miércoles, 13 de noviembre de 2013

DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN E INFORMACIÓN

Derecho a la libertad de expresión e información
Fernando Merodio
Voy a echar mi cuarto a espadas y a opinar en una sucia controversia actual, hablar de las buenas gentes de Lasaga Larreta, en Torrelavega, del transformador de E.on, la libertad de expresión y el grupo Vocento, El Diario Montañés, cuatro días, cuatro portadas y seis páginas completas, una historia de terror, canalla, planificada (la foto de Iván, concejal de ACPT, salió el primer día, lo sabían todos y no se le ataca hasta el cuarto), en la que, con ocasión de lo que llaman “carrera” por el centro de Torrelavega, PP y periódico insisten en que gente muy malvada insultó, escupió, dió patadas en el suelo,… a indefensos niños. Voy a empezar por los hechos que, sin haber estado allí, conozco. Primero, no fue una carrera, cosa seria, sino un anuncio barato y provocador de E.on que, gratis total, utilizó el Ayuntamiento, casa que dicen de todos, como pantalla y abusó de la buena fe de los participantes, convertidos en anuncios y ahora quiere el PP que también en esquiroles. La Federación no autorizó la pachanga, no hubo jueces, no se cortó el tráfico, no se vallaron los cruces, abría el paso un ciclista, no la Policía, el recorrido era tan oscuro y mal señalizado que el ganador ha dicho que se perdió en algún punto,… E.on y el alcalde no debieran hablar de legalidad, “esa cosa” fue ilegal, sin normas y no hubo atropellos por milagro; quien autoriza (si se autorizó) y apoya tal publicidad privada, o tiene intereses en ello o no sabe lo que hace. Segundo, los perjudicados por E.on, víctimas desde hace años de abusos, facturas injustas y un transformador criminal y sin licencia, no han sido autores de las agresiones que airea Vocento, son gente mayor, educada, correcta y, por supuesto, pacífica. Tercero, entre quienes llevaban frontales y camisetas de E.on había, siempre sucios, provocadores que ¡vaya si provocaron!; no he visto ni una fotografía en que los manifestantes tengan actitud agresiva y sí varias en las que sí las tiene algún supuesto deportista, hombre anuncio de E.on. Un recordatorio, todos, incluso Manolo Sáiz, hemos visto parar el Tour, ¡en Francia, claro!, sin que ningún deportista se enfrente a los que lo hacen. Una valoración, Iván, de ACPT, como hubiera hecho Esther, estuvo, ¡faltaría más!, junto al débil frente al poder abusivo. Para acabar, un dato, El Diario Montañés, que azuza la cacería, fue absorbido por el grupo vasco Vocento, de cuyo Consejo de Administración es miembro, junto a Rodrigo Echenique, consejero del Santander, Miguel Antoñanzas que, casualidad, es Presidente de E.on España y E.on Italia.

Los derechos a la libertad de expresarse e informarse son inseparables y, para ser auténticos, exigen plenitud de ejercicio pues el segundo derecho (a ser informado) solo existe si la primera libertad (de publicar ideas y hechos) es universal e igual; es preciso que todos podamos dar y recibir información en situación de equilibrio, sin más límite que el de ser veraces. Con intención, los medios de comunicación de masas loan esas libertades/derechos pues, dicen ellos, sustentan lo que llaman democracia, pero lo cierto es que solamente ellos las usan y administran, dejando para el ciudadano, tanto en el ámbito activo (dar) como pasivo (recibir información), el formal ejercicio de una apariencia indefensa e inane, como la de los otros derechos que dicen fundamentales (justicia, trabajo, sanidad, enseñanza, vivienda,…).
Duele que los profesionales que usan el privilegio de publicar a diario en los medios ideas, hechos y opiniones y, además, cobran por ello no valoren en cada asunto si prevalece el derecho de todos o, por contra, el del capital/empresa que, al limitar libertades, lo hace todo más fácil para ellos y los suyos y más agrio, desigual e injusto para el resto y, tras comprobar la evidencia, siquiera intentan contarlo.
Hoy me dicen algunos que si no lo hacen es por las presiones de la empresa, presiónes aun más preocupantes que las que, desde la calle, amenacen al periodista; la coacción desde el capital/empresa es, aquí y ahora, un gravísimo peligro para las libertades de expresión e información, como lo es el periodista que, parcial o falaz, (des)informa, colabora con el que le paga y censura esas libertades a quienes, de forma ocasional, no retribuida, desarrollan el llamado “periodismo ciudadano”, para los que el Relator especial para la libertad de expresión pide en su Informe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU de 4 de junio de 2012 protección y respeto, pues dice que “desempeñan un papel de creciente importancia al documentar y difundir noticias sobre acontecimientos en los que participan” y así “han enriquecido el panorama mediático, aumentando el acceso a fuentes de información, estimulando los análisis informados y promocionando la expresión de opiniones diversas, en  especial en momentos de crisis”.
Vivimos tiempos feos en un mundo tan sobrado de información como desinformado, tiempos en los que no dudo es preciso reivindicar ya el derecho de todos a usar los medios. Manuel Castells dice en “Comunicación y poder” que éste, “ya sea el macropoder del Estado y de los grupos de comunicación o el micropoder de todo tipo de organizaciones, se basa en el control de la comunicación y la información” y añade que una parte esencial del mismo radica en la capacidad para modelar las mentes, por lo que todo intento de constituir un contrapoder justo obliga a romper tal monopolio.

