domingo, 24 de febrero de 2019

40 Los domingos, cavilar Exploradores Fernando Merodio 24-02-2019

40 Los domingos, cavilar

Exploradores

Fernando Merodio
24-02-2019

“Otros se fatigaron / y vosotros os aprovecháis de sus fatigas” (San Juan 4, 39).
“Me gusta estar en compañía de exploradores” (J.M.Barrie, autor de “Peter Pan”).

Nacieron estas cavilaciones dominicales de la ilusa/ambiciosa idea de hacer crecer, por poquísimo que sea, el tamaño de la pequeña e imprescindible bolsa de resistentes que, sabio, cuidó hasta su muerte John Berger. Son reflexiones basadas en la persuasión, hija de alguna experiencia, de que -quizás cada día más- penamos un abuso del poder, de lo vivido y de la exigencia de hacer lo posible, hasta lo imposible, para que este sitio sea más honesto y habitable, ayudar, al menos, a conocerlo; pienso que, incluso el riesgo, vale la pena el esfuerzo de intentarlo. 

Hoy defiendo -y ataco- en especial frente a la constante y abusiva usurpación del derecho a la libertad de expresión e información que daña hasta en pequeños detalles el interés general, prostituyendo para ello el significado de conceptos vitales como libertad, igualdad, cultura, progreso, medio ambiente, desarrollo, salud, calidad de vida,… y, al escribir sabiendo que toda escritura se enroca en uno mismo y que, como decía Bataille, “la literatura es la infancia al fin recuperada”, pienso que quizás sea bueno hacerlo desde Nunca Jamás, territorio de la infancia, defendiendo y atacando junto al malhumorado Peter Pan, fatigado y lógico.

Más o menos convencido, evito la seria insistencia de mi hijo -preocupado acaso porque me evidencie- diciéndome que la idea de hablar de uno mismo siempre es peligrosa, "todos actores contando batallitas personales", acudo a un rincón de mi patria, el de una Plataforma nacida para defender el territorio sur (de Cantabria), hoy con mayor ámbito de acción, que enlaza gente seria y agredida, enfrentada al abuso, la estupidez, la injusticia, la insolidaridad rampante,...., que, porque quiere, lucha y da la cara contra el terrible símbolo de poder que es la habitual cuadrilla de la sinrazón de empresas eléctricas, bancarias y Administración, apoyadas en su "brunete" mediática.

El grupo centra hoy su esfuerzo en sacar a la luz y vedar la salvajada ilegal, dañina e inútil que es la pandemia de ciclópeas torres eólicas -de casi 200 metros- que antes quería esparcir por nuestros bellos montes Manuel Huerta, callado tras que le anularan el Concurso Eólico (1.400 Mw, 700 molinos gigantes, miles de millones de euros) y ahora amaga la familia de Florentino Pérez/fondo saudí Capital Energy/Green Capital Power, SLU, con acompañamiento del horrísono y aturdidor ruido -o silencio, si les place- de la presión abusona de El Delirio Montañés que, desde Vocento, es regido por el capitalismo vasco, medio que hace que el derecho a la libertad de expresión e información de todos ceda ante un falso, cruel e impostado derecho a la libre empresa, consistente en que, en lo importante, los dueños deciden qué conviene y cómo se hace público aquello que ellos quieren, lo que, como he dicho, está en el origen de estas personales cavilaciones públicas que no gustan a mi hijo.

Para iniciar hoy el urgente debate sobre política energética con quienes se lucran con ella y arguyen que es -sólo- un servicio público, hay que exigirlos algo elemental, mínimo, que cumplan la ley y minimicen los daños en la calidad de vida, historia, economía, salud,,… de quienes sufrimos sus políticas de costos -no tan atroces como las de la gran industria nazi que se abalanzó sobre la mano de obra gratis que ofrecían los campos de exterminio, los lager, pero, como ellas, egoístas, crueles- y que, además, no utilicen el pueril ardid consistente en argüir que enfrentarse a ellos es incultura, vuelta atrás, remilgo extravagante de melifluos enemigos del progreso,...

Actualmente, con apoyo político y trato mediático ad hoc, amagan un golpe inviable, maniobra de distracción, nadie con dos dedos de frente creería que un fondo saudí y la familia de Pérez quieran implantar, como anuncian, 133 Mw, 56 molinos gigantes que asolarían los valles pasiegos, Villacarriedo, Selaya, La Braguía, Vega de Pas, Ontaneda, Alceda, Toranzo,..., al tiempo que, para distraer más, se movía el pañuelo de la Reserva de la Biosfera, Man and biosphere, que no implica protección alguna y ya parece olvidada.

Es evidente que en los valles pasiegos nadie piensa implantar nada, no pueden, lo prueba que no han tramitado instalar los anemómetros previos que midan la fuerza del viento en las zonas que -en falso- anuncian querer destrozar acumulando ciclópeas torres con aspas, contrario a lo que, con espasmódica histeria, hacen en Campoo de Yuso, Cotío/Campoo de Enmedio, Valdeolea, Valdeprado del Río, Valderredible, Penagos,... donde, previendo implantar agresivos parques, piden autorización previa municipal para tales medidores, ayudados por el secuaz silencio del gobierno Revilla/Tezanos, medios de comunicación, ayuntamientos,..., que, sumisos al poder venal, no informan a los indefensos vecinos, concejos abiertos, juntas vecinales,..

