arenas, evidencia de que, siendo los políticos responsables de la criminal, ilegal, subestación de Aguayo -y lo que le cuelga-, epicentro de la agresión, empiezan a ver claro que, más incluso que al gravísimo daño, deberán temer el peso de la Ley.

sábado, 11 de septiembre de 2021

184 Los domingos cavilar De homofobia, machismo y comunismo Fernando Merodio 12/09/2021

184 Los domingos cavilar

De homofobia, machismo y comunismo

Fernando Merodio

12/09/2021

La producción de hechos que ofenden la sana moral de nuestro país (…), justifica la adoptación de medidas para evitar su difusión. Las establecidas por la presente Ley, (…) que modifica los artículos 2º y 6º de la de Vagos y Maleantes, (…) no son (…) penas, sino medidas (…) con propósito de garantía colectiva y con la aspiración de corregir a sujetos caídos al más bajo nivel moral. No se trata de castigar, sino de proteger y reformar" (Ley 15 de julio de 1954 que modifica los artículos 2.° y 6.° de la Ley de Vagos y Maleantes, de 4 de agosto de 1933).

Inicio esta cavilación aclarando que no soy activista lesbiana de color sino, por contra, varón blanquísimo, heterosexual, no feminista a la moda, lector atento de Marx, sin más taras físicas que las inevitables propias de mi senectud y que, siendo así, me niego a pedir perdón por ello, pese a lo cual me alarma e indigna -como muchas otras cosas de la “era del progreso”- la llegada a saco desde siniestras, peligrosas redes sociales de minorías tóxicas -animadas en los medios por capital y políticos- en cuestiones tan humanas, admitidas como las formas del sexo, la homosexual por ejemplo, o aspectos personales de las -que entiendo- placenteras relaciones de pareja entre hombres y mujeres, y temo que, de seguir así, pierdan relevancia el clima que amenaza borrarnos de la faz de la tierra, la desigualdad que genera ese 1% cada día más rapaz, los molinos gigantes, líneas de alta tensión, subestaciones enormes y pistas que, como actividad casi única, quieren llenar de cicatrices el territorio o que se consolide la actividad política como refugio de los canallas más ineptos, pues los de siempre están logrando que, contra toda lógica, nos matemos unos a otros.

Para recuperar la historia, debemos recordar que la Ley de Vagos -¿qué diría Paul Lafargue, “El derecho a la pereza”, yerno de Marx?- y Maleantes, de 1933, pese a intervenir en ella Jiménez de Asúa, fue indefinición e inseguridad jurídica generada en la II República, preveía “reformatorios”, “sumisión a vigilancia de delegados”, “casas de templanza”, “establecimientos de trabajo”, …, ¡ay, la perversión del lenguaje!, y fue mínima base para regular una cierta parte de la represión franquista, que añadió la “homoxesualidad” -así aparece mal escrito en la modificación de 1954- hasta 1970 cuando, antes de irse, el sátrapa la sustituyó por la Ley de peligrosidad y rehabilitación social, que controlaba, además de a los de la “ley republicana” y los “homoxesuales”, a pornógrafos e inmigrantes ilegales, “sujetos caídos al más bajo nivel moral” y a los que el general bajito -¿se vería y oiría?- no quería castigar, solo “proteger y reformar”; Leyes, todas ellas, que no deben hacer olvidar la troncal Ley de 1 de marzo de 1940, sobre represión de la masonería y el comunismo, ésta sí nueva, franquista pura y dura, que mediante un Tribunal Espacial permitía condenas a muerta contra masones y, en especial, comunistas desalmados que defendían la propiedad común de los medios de producción y la inexistencia de las clases sociales, el mercado y el Estado.

La Ley sobre peligrosidad y rehabilitación social, 1970, -distinta a la que reprimía el comunismo- no parecía preocupar y no fue derogada hasta finales de 1995, cuando el “reformador protector” llevaba 20 años muerto, pese a que castigaba, además de la homosexualidad -con la s y la x ya en su sitio-, actos tan habituales y tolerados como la mendicidad, el vandalismo, el tráfico y consumo de drogas, la pornografía, la prostitución, el proxenetismo, la inmigración ilegal o toda actividad que “los vigilantes” vieran moral o socialmente peligrosa con hasta 5 años de cárcel o centro siquiátrico, sin aplicar a ninguno de tales “peligrosos sociales" el indulto de 1975 o la amnistía de 1976, aunque la Ley Orgánica 15/1999, de protección de datos, prohibió, magnánima, casi en el siglo XXI, citar los nombres de los “reformados”, ¡uf, que alivio!

