domingo, 28 de febrero de 2021

156 Los domingos, cavilar Everybody Knows Fernando Merodio 28/02/2021

156 Los domingos, cavilar

Everybody Knows

Fernando Merodio

28/02/2021

Todo el mundo sabe que los dados están cargados. / Todo el mundo los lanza con los dedos cruzados. / Todo el mundo sabe que la guerra ha terminado. / Todo el mundo sabe que los buenos perdieron. / Todo el mundo sabe que la lucha estaba amañada. / Los pobres siguen siendo pobres, / los ricos se hacen más ricos. / Así es como es. / Todo el mundo lo sabe" ("Everybody knows". Leonard Cohen)

"¿Qué es un periodista? Es un hombre que se supone que tiene ideas..., que debe a diario informar al público de los acontecimientos del día anterior... es un historiador sobre la marcha y su principal preocupación el deber de decir la verdad" (Albert Camus "La noche de la verdad")


EL ROTO 28/02/2021

Como a Leonard Cohen, vivir la vida enseña a todos muchas cosas importantes que convierten a quien mira cómodo hacia otro lado, prefiere ignorarlas, no conocerlas en lastre ajeno a la causa del diario afán humano; todo el mundo debiera saber -pienso que sabe- que el problema esencial es la brutal e injusta desigualdad consolidada, consentida a que no nos enfrentamos, enfangados como estamos en el lodo de falsos debates, una desigualdad que nace del evidente hecho cierto de que solo la fuerza del trabajo al actuar sobre los bienes de la naturaleza genera riqueza que no va, en gran medida, a las curtidas manos de los propietarios de la fuerza que labora, sino a las delicadas de cleptómanos acaparadores de capital, dinero robado que utilizan unos pocos para explotar a muchos, un capital acumulado al que el Marx más actual y necesario llamó plusvalía, expresión en dinero de la diferencia entre lo que la fatiga del trabajador genera y lo que, injusto, paga el capital por tal fuerza de trabajo.

Todo el mundo debiera saber -pienso que sabe- que la riqueza de los -muy- ricos, los amos del capital -del mundo- se levanta, además de sobre la explotación, sobre el dolor y la miseria que suponen las guerras, la inmigración, el ilícito, sucio dinero corrupto de la droga, la prostitución, el agresivo expolio de la riqueza del territorio colectivo,..., maldad que es firme pilar que sustenta la tenebrosa caverna en que excesivos usureros poco humanos engrosan, alejados de la luz, su poder.

Todo el mundo debiera saber -pienso que sabe- que el -que dicen- "nuevo orden mundial" asentado en la "globalización" no es más que una mayor concentración de poder que incrementa las desigualdades y disminuye libertades para consolidar su "ordenado" caos, ahora ayudado por esa "cosa" conveniente que dicen "pandemia" y no es más que, aquí manoseada por la agencia mercantil de colocaciones llamada PSOE, los falces populistas de "Evita" Iglesias y el incendiario alarmismo que avivan, en especial peligrosa la Sexta, los medios, un enorme -¿irreversible?- retroceso en las empíricas conquistas sociales -no los señuelos que ahora son portadas de telediarios y pancartas en festivas procesiones "progresistas", ¿qué pensaría Camus de todo ello?-, conquistas arrancadas en dos siglos de arriesgada y valiente lucha de clases por unos pocos; John Berger lo calificó como vuelta a los inicios de la revolución industrial, mientras los mandamases del capital, que declaran urgente, "imprescindible desmontar el Welfare State", Estado capitalista de bienestar, providencial, benéfico,... mundial, se han entregado a una desenfrenada, travestida carrera de destrucción de puestos de trabajo/salarios y de esas prestaciones sociales que simulan compensar una parte de la plusvalía robada, empeño destructor que aquí encabeza la medieval filántropa del arte y la cultura que, a grandes mordiscos, devora lo mejor del centro de la ciudad a la que sus mayores robaron el nombre... para arrastrarlo por el fango.

Todo el mundo debiera saber -pienso que sabe- que, hoy, izquierda y derecha son categorías verbales, palabras degradadas por un uso malicioso, pervertido para utilizarlo en periodos electorales y captar a ilusos muy despistados y que quien quiera intervenir, cambiar la -muy sucia- realidad deberá manejar conceptos, ideas diferentes a las viejas, agotadas; hay que pensar y, tras hacerlo, hablar de norte y sur, pobres y ricos, explotadores y explotados, víctimas y verdugos,… para, a continuación, decidir sin engañar ni engañarnos de qué lado queremos estar y, a partir de ello, actuar, pues cualquier otra postura, a la que no siga acción, es filfa, apariencia sin sustancia.

