domingo, 31 de mayo de 2020

107 Los Domingos Cavilar CoVilación. 21 De la empatía Fernando Merodio 31/05/2020

107 Los Domingos Cavilar

CoVilación. 21 

De la empatía 

Fernando Merodio 

31/05/2020 

“La humanidad se divide en dos grupos: la gente empática, que usa mascarilla, y los egocéntricos, que van a cara limpia" (Rosa Montero "Mascarillas si" El País Semanal 24/05/20). 

"Estos políticos se especializan en soporizar a los espectadores, ser confusos, hablar mal, repetir siete veces lo mismo, eludir las respuesta de utilidad o interés y abusar del ridículo verbo 'empatizar'" (Javier Marías."Al servicio de otros señores, dos" El País Semanal 24/05/20) 

Buscando en la última página de El País Semanal el fiable artículo dominical de Javier Marías con el que -pese al mínimo desajuste que le supone estar escrito unos días antes- empiezo siempre -y suelo acabar- la lectura de la revista, me encontré el agitador párrafo de llamado que arriba cito de otro artículo, de Rosa Montero éste, pues si la cronista acertara en su radical dicotomía, además de no "empático", sería egocéntrico quien -al contrario imagino que ella- no lleve mascarilla incluso andando solo al aire libre o pudiendo guardar, en grupo, una razonable distancia con el resto y lo empeore, además, no gozando de las cualificadas eximentes de consumir/gastar o estar practicando un deporte que mueva dinero. 

El empleo lógico, no histérico, de la mascarilla/bozal no me parece egocéntrico, propio de quien quiera ser centro de atención de algo o alguien, y dado que, igual que Marías, me parece ridículo el uso del verbo "empatizar" -su abuso por los "progres"- y, además, quería precisar qué supone tal vocablo, acudí al diccionario de la RAE para ver cuánto de malo tiene no ser incluido en la lista de "gente -¡uf, la gente, tótem de "Evita" Iglesias!- empática" y valorar si, en el caso de que tal exclusión no resulte muy degradante, la agria disquisición periodística solo supondría el baldón -para quien no se comporte como a ella quiere- de ser, simplemente, egocéntrico y, viendo que es empático el "que tiene empatía", o sea "participación afectiva (...) en una realidad ajena (...), generalmente en los sentimientos de otra persona", me quedé tal como estaba, sin aclarar si para ser tal cosa basta con lamentar –hasta llorar incluso- el mal ajeno o si, además de sentir afecto por -lo que sepamos de- las desgracias de otros, se exige implicarse -de facto- en solucionarlas, llegando a la conclusión de que si el significado correcto fuera el primero, no creo que nadie se deba avergonzar por no ser tal cosa, rememorando el colegio -de curas, por supuesto- en que a los niños así les llamábamos -éramos una infancia machista- cotillas, llorones o nenas, según el caso, viendo, al tiempo, que Montero se desliza -al defender el cliché del bozal/mascarilla y su uso- por la grasienta pendiente policial que los "progres" han inclinado -con apoyo en la "ley mordaza", de la que se han encariñado- para combatir la CoV19. 
EL ROTO 30/05/2020

Por ello, pienso, crean lo que crean los apegados al pensamiento -además de ajeno- único, que empatizar es cotilla, cursi, llorón,..., sobre todo, inane y no veo, al contrario de Rosa Montero, conexión entre ser empático e ir o no -por la calle y guardando las distancias- "a cara limpia", lo mismo que tampoco entiendo que, solo por ir "limpio" de cara, nadie deba ser tildado de egocéntrico, pareciéndome, sin duda, que a la escribidora, tras tanta, tan larga e insana convivencia con "fuerza y orden progres", se le pudo disparar algún gen inquisitorial, siempre "atento a la que salta". 

Además de la trivial e injusta taxidermia de la crónica, me preocupó esta semana una joven, poco más de 20 años, empleada de supermercado que, perdida sin duda, me decía: "Llevaré mascarilla y guantes mientras viva, tengo miedo", lo que alguien llamará "empatía", pero es lo que están consiguiendo con sus prédicas apocalípticas, el populismo “progre” y la falta de información seria de, junto a sus muchos socios, la marquesa que lo es y el hijo del terrorista al que aquel denunció alardeando de que fue del FRAP, grupúsculo que en los años 70 mató a 5 "grises" y 1 guardia civil y, en aquel tiempo casi peor, la oposición de izquierdas, lo señalaba -algo habría- como vía de infiltración de la gente del tenebroso comisario Conesa en sus organizaciones. 

La solidaridad, más seria que la empatía, me llevan casi sin querer a un viejo y largo escrito publicado el 19 de setiembre de 1995 en el New York Times y el Washington Post, "La sociedad industrial y su futuro", 232 puntos firmados por Freedom Club, Club de la Libertad, en realidad Ted Kaczynski, Unabomber -University and Airline Bomber- para la policía, muy inteligente matemático que, solo y desde una cabaña en Montana aterrorizó los USA durante casi veinte años con cartas bomba que mataron a 3 personas -la mitad que el FRAP-, hiriendo a 23 y hoy está en prisión condenado a ocho cadenas perpetuas; un escrito -de lectura reposada- que explica y razona con detalle una frontal oposición a la sociedad industrial, que -alguno- llama hoy "progreso" o "crecimiento" y -lo lamento, acríticos correctos- genera, con alguna discrepancia, mi "solidaridad" con él, que -más seria que la "empatía"- para el diccionario es "adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles", solidaridad que, lógico, es sólida pero con límite; llamativo, hoy, en dos planas plutocráticas de El País, Rafael del Pino, Ferrovial, coincide -sin pretenderlo supongo- con él: "No hay energía más verde que la que no se consume". 

Reproduzco, para explicar la razón de mi solidaridad -ajena a cartas bomba- a quien no quiera dedicar tiempo y fatiga a leer los 232 puntos, solo el primero, que es, lo mismo que el resto, de 1995: "1. La revolución industrial y sus consecuencias han sido un desastre para la raza humana. Ha aumentado enormemente la expectativa de vida de aquellos de nosotros que vivimos en países 'avanzados', ha desestabilizado la sociedad, ha hecho la vida imposible, ha sometido a los seres humanos a indignidades, ha conducido a extender el sufrimiento psicológico (en el tercer mundo también el sufrimiento físico) y ha infligido un daño severo en el mundo natural. El continuo desarrollo de la tecnología empeorará la situación. Ciertamente someterá a los seres humanos a grandes indignidades e infligirá gran daño en el mundo natural, probablemente conducirá a un gran colapso social y al sufrimiento psicológico, y puede que produzca también el sufrimiento físico de los países 'avanzados'", en 1995, con evidente y rabiosa actualidad, el muy inteligente, preciso matemático diseccionó lo anterior, la desigualdad, el calentamiento, las pandemias,…, en otros 231 puntos. 

El viernes, con similares razones -pero sin su concreción fáctica, pegada a la realidad- a las reiteradas por la Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria en el ámbito troncal de la generación energética, Miguel Urbán, ex-socio desencantado de esa cosa lejana al comunismo de Evita Iglesias, eurodiputado, parte de la situación actual y, en la biblia diaria del neoliberalismo culto, marca una ruta teórica, ejecutable en la práctica: 1) cuestionar la ”formidable concentración de la renta y la riqueza” actual, 2) acabar con el poder corporativo del capital, gobierno mundial en la sombra y 3) “acabar con el chantaje de la deuda, que atenaza las cuentas públicas” y dificulta atender, por ejemplo, emergencias sanitarias, para concluir que, “ineludiblemente debemos pensar que es posible otro sistema que anteponga nuestras vidas a sus beneficios”; hay que ponerse a ello, pues, nadie lo dude, es ahora o nunca. 

Nada que ver lo de Urbán y la Plataforma con el trampantojo, trampa para el ojo que aquí ahora pinta el populismo “progre”, nuevos ricos ruidosos aparentando hacer algo; quien quiere frenar desigualdad, pandemias, calentamiento global, pobreza,… sabe que un futuro digno para todos, exige -Greta Thunberg- "cambiar el sistema", de arriba a abajo, repartir bien, reiniciar,…, aquí ahora negarse a los humillantes auxilios de Evita Iglesias para sus descamisados cautivos, los Ertes, pan para hoy y hambre para mañana, no mendigar ante las corporaciones y la Europa seria, repartir la riqueza escasa, el -poco- trabajo, buscar la igualdad,…, enfrentarse a lo que Byung-Chul Han llama “violencia de la positividad”, sobrecomunicación, hiperatención,…, paternalista y falsa bondad que, en realidad, es freno para la actuación individual; la peligrosa "nueva normalidad" deberá ser impuesta por la mayoría... como nos convenga.