Tal era la Ley -hasta 1954 “republicana”- que vivió la conocida anécdota de que el conde de Romanones, que , al parecer, la desarrolló reglamentariamente, dijera algo tan cierto como “Ustedes hagan la ley, que yo haré el reglamento”, y que, a los 15 años de finalizar la (in)civil guerra, en 1954 incluía -repito- a los “homoxesuales”, tal era la ignorancia iletrada del benefactor régimen que quería “protegernos”; entonces, yo ya tenía 8 años y, a partir de ahí, (de)crecí hasta los que -el cotilla que calcule- tengo ahora, conociendo desde niño, a varios “homoxesuales”, alguno muy amigo, a los que entonces llamaba -machista, cierto- “maricas”, no “maricones” como hace ahora el “progresismo”, y paternal -o paternalista- los veía distintos, me parecían -y eran- más débiles, los apoyaba, por ejemplo frente al falangista, energúmeno profesor de gimnasia que se burlaba de ellos y sus limitadas dotes -entonces, casi solo, me fijaba en ese “defecto”- para el ejercicio físico enérgico, y ninguno de ellos sufrió la hoy mal citada “Ley de vagos y maleantes”; en los años 60 y 70, universidad, “mili”, no milicias, y PCE clandestino, tuve camaradas -dirigentes y de los que más arriesgaban- y amigos que no ocultaban sus gustos sexuales… y nuestro dios librara a nadie -salvo, quizás, a algún anciano- de decir nada de ello, pese a que, sin saberlo, éramos “casta del 78”, jóvenes con defectos que, sin smartphone ni coche, nos citábamos en un  lugar y hora y no fallábamos, huíamos de la policía, no la aplaudíamos pues, entonces, no había “progresistas” ni “feministas” subvencionados que nos “protegieran” de la Ley contra el comunismo, pero no éramos tan egoístas y crueles como muchos ahora.

EL ROTO 10/09/2021

​Desazona que un joven homosexual azorado -y muy mal aconsejado-, en lugar de enfrentarse a su problema personal, haya querido evitar que una relación masoquista consentida destruyera su relación de pareja ocultándose -y ello preocupa aún más- tras la dañina mentira que propicia el trato -en el peor sentido- “político” que, aquí ahora, dan -el “mercantil progresismo” y seres tan poca cosa, siniestros, misteriosamente llegados como Montero, Belarra, Errejón, Echenique o el “opinador” asalariado Iglesias- a ideas sensibles y serias como la de las minorías o la rugosidad del natural -perpetuo y con cosas a corregir- roce entre mujeres y hombres, que le facilitaron urdir -un rato y aventar con megáfonos insanos- un homofóbico falso ataque…, con el que crearse un status opuesto al del “hombre” frente a “la mujer”, mitad mala de la población, privada de la constitucional presunción de inocencia y obligada a demostrar, siempre, que no es culpable de lo que le acusa la otra mitad ¿Cuántas injusticias habrá amparado tan insufrible doctrina? Huyo de tales juicios, pero denuncio abusos rabiosos en los dos únicos casos de que me he (pre)ocupado.

FLAVITA BANANA 10/09/2021

Es evidente el conflicto entre la filosofía de vida de quienes vivieron -y empujaron contra- el régimen franquista, aquellos comunistas, y quienes gestionan “esto”, mientras la flor y nata del “progresismo sistémico subvencionado” toma partido contra aquellos a quienes, regocijando a Sánchez, el huido Pablo Iglesias, hoy acogido -y pagado- por gente dispar como la SER o el millonario entrista independentista Roures, llamó “casta del 78” y, al tener que repartir miles de millones que -aunque dicen de Europa- son de todos, gente tan bien tratada como Muñoz Molina, hermético, advierte en El País que “hay que tener mucho cuidado con lamentar la pérdida de virtudes que existieron en el pasado”, “cuidado con el pasado, con la nostalgia” mientras Ignacio Sánchez-Cuenca, más joven, obvio y agrio, descalifica -en El País también, ¿dónde si no?- a las que llama “élites enfurruñadas de la Transición”, culpables según él de que, ahora, no haya reformas, avinagrada crítica que supongo no dirigida contra Fraga, UCD, los parvenues de la PSOE impulsada por la CIA y la socialdemocracia corrupta de Willy Brandt,…, ni contra los oportunistas de nombre femenino y color morado, sino contra los marxistas, comunistas que aún alienten la “filosofía de vida” de la lucha contra Franco e intenten traer otra cosa, otra política ajena a la de Iberdrola, el Santander,… y se enfrenten al corrupto Sánchez que sabe, cómo el joven Tancredi explicó a su tío Fabrizio, que “si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie” e intenta enfrentar a los iguales, hombres contra mujeres, “homos” contra “heteros”, catalanes y vascos contra madrileños,…, tratando de borrar la evidencia de que solo con el trueno de la razón en marcha y la unión de todos lograremos impedir que los de siempre nos continúen imponiendo deberes sociales sin derechos.