Todo el mundo debiera saber -pienso que sabe- que, hoy, los partidos políticos, los sindicatos y demás grandes organizaciones caducas con subvenciones públicas y ayudas -más que- sospechosas del capital, esos viejos dinosaurios que imparten doctrinas caducas sin ninguna relación con la realidad y la acción, aferrados a sus puestos, palancas para -exclusivamente- medro personal, dependientes de lo peor del Estado y la sociedad,... que, salvo -y solo en ocasiones- a través de la pamema del voto no representan a nadie, pues, hoy, la democracia es ficción  en la que -poder y política incumplen el contrato social- no guardan ni las formas, salvo que haya elecciones, haciendo que Cornelius Castoriadis, Socialismo o barbarie, reflexionara inteligente acerca del "misterio teológico" que es evidente en el exclusivo florecimiento de -las formas de- nuestro potencial democrático cada cuatro, cinco, siete,... años.

Todo el mundo debiera saber -pienso que sabe- eso y muchas cosas más,..., en especial las que afectan a cada uno en su egoísmo personal y, por ello, todo el mundo debiera saber -pienso que sabe- que es imprescindible y, además, urgente pensar, hablar, organizarse y luchar aprovechando los múltiples y novedosos pequeños movimientos que se expanden por el mundo, defensores del territorio, okupas de lo que nos han robado, feministas reales, pacifistas por la paz de todos,..., que abandonan los manipulados cauces de participación y no recurren a falsas cuotas, demagógicas o a leyes represivas, como la que la PSOE y los nuevos ricos populistas usan para "amordazarnos" so pretexto de lo que llaman "pandemia", y enfrentarse en sus concretos ámbitos de vida al "nuevo orden mundial" que impone el capital, intentar usar, aún sin saberlo, la vieja arma "internacional" comunista que es el "trueno de la razón en marcha", engranaje muy humano para lograr que "el mundo cambie de base" y, al ser tan evidente todo ello, no precisar repetirlo machacones, pero eso sí, no parar y antes de que sea tarde, unirse con el mayor número posible en torno a la tarea.

Decía El Roto en su viñeta del viernes pasado que “las democracias solo funcionan bien en las dictaduras” y lo mostraron Franco, Girón de Velasco, Revilla,… con su “democracia orgánica” durante 40 años, que el último ha perpetuado otros tantos en el machito, evidenciando, con su nula valía, un fracaso colectivo, a cuyo pesar me animo con lo que todo el mundo debiera saber -y no sabe-, lo que dijo Camus, periodista de verdad, no de ahora, redactor del clandestino Combat, con tal grado de rebeldía moral que, bajo la mayor presión, sabía decir no: “Pese a que la verdad se escurre entre los documentos, quienes luchan, son honestos” y “no pierden la esperanza (…) hallan bajo este cielo recompensa” en “la noche de la verdad”; hasta tal noche, conviviremos, impávidos, con hechos tan insoportables como lo del que dicen “rey emérito” y es un espantapájaros peligroso para todos, hechos tan esperpénticos como el llevado traído 23-F, sobre el que un amigo que sufre en su familia la injusticia de la Ley de género, currante jubilado, socialista de verdad que, por ello, hace ya años abandonó la PSOE me entrega una larga sabia nota manuscrita en mayúsculas, con errores ortográficos de quien empezó a trabajar a los 10 años, explicándome irritado que el espectáculo fue “un tongo que nos montaron las élites hace 40 años con un simulacro de golpe de Estado, todos los políticos, derecha e izquierda, nacionalistas, empresarios, periodistas y militares”, con “contactos propiciados por A. Armada, 22/10/1980, con el PSOE a través de Enrique Múgica, (…) Joan Raventós, Antonio Siurana, (…) Jordi Pujol y su mujer (…), pero Tejero buscaba implantar un sistema autoritario (…)”, o tan próximos cómo los pijos del “Tennis” presionando para que sus amiguitos de la PSOE prevariquen/malversen -lo denunciaremos-, pues a ellos no les gusta una escollera; solo nos salva que, como dice Wislawa Szymborska, premio nobel polaca, “ningún día se repite, / ni dos noches son iguales, / ni dos besos parecidos / ni dos citas similares”.