El ROTO 31/05/2020

domingo, 24 de mayo de 2020

106 Los domingos cavilar CoVilación. 20 De la mentira Fernando Merodio 24/05/2020

106 Los domingos cavilar 

CoVilación. 20 

De la mentira 

Fernando Merodio 
24/05/2020 

“Es hora de liberar a la ciudadanía del encorsetamiento legal en que está atrapada (...) y repartir responsabilidades. El riesgo cero no existe y buscándolo podemos acabar asfixiados". (Josep Ramoneda. Opinión. "Liberar a la ciudadanía"

"Voy a ser cristalino en esto: ‘Pacta sunt servanda’, (...) En el acuerdo de UP con PSOE no se habla de derogación parcial, se habla de la derogación de la reforma laboral". (Pablo Iglesias, populista, sobre el pacto con PSOE-UP-Bildu). 

Insisto, un grupo insolvente nos somete a su pedestre batiburrillo conceptual, difícil de digerir tras más de sesenta días confinados, socio-políticamente fosilizados, sin voz, soportando consignas, privados de serios derechos solo por dúctiles razones de hecho y sin argumentos "expertos", mientras los que lo dicen -y lo hacen- tienen tan ignara y cruel actitud ética e ideológica que obligan a reflexionar qué ocurre y quiénes son los que -abusando de la pertinaz excepción de un "estado de alarma"- deciden todo, absolutamente todo lo nuestro, sin -casi- darnos opción para responder y obligándonos a leer a diario el -más contradictorio que nunca- BOE, intentando no sufrir, además del bozal, la penitencia de la -hoy no- denostada Ley mordaza. 

Escribía hace días Josep Ramoneda algo tan lógico como que "ni siquiera con las mascarillas nos dan la oportunidad de comportarnos según nuestra conciencia y responsabilidad", demostrando cómo la "coalición progresista" nos maltrata en la crisis al desconfiar "de la capacidad de los ciudadanos de decidir por sí mismos" y aumentar el caos social al tenernos confinados mientras, inepto dañino, en grupo intrigan con el capital y, uno a uno, sus miembros hacen lo que estamos viendo, para luego pensar y finalmente, tras errar, con descaro mentir. 

EL ROTO 23/05/2020

Dijo Baltasar Gracián (1601-1658) que “el saber más práctico consiste en disimular”, por lo que política y mentira siempre han sido compañeras y casi 100 años después, hace más de 300, se publicaba el opúsculo “The Art of Political Lying”, "El arte de la mentira política", atribuido durante siglos a Jonathan Swift (1667-1745), siendo autor real su amigo el escritor escocés John Arbuthnot (1667-1735) que, con agudeza, talento irónico, incluso estilo similares a Swift, cuando la política esbozaba sus actuales fondo y forma parlamentarias, fijándose en Whigs y Tories explicó que mentir bien en política no se improvisa, es un arte que exige dedicación, pautas y reflexionó sobre la disposición fisiológica del humano a la mentira, para exigir que un arte tan útil y noble como mentir tuviera, como el resto de las artes y ciencias, su entrada en la enciclopedia y, así, ayudara al político que intentara alcanzar la gloria. 

Definió la mentira política con sencilla contundencia, “arte de hacer creer al pueblo falsedades saludables con un buen fin” y lo acompañó de la enumeración de posibles tipos de engaños, negando que toda falsedad sea difamatoria y citando tres clases de mentiras políticas: “calumniosas”, que tratan de arrebatar a un hombre la reputación justamente ganada, “por aumento”, que atribuyen al personaje mayor reputación de la que le corresponde y “por traslación”, que transfieren el mérito de una buena acción o el demérito de una mala de una persona a otra, todo ello aliñado de consejos para que la mentira funcione mejor, se extienda más rápido, dure, advirtiendo a los jefes de los partidos políticos que no deben creer sus propias mentiras y sí temer que el exceso de calidad en el ejercicio del arte pueda hacer que acaben persuadidos de que lo que afirman es en efecto verdad y terminen intentando resolver los asuntos políticos según dicta lo inventado, lo que, igual que ahora, al parecer ocurría a menudo, por lo que exigía la terapia de que, si algún partido se excediera en el número y tamaño de sus mentiras, “para restablecer su credibilidad deberá, durante tres meses, no decir nada que no sea verdadero; lo que les dará derecho a difundir mentiras durante los siguientes seis meses”, dudando, es cierto, de la posibilidad de encontrar políticos capaces de semejante esfuerzo de contención. 

Lo escribía Swiftt/Arbuthnot, analista del siglo XVIII, sin televisión, debates de tertulianos, campañas mediáticas, sin comentarios anónimos en Internet, blogs y redes sociales, en una era en la que ni se intuía el retoque fotográfico, la suplantación digital,..., lo que quizás sea razón de que, en el comentario que cierra el pequeño volumen Jonathan Swift -ahí sí, el famoso escritor irlandés- diga que “al igual que el más vil de los escritores tiene sus lectores, el más grande de los mentirosos tiene sus crédulos: y suele ocurrir que si una mentira perdura una hora, ya ha logrado su propósito, aunque no perviva”; el ruido y la confusión harán el resto. 

En medio de un tsunami vírico, el anuncio de una quiebra total del sistema y con la evidencia en puertas del caos planetario que -todos sabemos- es el calentamiento global que exigen el esfuerzo pedagógico de los gobiernos para lograr el apoyo activo en masa de la sociedad en el camino del imprescindible cambio -radical- de sistema con inteligencia, temple, coraje, fuerza,..., aquí vemos cómo los dos clanes de nuestro (des)gobierno -unas siglas históricas, nada de socialismo con mucho afán mercantil y un populismo cutre que tiene gratis la libertad luchada por otros -a los que insulta- y es ajeno a la igualdad, al admitir que sus jefes vivan en un lujo imposible para el 99%- firmaban -solo- con Bildu, pequeño, histórico -insufrible, cruenta historia- grupo vasco territorial xenófobo que solo los analfabetos funcionales pueden ver de izquierdas, un acuerdo cuya base, al tiempo de negociar con -y humillar a- sindicatos, patronal y, aun peor, lo más sólido del pueblo, era el compromiso de -sin otra ley- "derogar de manera íntegra la Reforma Laboral del año 2012", urgiendo, por su sola cuenta, que "deberá ser efectiva antes de la finalización de las medidas (…) derivadas de la crisis originada por el Covid19", ¡viva el confinamiento!, y, de postre, -más- ventajas solo para Euskadi y Navarra; supongo que ello demuestra que nos merecemos el peor -y mira que los hubo malos- gobierno y la peor oposición con mucho de los últimos 40 años, en el momento ideal para que el cruel ultra-liberalismo reaccionario remate su sucia tarea. 

EL ROTO 22/05/2020

Todo es desleal, cutre, pueril en el peor sentido, el presidente, el vicepresidente 2º del gobierno y el grupo xenófobo han perpetrado -en la sombra- una chapuza que empeoran al mentir mal, muy mal, no como enseña Swiftt-Arbuthnot, con patrañas diversas de cada inepto que habla tras destaparse el escándalo que -tan cortos son- ni siquiera intuyeron y, mientras la PSOE, traidora a -casi- todos y, ahora en concreto, a sindicatos y empresarios con los que -como tanto le gusta- pacta, reniega, cobarde, de lo hecho y miente -¿quién se fía ya de él?- al asegurar que solo derogarán, entre otras cosas, "la posibilidad de despido por absentismo causado por bajas por enfermedad", ya derogada, como, aun peor, lo hace "Evita" Iglesias que se definió "cristalino" -y me evocó, lo siento, "la noche de los cristales rotos"- al mentir diciendo que el acuerdo PSOE-UP avala que, ¡ya!, se derogue "íntegra", la reforma laboral de Rajoy -junto a la Ley mordaza, su obsesiva referencia-, obviando el "Acuerdo de coalición progresista" que tanta -y tan injusta- cancha política –y económica- le ha dado, con la peor mentira, semi-verdad parcial, que no resiste la más leve lectura de cómo el vacuo "Acuerdo" enumera "lo urgente" sin citar tal "derogación íntegra" que -sin control político de la socio-economía- nada aporta a la clase machacada; sí, por contra, ha habilitado una fiesta -de banderas y cláxons- al facherío irredento a partir de su aventurero, golfo y cobarde intento de tapar conducta tan poco solidaria y leal usando -y manchando- el serio -de hombres de verdad- "pacta sunt servanda" y, sin duda satisfecho, ignora -¿y apoya?- que el dañino Sánchez Galán tenga hoy dos planas publicitarias en El País. 

