154 Los domingos, cavilar
Mandan los
más (des)leales
Fernando
Merodio
14/02/2021
"(...) cuya pretendida destrucción supondría
un atentado contra la historia, el patrimonio y la vida de nuestra villa, con
la exclusiva finalidad de construir un bloque de pisos y un garaje subterráneo
privado en el espacio ocupado por el ala oeste" (De la defensa por Santoñeses del antiguo Hospital Militar napoleónico de Santoña contra la mercantil
PSOE)
EL ROTO 09/02/2021
Dice Éric Vuillard que "hay mucho que hacer, siguiendo al pié de la letra el fabuloso pensamiento de Baltasar Gracián: No es uno solo el que vale por muchos", pues "nadie tiene una idea redonda y general que proponer", siendo "de las discusiones, de la inteligencia colectiva de donde broten las nuevas formas de solidaridad", reflexión que desarrolla en la novela corta "14 juillet", "14 de julio", sobre hechos -como los de hoy- que exigieron tomar ese día, un martes de 1789, la fortaleza prisión de la Bastilla, toma revolucionaria que relató desde el punto de vista de sus actores, gentes anónimas movidas por el abuso absolutista, la necesidad, el malestar,... que excluyeron de tal "nueva forma de solidaridad" a los que se lucran con el capital o la clase media -y menos que media- acomodada, la burguesía que cree que su ser actual y futuro están resueltos, poniendo su esperanza en que los "abducidos por las mentiras de capital y burgueses, desclasados, acepten ser en la práctica lo que se llamó proletariado y asuman las exigencias de lucha reivindicativa que le caracterizó”.
Fue
aquel 14 juillet una de las chispas
que provocaron el incendio innovador de la Revolución Francesa que acabó con el
Ancien Régime, la monarquía absoluta,
dio otro sentido a la Historia y abrió paso, con la Enciclopedia y la Ilustración,
al Estado moderno, la libertad, igualdad y fraternidad, la representación
popular, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de
Robespierre -no confundir con la ONU, esa cosa, y los Derechos Humanos-,
aprobados por la Asamblea Nacional Constituyente el 26 de agosto, días después
del asalto a la Bastilla; fueron actores que aquel 14 de julio de 1789 ocuparon
la fortaleza prisión, cárcel creada por el cardenal Richelieu como símbolo del
arbitrario abuso absolutista gentes anónimas movidas contra la injusticia por
la necesidad, rostros no conocidos, Begart, Boutillon, Cochet, Poirier,
Falaise, Blanchard, Ezard, Provost,..., que dejaron a los sabidos jóvenes
promotores intelectuales, Robespierre, Danton, Desmoulins, Marat, Saint-Just,
Babeuf, Hébert,..., muertos en la lucha, o al tenebroso Fouché, sin hueco para
atribuirse el símbolo, (de)mostrando que "la Historia -con mayúscula- la construyen (que no escriben) ciudadanos
anónimos, masa sobre la que los historiadores suelen pasar de puntillas en pos
de los grandes nombres", Historia que, en general, solo avanza en
momentos de caos, lo que empujó a Vuillard a concluir su relato con una
ilusión: “(…), cuando el tiempo es
demasiado gris, cuando el horizonte es demasiado mortecino, deberíamos abrir
los cajones, romper los cristales a pedradas y arrojar los documentos por las
ventanas. (...) Sería bonito, divertido y regocijante. Los miraríamos caer,
felices, y deshacerse, hojas volantes, muy lejos de su temblor de tinieblas".
Aquí
ahora tenemos lo que nos hemos ganado, lo que ha traído -limitarse a- votar, un
corrupto caos controlado por ignorantes, endogámicos totalitarios que,
(ab)usando (de) tenernos confinados, privados de libertades con su opresión
policial y "ley mordaza",...
mandan, pues gobernar es otra cosa, exige honradez, saber, preparación,
humanidad y, sobre todo, grandeza, de lo que, es evidente, adolecen los que
aquí ahora, insisto, mandan con una autoridad falsa -carente de auctoritas-, castigan con decretos-ley,
su totalitario instrumento favorito, presumen -en falso- de haber sido
investidos por el "pueblo soberano",
pueblo descabezado que no vota a personas, sino a partidos totalitarios -que se
dicen- políticos, apoyados en los manipulados medios de (in)comunicación, que
imponen sobre nosotros -solo sobre nosotros y no sobre quien de verdad manda-
un poder -casi- absoluto, antidemocrático; insisto en que gobernar exige
humanidad, autoridad moral, grandeza,... y basta mirar para ver que nada de
ello tienen los que mandan, que solo saben pactar sus poltronas con el peor
enemigo, el capital, el más sucio dinero, alejados del buen gobierno, preparándose
para viajar hacia un bien remunerado, cómodo, placentero, pero tenebroso, lugar
incluible en el memorial de relatos de la "Historia universal de la infamia" de Jorge Luis Borges.