Coda para un impresentable indigno.- Miguel Iceta, ridículo bailarín, ministro gordito de la mercantil PSOE, regala en primera página de El País de hoy un titular histórico: "¿Coste político del indulto? ¿No lo tuvo para Suárez legalizar el PCE?". Mezclar el egoísmo golpista de catalanes cobardes y el militante heroísmo comunista de 40 años contra Franco... mientras ellos estaban de vacaciones, es de sinvergüenzas canallas.

domingo, 21 de febrero de 2021

155 Los domingos, cavilar Una pocilga Fernando Merodio 21/02/2021

 155 Los domingos, cavilar

Una pocilga

Fernando Merodio

21/02/2021

2. f. Coloq. Lugar hediondo y asqueroso” (Pocilga, de ‘porcile’. Diccionario de la RAE)

Un Estado en decadencia fomenta los nacionalismos; un Estado en buena ventura los desnutre y los reabsorbe(“Dos visiones de España”. José Ortega y Gasset. Debate parlamentario sobre el Estatut. Mayo 1932)

"Sé que es más difícil gobernar España ahora que hace cincuenta años y más difícil será gobernarla dentro de algunos". (Idem. Manuel Azaña Díaz)


La edición del tricentenario, actualización 2020, del Diccionario de la Real Academia de la lengua española recoge la palabra “pocilga”, en sentido coloquial, como un “lugar hediondo y asqueroso”, dando el mismo Diccionario a “hediondo”, entre otros, los sentidos de “que despide hedor”, “molesto, enfadoso e insufrible”, “sucio, repugnante y obsceno”, al tiempo que define “asqueroso” como algo o alguien “que causa asco, o repulsión moral y física”, por lo que cuando, en este caso y momento, cavilo sobre “una pocilga” lo hago, con repulsión y asco, pensando en un lugar, cuando menos, muy molesto, enfadoso, insufrible, sucio, repugnante y obsceno.

Leo, otra vez, con desasoseada urgencia, las intervenciones de Ortega y Gasset y Azaña, dos parlamentarios que obligan a avergonzarse de lo que ahora soportamos, en el debate previo a la aprobación por la mitificada Segunda República, en setiembre de 1932, del Estatut de Catalunya y veo que Ortega hermanaba el “nacionalismo particularista” con un vago sentimiento que hace que una colectividad pretenda vivir, lo adorne como lo adorne, mirándose el ombligo, quiera apartarse del resto con que cohabitó antes y ahora deambule buscando la ilusoria tierra prometida, obligando al filósofo a plantear la central, quejosa cuestión sin respuesta, “¿qué es eso de proponernos conminativamente que resolvamos de una vez para siempre y de raíz un problema, sin parar en las mientes de si ese problema, él por sí mismo, es soluble, soluble en esa forma radical y fulminante”, a la que él mismo responde hace casi 90 años, repito, diciendo que “el problema catalán, como todos los parejos (…) es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar”, cuestión frente a la que Azaña, también pensador pero más político y uncido a la conveniencia partidista, pretende embarcar a España en la inabordable tarea titánica de, casi nada, “enfrentarnos con la organización del Estado español de que venimos y rectificarlo en su estructura y en su funcionamiento, en sus fines y en sus medios”.

Azaña, insisto en que más político que Ortega, pretendía transformar el nacionalismo en mera cuestión de formas, en problema estrictamente político, mientras Ortega, más filósofo que Azaña, optimista bien informado que era criticado por una cierta tendencia jacobina, lo consideraba, con pesimismo, un problema irresoluble; el tiempo, los 8 años de República fallida y guerra (in)civil y los casi 40 de tolerada y silenciosa paz de necrópolis, travesía del desierto siguiendo a un pequeño, orondo y chillón flautista con espadón y fajín permite, en la situación actual, cavilar de modo similar al filósofo, llegar a ver irresoluble el problema, entender que hay propuestas que empeoran el conflicto y, al tiempo, recordar cómo, desde su mayoría presidencial de la República, Azaña ganaba el troncal debate y abordaba, para fracasar, la titánica tarea planteada a todos con inteligencia pero con muy poco o ningún rigor político… y sin solucionar nada.