El colmo de desfachatez y deslealtad al Estado de Derecho anida en Mataporquera, con alcalde del PP apellidado Franco que, vacunado por el abuso de Alfa, no se inmuta ante el atropello de parques industriales eólicos, subestaciones gigantes, líneas de muy alta tensión,..., esa Mataporquera en que los contenciosos de la Plataforma forzaron a REE a desistir de lo que tenía en marcha, volviendo ahora, desvergonzada, a la carga con la vieja matraca e idéntico -y también sospechoso- silencio cómplice. 

Ya que nadie atiende al actual despliegue en el territorio de violentos tallos gigantes con aspas, destaco una breve pestaña para, otra vez, denunciar el ejemplo de corrupción sistémica que es la desmedida y cordial atención de políticos y medios y el pasmoso pacto interclasista -al que se adhiere Revilla- entre un partido que se jacta de socialista y obrero y la plúmbea burguesía que se apoltrona en los salones de la R.S. de Tenis de La Magdalena, la misma que destrozó, sólo para ella, la ensenada del Camello, terca ahora en lo que nadie les pide, ajenos a la ley, "salvar su Magdalena".

"Ilegal pacto interclasista de un partido -que se dice- socialista obrero
 con miembros de la R.S. Tenis de La Magdalena"

Retrata muy bien los riesgos del peligroso, lacerante y continuo abuso de poder Eric Vuillard que abre su libro "El orden del día" relatando cómo las industrias Krupp, Basf, Bayer, Agfa, Opel, Siemens, Allianz, Telefunken,... impulsaron el inicio del horror nazi, definiendo las empresas como cuerpos místicos perennes capaces de pactar con cualquiera y cierra el relato con la referencia a esas mismas empresas, que siguen controlándolo todo mucho después de la caída de Hitler y explicando que "no son monstruos antediluvianos, criaturas lastimosamente desaparecidas en los años cincuenta. (...) Esos nombres siguen existiendo. Poseen inmensas fortunas (...) forman todopoderosos conglomerados" y advirtiendo que "nunca se cae en el mismo abismo. Pero siempre se cae de la misma manera, con una mezcla de ridículo y de pavor. Y uno quisiera tanto no volver a caer, que se agarra, grita".

El trabajo "NO" libera

Fatigado en la desigual lucha cotidiana de la calle y el Derecho injusto, me irritan tanto el daño y la desigualdad que causa la delictiva avaricia del capital como que lo que hoy se dice izquierda -ese Sánchez y lo que Savater llama sus groupies, de ambos sexos- nos quiera engañar simulando que parchea la sangría, me adhiero al Slavoj Zizek que avisa que, “quizás sea necesario suministrar una buena dosis de intolerancia (...) que alimente la discordia, (...), criticar desde la izquierda la actitud dominante”, rechazo la negociación y el pacto como hábito, me uno a los exploradores de la Plataforma y deseo ser uno de los "Niños Perdidos", amigo de Peter Pan.

viernes, 22 de febrero de 2019

Deconstruir el procés (3) El mandato ciudadano Fernando Merodio ALERTA 22-02-2019

Deconstruir el procés (3)
El mandato ciudadano
Fernando Merodio
ALERTA 22-02-2019
El espectáculo del juicio empieza a perder la batalla frente a unas inanes elecciones y, salvo vistosos "incidentes" en estrados, su presencia disminuye en los titulares de los medios, evidencia de una general torpeza al no ver, por encima de una inane alternancia electoral entre similares, el riesgo evidente -simbólico y real- de lo que se juzga y el disparate que es sepultar tan graves hechos bajo engaños, pactos y olvido. 
La bipolar estrategia defensiva abre grietas y ayuda a deconstruir el procés cuando Jordi Turull y algún otro -mejor preparados que los fiscales- se defienden alegando haber cumplido las obligaciones de su "contrato social" -que, al ser políticos, supongo más rígido y exigente en el respeto a leyes y órdenes judiciales que el mío- pues están obedeciendo, dicen, un "mandato ciudadano". Ya que el contrato social genérico que acatamos casi todos en lo esencial es claro y público y no lo es su auto-exculpatorio mandato, en el juicio podrían fijar quiénes y cuántos son sus mandantes y documentar -para probarlas- las concretas órdenes que, porque les atan, sirven para excusarles, siendo en especial leales y exactos al detallar la relación entre el mandato y la constitución, apoyo/obligación hasta para ellos, que la han votado y jurado.
En "El orden del día", premio Goncourt 2017, Eric Vuillard narra aspectos -no muy- ocultos del ascenso del escalofrío nazi al poder y, tras explicar algo tan sabido como el papel de Basf, Bayer, Agfa, Opel, Siemens, Allianz, Telefunken,..., razona que las empresas no mueren como los hombres, son cuerpos místicos que perennes pueden pactar con cualquiera, detalla cómo Hitler humilló a las autoridades de Austria antes de someterla por la fuerza, tras que su débil y tiránico presidente, Schuschnigg, tuviera el dramático error de pensar poder vencer al führer con sus "objeciones de derecho constitucional" pues, abogado, creía que las constituciones, "como las matemáticas, no permiten hacer trampas"; Hitler le demostró en días que no era cierto, sufriendo los duros corolarios del error, no el ignaro político, todos los austriacos.
Hitler derribó la hegemonía normativa de la constitución en Austria con amenazas respaldadas por la fuerza, Junqueras, Turull, Romeva, Rull,... intentan, con amenazas pero poca fuerza, sustituirla por lo que dicen pide -parte de- su sagrado pueblo, o sea ellos y, con apariencia impune, repiten que "no es un texto sagrado escrito en piedra" y "se puede adaptar a los cambios",... cuando y como ellos quieran.

