domingo, 19 de septiembre de 2021

185 Los domingos cavilar Del -dañino- egoísmo de los -nuevos- pasiegos Fernando Merodio 19/09/2021

185 Los domingos cavilar

Del -dañino- egoísmo de los -nuevos- pasiegos

Fernando Merodio

19/09/2021

"Y vienen para aprenderlas, / más serios que magistraos, / banqueros y diputaos, / señoritos de postín. / Acuden a la academia / queriendo sacar la gracia / lo mismo que se saca / el carné de conducir" (Carlos Cano "Sevillanas de Chamberí").

"¡Ay!, ¡qué vivos son los ejecutivos! / qué vivos que son, / del sillón al avión, / del avión al salón, / del harén al edén / siempre tienen razón / y además tienen la sartén / la sartén por el mango / y el mango también." ("Los ejecutivos". María Elena Wals. Usado en la versión de Llovet y Marsillach del "Tartufo", Moliere).


"Tartufo" es, diccionario de la lengua española, "hombre -y, supongo, mujer- hipócrita y falso", principal personaje de "Le Tartuffe ou l'imposteur", obra de Molière en cinco actos escrita en versos alejandrinos, estrenada en París el 5 de febrero de 1669 referida a un estafador buscado, desleal devoto falso cuyo nombre remite, en italiano, a la trufa, hongo escondido bajo tierra que describe a los "tartufos" a la perfección y nos lleva a otra época, los muy últimos años 60 del siglo pasado, en que, con el dictador aún muy vivo, se podían ver en Madrid, siempre Madrid, obras de teatro como "Marat- Sade. Persecución y asesinato de Jean Paul Marat representados por el grupo teatral de la casa de salud de Charenton bajo la dirección del señor de Sade, de Peter Weiss, interpretada por  Adolfo Marsillach y José María Prada, "Las criadas", del muy marginal, excluido, imprescindible Jean Genet, que declamaban Nuria EspertJulieta SerranoMayrata O'Wisiedo o el propio "Tartufo" de Molière que, adaptado por Llovet, interpretó el muy activo e inteligente Marsillach.

En 1969, Llovet y Marsillach usaban a Molière para atacar al "opus", entonces poderoso/peligroso con sus reprimidos/encorbatados dirigentes, ejecutivos que, enfrentados a Fraga, con influencia creciente en el gobierno del dictador y apoyados en la irracional “razón” del tirano, tenían bien cogida la sartén por el mango y, además, querían ser dueños del mango también pero, convertido hoy aquel "opus" en algo residual, la impostora hipocresía de Tartufo es aquí ahora identificable con lo que Jean-Claude Milner llama “progesismo”, del que los más tontos y golfos de los golfos tontos que nos (des)gobiernan alardean de formar parte, “progresismo” que exige, solo, “transigir”, por lo que han sometido la revolución, en el tono más suave del término, a los dictados más crueles del capital, lo que, como explica Giorgio Agamben en “Medios sin fin. Notas sobre la política”, exige “ceder en todo, conciliar todo con su contrario, la inteligencia con la televisión y la publicidad, la clase obrera con el capital, (…), el medio ambiente con el desarrollo industrial, la ciencia con la opinión -son ejemplo las “tertulias” que opinan del mínimo virus-, la democracia con la maquinaria electoral, la mala conciencia y la abjuración con la memoria y la fidelidad”, proceso que alcanzó -reciente- su culmen -por el momento- con la ministra de trabajo que -tan osada como para prologar una reciente edición del “Manifiesto comunista”- se muestra ufana de, sin rozar el sistema y mientras los consorcios energéticos hacen lo que quieren, considerar un éxito subir el salario a los más pobres -de los que aun tienen trabajo- 15 € al mes, 50 céntimos al día ¿Osaría, también, justificar en público lo que gana y los méritos de ella y sus cuates? Tiene la sartén por el mango y, dueña de la situación -solo respecto  a nosotros- puede decidir o mandar.