EL ROTO 11/02/2021

Tras salir de la pesadilla que fue el nazionalismo enloquecido y triunfal del rechoncho chillón del fajín, ahora reverdecen, como cuando la República de Ortega y Azaña, "lo catalán", "lo vasco", "lo..." y el peñazo del "problema nacionalista" nos confina, de nuevo, en una pocilga en la que la forma en que lo tratan los "políticos" actuales, ¿dónde estarán los filósofos?, es amplio y evidente catálogo de la escasa, nula base ética, cultural, social,... en que se asientan sus erráticas, egoístas (faltas de) ideas, reducidas a un supremacismo incluso racista, asimilable en fondo y forma al nazional-sozialismo, el nazismo, con la fortuna para el resto de nosotros de que, sin su brutal fuerza, se reduce a inconexos gritos tribales que ellos dicen nacionalismo democrático, siendo un  núcleo duro de aprovechados y un resto, flotante alrededor, de cómodos lenguaraces implicados, con su mimético parloteo, en enfangar más la pocilga.

Todo ello recuerda las primeras escenas de la gran película, crepuscular western, Sin perdón/Unforgiven, en que Clint Eastwood, William Mummy, sanguinario forajido retirado, decían que regenerado, abandonado a su suerte en medio del salvaje oeste norteamericano, viudo solo ayudado por dos hijos, niño y niña pequeños, se revolcaba en el maloliente fangal de una pocilga adosada a su pequeña vivienda, en medio de la nada, afanándose en separar mugrientos cerdos enfermos de otros, mugrientos también, sanos, hasta que, cansado, delegó un día en sus hijos el cuidado de vivienda y pocilga, abandonó la tarea de inventariar cerdos, atendió a la permanente, emocionante, profunda llamada de lo salvaje, latente en la raza fiera y, a cambio de un dinero para él fácil, decidió ir a matar a unos vaqueros que, ignorantes y borrachos, habían marcado a cuchillo el cuerpo, herramienta y fuerza de trabajo de una prostituta para, tras concluir, no exento de heroísmo y belleza, tan justiciero y cómodo trabajo, regresar a su casa y pocilga y, con el dinero ganado y sus hijos, iniciar una nueva vida, mejor que la anterior, dicen.

Otra opción, más literaria si se quiere, de abandonar la pocilga en que nos confinan catalanes, vascos,… y políticos ignorantes, quebrando el Derecho, incluso lo humano con irreales debates sobre si es libertad de expresión el enaltecimiento del terror, ¿y el de la pederastia?, ¿y el de, ¡uf!, la violencia de género? hasta el infinito extremo, sin nadie preocupado por lo esencial, lo que afecta a la libertad, igualdad y fraternidad traídas por jóvenes revolucionarios franceses, lo que priva de todo sentido a marchar con quienes, trufados con odiosos populismos, dicen dirigirnos, obligándonos a ser, sobre todo, individuos, pequeños grupos que inventarían cerdos con la ilusión que Simbad el marino, sabio personaje del sabio oriente, definía como "aventura difícil de explicar, añadiendo gráfico que "una noche sin luna y sin estrellas, en medio de la oscuridad más cerrada del océano... ¡apareció un dragón que lanzaba inmensas bocanadas de humo" e iluminó, a quien supo, la sombría y triste sinrazón que es vivir.

Esperanza más real, asida a la política, ofrece el "Anti-Dühring" de Friedrich Engels, al ilusionarnos con que "(...) en todas partes subyace al poder político una función social y, a la larga, el poder político solo subsiste cuando ha cumplido la misma", ¿cuál será la de nuestros ineptos sátrapas?, una función que Marx relaciona con la "lucha de clases" y dice que solo concluirá al lograr una sociedad sin aquellas o, según Giorgio Agamben, cuando "Pueblo y pueblo coincidan y no haya ya, propiamente, pueblo alguno", confundidos el "Pueblo" que tanto -dicen- preocupa al egoísmo nazionalista, y el "pueblo" sujeto político constitutivo de la clase que, de hecho y derecho, se pretende -y logra- excluir de la política, haciendo que Walter Benjamin afirme que “la tradición de los oprimidos nos ha enseñado que el estado de excepción en que vivimos es la regla” y “debemos llegar a un concepto de historia que se corresponda con tal hecho”.

Si una sociedad, la española por ejemplo, soporta el egoísmo nazionalista, sus políticos hablan, ignaros, de negociar -¿qué?- con expoliadores desleales y tal caldo se cultiva por los nuevos bárbaros junto a anticonstitucionales leyes de (des)igualdad de género, que son regalo al lobby femenino, más del 50% de los electores, o elige que gobierne (¿) una turba que ni piensa en mejorar algo la desigualdad socio-laboral-económica, aplica la “ley mordaza” de Rajoy, define legal enaltecer todo terrorismo, no condena más violencia que el ruido cercano a sus lujosas viviendas, llama antifascistas a los burguesitos, alevines de incendiarios, destructores de, sea quien sea, el otro, iguala a golpistas presos o huidos de la ley con el exilio republicano,…, sin deber olvidar a su "oposición", nadie puede negar que, tal como la define la RAEL en su Diccionario, vivimos en una pocilga, algo que, inmisericorde, nos dice qué somos.