El juicio y la deconstrucción del procés me acercan a Vuillard, a cómo narra lo ocurrido en Austria en mil novecientos treinta y tantos y me sugiere que, en otro nivel ahora, en una Cataluña lugareña y egoísta se empieza a percibir, como allí entonces, el tufo de una "propaganda repetitiva y vulgar" junto al "aspecto pegajoso de los trapicheos y la impostura" y, aún peor, algo de "amenaza brutal", no un leal mandato ciudadano o un juego.

miércoles, 20 de febrero de 2019

Deconstruir el procés (2) Estrategias de defensa Fernando Merodio ALERTA 20-02-2019

Deconstruir el procés (2)
Estrategias de defensa
Fernando Merodio
ALERTA 20-02-2019

Preocupa que el hecho de que el primer día del juicio algún abogado de la defensa definiera el proceso como una "causa general y prospectiva" y, aún más ultrajante, como un "vodevil procesal" haya provocado que ministerio público y abogacía del Estado entraran al trapo con algo tan inexactamente melodramático como que es "un juicio en defensa de la democracia" y los acusados intentan "sentar en el banquillo al Estado", mientras el Tribunal contrariaba una petición de la poco grata acusación popular fijando que sentarse en el banquillo real con un lazo amarillo -que todos sabemos lo que significa- no tiene "una carga política indudable"; sin duda todo ello falsea lo real, daña el proceso y es, pues, arriesgado.
Se ha abierto -y habría que cerrar- la espita que lo muta todo en mitineo político, religioso, sentimental,... como el de Oriol Junqueras, que se evidencia al negarse a responder, no a Vox, al ministerio fiscal, intentando, quizás, devaluar el juicio o acaso evitar que se altere su preparado discurso, poniéndose al nivel de esos corruptos que, con hechos evidentes, no contestan a cuestiones difíciles de justificar. Es la eterna cruzada de la imagen y los titulares mediáticos, de obviar el debate jurídico sobre la autoría o no de hechos delictivos, punibles; epígono de fray Gerundio de Campazas, hijo de Antón Zotes, tiene Junqueras de sí un alto concepto, " buen hombre", habla -y mucho- de su amor a Cataluña, su ética de las convicciones,... pero no dice nada del contrato social -cualificado y muy bien remunerado- que, como elegido, le ata a la Ley.
En una conferencia dictada en 1919, editada en el libro "La política como profesión", Max Weber fijaba los límites entre pensamiento y acción política, explicando que toda sociedad establece sus formas de dominación y las somete a técnicas y mecanismos de legitimación no condicionadas, como pretende Junqueras, por el peso -confesional o laico- de las religiones, pues no debe olvidarse que esto no es un convento sino el mundo rebosante de mal, por lo que la personal y privada "ética de las convicciones" de que él alardea debiera claudicar ante la de "las responsabilidades", sobre todo si, libremente como él, se ocupa un cargo político.

Con tal estrategia de defensa -política, ética y sentimental- parca en Derecho y ajena a los hechos que se juzgan y visto que además, al deconstruir el procés declarando en el juicio, no se intenta aclarar los hechos, ni explicar la difusa ética de las convicciones, es lícito que, lo mismo que Weber, los muchos inquietos por lo ocurrido, al contrario que Junqueras, entiendan que "lo que tenemos ante nosotros, no es la alborada del estío, sino una noche polar de una dureza y una oscuridad glacial..." y que, pues además se muestra deslealtad e intenta provocar algo parecido al llamado "síndrome de Estocolmo", yo empiece a dudar que él sea el "buen hombre" que dice.

martes, 19 de febrero de 2019

Deconstruir el procés. 1 Técnica de golpe de Estado Fernando Merodio Alerta 14-02-2019

 Deconstruir el procés. 1
Técnica de golpe de Estado
Fernando Merodio
Alerta 14-02-2019

Acepto el envite de opinar dos veces por semana y hacerlo política y jurídicamente acerca de lo que ocurra en Madrid, en el Tribunal Supremo, en torno a los hechos del ámbito del referéndum de independencia de Cataluña de 2017, el mediático 1-O, y para ello intentaré deconstruir en el trámite del juicio penal contra algunos dirigentes lo que fue -y es- el procés, sabiendo que no es posible una única lectura de cualquier episodio, texto o concepto, en especial éste, pues hay casi tantas lecturas como lectores, así que a lo largo del juicio habré de aplicarme en aclarar el significado esencial, tema, contenido, contexto,... de ese procés tratando de fijar la representación mental o concepto que, para mí, encarne tal significante.
Para ello parto de la base de que, tal vez, mucho de lo que pienso será desmontado por lo que viva los próximos meses y aclaro que ahora identifico lo ocurrido en torno al 1-0 en Cataluña con una noción, sólo sociopolítica que no vinculo a efectos jurídico penales; me parece, llanamente, que una minoría usó la técnica de un intento de golpe de Estado, aun latente, al que hoy tampoco califico desde un plano ético, pues según circunstancias, razones, objetivos,... me cuesta criticar en otros casos tal intento de cambio. Veremos en éste.
Para clarificar ideas, acudo a Curzio Malaparte, que en Técnicas del golpe de Estado, 1931, analizó distintos putsch o intentos habidos en Europa entre el 18 de Brumario de Luis Bonaparte y la Marcha sobre Roma de Benito Mussolini y muestra cómo, desde cualquier punto del espectro ideológico y apoyándose en el uso espurio de la legitimidad que emana de la norma que infringen, hay grupos que se apropian -o lo intentan- de la maquinaria estatal, con o sin violencia, para modificar la estructura del Estado, concentrando su fuerza en puntos sensibles de los servicios públicos o los distintos aparatos.
Analizo momento y circunstancias de este intento de putsch, insisto que aún latente, y veo que en el territorio en que los sometidos a juicio eran autoridad rigen dos leyes, Constitución y Estatut, aprobadas en Cataluña de forma más mayoritaria que en toda España, que definen normas que, me parece, admiten incumplir, violentando tanto la confianza de la gran mayoría que no piensa igual que ellos como parte básica del contrato social que les convirtió en porción voluntaria de un, con defectos y límites, Estado democrático de Derecho que, de momento, los incluye.
Esa deslealtad genera serios riesgos al resto en temas importantes y entiendo que justifica el juicio; poco a poco, al deconstruirse el procés, además de ver en la sesión inaugural que no han sido un bloque simbólico, han ejercido con amplitud de tiempo, fondo y forma su defensa jurídica y política y me sugieren estar distanciándose de la calle, diré si -me parece que- cometieron delitos y, en su caso, cuales fueron.