Progresistas” como ella son esos “nuevos” pasiegos que, “más serios que magistraos, / banqueros y diputaos, / señoritos de postín con descaro expulsan a los viejos paisanos que en la Alta Edad Media no participaron de la tradicional repoblación del territorio en torno a monasterios e iglesias y se mantuvieron dispersos, fronterizos con lo que hoy es Burgos, lejos de las vías de comunicación masivas, con un clima frío y húmedo y una orografía agreste, en los valles fluviales de Pas, latín “passus” -Vega de Pas, San Pedro-, Pisueña -Esles, Villacarriedo, Selaya, Castañeda- y Miera -San Roque, Merilla, Miera, Liérganes-, viejos pasiegos cuyas mujeres eran apreciadas nodrizas de la familia real y que, manteniendo el carácter, forma de vida y cultura popular, a partir de 1865, fueron encuadrados con, entre otros, los vaqueiros de alzada, los maragatos y los agotes en el grupo de los llamados “pueblos malditos del norte” y, sin documentos ni tradición que fije un origen concreto, árabe, judío, cántabro,… para los pasiegos, estaban vinculados al “cuévano”, cesto trenzado de avellano en el que cargaban de todo a la espalda, incluso a sus hijos, “cuévanu niñeru”, y se dedicaban en especial a la ganadería y -a partir del siglo XIX- al contrabando y la venta ambulante de helados, habiendo sustituido la vaca autóctona “rojina” por la holandesa “frisona” y casi abandonado la trashumancia anual, “Muda”, dentro de sus dominios, de cabaña en cabaña entre primavera y otoño, que obligaba a familias a tener varias cabañas de piedra y argamasa con cubierta de lastras de arenisca oscura, siendo las “vividoras” de dos plantas, almacén/vivienda en la superior y cuadra en la inferior, con una ocupación territorial sumamente dispersa y gran separación entre las cabañas, en muchas ocasiones con acceso solo a pie.

Muchas de esas cabañas dispersas, con un útil fin laboral y/o habitacional para aquellos pasiegos, están siendo adquiridas y tratadas hoy, de incontrolado modo, por gentes variadas, con intereses diversos, ajenos -y seguro peores- a los de sus ancestros; no dispongo datos para concluir con certeza si será bueno o malo para los históricamente autónomos, abandonados, olvidados -salvo para opinar gratis sobre ellos o especular- “valles pasiegos”, pero si me piden que lo haga digo que, cada día que oigo en la “progresista” SER anuncios que tratan las “cabañas” como simples artículos inmobiliarios, siento que es malo lo que está ocurriendo y que, si hubiera alguien con algún poder y sentido común, debiera pararlo, pues hay “rehabilitaciones” de cabañas que insultan al buen gusto y la lógica y, con su desarrollo y ocupación activa, anuncian un destrozo aún mayor, diciéndome gente alarmada de la que me fío que algún “activista” del insufrible “Aquí no” con que esos “nuevos pasiegos” dañan a los que -en serio- se enfrentan al bárbaro avance del capitalista atropello energético gestiona varias “cabañas”, lo que, si es legal, no tiene buena pinta y exige información, pues ni así -ni con bobas banderas adornadas con "lábarus", lauburus, cruces gamadas... nazis, restos del Girón de Velasco mentor de Revilla- se “defiende” el incierto futuro de los valles pasiegos... e, incluso peor, se perjudica al resto.

EL ROTO 19/01/2017

Pertenecen esos "nuevos pasiegos" a la estirpe de "Aliente", un grupo de "elite" que merodea el poder político -e incluso lo más corrupto del Banco Santander- y, con afán de influir, fue creado por gentes que quieren medrar, algunos con cargos pasados en la mercantil PSOE, que aspiran a trozo de tarta y apoyan el modo "mega" industrial eólico/solar, superredes de líneas de alta tensión, subestaciones,… que concentra el capital, con 53 nuevos Gw renovables -más los 36 existentes, 89 en total-, apoyando el ilegal PNIEC -aprobado antes de EAE- y no exigiendo la puesta en marcha, ¡ya!, de una generación rabiosamente distribuida y un autoconsumo masivo sin límites, que no sean meras coartadas sino alternativas reales al actual abuso; no se trata de, como dicen ellos, eólicos "aquí", "a mí", "así",... no, posibilismo tramposo que -como la historia evidencia- solamente genera melancolía y fracasos, debiendo razonar, debatir potente y desmontar los nulos argumentos del poder de pocos, gritando, solo, ¡¡¡NO!!!

Coda alegre con aplauso.- Contra viento y marea, con el anagrama "Polígonos Eólicos NO", pequeña -y potente- asamblea del valle de Iguña que quieren llenar de turbinas -más de 500 Mw-, subestaciones, líneas de alta tensión,..., aventaba el viernes una gran noticia que, serviles siempre, callan los medios: "El pleno extraordinario del ayuntamiento de Molledo -5PRC, 2PSOE, 2PP- ha decidido por unanimidad que NO quiere que se implanten polígonos eólicos en su municipio", igual que el concejo de Arenas, evidencia de que, siendo los políticos responsables de la criminal, ilegal, subestación de Aguayo -y lo que le cuelga-, epicentro de la agresión, empiezan a ver claro que, más incluso que al gravísimo daño, deberán temer el peso de la Ley.

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