Nada se ha alterado, es cierto, en tres siglos desde que se escribió "El arte de la mentira política" y, aún hoy, “la falsedad vuela, mientras la verdad se arrastra tras ella”.

jueves, 21 de mayo de 2020

CoVilación. 19 De viejos Fernando Merodio 13/05/2020

CoVilación. 19 

De viejos 

Fernando Merodio 

21/05/2020 

“Cerca del 87% de los fallecidos en España por el virus eran mayores de 70 años (...) la mortalidad se ceba sobre todo en los mayores (...)". (Xavier Vidal-Folch "No empujen a los viejos al matadero"). 

"Hace falta un nuevo contrato social" (Ana Botín O'Shea. Presidenta Banco Santander) 

Xavier Vidal-Foch, 68 años, sabido equidistante con los profetas del egoísmo nacionalista, en un alarde estadístico fino nos muestra -algo tan sabido y natural como- que el ignoto virus "se ceba" en los mayores de 70 años, dato que le hace titular pidiendo -no dice a quienes- que "no empujen a los viejos al matadero", obviando que haber llegado, confinado y sin bozal, por ejemplo yo, a los 74 no hace ser viejo, pues puede decidir cada cual -llegado a esos años o más- si quiere que "le empujen" o irse con dignidad cuando le toque, hagan lo que hagan quienes quieran echarle; ratifica ello que ni en el fútbol se debe aplaudir en manada como Eduardo Mendoza, 77 años, que al tiempo que Vidal-Folch dice aquello, aplaude a "los sanitarios y mucha gente más", para pasarse de frenada y referirlo, no a periodistas concretos, sino a "los periodistas", sin aclarar los ignotos méritos que -para él- tiene el oscuro gremio. 

Preguntaría yo a quien -talludo- parecen ocupar "los viejos" como piezas de trastero si se ha molestado en ver cuál es, sin intervención del virus, el porcentaje de fallecidos diario de mayores de 70 años y, sin esperar al dato, le daría una palmadita en la espalda y le explicaría -por si no lo sabe- que la vida es tan injusta que los que hemos pasado de los 70 la diñamos más que los que aún están en los 20 y, quizás por ello, deberíamos manifestarnos y, como algunas mujeres, protestar por la desigualdad. 

Al bueno de Vidal-Folch parecen preocuparle, en especial, los "viejos" que mueren en las que dicen "residencias", sin hacer la menor valoración, ¡uf!, de la repulsiva, fea relación causa-efecto de tal hecho, además de con la edad, con el extendido hábito de que, al final, a quien ya no sirve para "cargar" con los nietos se le aparque, condene a la soledad y el hastío que definió Elías Canetti en su Libro de los muertos: "¡Todos maltratados, tanto animales como hombres! ¿Y ésta es la vida que te interesa?". 

Cambio de tema y conceptualmente coincido -sin que sirva de precedente- con Ana Botín, 59 años, en que "hace falta un nuevo contrato social", ¡tiemblen ciudadanos!, coincidencia que se agota en la abstracción, pues yo pretendo -y pienso que ella no- que el nuevo pacto social que rija nuestra convivencia convenga a todos por igual y nos lleve en dirección a la justicia, la igualdad, el respeto a la naturaleza,..., parezca, en fin, un contrato entre seres civilizados semejantes. 

Excluyo yo de tal futuro, urgente, imprescindible contrato social -pero supongo que la plutócrata (9,95 millones €/año de sueldo y 48,10 millones € de pensión acumulados) no- el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética -texto no visible ni en la intrincada web del ministerio- que, peligrosísimos, apoyan hace tiempo colectivos tan poco fiables como Iberdrola, Acciona,... y que, con nosotros -no ellos- confinados -con bozal-, la ministra de la cosa y su -siempre- subvencionado cuate "populista" López de Uralde han enviado al congreso para su muy urgente -ya amañada- tramitación parlamentaria a espaldas todos y callando que tal ley viene de un recorrido muy largo -casi furtivo- que, en 2017, iniciaba el gobierno -de extrema derecha- de Rajoy con un anteproyecto respecto al que -dicen quienes han podido leer el actual- "se rebaja de manera importante el listón de objetivos"; rara será la criatura "civilizada" -nuevo concepto introducido por el populismo para definir, afín a él ahora, al maleable Ciudadanos- para que, conociéndola perfectamente desde su gestación en la "comisión de expertos", las grandes causantes del calentamiento global y los grandes dinosaurios -subvencionados- del ecologismo prehistórico, un medio tan "progresista" y afín al capitalismo más correcto como El País evite anunciar su jubilosa gestación en primera página y la envíe a la 22, par y, por tanto, publicitariamente barata; siempre mal pensado, algo ocultan en cuadrilla todos ellos. 

Parece ser que me imponen con la ley -y seriamente respetuoso con ella, incluso injusta e imprecisa, la acataré- llevar bozal -animal pensante, quiero hablar claro, sin nada en la boca y, además, entiendo que cruzarme, sin gritar, con mis congéneres o hablar con ellos a cierta, no gran distancia no genera contagio-, pero Sánchez/Iglesias, Illa, el ronquillo y su caterva de -ignotos- "expertos" han decidido que hablo mucho y quieren silenciarme... más incluso que hasta ahora, por las razones socio-sanitarias ya usadas por los "agentes de Kaos" -municipales, nacionales, militares,...- para dificultar mis terapéuticos paseos vespertinos con Rosa al inicio del ordeno y mando del terror irracional, los mismos que no evitan que, de 19:00 a 20:00 horas, los "viejecitos" sean perturbados en la calle -todavía de "Kaos"- por una gritona romería laica -muchos votos- de todas las edades, que, con mil adminículos, bicicletas, patinetes, patines, skates, perros,... que la ley -no yo- prohíbe les dificultan distanciarse los 2 metros terapéuticos ¡Por favor, mírelo, preocúpese, sufra, haga algo por nosotros, Vidal-Folch! 

La torpe impericia humana no tiene límite e, incluso, genera ternura si se muestra tras un evidente y fatigoso esfuerzo del torpe y, además, sus consecuencias negativas solo a él afectan, caso distinto al que nos ocupa -la eclosión del CoV19 y la falta de reflejos, iniciativa, conocimientos,... de quienes debían gestionarla- en que una caterva de insensatos endiosados, sin otro currículo que la aprovechada pertenencia a clanes o sectas y su aprovechamiento individual de la -injustificada, injusta- fuerza de tal grupo en exclusivo provecho propio, unidos contra natura de modo coyuntural e interesado, con responsabilidades individuales y como grupo en la tarea. 

Lo más grave y preocupante del descalabro es la evidencia de que, mientras nos amargan la vida confinados, incluso con bozal -intuyo un gran negocio para alguien- obligatorio y dificultan nuestra relación con la Administración, con ellos, e incluso entre nosotros, los incapaces ciertos, en concurrencia con el capital, las multinacionales y con el silencio de los grandes subvencionados, avanzan - veremos pronto si con éxito- en la ilegal imposición de normas fundamentales -Ley del Cambio Climático y la Transición Energética, LCCTE y Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, PNIEC- que bajo nombres que suenan bien al despistado -lenguaje pervertido- intentan consolidar en manos del peor capital -que aquí se apropia del territorio de todos y daña de modo irreversible el medio ambiente y más lejos, incluso, asesina a indígenas que se oponen a su infame enriquecimiento injusto- el control del giro que en la gestión de la energía exige la desesperada situación de la vida humana en el planeta, siendo nuestra obligación poner todas las fuerzas en impedirlo. 

Una ventaja, entre comillas, de ser "viejo" es no llegar -salvo los pocos que pasemos de cien años- a vivir lo más grave de los efectos del calentamiento global, pese a lo cual los "expertos" por edad podrían colaborar a que la catástrofe sea lo menor posible y evitar que, por ejemplo, Rummenigge pueda decir "me faltó poco para llorar cuando miraba por televisión las imágenes de Italia y España" y quiera ayudar... con dinero a la "cuarta potencia industrial de Europa" -Evita Iglesias dixit-, o que el país de la UE que más kilómetros de autopista y TAV derrocha mendigue regalos -no préstamos ad hoc- de países menos pródigos, o que la misma UE vuelva a reprendernos por "incumplir de forma significativa las reglas fiscales" antes de la epidemia, o que se pueda pactar -por "progresista" que ello sea- una cosa y la contraria con Ciudadanos, ERC y Bildu, o que se produzca una prolongadísima vacatio legis, si se deroga la normativa laboral sin tener preparado -y hecho público- un borrador de alternativa, o... 