domingo, 17 de febrero de 2019

39 Los domingos, cavilar Revueltas Fernando Merodio 17-02-2019


39 Los domingos, cavilar
Revueltas
Fernando Merodio 
17-02-2019
Dice Éric Vuillard en un artículo de opinión publicado en El País que "hay mucho que hacer, siguiendo al pié de la letra el fabuloso pensamiento de Baltasar Gracián: No es uno solo el que vale por muchos", añade que "nadie tiene una idea  redonda y general que proponer" y concluye que "de las discusiones, de la inteligencia colectiva, será de donde broten las nuevas formas de solidaridad", reflexión que, a la luz de su novela "14 de julio", sobre hechos -cuantitativamente- más graves que los nuestros, la toma ese día, un martes de 1789, de la fortaleza prisión de la Bastilla relatada desde el punto de vista de sus grandes protagonistas, gentes anónimas movidas por el hambre, el malestar, la carestía,..., excluye que tales "nuevas formas de solidaridad" puedan surgir de los que mangonean el capital o la clase media acomodada, la burguesía que cree tener su existencia y futuro resueltos, la esperanza está en que esa pequeña burguesía abducida por las mentiras de capital y burgueses, desclasada, acepte ser en la práctica lo que se llamaba proletariado y asuma, por supuesto, las exigencias de lucha reivindicativa que vincularon a éste.
De aquel 14 de julio, una de las chispas que provocaron el incendio innovador que fue la Revolución Francesa, el Nuevo Régimen y otro sentido a la Historia, acabar con el Antiguo -el Ancien Régime- de la monarquía absoluta y abrir paso, precedido por la Ilustración y la Enciclopedia, al Estado moderno, al empeño por la libertad, igualdad y fraternidad, la representación popular, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano -no la ONU y los Derechos Humanos-, que presentó Robespierre y aprobó la Asamblea Nacional Constituyente el 26 de agosto, pocos días después del asalto a la Bastilla.
Aquel 14 de julio de 1789, quienes perpetraron el acto simbólico de ocupar la fortaleza prisión, cárcel que creó el cardenal Richelieu, símbolo del arbitrario abuso de la monarquía, fueron gentes anónimas sin rostro, Begart, Boutillon, Cochet, Poirier, Falaise, Ezard, Blanchard, Provost,... movidas por el hambre, el malestar, la carestía,..., sin que los promotores intelectuales del asalto, Robespierre, Danton, Desmoulins, Marat, Saint-Just, Babeuf, Hébert,..., o el hábil y tenebroso Fouché, pudieran atribuirse parte material del símbolo, viéndose que, como bellamente novela Vuillard, "la Historia -con mayúsculas- la construyen (que no escriben) ciudadanos anónimos, masa informe sobre la que los historiadores suelen pasar de puntillas en pos de los grandes nombres", una Historia que, generalmente, solo avanza en momentos de caos, en días de locos, empujando a Vuillard a concluir su relato con una recomendación: "A veces, cuando el tiempo es demasiado gris, cuando el horizonte es demasiado mortecino, deberíamos abrir los cajones, romper los cristales a pedradas y arrojar los documentos por las ventanas. (...) Sería bonito, y divertido, y regocijante. Los miraríamos caer, felices, y deshacerse, hojas volantes, muy  lejos de su temblor de tinieblas".
Aquí ahora tenemos lo que nos hemos ganado, no hay presupuestos ni gobierno constructivo que vigile y gestione la situación en varios meses, el caos egoísta de Cataluña somete a prueba la -incierta- solidez de Fiscalía y Supremo, tenemos el paro más elevado de Europa y desigualdades rampantes que a nadie parecen preocupar,... y, aquí cerca, al hablador e inepto Revilla y advenedizos líquidos que fingen dirigir PP, PSOE, Cs, Podemos,..., agravado por no existir pueblo sino inconexos egoísmos individuales sin idea de lo que hay en juego ni de qué y cómo hacer para ganarlo, sin el deseo de Libertad, Igualdad, Fraternidad y Derechos que tenían los franceses en 1789, pero evidenciando un peligroso apego a despreciar la norma y una evidente carencia de respeto -no al difuso pueblo- al otro.
Si de lo general, tan grave, bajamos a lo concreto de aquí ahora y estudiamos, por ejemplo, la importante cuestión económica y ambiental de la transición energética, el futuro, encontramos, como en casi todo, una absoluta falta de seguridad jurídica y, por tanto, indefensión para el individuo; se trata de una transición que los psoecialistas de aquí convierten la implantación de líneas de muy alta tensión y subestaciones en zonas del tejido urbano, sin dejar participar a interesados y afectados.
Vemos un claro ejemplo de falta de garantías e indefensión real en la ausencia de respuesta a la justa y prudente protesta legal -nadie asaltó la Bastilla, ni REE, ni el ayuntamiento ni la consejería de industria,...- consistente en los recursos que interpuso un mínimo grupo de vecinos de Muriedas constituidos en -lo más similar a pueblo- burocrática Plataforma frente al peligroso e injustificado atropello de una línea de AT, a 220 kV, adosada a sus viviendas y la potenciación de subestaciones encajadas en la trama urbana, movimientos que, en medio del atronador, ominoso silencio de políticos, Ayuntamientos y Juntas Vecinales, han alterado la quietud de sus domicilios y economía, trayendo además, a tenor del serio informe del Instituto sueco Karolinska, preocupación sobre los efectos en su salud y, en especial, la de sus hijos; ni políticos ni eléctricas habían informado ni dado explicaciones previas y ahora, inicuos y tras haber infringido, entre otros, el ineludible principio de prudencia y el Convenio de Aarhus utilizan infames el parlamento para hablar como papagayos.
Repito que los vecinos, individuos no pueblo, no asaltaron el ayuntamiento, ni REE, ni la consejería de industria,... y, con distinto nivel de exigencia que los insurrectos de Paris, sólo siguieron los trámites del Estado de Derecho e interpusieron recursos en el expediente, pidiendo, ¡¡que quede claro!!, no un trazado alternativo que perjudique a terceros -y no a ellos-, sino que el expediente sea anulado y, participando todos, se reinicie; son recursos que, tras meses de espera, aun no han sido resueltos, pues parece ser que los recurridos no saben cómo responder.
Tan pequeño, pacífico, legítimo y azarado movimiento ha provocado un poco de ruido, se han movido algunos individuos más y ya que, como explica Vuillard en 14 de julio, cuando una mente se exalta, se la detiene y encarcela o se dispara contra ella, pero, cuando los argumentos del radical son sólidos, difíciles de destruir o el número de exaltados crece, el poder, por pequeño que sea, crea y envía delegaciones, hábil invento para engañar a ilusos. El pueblo francés de finales del siglo XVIII no picó el anzuelo de atender a delegados, sabía que "la negociación es una enfermedad como cualquier otra", exigió y exigió sus derechos llegando a ejecutar, por su actitud, a De Launay, gobernador de la Bastilla y a Flesselles, preboste de los comerciantes, por engañarlos sobre las armas, retrasando la toma de la fortaleza y causar con ello muchos muertos. De ahí venimos nosotros y el Estado moderno.
Lo de aquí tiene otro sesgo más blando, se crean mil delegaciones que desbordan la Plataforma -única que ha hecho algo- a la que nadie contesta y gentes que no representan a nadie, con algunos infiltrados, se reúnen a diario con muros de comisionados inanes de REE, ayuntamientos, incluso el gobierno y han llegado a propiciar, en nuestro patético y vertical parlamento regional, una obra de teatro con actores que, sin saber de qué hablaban, dijeron de todo, pues sabían que hablar sin el -inexistente- pueblo enfrente es gratis; aseguraron que los vecinos no se oponen a la línea, que quieren cambiar el trazado aunque perjudique a otros, que no hay informes que avalen que las ondas electromagnéticas dañan la salud, que no implantar la línea y las subestaciones destruiría puestos de trabajo, que ha habido información de sobra,...; no fue parlamentar, fue parloteo.