EL ROTO 18/02/2021


domingo, 14 de febrero de 2021

154 Los domingos, cavilar Mandan los más (des)leales Fernando Merodio 14/02/2021

 154 Los domingos, cavilar

Mandan los más (des)leales

Fernando Merodio

14/02/2021

"(...) cuya pretendida destrucción supondría un atentado contra la historia, el patrimonio y la vida de nuestra villa, con la exclusiva finalidad de construir un bloque de pisos y un garaje subterráneo privado en el espacio ocupado por el ala oeste" (De la defensa por Santoñeses del antiguo Hospital Militar napoleónico de Santoña contra la mercantil PSOE)

EL ROTO 09/02/2021

Dice Éric Vuillard que "hay mucho que hacer, siguiendo al pié de la letra el fabuloso pensamiento de Baltasar Gracián: No es uno solo el que vale por muchos", pues "nadie tiene una idea redonda y general que proponer", siendo "de las discusiones, de la inteligencia colectiva de donde broten las nuevas formas de solidaridad", reflexión que desarrolla en la novela corta "14 juillet", "14 de julio", sobre hechos -como los de hoy- que exigieron tomar ese día, un martes de 1789, la fortaleza prisión de la Bastilla, toma revolucionaria que relató desde el punto de vista de sus actores, gentes anónimas movidas por el abuso absolutista, la necesidad, el malestar,... que excluyeron de tal "nueva forma de solidaridad" a los que se lucran con el capital o la clase media -y menos que media- acomodada, la burguesía que cree que su ser actual y futuro están resueltos, poniendo su esperanza en que los "abducidos por las mentiras de capital y burguesesdesclasados, acepten ser en la práctica lo que se llamó proletariado y asuman las exigencias de lucha reivindicativa que le caracterizó”.

Fue aquel 14 juillet una de las chispas que provocaron el incendio innovador de la Revolución Francesa que acabó con el Ancien Régime, la monarquía absoluta, dio otro sentido a la Historia y abrió paso, con la Enciclopedia y la Ilustración, al Estado moderno, la libertad, igualdad y fraternidad, la representación popular, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de Robespierre -no confundir con la ONU, esa cosa, y los Derechos Humanos-, aprobados por la Asamblea Nacional Constituyente el 26 de agosto, días después del asalto a la Bastilla; fueron actores que aquel 14 de julio de 1789 ocuparon la fortaleza prisión, cárcel creada por el cardenal Richelieu como símbolo del arbitrario abuso absolutista gentes anónimas movidas contra la injusticia por la necesidad, rostros no conocidos, Begart, Boutillon, Cochet, Poirier, Falaise, Blanchard, Ezard, Provost,..., que dejaron a los sabidos jóvenes promotores intelectuales, Robespierre, Danton, Desmoulins, Marat, Saint-Just, Babeuf, Hébert,..., muertos en la lucha, o al tenebroso Fouché, sin hueco para atribuirse el símbolo, (de)mostrando que "la Historia -con mayúscula- la construyen (que no escriben) ciudadanos anónimos, masa sobre la que los historiadores suelen pasar de puntillas en pos de los grandes nombres", Historia que, en general, solo avanza en momentos de caos, lo que empujó a Vuillard a concluir su relato con una ilusión: “(…), cuando el tiempo es demasiado gris, cuando el horizonte es demasiado mortecino, deberíamos abrir los cajones, romper los cristales a pedradas y arrojar los documentos por las ventanas. (...) Sería bonito, divertido y regocijante. Los miraríamos caer, felices, y deshacerse, hojas volantes, muy lejos de su temblor de tinieblas".