Eso podrían hacer para no aburrirse, antes de ser empujados, echados, los viejos.

domingo, 17 de mayo de 2020

105 Los domingos cavilar CoVilación. 18 El sueño de la razón Fernando Merodio 17/05/2020

105 Los domingos cavilar
 
CoVilación. 18 

El sueño de la razón 

Fernando Merodio 
17/05/2020 

“Aquí no me propongo agradar a nadie” (Paul Valéry. "Cahiers"). 

“El sueño de la razón produce monstruos" (Francisco de Goya "Capricho nº43"

"Los dogmas se han truncado, la crisis nos ha cambiado a todos" 
(Yolanda Díaz. Ministra de Trabajo. Anti-comunista) 

En medio de un batiburrillo conceptual pedestre, difícilmente digerible, llevamos más de sesenta días confinados, socio-políticamente inmovilizados, callados, privados, sin el aval escrito de "expertos", de muy serios derechos por dúctiles razones de hecho, nadie puede negarlo, mientras los que nos lo dicen -y lo hacen- muestran una cruel disposición ética e ideológica que obliga a reflexionar, seguir -aunque sea de lejos- las pautas de lo que Paul Valéry -conservador que influyó en Walter Benjamin y llegó tan lejos que provocaba perplejidad en Adorno- hizo durante cincuenta años de 4 a 5 del amanecer, antes de iniciar su jornada de funcionario, 26.500 páginas escritas a mano, 261 libretas, incluso mal redactadas, los "Cahiers", "Cuadernos" en que depositó frutos de su potente razón, despierta para, con belleza, decir su verdad, la suya, cuadernos que abren la edición castellana traducida por Sánchez Robayna con una declaración honesta: “Aquí no me propongo agradar a nadie”, que amplía el autor de "El cementerio marino" describiendo el intenso y disciplinado trabajo de los Cahiers como una “elaboración de mí mismo y para mí mismo, más que una preparación con vistas al público”; Valéry quiere “decir” cosas para “hacer", sugerente declaración de ideas con vocación de hecho. 

El búlgaro Tzvetan Todorov, alumno de Roland Barthes, pilar del estructuralismo francés, da forma a tal idea en la introducción del libro "La literatura en peligro", breve alegato sobre cómo “la literatura nos ayuda a vivir”, pues escribir está “profundamente ligado a la comprensión de la naturaleza humana, es gran fuente del conocimiento del entorno social y de nosotros mismos”, denunciando las fuertes presiones que quien escribe sufre desde el poder vicario político, mediático o de “perversos grupos influyentes” que, en su interés, condicionan la opinión de todos, privando a la escritura de su lógica pretensión de atraer, formar lectores y lo que ello significa. 

En tal punto, parece lógico razonar que no hay que caer en la fácil tentación que nos tiende el poder venal, no hay que acatar el hechizo de que los "intelectuales" -aunque escriban para otros- tienen, solo por ser ellos, la presunción de influir en lo importante, boba y maliciosa pretensión de fingida y torpe ventaja rota por Leonardo Sciascia en una reflexión de su elogiable Negro sobre negro con la chanza metafórica del profesor que llega al alba, antes que nadie, a clase y encuentra en la pizarra una maliciosa falsa frase, “el maestro se lo hace con la hija del director” y, tras un instante de zozobra, en la somnolienta soledad del amanecer, serio e irónico, puntualiza: “¡Ojalá fuera cierto!”; criterio que no debe llevarnos, sin más, a la inoperancia, sino a la seria corrección que robo al mismo Sciascia: “No haber hecho nada constituye una tremenda ventaja, pero no hay que abusar”, sabio criterio sobre el que reflexionar. 

Quien vive, tiene una vida larga, más de lo que se piensa, si se vive hay afanes y tiempo para todo mientras pasamos. Goya fue un genio y un buen ejemplo, en su larga vida hizo cosas muy diversas, pintó retratos de ricos y poderosos por encargo, mostró que las mujeres españolas no sonríen, nos asustó con los “desastres de la guerra”, en sus pinturas negras evidenció que el cielo está vacío, reflejó en sus corridas de toros cómo el placer se une al miedo,..., siendo en especial sugerente la serie de ochenta aguafuertes que tituló Caprichos y, sin encargo de nadie, por caprichosa decisión propia, grabó cuando, a partir de 1792 y a causa de la sífilis, del plomo que contenían sus colores o de causas síquicas, entre fieros dolores de oídos y cabeza, caía en una sordera permanente; pequeños cuadros que no le exigieron esfuerzo físico, en los que denunciaba maldades, abusos y lacras de la España de su época, violencia contra la mujer, abusos religiosos, Inquisición, brujería, turbia nobleza,..., con textos didácticos y, al tiempo que retrataba por dinero, vivía la angustiosa contradicción de que la misma Razón que él, sincero, festejaba en muchos de sus cuadros, para cambiar el injusto sistema guillotinaba en Francia a Luis XVI, a la nobleza, al derecho divino del Ancien Régime. Manuela Mena, conservadora del Museo del Prado, explica que la forma en que Goya pinta y, en especial, diseña y graba las infinitas variantes de la violencia física, cómo expresa los modos más escabrosos del salvajismo, las coacciones más brutales ponen a trabajar la razón al servicio del instinto, como hizo Sade, y añade que el Capricho nº43 es, en especial, un aviso: mientras el pintor duerme recostado sobre la mesa de trabajo es acosado por félidos gigantes, agresivos seres ignotos, aves extrañas, fieros murciélagos,... con un didáctico rótulo, “el sueño de la razón produce monstruos”, siendo cierto que, al haber engendros, no es bueno mezclar Razón y sueño y años más tarde explicará la Internacional que la igualdad ilustrada vendrá siempre unida al trueno humano que es “la Razón en marcha”


Esa fea cosa -siempre ilógica- que dicen derecha y antes fue Aznar, antes Fraga, antes Franco, antes... y ahora se encarna en la teatral y, por además guapa, muy peligrosa Isabel Diaz Ayuso, resulta tan evidente que no asusta, nunca me generará monstruos si -a mi pesar- me duermo, pues desde niño, con el uso de la Razón, la vi, supe de ella, que había que enfrentarla... y -al menos lo intenté- lo hice siempre; monstruos -inesperados- genera esa cenagosa cosa que tenemos aquí emboscada tras el ambiguo palabro "progresismo" que Giorgio Agamben define como sucio afán de mentir y pactarlo todo, igualdad y hambre, religión y razón, capital y Marx, opinión y ciencia,... y ahora expresa muy bien Yolanda Diaz -que debiera ofenderse cuando la digan comunista-, aprendiz cutre de la Verónica Lake -a la que la onda del pelo cegaba un ojo- de las películas serie B de Alan Ladd en mi infancia, que afirma en primera página de un resbaloso listo medio que, con la crisis, "los dogmas se han truncado" ¿no aprendió pactando, dispensando Ertes y caridad, que es la dialéctica, técnica de confrontación, la que elimina dogmas irracionales, neoliberales-capitalistas, religiosos,... o "progresistas"? No lo sabe y en la mercantil que gerencian la verborrea de Sánchez y "Evita" Iglesias nunca lo aprenderá, pero tendrá un buen sueldo y convivirá con los que, como la PSOE, según el Tribunal de Cuentas, en su primera rendición de estas cometen "errores" por valor de 9.000 millones..., más de lo que recaudaría el mínimo impuesto con que el populismo quiere gravar a "los ricos". 