Es obligado que, tras tan larga y pesada  broma, la política responda a los recursos y que los individuos no pueblo -insisto que por dignidad- le digan que otro trazado no es justo ni legal y, como los franceses, no acepten tan sucia capitulación y exijan la rendición legal de quien lo ha  hecho todo mal: que anulen el expediente.

domingo, 10 de febrero de 2019

38 Los domingos, cavilar Un -rancio- paisaje cultural Fernando Merodio 10-02-2019

38 Los domingos, cavilar

Un -rancio- paisaje cultural

Fernando Merodio

10-02-2019

Tras lograr, por motivos políticos e influencias sociales, que el PSOE, inquilino casual en La Moncloa, generara un nuevo y dañino rasgado en el tejido del Estado de Derecho al suspender, ajeno a razones legales, los efectos de un acto administrativo firme que, sin oposición, acordaba implantar dos espigones de roca en los movedizos arenales de Bikini, Los Peligros y La Magdalena y también paralizar "cautelarmente" las obras, el mínimo grupo de rancia burguesía local que causó -junto a inopinados "compañeros de viaje"- el estorbo incrementa el torticero uso de medios legales en un salto mortal adelante acorde con sus prejuiciosos gustos para que el entorno que ellos digan -casi su propiedad fáctica- se declare "paisaje cultural", alambicada figura que no se incluye en las Directrices del Paisaje de Cantabria, en tramitación; lo analizo.