Cierra su libro Castells animando a exigir un mejor funcionamiento de los mass media y además, pues las redes de comunicación tienen también una dimensión local, a hacer un mayor uso de los de ámbito próximo. Tenemos que comunicarnos, difundir nuestra versión de lo visto y vivido, establecer prioridades y conceptos base, explicar causas y efectos y, como en tiempos de guerra hiciera Chaves Nogales, contar lo visto y vivido “más fielmente de lo que uno quisiera”.

El poder teme, más que a la coacción legal, a lo que de él pueda conocer el resto, prueba del valor que la comunicación tiene para el capital, que la usa, administra, mima y con ella se protege. Habrá quien vea perdida la batalla de la información para explicar nuestra versión, distinta de la dominante, en asuntos como la humillación a que nos somete el capital que impone su (in)cultura, expolia el puerto y los jardines de Pereda y oculta lo que es su Fundación, o la verdad del negocio de la energía eólica, insostenible e insegura, o la salvajada del fracking, o los Concejos Abiertos, las tierras comunales, la democracia y lo que quieren para ello, o el cruel momento actual y la cobarde actitud cómplice, silenciosa ante la sistemática voladura de los logros de la Ilustración, o el papel que tienen quienes dicen representarnos, o el valor de las cosas,... Exigirá un gran esfuerzo, pero no es reto imposible.


Propongo, ya, un debate público y sin límites, con luz y taquígrafos, sobre E.on, sus abusos y el transformador, lo que llaman la “carrera”, el paradigma que es el Centro Botín inculto, el fracking, la energía eólica, el consumo energético, el Concejo Abierto, auténtica democracia, el expolio de nuestros derechos,… Nos llevan hacia el precipicio y es preciso un viraje, ahorraría tiempo, incidentes y disgustos dotarnos de elementos buenos de juicio. Es urgente intervenir en los medios, plantarlos cara, si hace falta boicotearlos, crear nuevas palancas ajenas a las burocracias, cambiar las estrategias frente al capital que abusa y en sus genes es cobarde, ignorante y débil.