A veces -hasta despiertos- el sueño de la Razón nos genera monstruos como la sibilina noticia -periodística of course- de que, tras el consejo de ministros -y ministras-la del "progresismo ecológico" -lenguaje perverso en su boca- quiere enviar el martes al congreso -en el forzoso sigilo de "nuestro" confinamiento- la furtiva "ley de cambio climático" que, silenciados por nuestro bozal/mascarilla, consolidará el calentamiento global al agrandar el poder insolidario y destructor del capital en el "chollo” de la gestión energética; esto ya estaba muy mal antes pero dice Byung-Chul Han, filósofo coreano-alemán, que "el coronavirus ha acabado -hasta con- los rituales; ni siquiera está permitido darse la mano" y, ahora, "la dialéctica del Antropoceno consiste en que en la Era del Ser Humano, el ser humano está más amenazado que nunca", sobre todo si vemos que los que des-gobiernan y sus "asesores" han estado, gastando el dinero de todos para indagar una posible “inmunidad de manada” -que, según ellos, ¡vete a saber!, requería más de un 60% de contaminados/cortafuegos-, resultando que los ya inmunes son solo en torno al 10% ¿dónde estuvieron hasta ayer, para no intuirlo, los políticos y sus “clandestinos” expertos? Ahora a salvo pues, dice el filósofo coreano, “la comunidad está desapareciendo”; nuevo y dañino monstruo de la razón.

jueves, 14 de mayo de 2020

CoVilación. 17 De favores Fernando Merodio 13/05/2020

CoVilación. 17 

De favores 

Fernando Merodio 
13/05/2020 

“(...) dos retos (...) para los directivos y propietarios de empresas (...), la supervivencia de la compañía (...) y devolver el favor -los ERTE, etc.- que gobiernos y sociedad están prestando a las empresas". (Antón Costas. Ex-presidente del Círculo de Economía de Barcelona). 

"Haremos una gran revisión de la política fiscal para financiarlo todo" (Carmen Calvo. Vicepresidenta primera del gobierno a la que, dice, ser hospitalizada por CoV19 abrió los ojos) 

Decía en unas páginas salmón el 10 de mayo Antón Costas, catedrático de política económica, ex-presidente del Círculo de Economía de Barcelona, discípulo de Fabián Estapé, que la legitimación social -y ética- del empresariado español exige devolver el enorme favor que, a través del gobierno "progresista", les hace el conjunto de la sociedad mediante "los programas de ayudas a las empresas, tanto directas (ERTE, gasto sanitario) como indirectas (avales, préstamos) (...) de un orden de magnitud antes nunca visto" y en las que "los gobiernos actúan como pagadores últimos, llegando a 'nacionalizar' parte importante de las nóminas de las empresas", lo que es "una factura que la sociedad -o sea, todos- tendrá que pagar en el futuro", por lo que recalca, tal vez para ahuyentar el miedo, que teme que "el sistema de economía de mercado sea arrastrado por la corriente proteccionista e intervencionista (¡) que la pandemia impulsa", motivo, quizás junto a algún otro más, para titular el artículo con una -temerosa/egoísta- recomendación: "Las empresas han de devolver el favor". 

El mismo día, quizás aletargada por salir de "la enfermedad", Carmen Calvo exhibía nula fe -entiendo- en que "los empresarios españoles" y su "liberal" y sabida ambición del lucro individual, devuelvan "el favor" y, por ello, anunciaba que el gobierno deberá financiar las prodigalidades que con la "res publica" está perpetrando mediante una radical "gran revisión de la política fiscal"; si lo entiendo bien, piensa -como, si ello es pensar, también hace Iglesias- que con lograr que los ricos muy ricos ganen aún más y subirles su muy baja presión fiscal, ¡problema resuelto! Sin duda, al estar aún débil, además quedó convencida -lo que más ofende- de que todos, inocentes, admitimos tal cosa, llegando, con descaro rotundo de feriante del far west, a reforzar el anuncio con algo tan delirante como "somos de izquierdas y hablamos con ERC". 

Lo agravaba el lunes la "crème de la crème" alineada de espalda a la pared de un elegante salón en un acto ensayado, con protocolo y boato, en hora del telediario, no sentados, modelando un ufano, cimbreante y medido paseo, uno a uno, de los agentes -no del orden- sociales, convocados por Sánchez con Iglesias y la facción social de la PSOE y los populistas, fingiendo otra cosa al ratificar la perpetración del atraco, la firma que amplía plazos y mejora el "favor" al empresariado, contrato que -sin garantía personal, solo empresarial- es papel mojado, no obliga, un regalo, como en 2008, a los que no reparten ganancias con el resto; cuando esto -pronto- reviente, si siguen, buscarán excusas o, más fácil, harán que hablemos del PP y de fútbol. 

He leído "Notas sobre el coronavirus", magnífico artículo de Ian McEwan, novelista británico, del que, sin que lo supieran -supongo- los amos, alguien del periódico entendió importantes y situó debajo del título estas relevantes frases: "Sea cual sea la política de los gobiernos, todos corremos riesgos y todos estamos involucrados en la crisis. Si existen discrepancias entre los intereses económicos y los sanitarios, queremos oírlas", quid de la cuestión para que -no sé quiénes- dejen de reír. 

Es sin duda malo lo que ignoran pero peor aún lo que alardean los -por otros- elegidos de aquella manera y, como desde hace tiempo repite quien tiene dos dedos de frente, McEwan lanza lo -que me parece- una boutade práctica al decir -prudente- que "va siendo hora de que (...) la próxima discusión que se celebre en el consejo de ministros sobre cómo continuar o cómo terminar con la estrategia del confinamiento (...) debería retransmitirse por televisión", suavizando, afable, que no pide para él en tal discusión el derecho al voto, sino algo tan sutil y político como "estar involucrado", si bien introduce en sus reflexiones la -espinosa- duda de por qué, cuando un político o un epidemiólogo hablan de la -sin duda ofensiva- "inmunidad de rebaño", nosotros no citamos, pese a sonar "un poco incendiario", la "resistencia popular" y, dudando de qué es ese virus al que nos enfrentamos, acude a Larry Bryant, a lo que aportó a la erradicación de la viruela y a cómo describe el modo de actuar de lo que yo, indocto, me limito a llamar CoV19: "(...) manojo de ARN en su envoltura de grasa..., se sienta a esperar con paciencia hasta que no haya más personas vulnerables"; ilustrativo detalle de la naturaleza y su desigual relación con lo humano. 

Y, pues no somos McEwan pero sí, al menos, tanto como Sánchez, Iglesias y sus cuates juntos, aquí nos conformaríamos con conocer a los "expertos" que -con tantos zigzags- asesoran la forma del confinamiento y la desescalada, si bozal/mascarilla sí o no, por qué toda Euskadi pasó a la fase 1, por qué dicen que son tan malas las FPP2 que regala Madrid y nadie dice nada de las "servilletillas" que dan aquí,..., y -aunque lo dudo- nos gustaría que, si hubiera algo escrito, muestren ya esos informes. 

Vuelvo al favor y lo cuantifico, el gobierno lo calla, lo oculta en su programa de estabilidad, pero la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, AIReF, organismo independiente de control fiscal creado a instancias de la UE, dice que lo que todos dan a los altruistas "emprendedores" causará este año en los Fondos de la Seguridad Social un déficit de en torno a 60.000 millones de euros, de los que, unos 40.000 los padecerá el sistema general y los otros 20.000 el SEPE, Servicio de Empleo Público Estatal, derivado todo ello -como causas serias evaluadas con criterio razonable- de las ayudas a los autónomos, las dispensas en los pagos a la Seguridad Social pactadas en los ERTE, el previsible aumento del gasto por prestaciones y la disminución de ingresos por cotizaciones, sin incluir el coste de la "renta mínima vital", feo nombre que -en vez de crear, dividir, repartir,... trabajo- tanto gusta a ese Iglesias que, para compensar esos aplastantes 60.000 millones, propone un "impuesto a los ricos" -no eliminarlos- que generaría -según él, optimista- 11.000 millones de euros al año, que algunos menos populistas, más fiables y técnicos que él, reducen a 2.500. 

Resumo según la AIReF, en el plato malo habrá este año -sin valorar la renta mínima vital, ni...- un déficit de unos 60.000 millones en los Fondos de la Seguridad Social y, en el otro, el de la acción del gobierno, en el aire aún, el "impuesto a los ricos" de Iglesias y la "gran revisión de la política fiscal" de que, aun delirante, hablaba Carmen Calvo ¿No será ya hora de que alguien -con auctoritas- se encarame al púlpito y lento, convincente con datos, didáctico explique, repito, algo tan evidente como que "hemos llegado al final de un camino que nunca debimos iniciar, somos muchos para pocas provisiones, no hay trabajo -ni salario- para todos, hay unos pocos, poquísimos -el 1%- que, con toneladas de indecencia, se han adueñado de casi todo -territorio, fuerza de trabajo que genera riqueza, míseros salarios,…-, 'quousque tandem abutere Catilina, patientia nostra?', los identifique en la impúdica lista de los filántropos y concluya su catilinaria abriendo un debate socio-político-ético sobre cómo alcanzar el irrenunciable lógico control de lo público, recuperar lo nuestro usurpado, escaso, para dividirlo de modo equitativo. 