Sabido que los indiscretos/insurrectos burgueses quieren impedir que se acabe lo que por decisión política institucional y con la fiabilidad que cada cual quiera darle el universitario y lioso Instituto de Hidráulica aconsejó estabilizar los arenales en su lucha desigual contra la acción del mar amontonando rocas de manera prefijada, acción discutible o aceptable, no hay duda, pero que en el garantista trámite administrativo, útil creación del Estado de Derecho, fue tácitamente acatada, pues nadie la discutió en tiempo y forma, por lo que, si esto se considera una democracia, todos incluidos los caprichosos señores de La Magdalena, ajenos a la vieja idea de cambio mediante la revolución y la guillotina, debieran respetar lo aprobado, quedando, que yo sepa, esperar, ver qué pasa y, en su caso, actuar sin grotescos politiqueos, amiguismos, pataletas y chanchullos ilegales. 

El Instituto del Patrimonio Cultural de España, del Ministerio de Cultura, define los "paisajes culturales" como "resultado de la interacción en el tiempo de las personas y el medio natural, cuya expresión es un territorio percibido y valorado por sus cualidades culturales, producto de un proceso y soporte de la identidad de una comunidad", y aclara que su interés "no resulta tanto de la belleza del resultado final como del valor intrínseco que poseen desde el punto de vista cultural", pudiéndose inferir de ello -me parece- que lo que defiende tan concreta burguesía santanderina es que los alrededores de su muy querida playa de la Magdalena y la acción humana sobre ellos da un resultado cultural que es "soporte de la identidad de una comunidad" que, ¡uf!, entiendo que esos burgueses identifican con los santanderinos.

Me alarma y lo explico, pues pensando -quizás como otros muchos- que la bahía y la parte de ella que es la playa de La Magdalena tienen el valor cierto que les damos, no tengo tan claro cuántos darán gran valor cultural/histórico y estarán orgullosos de lo que, política, social y culturalmente representa, tan citado entorno y menos aún que tal ámbito sea el "soporte de nuestra identidad".

Son mojones importantes del mismo un palacio real levantado sobre el mejor territorio común -igual que el Centro Botín-, regalado al rey para que veraneara aquí y pagado con esfuerzo por los santanderinos, que volvimos a pagar para recuperarlo, un hotel también real, de lujo, solo al alcance de algunos, la casa-palacio que ocupó Emilio Botín I, tras el duro tranco bancario en que la perdió Adolfo Pardo, los dos "ceniceros" ¿legales? construidos a sus pies por sus hijos, Emilio II y Jaime, y la guinda del pastel, una "real sociedad", ¡más realeza!, El Tenis, de la que son miembros varios de los que protestan y cuyo porte clasista me remite -acaso error mío- a los "cultos" edificios de los clubs británicos en sus colonias de Asia y África; no admito, por supuesto, que por muy bellas que sean, incluso para mí, la bahía y La Magdalena, un palacio recomprado al rey, las casas de Botín, un caro hotel o un club social de clase definan el soporte cultural de la ciudad en que nací y vivo; lo siento.

El paisaje es una realidad dinámica resultado de procesos sociales, ambientales y culturales en el tiempo sobre el territorio, unos procesos marcados por los modos de vida, políticas, actitudes y creencias de la sociedad, por lo que su futuro depende de la actividad humana pasada y presente y, para que sea sostenible, se precisa conocer y actuar coherentemente sobre el medio natural, tener claro lo que se quiere para él y generar una evolución que refleje los valores y el carácter social actuales.

En este caso, nos quiere forzar el paso esa cierta burguesía que estudió conmigo y veo poco fiable, que lo tergiversa todo al servicio de sus "culturetas" e intereses, la misma que, con otro nombre, puso en riesgo -también con manejos- la real e imprescindible lucha contra el horror que para medio ambiente y sostenibilidad suponen las trapacerías de nuestros políticos y el gran capital eólico, llegando a inventarse incluso una infografía sobre los efectos visuales de los -entonces aun no planificados- aerogeneradores en sus virginales bahía y Magdalena, ¡evitaban todo riesgo ni de que siquiera pudieran verse desde Santander!; menos les preocupaban o, quizás peor, nada sus corrosivos efectos en el, ¡ese sí!, "paisaje cultural" de nuestros valles y montañas del sur. 


Regreso al "paisaje cultural" magdaleniense y expongo la breve anécdota que nace de la breve visión que en el acelerado acto -¿habrían conocido el "informe Cedex"?- que esta misma semana organizó el elitismo de "Salvar la Magdalena" tuve del entorno que fijan para su privado "paisaje cultural", un entorno que -vergonzante- excluía los destrozos que, ellos mismos o sus mayores, han causado en las rocas de la ensenada del Camello para afianzar un terreno de todos y en el que ahora -sólos- juegan sus hijos y nietos; sería saludable, sin duda, oírles explicarlo.


Al parecer ya ha hablado el Madrid que vigila nuestra autonomía y el informe Cedex deja -parece ser- muy claro y, dicen los medios, el Ministerio "valida los dos espigones de La Magdalena", pues -también al parecer, no he leído el informe-, "la única posibilidad para estabilizar el sistema de playas" es "finalizar la obra proyectada". 