Aquí ahora tenemos lo que nos hemos ganado, lo que ha traído -limitarse a- votar, un corrupto caos controlado por ignorantes, endogámicos totalitarios que, (ab)usando (de) tenernos confinados, privados de libertades con su opresión policial y "ley mordaza",... mandan, pues gobernar es otra cosa, exige honradez, saber, preparación, humanidad y, sobre todo, grandeza, de lo que, es evidente, adolecen los que aquí ahora, insisto, mandan con una autoridad falsa -carente de auctoritas-, castigan con decretos-ley, su totalitario instrumento favorito, presumen -en falso- de haber sido investidos por el "pueblo soberano", pueblo descabezado que no vota a personas, sino a partidos totalitarios -que se dicen- políticos, apoyados en los manipulados medios de (in)comunicación, que imponen sobre nosotros -solo sobre nosotros y no sobre quien de verdad manda- un poder -casi- absoluto, antidemocrático; insisto en que gobernar exige humanidad, autoridad moral, grandeza,... y basta mirar para ver que nada de ello tienen los que mandan, que solo saben pactar sus poltronas con el peor enemigo, el capital, el más sucio dinero, alejados del buen gobierno, preparándose para viajar hacia un bien remunerado, cómodo, placentero, pero tenebroso, lugar incluible en el memorial de relatos de la "Historia universal de la infamia" de Jorge Luis Borges.

La característica que mejor define a nuestros actuales "políticos" es su radical deslealtad hacia los ciudadanos, convertidos en solo -cómodos- herederos de quienes arriesgaron sus vidas para tomar la Bastilla y nos dotaron de un contrato social fiable, que hoy no es pueblo soberano sino sumiso al poder de siempre y al capricho de gobiernos no elegidos, de partidos incontrolados; ejemplo y paradigma de deslealtad brutal, sin representar a nadie, salvo a él, su familia e intereses, es “Evita” Iglesias, del que alguien dijo dudar si su objetivo era la revolución o, populista estúpido sin sustancia, ser rico y famoso y que vago, no elegido por nadie y sin capacidades visibles, ha conseguido cobrar el sueldo de vicepresidente del gobierno sólo porque conviene a Sánchez, apparátchik, funcionario vitalicio de la PSOE, que mira para otro lado cuando el peligroso profesor interino, sin usar su alto cargo salvo a su favor y no por motivos de clase, desigualdad, denuncia de la injusticia,…, nos insulta al decir que ”no hay una situación de plena normalidad democrática en España”, llegando a comparar, tan desleales como él, el egoísmo golpista de los independentistas, presos o huidos cobardes de la Ley que castiga incumplir el contrato social, con el heroico, duro exilio de familias a las que, por defender la Ley, persiguió Franco, para en el colmo -sin duda para limpiar al FRAP paterno- proponer incluso despenalizar el enaltecimiento del terrorismo ¿Hay quién dé más por menos y con mayor sueldo?

Infografías de lo que quiere la PSOE (izda.)  y cómo debiera quedar el Hospital Militar (dcha.)

Alzado del edificio y los garajes que apoya la PSOE y exigen derribar el ala oeste

Santoña, villa marinera situada frente al Laredo que fue fuente de financiación de la mercantil PSOE, tiene varios fuertes en el Monte Buciero y un Hospital Militar en su centro, importante vínculo histórico con la ocupación napoleónica que define un lugar cultural que, en otro país, con más gobierno que mando, más ambulancias que furgones policiales represores, estaría protegido, hoy sufre el ataque de un -ordeno y- mando con modos, sin duda, heredados del nativo almirante Luis Carrero Blanco, mano derecha de Franco, con un corregidor actual que contrata y paga en el consistorio como si fuera un cortijo… solo suyo y que, además, por causas que se investigarán, ha decidido, porque lo necesitaba para intentar construir un bloque de 4 alturas y unos garajes en el entorno de protección del Monumento BIC antiguo Hospital Militar, negocio privado, derribar -ver infografías y planos- manu militari, sin respetar días de fiesta, con rápida, agresiva explanadora, no piedra a piedra que revisaran arqueólogos del gobierno como exige la Ley en entornos protegidos, sin resolver las exigencias del recurso de Santoñeses, pequeño, honesto, serio grupo, apoyado tal corregidor en el omnímodo mando -que, perturbado, cree- que tiene la PSOE en la villa, la región, España entera,…, apoyado en este caso por dos favorecidos, una endogámica ejecutiva y el -no se sabe bien por qué- siempre risueño mandamás regional que, sin otro mérito ambos que vivir del partido, cobran como directora y consejero para proteger, dicen, el patrimonio cultural de todos… cosa que, desleales, no hacen, por lo que, si fuera cierto que esto sea un Estado de Derecho, tendrán que explicarlo todo en los tribunales; desleales con la villa que debieran proteger, desleales con la norma que exige que miembros de la mercantil PSOE que manda en el ámbito local, se abstengan y no resuelvan los recursos en que eligen que es mejor un suculento negocio privado modificando para ello el PGOU que impedir la destrucción de un BIC, de un lugar cultural destruido tras el paso de una aplanadora conducida por Atila y sus hunos-, o de lo que haga falta en aras del lucro privado… o de vete a saber qué; un destrozo tras el que alguien exigirá, ejemplar, reconstrucción.