McEwan escribía de una "resistencia popular" que yo identifico con riesgo, fatiga, dar un paso más y arrumbar los favores. Este es el momento.

domingo, 10 de mayo de 2020

104 Los domingos cavilar CoVilación. 16 Encuentros en la nosecuál fase Fernando Merodio 10/05/2020

104 Los domingos cavilar 

CoVilación. 16 

Encuentros en la nosecuál fase 

Fernando Merodio 
10/05/2020 

“Hemos perdido el primer reflujo, (…). Yo levanté la cabeza. El mar estaba cubierto por una densa faja de nubes negras y la tranquila corriente que llevaba a los últimos confines de la tierra fluía sombríamente bajo un cielo cerrado. Parecía conducirnos directamente al corazón de las inmensas tinieblas" (Joseph Conrad."El corazón de las tinieblas"). 

“(...) la huera condición de la política, la banalización del sexo, la indiferencia del arte, la trivialización del saber tiñen nuestra época de una atmósfera de vacío" (Vicente Verdú) 

Me envuelvo en música de Janis Joplin, muerta joven, Bob Dylan, Leonard Cohen, Pete Seeger,..., me aíslo y leo -una vez más- el desasosegante final de El corazón de las tinieblas, Heart of darkness, de Joseph Conrad, “(...) la tranquila corriente que llevaba a los últimos confines de la tierra fluía sombríamente bajo un cielo cerrado. Parecía conducirnos directamente al corazón de las inmensas tinieblas”, en el que quien exploró nuestros más ocultos recovecos, nos avisa y, para atravesar tan negras nubes, frente a intereses, dogmas, ausencias,..., acudo a nihilistas, sabios, filósofos,... 

EL ROTO 10/05/2020

El País, medio que -pienso- lidera lo poco lúcido que bulle en la opinión pública, lo hace desde una posición hábil, asentado en la apariencia de ser política, cultural, socialmente correcto, pese a -o por- lo que posibilitó a Vicente Verdú escribir con brillo y a toda página cosas tan poco apacibles, incluso incitadoras a la rebeldía como que “la huera condición de la política, la banalización del sexo, la indiferencia del arte, la trivialización del saber tiñen nuestra época de una atmósfera de vacío” y, pues no hay política, ni arte, ni maestros pensadores, ni ¡ay! sexo, todo se aturulla en “la experiencia de un tránsito intestinal tan fluido que podría abocarnos al sumidero” y genera la inane sustitución de la condición humana del animal político, asalariado que trabaja/produce, que busca el mejor pago a su fatiga, por un plano, dócil “personaje capaz de ser modulado por sus consumos y contraconsumos, los logos y los no-logos o anti-logos” y, al tiempo que la política, el arte o el saber serio desaparecen, algunas confunden el “sexo real”, tan accesible y placentero, con un surtido de sucedáneo, ucrónico no-sexo, a-sex para niños, judicializado, reprimido. 

Es modelo de ese “imperio de la ausencia”, coetáneo de lo que para Vidal-Beneyto era “la izquierda en desbandada”, la obsesión de todos por dotarse de un pasado -o memoria- falso que cubriera el hueco de falta de ayer y hoy, de sustancia y base mínima, solo arbitrario cuenterete, lo que hizo, en especial, grave no haber aclarado que la “transición democrática” fue mera aquiescencia cómoda -de jefes- de los que se enfrentaron al poder real con pérdidas, traición a los encarados con riesgo al fascismo y el miedo que -a unos más que a otros- nos hizo víctimas, -imperdonable- amnesia de los 40 turbios -consentidos- años de abuso totalitario que aplastaron almas; sería curativo decir ya que fue tolerancia medrosa que, al no limpiar polvo ni lodo, embarró la esperanza que algunos, hace ya más de cuarenta años, pusieron en el regreso de los comunistas exiliados, Carrillo, Pasionaria,... y, pequeñitos, Felipe o Guerra. 

Es preciso no confundir la realidad de las ausencias con el injustamente denostado -por antiautoritario- nihilismo, apoyado en una nada opuesta a la ilógica, arbitraria, interesada idea de lo divino, lo irracional impuesto, un nihilismo que se enfrenta a la decepción seria de que “las conquistas científicas y técnicas no han sabido elevar la satisfacción placentera que exige la vida”, evidencia -analizada ya por Freud en El malestar de la cultura- de la insatisfacción social por tal realidad, anunciada ya al inicio del pasado siglo y que hoy, el útil virus, la desigualdad, el calentamiento global,… transforman, como todo lo social, en higiénico vertedero del fluido incontrolado que exhalamos por los poros y debiéramos sellar, en especial con la política, para no estar indefensos, en manos, decía Verdú, de “la gran caracola de los media donde un son vaciado de todo proyecto se complace en la nacarada angustia de la ausencia”, haciendo crecer la, cada día más evidente, injusta prevalencia de inanes vividores, hábiles manipuladores de la nada para la nada, enfrentados al saber de los versos del Eclesiastés que, en el canto de Cohélet, nos recuerdan: “Vi además que bajo el sol / no siempre es de los ligeros el correr / ni de los esforzados la pelea; / como también hay sabios sin pan, / como también discretos sin hacienda, / como también hay doctos que no gustan”, ratificando que -casi- todo “es vanidad y atrapar vientos”. 

No sé si ofenderé -me importa un bledo- a los que temen, adoran al pequeño poder espurio y delegado, a los espíritus sensibles para lo suyo, cobardes de larga mano, al escribir algo tan evidente como que, (des)gobiernen los unos o los otros, urge que alguien -con auctoritas- desde el púlpito en que -repugnante la Sexta, servil TVE, falsos con muy dañina suficiencia El País o la Ser, amarillo chillón El Mundo o la Cope, mísero paleto El Delirio,…-, solo egoísmos, se han convertido todos, todos los medios, privados y públicos y, con sobrados datos, explique algo tan evidente y sabido como que hemos llegado al final de un camino que nunca debimos iniciar, somos muchos para las pocas provisiones que nos quedan, no hay trabajo -ni salario- para todos, hay unos pocos, poquísimos -menos del 1%- que se ha adueñado de -casi- todo -territorio, nuestra fuerza de trabajo única generadora de riqueza, los míseros salarios,…- con toneladas de indecencia, “quousque tandem abutere Catilina, patientia nostra?”, los señale identificados con la impúdica lista de los filántropos y concluya su catilinaria -ya urgente- abriendo el debate público socio-político-ético sobre el irrenunciable lógico control mayoritario de lo público tras el que cuantos queramos recuperar lo nuestro usurpado, lo hagamos y, escaso, lo dividamos ¡¡ya!! de modo equitativo; nada que ver, por supuesto, con ese asco oportunista, miserable y sucio que, ignaro, propone “Evita” Iglesias de “cobrar una tasa de reconstrucción a las rentas altas” con la que, caritativo, él pagaría una renta mínima a “sus” agradecidos mendigos en Galapagar. 

EL ROTO 29/09/2016

Quede claro que, por muchas horas que gasten en atormentarnos “el ronquillo”, Illa, la insufrible portacoz o el presidente devenido a sermoneador unidireccional de infinito autoelogio, lo que va a ocurrir -¿se imagina alguien la explosión de los Ertes en que tanto dinero estamos regalando a empresarios que nunca repartieron ganancias? ¿y lo de las pensiones? ¿y lo de cuando -es lo lógico- la UE no nos regales nada?- no lo origina el pequeño casual virus con que, de modo miserable e injustificado, intentan atemorizar a pusilánimes fáciles, para convertirlo en nuestro único y útil enemigo; que nadie se deje engañar, toda la responsabilidad dolosa es del 1%... y nuestro silencio. 

En la paranoia OVNI que asola los -estúpidos- USA, Steven Spielberg, inteligente siempre y magnifico director -homenajeo, primero, ‘Duel‘ y, luego, ‘Jaws’, ‘Tiburón’- en ocasiones, rodó, con 30 años, “Encuentros en la tercera fase”, que no es, stricto sensu, ciencia ficción, sino magnífico relato de la reacción de personas comunes superadas por circunstancias que -veían- extraordinarias, hechos que excedían lo normal afectando a sus vidas, difíciles por culpa de los odiosos agentes del gobierno; sin saber la fase en que será el encuentro que aclare lo del virus, yo estaré atento. 