Y en eso llegó... no Fidel, sino la joven PSOE de Zuloaga y Casares para tranquilizar a los que "aquí pensaban seguir, tragando y tragando tierra / sin sospechar que en la sierra / se alumbraba el porvenir / y seguir de modo cruel / la costumbre del delito", llegó la PSOE, no a parar amiguismos, politiqueos e ilegalidades, sino a tratar de consolidarlas, eternizarlas con novedosos e irrisorios "arrecifes submarinos" que dicen -supongo que rápido, factible y barato- "sirvan para rellenar periódicamente las playas", otra ocurrencia; no sé dónde estaban mientras se tramitaba la implantación de los espigones el "pequeño" gobierno y los imaginativos solucionadores que, movidos por el ruido de unos pocos y sus "brunetes" mediática y cultural, ahora se oponen.

Trajeron los de la PSOE con ellos el "Manual de resistencia" que escribió, "negra", Irene Lozano, no Pedro Sánchez, y, frente a la crispación que se opone a su relajada placidez -la misma que con violenta manu militari paró la obra de las escolleras- y la antidemocrática rigidez de saber, ciencia y técnica, con su pervertido lenguaje traen también la palabra mágica, "consenso", sabiendo que su próximo paso será, si no estamos de acuerdo, ofrecernos un "relator" que -aquí al menos no hará falta un traductor- escriba la historia como les convenga.

Acabo repitiendo algo que robo al filósofo italiano Giorgio Agamben y parece escrito para este caso concreto, el PSOE y los rancios burgueses: "la corrupción completa de las inteligencias asumió la forma hipócrita y buenista que hoy se llama progresismo", siendo "principio en cuyo nombre se ha cumplido ese proceso transigir (...) ceder en todo, conciliar todo con su contrario, la clase obrera con el capital, el medio ambiente con el desarrollo industrial, (...), la ciencia con la opinión (...)", incluso vulnerar la Ley con el dañino consenso para conseguir sus caprichos.

domingo, 3 de febrero de 2019

37 Los domingos, cavilar Empezar de nuevo: pioneros Fernando Merodio 03-02-2019


37 Los domingos, cavilar

Empezar de nuevo: pioneros

Fernando Merodio 

03-02-2019

En Rozadío, aquel Robacío de las “Peñas arriba" de José María de Pereda, lugar natal de Chisco, criado de Marcelo, señorito madrileño sobrino de don Celso, dueño de la casona de Tablanca, Tudanca, repartí, hasta los 7 años, mis primeros afectos, aprendí a andar, hablar, leer y escribir, conocer a los próximos, honrar a la maestra, amar la naturaleza, el monte, el río, las aves, el jabalí, el zorro, el lobo,…, describir a los niños del pueblo, a mi modo, esa mar que, ¡tan cercana!, aun no conocían, trepar pindias peñas, hacer sopas en el río con los morrillos con que el pastor apriscaba ovejas y vacas o que, apilados más grandes en morios, partían en mil trozos el bello territorio, correr tras un balón, un lujo aunque aquel fuera casi cuadrado, rodar el aro, dar mínimas estivas consentidas de fruta ajena, empacharme con andrinas, sí, andrinas, y moras, llagarme, ortigarme y arañarme, con el alivio que era la milagrosa pomada de penicilina, usar varas de avellano para hacerme cachavas, arcos, flechas, espadas,..., ir los domingos, con mi padre, a los campos de Sport, ocultar tras mis pequeños dedos la horrísona degollina de la pública, alimenticia matanza,…, para acabar, con siete años, llevando a Santander la sonora u final del habla de la profunda Montaña, esa u que absorbí por mis poros junto a todo lo que soy ahora, me marcó de pueblo y me enseñó que, en la España oscura y triste en que nos encorsetó Franco, tuve la fortuna de una niñez feliz, con la que confirmé que, como escribió Rainer María Rilke, “la única y auténtica patria del hombre es su infancia”; no hay otra.

Era Rozadío -y aun lo es- un pequeño pueblo de la cuenca media del Nansa, herido en la posguerra, como todo el valle, por la injusta urgencia con que empresas y bancos, los Saltos del Nansa, S.A., intentaban paliar la falta -entonces sí- de energía eléctrica con canales, tubos, el embalse de la Cohilla, 450 Ha para represar el agua, más presas, estaciones eléctricas,..., que hirieron el río, lastimaron a vecinos, truchas y salmones, domaron su fiero grito montañés y, además, no crearon empleo estable, ni actividad que paliara el fiasco. Mi recuerdo de aquello es relato casi físico de efectos egoístas, generosos o ciegos al tiempo, unidos a fatiga, razón y ancestros, percepción que explica bellamente el crítico de arte, pintor, escritor marxista,… John Berger en un fragmento de “Puerca tierra”, primer libro de la trilogía “De sus fatigas”, el bello poema “Hierba”, que relaciona siega, “Mañana / jadearán las guadañas / al caer sus ropas”, y sexo, “Y me cegará el sudor / cuando la cargue / segunda mujer bajo mi techo”; patria, fatiga y placer nacido del querer bien hecho, ancestros embutidos en el tuétano.

En el otro extremo, José María de Pereda explica que, en su relación con la tierra, “tan cabal, tan intensa, tan continua ha sido mi felicidad (...) que a veces me espantan los temores de que no haya sido mi gratitud tan grande como el beneficio y un día me hiera la justicia de Dios (...)”, mito que, peñas arriba, miraría al cielo como un urbanita, enredando religión y campo, ajeno a cómo en “Sotileza” humaniza el tallaviento, la galerna cierta, “pavoroso rumor lejano, como si trenes gigantescos de batalla rodaran sobre suelos abovedados”, cuando “el sol se oscurecía y sobre la mar avanzaban, por el noroeste grandes manchas rizadas de un verde casi negro”.