domingo, 5 de septiembre de 2021

183 Los domingos, cavilar De la servidumbre voluntaria Fernando Merodio 05/09/2021

 183 Los domingos, cavilar

De la servidumbre voluntaria

Fernando Merodio

05/09/2021

"Que hasta los bueyes gimen bajo el yugo, y los pájaros se lamentan en la jaula (...) Y puesto que hasta los animales destinados al servicio del hombre no pueden acostumbrarse a la esclavitud, (…), ¿qué fatalidad pues ha podido desnaturalizar al hombre, único nacido para vivir libremente, hasta el punto de borrarle de la memoria la dignidad de su ser primitivo y el deseo de recobrarlo" (Étienne de la Boètie, "Discurso de la servidumbre voluntaria")

EL ROTO 01/09/2021

Un observador medio se alarmaría al ver cómo los españoles -bueno, quizás solo un 98,7% de ellos- son sumisas víctimas -igual que cuando el dictador Franco- de los efectos no sanitarios de una muy -bien e intensamente- publicitada pandemia, que ha provocado como síntoma esencial la preocupante, castradora, fácil tendencia de ese 98,7% a convivir -siervo voluntario, insisto, como cuando Franco- con los mil abusos que simplemente convienen a los políticos, medios y, en especial, al poder real.

Étienne de La Boètie, 1530-1563, vivió 33 años y murió por la peste, gran amigo de Montaigne, alto funcionario jurídico, fue precursor de la resistencia no violenta y la desobediencia civil en tiempos duros, autor en 1548, con 18 años, de los quince folios del Discurso de la servidumbre voluntaria o Contra uno que, 25 años después de su muerte, pudo publicar Montaigne, advertencia moral frente al tirano y, más aun, frente a quienes, a su sombra, le sirven, un Discurso en el que osa pensar por sí mismo, cuestionar conformismo y obediencia, asumir, con todos los riesgos, ser dueño de sus actos y equivocaciones, evidenciar cómo multitud de seres de apariencia inteligente, sin explicación lógica, se someten al déspota; La Boètie identificó el arcano, lo abrió y cerró sin diferenciar el poder legítimo del ilegítimo ni, por fortuna, aportar soluciones, por lo que conviene leerlo y, tras ello, valorar lo nuestro de hoy.

Desde 1939, tras el conflicto (in)civil de las muchísimas víctimas y hasta morir en la cama en 1975, mandó en nosotros un tal Francisco Franco, general dictador bajito, barrigón de voz atiplada que, con un  ejército golpista y -además- servil, ganó una guerra; coexistí con él 30 años y, estricto, digo que abusó de fuerza para imponer leyes injustas que españoles obedientes -incluidos catalanes y vascos- avalaron; buen ejemplo de la servidumbre voluntaria que diseccionó La Boètie, más grata para unos que para otros y -dicen que- corolario del miedo, pues es cierto que, mientras el tirano vivió, solo unos pocos, casi todos comunistas, le hicieron  frente. 

Muerto el perro sin que se hubiera acabado con la rabia ni aceptado algo tan simple como respetar el contrato social y valorar la ley, se aprobó una Constitución -dicen que- democrática, se revivieron partidos, viejos y nuevos, hoy descapitalizados de ideas y convertidos en sociedades mercantiles con telegénicas gerencias sin cualificar que, pasado medio siglo, consideran conveniente -para ellas- volver a hablar del general que tiranizó siervos voluntarios, al que la PSOE, tras haber estado desde 1939 -o quizás antes- hasta 1975 de vacaciones silentes, hoy revitaliza, apoyado por los insolventes que, tras lucrarse de ella -como ahora a costa nuestra- traicionaron la idea del movimiento emancipador en América Latina y sufriendo, al tiempo, la extorsión siempre insana de la codicia independentista, más hostil que nunca, un trío al que, con su torpe e inasumible -nueva/vieja- lógica, solo se opone, simplemente para sustituirlo, una poco aconsejable derecha, pues, si aún hoy existe, el marxismo, que fue obsesión víric y oposición casi única al sátrapa, permanece silente, de perfil ante la historia.