La
característica que mejor define a nuestros actuales "políticos" es su radical deslealtad hacia los ciudadanos,
convertidos en solo -cómodos- herederos de quienes arriesgaron sus vidas para
tomar la Bastilla y nos dotaron de un contrato social fiable, que hoy no es
pueblo soberano sino sumiso al poder de siempre y al capricho de gobiernos no elegidos,
de partidos incontrolados; ejemplo y paradigma de deslealtad brutal, sin representar
a nadie, salvo a él, su familia e intereses, es “Evita” Iglesias, del que alguien dijo dudar si su objetivo era la
revolución o, populista estúpido sin sustancia, ser rico y famoso y que vago, no
elegido por nadie y sin capacidades visibles, ha conseguido cobrar el sueldo de
vicepresidente del gobierno sólo porque conviene a Sánchez, apparátchik,
funcionario vitalicio de la PSOE, que
mira para otro lado cuando el peligroso profesor interino, sin usar su alto
cargo salvo a su favor y no por motivos de clase, desigualdad, denuncia de la
injusticia,…, nos insulta al decir que ”no
hay una situación de plena normalidad democrática en España”, llegando a
comparar, tan desleales como él, el egoísmo golpista de los independentistas, presos
o huidos cobardes de la Ley que castiga incumplir el contrato social, con el
heroico, duro exilio de familias a las que, por defender la Ley, persiguió Franco,
para en el colmo -sin duda para limpiar al FRAP
paterno- proponer incluso despenalizar el enaltecimiento del terrorismo ¿Hay
quién dé más por menos y con mayor sueldo?
Infografías de lo que quiere la PSOE (izda.) y cómo debiera quedar el Hospital Militar (dcha.)
Alzado del edificio y los garajes que apoya la PSOE y exigen derribar el ala oeste
Santoña,
villa marinera situada frente al Laredo que fue fuente de financiación de la mercantil
PSOE, tiene varios fuertes en el
Monte Buciero y un Hospital Militar en
su centro, importante vínculo histórico con la ocupación napoleónica que define
un lugar cultural que, en otro país,
con más gobierno que mando, más ambulancias que furgones policiales represores,
estaría protegido, hoy sufre el ataque de un -ordeno y- mando con modos, sin
duda, heredados del nativo almirante Luis Carrero Blanco, mano derecha de
Franco, con un corregidor actual que contrata y paga en el consistorio como si fuera
un cortijo… solo suyo y que, además, por causas que se investigarán, ha
decidido, porque lo necesitaba para intentar construir un bloque de 4 alturas y
unos garajes en el entorno de protección
del Monumento BIC antiguo Hospital Militar, negocio
privado, derribar -ver infografías y planos- manu militari, sin respetar días de fiesta, con rápida, agresiva explanadora,
no piedra a piedra que revisaran arqueólogos del gobierno como exige la Ley en
entornos protegidos, sin resolver las exigencias del recurso de Santoñeses, pequeño, honesto, serio
grupo, apoyado tal corregidor en el omnímodo mando -que, perturbado, cree- que
tiene la PSOE en la villa, la región,
España entera,…, apoyado en este caso por dos favorecidos, una endogámica ejecutiva
y el -no se sabe bien por qué- siempre risueño mandamás regional que, sin otro
mérito ambos que vivir del partido, cobran como directora y consejero para
proteger, dicen, el patrimonio cultural de todos… cosa que, desleales, no
hacen, por lo que, si fuera cierto que esto sea un Estado de Derecho, tendrán
que explicarlo todo en los tribunales; desleales con la villa que debieran
proteger, desleales con la norma que exige que miembros de la mercantil PSOE
que manda en el ámbito local, se abstengan y no resuelvan los recursos en que
eligen que es mejor un suculento negocio privado modificando para ello el PGOU
que impedir la destrucción de un BIC,
de un lugar cultural destruido tras
el paso de una aplanadora conducida por Atila y sus hunos-, o de lo que haga
falta en aras del lucro privado… o de vete a saber qué; un destrozo tras el que
alguien exigirá, ejemplar, reconstrucción.
Coda
para -desleales- Revilla y sus cuates de la PSOE-
que cada vez que dañen a alguien -y digan que lo hacen- contra la pandemia, dejen
un 10% de sus opulentos, inmerecidos estipendios para un fondo de resistencia
de quienes no tengan trabajo.
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