viernes, 26 de abril de 2013

El abismo está debajo nuestro



El capitalismo agoniza

Fernando Merodio

El capitalismo agoniza en la crisis de su estructura, agotado, exprimido, el sistema injusto se desmorona; igual que contradicciones ciertas mataron ayer lo que, sin serlo, llamaron comunismo, hoy el capital insano se ahoga en el abuso. En España es obvio, por ejemplo, que la banca es, ha sido siempre, exceso de un arcano, usura, criadero de carcoma, las cajas son ulceras de corrupción política, no hay Justicia, la Administración es cara burocracia inútil, siete mil parados más, siete mil dramas, cada día, la construcción es ruina que provocó la codicia insana de delincuencia admitida, el turismo pasado, el automóvil un cadáver causa de muchos males, el resto de la industria aire, lejana a lo humano,... Miente quien anuncia recuperación milagrosa en unos pocos meses, igual que miente quien no avisa que hemos agotado lo que llaman progreso, que el consumo loco resulta inviable, que no consumir traerá nuevos cierres, los cierres, lógico, mayor paro y ese mayor paro reducirá ingresos y abultará gastos en el seguro de jubilados, incapaces y parados; miente, pues, quien no advierte del riesgo que corren sanidad pública y pensiones. Europa es ruina vana y estamos iniciando un viaje hacia lo incierto inexplorado, travesía dura en la que lo más grave es que nuestro guía es el codicioso y voraz apetito del banco, con apoyo en la incapacidad, mentiras y dolo de sindicatos y políticos, viaje insolidario en el que, si optamos por que así sea, no solo se hundirá nuestro “nivel de vida”, inevitable, sino que moriremos muchos, no lo duden. Debemos conocer que miente y traiciona el que, informado, no advierte cada día, y nos repite que debemos instalarnos, ya, en el decrecimiento y además, aun más urgente, organizarnos. Definía una situación así de grave Nathaniel Hawthorne cuando, a mediados del siglo XIX, escribía que “el abismo es simplemente uno de los agujeros del pozo negro que hay debajo nuestro”.


Karl Marx pronosticó exacto la crisis estructural del capitalismo, analizó su debilidad moral, económica y política, vio el final del sistema injusto en la pérdida de la autoridad que la degradación de la Revolución francesa y un contrato social trucado habían otorgado a instituciones políticas corruptas y la clase dominante, la capitalista. El individuo debe aprovechar hoy el desplome de la estructura injusta para demolerla, pues el marxismo posterior a Marx ha explicado que la capacidad de ser inmoral y hacer daño que tiene la estructura débil es infinitamente superior a la del individuo, por lo que, como dice Jean-Paul Sartre, la elección moral no consiste en elegir ser bueno, sino elegir un mundo bueno y hacer lo necesario para dejar de ser cómplices del “sistema de crímenes” que anida en la estructura que ahora se derrumba. 



Walter Benjamín explica en su Tesis V sobre el concepto de la Historia que “la lucha de clases que tiene ante sus ojos el materialista histórico educado en Marx es la lucha por las cosas toscas y materiales, sin las cuales no hay cosas finas y espirituales”, pero recuerda que éstas “están vivas en esta lucha en forma de confianza en sí mismo, de valentía, de humor, de astucia, y su eficacia se remonta en la lejanía del tiempo”. Un juez lo explicaba exacto el domingo en este periódico, de otro modo, al recordar al Mao que decía que una chispa es capaz de incendiar una pradera.


El fin de semana reflexiono, acudo a la novela negra, de la que dijo Wittgenstein que tiene más vida que un ensayo, releo a Jim Thompson, “1280 almas”, el sheriff Corey empeñado en apartar de su camino al que le incordia, oigo bajo “Tannhäuser”, coro que ensayé de niño y, melancólico, me afirmo en una vieja idea, mía: mientras haya fuerza, hay que correr, aunque sea lento.