Viví, pues, en mi infancia una muestra -acaso forzada por las circunstancias- del daño a una forma de vida y el destrozo de la naturaleza, como hoy Revilla, demagogo ajeno a lo que es el campo, promete -e, inútil, incumple- implantar, para que los ricos lo sean aun más, cientos de molinos gigantes en nuestras montañas o potenciar el salto de Aguayo, injusto modo de multiplicar hoy por cien, por mil,... lo del Nansa, empeño que, como la peor galerna, nos asolaría; pero hoy podemos enfrentarnos a ello, a sus destrozos, arriesgar, innovar, ser pioneros sin tener que inventar, simplemente respetar la naturaleza, hurgar entre lo antiguo, los viejos papeles de nuestros abuelos, buscar los recibos y los planos de las minihidraúlicas que, dos meros ejemplos en nuestro bello sur, en Arcera-Aroco y Reocín de los Molinos el siglo pasado y sin utilizar el carísimo fraude de las subastas, generaban electricidad para los vecinos de Valdeprado del Río y zonas limítrofes, utilizando -sin necesitar a Iberdrola, Endesa o esa Repsol, hoy oculta tras el pútrido cadáver de Electra de Viesgo-, pequeños saltos y molinos de río, electricidad que distribuían con naturales y sostenibles postes de madera, sabiendo hoy que, además de ellas, se podrían crear miniparques eólicos o solares, sin grandes y grandes empresas ni ilícitos/inútiles "conseguidores" pequeños y próximos como Huerta o grandes y lejanos como la familia de Florentino Pérez.


Por favor no reírse, ni tampoco escandalizarse, pues a estas alturas ya está todo probado y, como otras veces, la razón prudente recomienda obviar el presunto "desarrollo" y mirar atrás, al verdadero progreso que, quizás, sería regreso y, además, en la generación de electricidad exigir que, democráticos y controlados por todos, se impliquen -y de una maldita vez hagan algo más que caciquear- los ayuntamientos y, en especial, los históricos y útiles Concejos Abiertos en los que, convocados por su identificativo toque histórico de la campana, en vez de otros odiosos artefactos, libres, fraternos e iguales, los vecinos debatan y decidan, de verdad y sabiendo, sus cosas.

Sobre pioneros que abrieron caminos que hoy, por lógicos, nos parecen fáciles, el médico que sanó y compone las goteras de mi dañada próstata me recomendó leer "El siglo de los cirujanos", de Jürgen Thorwald, absorbente relato sobre el heroísmo de los adelantados que llevaron la cirugía "desde las tinieblas del dolor hasta la posibilidad de intervenir en un corazón vivo", en el que, además de inteligencia y héroes, tropiezo con envidias, ambiciones, trampas, tragedias humanas, las dudas sobre el error en la desigual batalla de arriesgarse, casi a ciegas, a abrir cuerpos, algo que la ignorancia identificaba incluso con ir contra dios, lo duro y peligroso que fue eliminar el dolor quirúrgico mediante narcosis, éter, cloroformo,..., experimentando en sí mismos, la importante higiene, los guantes de goma, la cesárea, Ignaz P. Semmelweis y su intuitiva pelea contra la fiebre puerperal, que tan bien describió Celine en su tesis doctoral, relatando la derrota de aquel por el caciquismo, las erróneas convenciones, el sistema, hasta este hoy, en que aun es preciso potenciar la seria respuesta que en el hospital Escutari de Constantinopla en 1854, superado en parte el dolor quirúrgico y vigente la fiebre purulenta, la infección traumática,..., daba con sus hechos diarios, la enfermera Florence Nightingale -"tierna como una niña y con el espíritu duro como el acero"- a la pegunta, quizás poco técnica pero relevante, "¿qué se adelanta con repartir té, preparar sopas y acariciar cabezas?". Humanizar el drama con solidaridad.

Lo de aquellos cirujanos -y algunos actuales- tiene toda la épica de los pioneros, como hoy la tienen aquellos que se enfrentan al gran capital, apoyado aquí en los infumables y abusivos sermones dominicales, ajenos a cualquier reflexión, de M.A. Castañeda en El Delirio Montañés y el abuso de su situación de injusto privilegio en el Ateneo, aquellos que hacen frente al más cruel dinero y al control de instituciones y medios, promoviendo un alternativo avance más lento, reflexivo y, sobre todo, participativo, un progreso -incluso un retroceso- que frente al cambio climático, el daño en la naturaleza, la destrucción del planeta,... que provocan la tóxica y creciente desigualdad en favor de los ricos cada día más ricos, apoyados incluso en falsos ecologistas subvencionados y están en una lucha que exige espíritu pionero y, como el solitario trampero Jeremiah Johnson hacía, actuar con valor, temple y, en especial, compasión por los débiles e indefensos pues, igual que él, quienes están en tal lucha deambulan por un mundo plagado de criaturas salvajes, humanas y egoístas en este caso, pero no menos sanguinarias y peligrosas que la comadreja, el águila, el lobo, el puma, el grizly, el gato montés,.. cuando buscan alimento, un mundo que fuerza a matar o escapar de quien quiera matarte, por lo que, si no varían las normas y la desigual correlación de fuerzas, habrá que recordar que, como incluso defienden padres de la iglesia, la ilícita violencia agresiva legitima otra defensiva, toda vez que su monopolio, digan lo que digan las constituciones, no lo ejerce el Estado, hoy líquido.