Coda final social-futbolera.- Tomás Felipe El Trinche Carlovich, futbolista argentino de origen croata, 74 años, cinco días menos viejo que yo, murió el viernes tras ser golpeado por un desconocido joven que le robó la bicicleta que le acaban de regalar; vivió hasta su muerte en el barrio y la humilde casa de su padre, jugó casi siempre en la 2ª división y, pese a ello, mucha gente seria le considera el mejor jugador de fútbol de la historia, llegando a decirle Maradona: “Trinche, vos fuiste mejor que yo”, algo que él no aceptó nunca, dando un bello mensaje de vida: “¿Qué es llegar? Yo no tuve otra ambición que jugar al fútbol. Y sobre todo no quise alejarme de mi barrio, de la casa de mis viejos (…)”. Hasta pronto Trinche, lamento no haber podido jugar contigo.

jueves, 7 de mayo de 2020

CoVilación. 15 De infamias Fernando Merodio 07/05/2020

CoVilación. 15 

De infamias 

Fernando Merodio 
07/05/2020 

“España está en la gama alta del éxito, otros han recomendado beber lejía" (Teresa Ribera. Vicepresidenta para la "Transición Ecológica". Titular a toda página en El País 03.05.2020). 

"(...) con mensajes en ocasiones contradictorios, ya que su canto constante a la libertad se veía, en ocasiones, contrapuesto a su cercanía con ideas y regímenes totalitarios" (M.A. Castañeda. El Delirio Montañés 26.04.2020 "Aute, en el Edén"

Es la actual, la de todos nosotros, una generación cobarde, sin cuajo, irracional, que calla ante el atroz azote del calentamiento global y en cambio le aflige lo -poco- que le cuentan sobre un virus que en dos meses habría causado -dicen- en España 26.000 muertos, el 0,055% (1 de cada 1900) de un total de 47 millones de habitantes, mientras los infectados -también datos "oficiales"- serían 220.000, el 0,44% (1 de cada 220) también de 47 millones; al tiempo, en un mundo con 8.000 millones de personas, los muertos por CoV19 serían 251.000 y los contagiados 3,5 millones, por lo que, pese a lo que atruena con su ruido la buenista queja de que cada muerte es un drama... en especial cuando quienes mueren no son negros, indígenas,..., omito, por ínfimos, los porcentajes de estos datos mundiales, pero sí me fijo en el que dice que los españoles somos menos del 0,6% de personas en el mundo, pero nuestros muertos son más del 10%, casi 20 veces más; tan ilógico que exige crítica. 

Simples números, vieja y sabia abstracción mesopotámica, que inspiró a Hans Magnus Enzensberger un libro que la hace solución frente al aburrimiento y anima a cavilar, sacar conclusiones, formar criterio y, si además apetece, explicarlo e, incluso, polemizar con otros; números los de arriba que -lo siento- convierten en cruel la ignara apreciación -"la gama alta del éxito- de Teresa Ribera, -dicen- "ecológica" ministra-vicepresidenta que, sin amagar siquiera que intuye la obligación de expulsar a patadas al capital que ha patroneado la siniestra deriva que nos trajo al caos en que estamos, afirma -y miente- querer conducir la generación energética, epicentro socio-económico de toda política seria, a un puerto distinto del "calentamiento", pobreza, desigualdad,... causados por el avaricioso enriquecimiento de los pocos del dinero.

EL ROTO 07/05/2020

Lo que ocurre con el fiero confinamiento en que el "progresismo" mercantil de la PSOE y los adeptos de Evita nos ha recluido es que todo el que quería hacer -y hacía- algo con criterio para denunciar por comatoso estado y dañina actuación al liberal-capitalismo está bloqueado, incomunicado, permitiendo -con una micra del genio de Borges- juntar un cúmulo de relatos criminales como los de su "Historia universal de la infamia" que, incluso, no tendría por qué ser, frente a la queja del argentino sobre lo acumulado por él, "el irresponsable juego de un tímido que no se animó a escribir cuentos y que se distrajo en falsear y tergiversar (sin justificación estética alguna vez) ajenas historias" y, muy al contrario, serían relatos propios, actuales, radicalmente reales, atractivos y didácticos, sin argucias, por excesivo que pueda parecer alguno. 

Entre esas varias historias, una podría ser "La atroz redentora Teresa Ribera", sobre cómo la vicepresidenta que, con unas muertes que tasaría Enzesberger, nos sitúa en "la gama alta del éxito", no nos quiere envenenar con lejía y, porque cree tenernos aherrojados, confinados, al pútrido calor de la ultra-liberal UE negocia con el peor capital ampliar el impúdico Tratado sobre la Carta de la Energía que -en secreto y sin debate público- se aplica en España desde 1994, un Tratado, cuya cláusula ISDS, Investor-State Dispute Settlement (Arbitraje de Diferencias Estado-Inversor) cierra toda intervención a tribunales -más o menos- neutrales y encarga a relamidos despachos de abogados -algunos ex del Estado en excedencia- sin escrúpulos decidir los antojos del poder/dinero multinacional sobre economía/energía frente a los estados, evidente y corrupta infamia que ha costado, entre otros a España, miles de millones de euros o dólares -como cada cual lo mida-, traición "progresista" al interés general que, además de aparecer en la nueva Historia Universal que redactaría alguien parecido a Borges, exige por supuesto aclaración. 

Otro relato sería "El atroz redentor Iglesias", sobre cómo, en el totalitario y tétrico silencio opresor del confinamiento, con la lucha popular -15-M, "Rodea el Congreso", "Marchas por la libertad",...- maliciosamente bloqueada hace tiempo por los que mentían diciendo "poder", el inane (des)gobierno, sin haber tramitado la obligatoria Evaluación Ambiental Estratégica, empuja -como cómplice de la ultra-liberal corrupta UE- el trámite del llamado Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, PNIEC, que quieren sea pista libre para que el capital, que llena de falaces anuncios los medios de comunicación de masas -todos de su propiedad-, mantenga el control económico, la decisión, la gestión plena y el futuro del desarrollo energético que, en sus sucias manos, no puede ser -como exige el desastre climático por ellos causado- sostenible, ecológico, sino mero trampantojo -trampa al ojo- para cubrir el daño que han causado. 

Otro relato actual de la universal infamia sería "El impostor inverosímil Sánchez", en el que el guapo jefe de la planta de señoras de una gran superficie -ahora confinada- intenta abrumar a todos desde su nuevo alto cargo con las leyes que le exige el amo, el capital, intentando disfrazar, por ejemplo, como supuesta prohibición del aciago 'fracking' la palabrería hueca de una repetitiva, dañina, inútil Ley de Cambio Climático y Transición Energética que, en el lúgubre silencio de sus sótanos, estaría tramitando. 

Para acabar, una infamia civil, el autoritario confinamiento político me ha privado, ¡gracias!, de la aprensiva y rápida ojeada diaria a El Delirio al tiempo de tomar café en El Teleférico, siendo una amiga que, de verdad, se jugaba algo al enfrentarse a Franco organizada en el único partido que lo posibilitaba, la que me ha pasado el -como todo en ella- cuidado recorte de un desvarío titulado "Aute, en el Edén", El Delirio, 26.04.2020, del mismo ágrafo M.A. Castañeda que, cuando -hace siglos- el PCE aun era ilegal, señalaba en el periódico, con sus nombres y apellidos, a tres jóvenes miembros de "el Partido" que, además de luchar contra la dictadura, para él era -y es- ejemplo de "ideas y regímenes totalitarios", razón para desear que no vuelva escribir sobre nada o, al menos, -hasta que se entere- sobre Aute, proponer otra narración de la futura "Historia Universal" titulada "El proveedor de iniquidades Castañeda", explicar que Aute, además de cantar las -manidas- letras sobre las que él delira, cantó con Silvio Rodríguez "El necio", sedante contra la infamia de la que era autor el cubano: "Dicen que me arrastrarán por sobre las rocas / Cuando la revolución se venga abajo / Que machacarán mis manos y mi boca / Que me arrancarán los ojos y el badajo / Será que la necedad parió conmigo / La necedad de lo que hoy resulta necio / La necedad de asumir al enemigo / La necedad de vivir sin tener precio / Yo no sé lo que es el destino / Caminando fui lo que fui / Allá Dios que será divino / Yo me muero como viví".