domingo, 17 de febrero de 2013

Centro Botín: humillación y excesos

En 1936 otro Emilio Botín, padre de éste, huía a Suiza, abría una cuenta e ingresaba parte del patrimonio familiar; mientras Valdecilla, educación, trabajo asalariado... se caen a trozos. El mar, un trastlántico, un grito: “¡El capitalismo se hunde!”. Un nuevo aullido: “¡Los banqueros y los ricos primero!” Certero, El Roto hace evidente la humillación del resto. Emilio Botín, banquero experto, atribuye ese hundimiento a los “excesos” de la banca; sorprendido, acudo al Diccionario y leo que exceso es “lo que se sale de los límites de lo ordinario o de lo lícito”, “abuso, delito o crimen” que fija “diferencias consistentes en sobrepasar lo establecido como normal”. Por una vez y sin que sirva de precedente estoy de acuerdo, de pe a pa, con el banquero, ejemplo de reprobable exceso, y como sé que humillación es todo lo que denigre en público lacultura , pensar, raza, sexo , economía ,... de otro, compruebo que, cuando habla o actúa, el banquero nos humilla y es muy erróneo culpar de lo que ocurre, sólo, a los políticos.Teoría. Creí en la justicia, esencial concepto maleable gestionado por humanos, creencia que, como casi todas, era errónea. En 1978, ya vivido, leía “Estrategia judicial en los procesos políticos”, libro de Jacques Vergès, defensor de la argelina Djamila Bouhired, de los palestinos que secuestraban aviones, del criminal nazi Klaus Barbie, de Carlos "El Chacal”, del camboyano Pol Pot y los Jemer Rojos,..., abogado que ponía su razonable inteligencia (dicen que) perversa al servicio de deslegitimar toda pretensión de que aquellos tribunales impartían justicia, marcando diferencias entre la estrategia de ruptura y la de connivencia en los juicios, explicando que en los de connivencia el acusado respeta las reglas del juego, mientras en los de ruptura se convierte en acusador del sistema injusto y concluyendo que, cuando los procesos se sacan de la semiclandestinidad de los juzgados y se hacen públicos, los de ruptura son mucho más eficaces para el defendido y sus ideas; cita como ejemplos los de Prometeo, Sócrates, Jesús, Juana de Arco, Dimitrov, que ridiculizó a Goering tras el incendio del Reichstag, Fidel Castro por el asalto al cuartel de Moncada, el juicio de Nuremberg, muestra del fracaso de pretender hacer un «gran proceso-espectáculo»,...Excesos humillantes. Publica el New York Times que en 1936, guerra civil, otro Emilio Botín, padre de éste, huía a Suiza, abría una cuenta e ingresaba en ella parte importante del patrimonio familiar, dicen que hoy más de 2.000 millones de euros, creando una fundación que, gran invento, los administrase. Dinero hurtado a los famélicos españoles de la guerra, los años 40, 50, 60,..., que producía en Suiza sólo al banquero, sus hijos, nietos,..., la familia. Vueltos tras ganar la guerra, no trajeron aquel dinero hasta ayer, tras pagar una miseria y haber hecho crecer aquí su riqueza por medios que hacían menos libres e iguales al resto. Hoy, no contentos y mientras Valdecilla, educación, trabajo asalariado,... se caen a trozos, nos humillan al pretender perpetuarse a nuestra costa en una pirámide, un colosal, ilegal fraude que, a su nombre, sin generar trabajo ni ser culto, ¡nadie se engañe!, quieren que, además, se apropie de nuestra memoria ciudadana, la bahía. Trabajo y cultura son otra cosa.Condiciones objetivas. Canta Franco Battiato en la bellísima “Prospettiva Nevski ” que cuando “un viento a treinta grados bajo cero / barría las desiertas avenidas y los campanarios (...)”, “con mi generación pasé el invierno” y, al tiempo que los Botín llevaban dinero a Suiza, con el “cine de Eisenstein, por la revolución, / estudiábamos cerrados en un cuarto”, lo que nos “enseñó / cuan difícil es descubrir en la penumbra el alba”. Sé, con tal experiencia, que es urgente dar respuesta a la pregunta que, en 1902 y Rusia, se formulaba Lenin, “¿Qué hacer?” , conocer los hechos, valorarlos, discutir en las calles con los nuestros, buscar sin encontrar certezas, actuar junto a los que, luchando, han perdido tantas veces en la historia. Conciencia de clase, hay que evitar los pequeños territorios, las falsas prioridades innecesarias o las insanas nostalgias que remueven la prehistoria y ocultan las (pre)ocupaciones importantes. No debemos dejarnos distraer por las mentiras, tenemos que pensar en lo de ahora, 2013, valorar los humillantes excesos del banquero que avalan los políticos, ver si en ellos hallamos esas “condiciones objetivas” que buscábamos hace años, motor de lucha por lo nuevo y, así, derrotar, como a los ricos y corruptos que pretendían perpetrar el atropello eólico, cualquier intento de humillación y exceso de esos bancos que quieren destruir, para ganar ellos, muchos más miles de puestos de trabajo asalariado.Resistencia. Decía Robespierre, a quien debemos parte esencial de la hoy exangüe libertad igualitaria, que “los pueblos no juzgan como los tribunales, no formulan por escrito sus sentencias, lanzan rayos” y añadía que “castigar a los opresores de la humanidad es clemencia y perdonarlos, barbarie”. Todos sabemos que el mausoleo que el banquero quiere construirse es, además de ilegal, radicalmente injusto y, si nos queda un adarme de dignidad en la catástrofe, deberemos luchar contra la humillación de todos sus excesos, seguros de que siempre nos podremos integrar, de pié y en lucha, en grupos de partisanos resistentes ¡¡Bella ciao!!, siempre.Fernando Merodio es Abogado