 El comisario Croce, creación de Ricardo Piglia, dice algo tan exacto como que "el horror y la idiotez reinan en el mundo", medio en el que el cimbrear intrigante de Pedro Sánchez, ¡gran jefe de planta!, finge derrotar a Franco con fraudes de ley y normas tan infames -casi- como las de aquel, olvidando que la batalla ideológica solo la ganarán, unidos, pueblo y Estado de Derecho, luchadores honestos y buenas normas, nunca por el fácil atajo de los desbocados Decretos ley ad hoc; quizás fatuo, cavilo sobre lo que habría que hacer, pero por respeto a los pocos que lucharon contra el tirano los 40 difíciles años de gremial servidumbre voluntaria, desprecio que la mercantil PSOE, vendedora de crecepelo entre restos de naufragio, unida a penenes del oportunista huido Iglesias y al independentismo hostil hayan levantado de nuevo, cada uno con sus oscuros fines, la pétrea losa que cubría los restos del hoy poco peligroso sátrapa, para dar -otro mal- carpetazo a una parte tan indigna de nuestra reciente historia.

Los indignantes ejemplos de nuestra pandémica, actual servidumbre voluntaria que, leído La Boètie, basaríamos en el miedo que enquistó el franquismo en el grupo, dan titulares de opiniones oportunistas en los más diversos ámbitos, como “Vacunarse es una obligación cívica y solidaria”, defendido en El País, neoliberal/progresista biblia, por Martín Pallín, octogenario largo, magistrado emérito y ex-fiscal del Tribunal Supremo que, mientras estuvo activo, no fue ejemplo para nada y, hoy -tan mal- apoya su inquisitorial tesis de vacunarse porque sí, servidumbre voluntaria, en algo tan pueril como que, según la constitución, todos tenemos “derecho a la vida”, “a la integridad física y moral” y a la “protección de la salud” y es el poder público quien “organiza y tutela la salud -también- pública”, derechos garantizados en igual  -inexistente- forma práctica que la libertad, seguridad, honor, intimidad, trabajo, salario y vivienda digna,… para todos, sin olvidarnos de lo de expresarse, relacionarse, asociarse,…, claramente pisoteado por las vacunas, mascarilla/bozales,… impunes que -dicen- garantizan salud pública y vida, (pre)ocupación del octogenario Pallín que, para colmo, basa sus triviales razones jurídicas en el oscilante “saber” de poco fiables expertos asalariados de multinacionales médicas/farmacéuticas, cuyo lucro -lo siento y pienso- defienden.

Idénticos vanos argumentos usa López Garrido, que huyó con votos -y, también, sueldo y cargo- comunistas para trepar -él- en la PSOE y hoy ser vicepresidente de la Fundación Alternativas, trituradora ideológica desde la que, siervo de sus jefes, intenta desacreditar la sentencia que declaró inconstitucional el decreto de alarma -que debió ser de excepción- en base, como Pallín, al sacrosanto cajón de sastre en que el progresismo, dúctil y maleable, convierte el -por todos apreciado- “derecho a la vida” y, también en El País, titula, inquisidor doctrinario, que “El constitucional se olvidó del derecho a la vida”, defendiendo, por encima de la estricta pulcritud al aplicar la norma, la colectiva “servidumbre voluntaria” que pretenden imponernos -corruptos- partidos.

No es fácil encontrar forma más gráfica de sumisión espontánea a lo que exigen  oportunismo y sucio poder que el impudor del capitán español que, parte de las tropas que perpetraron la vergonzosa evacuación de afganos en Kabul, nos insulta en el mismo medio con un titular contra lógica, ética, sentido común,…: “Nunca pensamos que tantas vidas iban a depender de nosotros”; si es que su profesión le recomendó, algún día, pensar, ¿qué pensaba el capitán que estaba haciendo allí?

Cavilo sobre la actual, dañina, real, irreversible emergencia del clima que agrede a diario a todo el mundo, a la desigualdad rampante, al abusivo poder del 1% que, desaforado, crece y, para animarnos a ser sus siervos voluntarios, anuncia más y más -dañino- crecimiento controlado por ellos, causa del daño actual, ahora adueñándose del territorio común con molinos gigantes y miles de placas, mientras la mayoría calla, el egoísmo lloriquea ¡aquí no! y, como siempre, solo unos pocos luchan por todos.

EL ROTO 02/09/2021

Coda optimista y advertencia.- Ha vuelto, tras sus vacaciones, la seriedad a El País con El Roto preguntando en un apocalíptico desierto: “Hola ¿Hay aún alguien ahí?”; vuelvo a él mientras releo -y animo a hacerlo- el Decreto de excomunión de Baruch de Spinoza, cumbre de la filosofía que, en 1656, tiempos muy peligrosos, osó no ser siervo voluntario… y decirlo, recibiendo una -muy actual- respuesta: “Ordenamos que nadie mantenga con él comunicación oral o escrita, que nadie le preste ningún favor, que nadie permanezca con él bajo el mismo techo o a menos de cuatro yardas, que nadie lea nada escrito o transcripto por él”, pero él, tenaz, construyó su sabio legado.