EL ROTO 06/05/2020

domingo, 3 de mayo de 2020

103 Los domingos cavilar CoVilación. 14 La "Nueva Normalidad" Fernando Merodio 03/05/2020

103 Los domingos cavilar 

CoVilación. 14 

La "Nueva Normalidad" 

Fernando Merodio 
03/05/2020 

“(...) acordamos que si nos preguntaban cuándo habíamos salido debíamos decir que hacía diez minutos. Pero los niños están preocupados, han desarrollado cierto temor a la policía más que al virus. Hablaban de si nos podían meter en la cárcel y una de mis hijas sugirió llevar los pasaportes. Al final me llevé hasta el libro de familia" (Iñigo Domínguez "Padres, disuélvanse"). 

"(...) el aspecto quizás más espectacular de esta reconquista del poder del capitalismo es el que hace referencia a la usurpación en el mundo campesino de la tierra y de los recursos naturales" (Josep Fontana "Capitalismo y democracia 1756-1848. Cómo empezó este engaño"

"(...) nos muestran la evolución del capitalismo actual, que es lo que verdaderamente amenaza el futuro de nuestras sociedades y de nuestras vidas" (Josep Fontana. Idem anterior) 

No siendo lelo del todo, soy consciente de que lo que la tropa de "héroes del confinamiento con mascarillas y guantes" en que, "manu militari denunciator", nos han enrolado frente al griposo virus es mimo, palmaditas, aplausos y, ante todo, un credo que diga que los "progresistas" del agrietado montón de intereses que son Sánchez, Iglesias & Co saben qué llevan entre manos y tienen, en medio del caos, respuesta a cada pancista neurosis individual, ¿y de lo mío, qué?; sé, además, que plantear dudas al escribir y, aun peor, anunciar para nosotros un aciago futuro si muchos no luchan mucho con riesgo, no da votos, ni genera simpatías y, unido a la general abulia, merma -aún más- el escaso interés por la lectura, ¡qué le vamos a hacer! 

George Orwel que en 1938, en "Homage to Catalonia", "Homenaje a Cataluña", dejó personal relato de su traumática participación en la (in)civil guerra española integrado en el anti-estalinista POUM, Partido Obrero de Unificación Marxista, de Andreu Nin, mostraba, en 1949, en "Nineteen Eighty-Four", "1984", incrustados en el habitual y entonces muy agobiante clima totalitario, conceptos impares que describen lo actual, la omnipresencia de Big Brother, Gran Hermano, a quien nadie conoce y controla todo -hoy facilitado por la útil tecnología de que se aprovecha, filantrópico ogro, el 1% que mangonea al resto-, la "habitación 101", habitáculo donde quebrar voluntades con tortura, que ofrece, como alternativa, la delación, la "policía del pensamiento", que persigue pensar sin seguir consignas, el "pensacrimen" o, sobre todo, la "neolengua", el "lenguaje pervertido", pilar de la lúbrica dominación que anula significados, cambia, limita el vocabulario al mínimo ad hoc y lo controlan los burócratas del Ministerio de la Verdad, aquí el desaparecido JEMA de la guardia civil, martillo de herejes difusores de bulos... que perjudiquen al gobierno. 

En la situación actual -tan bien narrado en el "Diario Viral" de Iñigo Domínguez, en El País- concurre -yo diría que- todo lo que narra Orwell para describir una situación totalitaria, siendo paradigma el modo en que el "Diario" cierra el día en que se "liberó" a los niños... y -solo- un progenitor: "Pasear así es un poco soso, casi te entraban ganas de volver a casa (...) Menos mal que la policía hizo todo más divertido". 


El último hallazgo de la particular neolengua con que el -evidente- Big Brother colectivo actual persigue el pensacrimen es el -si no fuera horrible- desternilllante oxímoron de la "Nueva Normalidad", con mayúsculas, pues si "normalidad" es cualidad de normal, el o lo que -mientras se manipulan tan bien las estadísticas- se ajusta a los valores medios, define qué es moral e inmoral o, más pragmático, se adapta y es admitido o no, lo que sirve para segregar personas y grupos que no acepten los patrones de la mayoría y, pues la "normalidad" exige el referente de la "norma" previa, dudo que tal "normalidad" sea nueva, temiendo de los "progresistas" que, con policía y ejército en la calle, pastorean la "pandemia" urdan su "Nueva Norma" para identificar, perseguir a los que ellos designen "anormales" de lo “Nuevo“; preocupa. 

Conceptos como el nazi “volksgemeinschaft”, “comunidad popular”, armoniosa, sin conflictos, ni lucha de clases, el “Ordine Nuovo”, “Nuevo Orden” mussoliniano del que Hitler afirmó que “Mussolini ha logrado crear un imperio que ha opacado al romano”, la “España ¡una, grande y libre!” del invicto Franco, el “¡America first!” del agresivo reinventor de las lavativas o -aún no sé a qué nivel- la “Nueva Normalidad” del opaco popurrí Sánchez, Iglesias & Co son ejemplos de consignas alucinógenas, en especial peligrosas en tiempos en que al personal se le tiene -muy- desorientado. 

Los ilusos con la -cándida- idea de que lo "Nuevo" que traiga el inestable matrimonio de intereses contraído por la mercantil PSOE y los fans de “Evita” Perón tenga –el más leve- aroma a izquierdas, en todos los sentidos yerran, su represora política son solo palabras huecas sobre cosas que -pues no las quieren- no pueden hacer, culpar de todo -ejemplo, la “ley mordaza”- a Rajoy, en lugar de generar empleo y -hasta tanto o al tiempo- repartir lo -poco- que haya, subvencionar a -quienes ven- futuros fieles votantes, no hacer el menor esfuerzo pedagógico -restaría votos- en explicar que bienes, trabajo y salario, son -y serán mientras seamos tantos- escasos y adoptar formas de reparto nuevas que molesten, por supuesto, al capital, al propietario burgués e incluso a algún proletario, pequeño burgués adosado a su chalet, tras mostrar y analizar lo de la gran parcela con casoplón e insolidaria piscina llena de, insostenible, agua que -dicen- tiene muy hipotecados a los Sres. Iglesias; son todos ellos datos, junto a muchos más, para pensar, concluir y, ya en el colmo, actuar. 

EL ROTO 03-05-2020

Socialdemócratas y “otros” de difícil catalogación política, blablablá, participan de la norma de oro que, desde principios del siglo XIX, rige el capitalismo, “favorecer una expropiación creciente de los beneficios que genera la fuerza de trabajo de los obreros a costa no solo de su nivel de vida, sino de sus derechos y libertades”, con apoyo de los partidos y organizaciones sociales, todo ello, hasta el ridículo caos sistémico que provoca el pequeño -y previsible- virus, con el voceo de “una auténtica industria publicitaria que ha promovido la idea de que todo va cada vez mejor en un mundo en progreso”, industria que aquí ahora abandera el capital vasco del grupo Vocento y su libelo local El Delirio Montañés, cuya línea editorial, como tantas otras, se identifica con la permanente matraca en favor de un insostenible crecimiento, ahora desde la usurpación de nuestro (im)popular Ateneo, del inexplicable M.A. Castañeda. 

En su inicio, tras la revolución francesa, el capitalismo -oculto tras el eufémico nombre de liberalismo y la falacia de que su avance fue debido a la máquina de vapor- se desarrolló en base a “arrebatar la tierra y los recursos naturales a quienes los utilizaban comunalmente y liquidar las reglamentaciones colectivas de los trabajadores de oficio, generalmente familias, sometiéndolos a nuevas normas que hacían fácil la expropiación de gran parte del fruto de su trabajo”, favorecido todo ello por leyes ciertas, documentadas, represión que retrasó el razonable cambio -no la reforma burguesa- del Antiguo Régimen, la evolución proletaria, obrera, hasta la segunda mitad del siglo XIX que, con todos sus defectos y altibajos fue contrapeso frente al abuso del capital hasta finales de 1989, la conocida como “caída del muro de Berlín”, el final del comunismo como poder político, freno para el capital. 

¿Y dónde estamos ahora? En caída libre, acongojados por el pequeño virus, con el sistema en caos y la vida en el planeta en riesgo de desaparecer por un calentamiento insufrible provocado por el hombre, lo que obliga al colectivo a arrancar al capital el control de la generación energética, no plegarse, como hace la “Nueva Normalidad”, a dolosos arbitrajes trucados y -al tiempo que confinan al resto- pactar con los del dinero el PNIEC, Plan que pretende mantenerlos al frente de tan importante gestión; es crucial y, largo y tendido, cavilaré sobre ello y la suciedad con que actúa el gobierno.