Coda para -desleales- Revilla y sus cuates de la PSOE- que cada vez que dañen a alguien -y digan que lo hacen- contra la pandemia, dejen un 10% de sus opulentos, inmerecidos estipendios para un fondo de resistencia de quienes no tengan trabajo.

domingo, 7 de febrero de 2021

153 Los domingos, cavilar ¡Accionistas de todos los países, uníos! Fernando Merodio 07/02/2021

153 Los domingos, cavilar

¡Accionistas de todos los países, uníos!

Fernando Merodio

07/02/2021

“¡Proletarios de todos los países, uníos!” (Llamamiento final deEl manifiesto comunista)

"Al principio era dinero, ahora se trata de destruir (...) Estoy preparado para perder lo invertido; en este punto es casi una guerra de clases" (Pequeño inversor en Wall Street)

El 17 de mayo de 2005, hace 15 años, reflexionaba en voz alta en Alerta sobre ideas del espectro que, según Marx y Engels, en 1847 recorría Europa y, al hilo de su final, “¡Proletarios de todos los países, uníos!”, tejía una ilusión que, aliviando el agobio de hoy defendiendo, frente a la especulación rampante, el Hospital Militar napoleónico de Santoña o luchando contra políticos lobbystas y corporaciones empeñados en sembrar las montañas de montajes industriales eólicos, con leves matices de estilo, lleno de actualidad por la ilusa -y dudosa- revuelta de pequeños en Wall Street, cómodo, calco.

Dicen los autores del “Manifiesto comunista” que los pueblos primitivos producían sólo para sobrevivir, que la propiedad de los medios de producción, escasos, era colectiva y que las relaciones entre los miembros de la sociedad, de colaboración, concluían en un reparto igualitario, justo. Sea o no cierto todo ello, algo así pretenden los teóricos del sistema que denominan socialista/comunista. Simplifico y explico.

Analizaban Marx y Engels la realidad de 1847, su tiempo, y se preguntaban cómo era posible que, siendo tantos los trabajadores que arrancan riquezas de la naturaleza y producen nuevas riquezas, la mayor parte de ellas vayan siempre a parar a manos de unos pocos. Otros. Siempre. Razonaban que el motivo está en que la propiedad de los medios de producción no es colectiva y el trabajador no es realmente propietario de su fuerza de trabajo; todo es de unos pocos, los capitalistas.

Aclaraban que capital no es lo mismo que dinero y que no es capitalista cualquiera que haya juntado una cierta cantidad de aquel. Capital es dinero empleado en comprar medios de producción y fuerza de trabajo de otros; capitalista es el poseedor de dinero que, en el uso de ese dinero, tiene como único fin apropiarse de lo que Marx denomina plusvalía: diferencia entre el dinero empleado en comprar medios de producción y fuerza de trabajo de otros y el valor de lo que genera la fuerza de trabajo del trabajador; además, el capitalista quiere hacer siempre lo mismo: más dinero, comprar más medios de producción y fuerza de trabajo, más plusvalía,… Una espiral eterna.

Lo llamaban explotación del hombre por el hombre, afirmaban que tanta opresión generaba lucha entre explotadores (capitalistas) y explotados (trabajadores), lucha de clases; abierta unas veces, otras latente. Concluían que para acabar con la explotación y la necesidad de lucha no basta con liberar a los trabajadores explotados, es preciso emancipar, al tiempo y para siempre, a la sociedad entera. A todos. Me parecen datos ciertos que, bien explicados, pudieran incluso ayudar a que los niños, desde pequeños, piensen. Es muy simplificado y esquemático, de acuerdo, pero sé que la realidad, con su inmensa complejidad, no está muy lejos.

Al contrario de la explotación, siempre impuesta por la fuerza, la emancipación no se consolidará debidamente si solo viene apoyada en la violencia… Por mucho que en ocasiones la fuerza física parezca necesaria, no es suficiente. La emancipación de verdad, firme y profunda, llegará como y cuando pueda, pero sólo será sólida si se basa en la razón, la inteligencia, la cultura.

Aquí ahora, lo que dicen socialismo, progresismo, nos aleja; empeñado en separar a los niños, desde la escuela, del hábito de pensar, reduce al mínimo el aprendizaje de la filosofía, la historia, la música,… Pretende justificar su ansia de cultura con la lectura anual y pública del Quijote y creando nacionalidades y naciones pluriculturales sin límite; interés partidista, seguridad, ¡de ellos!, que están en lo oscuro de la caverna, sus migajas de poder; saben que ahí afuera están las dudas del pensamiento, las luces y las sombras del hombre complejo y obligan a estudiar lo que ellos, situados a la derecha de la derecha, manden -economía, mercadotecnia, marketing, dirección de empresa,…, leer prensa salmón, ser aprendices cutres del capitalismo de bolsillo. No pensar. Descartes se equivocaba e, inteligentes, hay filósofos que lo expresan en una pancarta: “Pienso, luego molesto”, soy un estorbo, no existo. Eugenio Trías -era 2005- se llega a preguntar incluso si el partido que se llama socialista, progresista, odia la filosofía. Tiempos peligrosos, de pensamiento cautivo.

Hoy -insisto, 2005- prima una concepción formal o procesal de la democracia. Max Gallo, argumenta su oposición republicana a la llamada Constitución Europea y razona contra la negación de la capacidad de pensar que se ha instalado en nuestra sociedad afirmando que tenemos una democracia “de apariencia, una democracia oligárquica, de aprobación: se sobreentiende que no se puede decir no”. Una rigurosa encuesta de Gallup Internacional, realizada en 1999 entre cincuenta mil personas de sesenta países, evidenció que solamente uno de cada diez encuestados pensaba que su país está gobernado por la voluntad del pueblo. Aquí ahora -2005- serían menos.

Francisco Umbral define –en 2005, repito- a Rodríguez Zapatero, modelo de progresista y lenguaje pervertido, como “un socialista convencional, un chico de los frailes, un traidor por indecisión, un ambicioso que secretea en la sombra, un eterno adolescente de la política, un líder ligeramente cursi”; reflejo de la sociedad toda, un “parlamentario de peluquería”. Periodística, gráfica definición del personaje y de la situación; salvo en lo de socialista -ni adjetivado de convencional lo acepto-, estoy de acuerdo en todo.

Acabemos con la simplificación del inicio. Hoy vemos que el capitalismo propicia la (con)fusión del capital industrial, directamente vinculado a la propiedad privada de los medios de producción y la compra de fuerza de trabajo, con el capital financiero, que obtiene dinero del dinero y se agrupa en la denominada oligarquía financiera. También vemos que entre ambas manifestaciones del capitalismo existen contradicciones evidentes y, a consecuencia de ellas, importantes enfrentamientos. Permanentes. Sin necesidad de hilar fino, vemos que la Bolsa no es en España la de 1831, cuando fue creada y facilitaba al Gobierno un instrumento adecuado para manejar la Deuda pública; hoy el dinero que el capitalismo financiero usa en Bolsa, en las grandes sociedades, en las multinacionales,… es suyo, de pocos, capitalistas grandes, medianos o pequeños, pero también, sobre todo, de muchos ahorradores, asalariados que, contradictorios, invierten lo que les dejan quienes se llevan la tajada del león, la plusvalía; son trabajadores odiosos –a los que desprecio-, con la vana, desleal idea de extraer plusvalía de otros, que se pliegan, permiten que quienes aportan una ínfima parte del capital total, los auténticos capitalistas, les manipulen y les roben.

Seria reflexión final con apariencia de broma. Hace ya tiempo, para mover el mundo Arquímedes pedía un punto de apoyo para mover el mundo; hoy, para moverlo o cambiarlo bastaría que los muchos pequeños accionistas de las grandes sociedades utilizaran como punto de apoyo el inmenso poder de su número y derecho de representación en las juntas; si hubiera socialistas y se ocuparan de lo serio, en los países que se dicen avanzados hoy añadirían al “¡Proletarios del mundo, uníos!” que cierra el Manifiesto de Marx el sencillo y lógico: ¡Accionistas del mundo, uníos!

Cavilado en 2005, ilusa mente, hoy lo uno a la "rebelión de inversores aficionados contra fondos buitres, amenaza -dicen- de cambiar las reglas de la Bolsa", lo repito y, también contra nocivas idioteces pequeñoburguesas de Evita Iglesias e Irene Montero, leo a Catherine Millet, feminista, afirmar que hoy "hay una regresión en la forma de vivir la sexualidad femenina" o a El Roto, siempre, avisar que "propusieron sustituir los puntos cardinales por la orientación sexual, la iniciativa tuvo una gran acogida…".



EL ROTO 06/02/2021