176 Los domingos cavilar
Mezcla de
vergüenza y asco
Fernando Merodio
18/07/2021
"Son los jueces quienes están
haciéndole la oposición al Gobierno".
"Es una urgencia que renovemos tanto el Consejo General del Poder Judicial como el resto de
órganos judiciales para que tengamos una
Justicia independiente y que realmente los poderes actúen como poderes
independientes, que es lo que tienen que ser" (Ione Belarra. Ministra
del gobierno de Pedro Sánchez refiriéndose al Tribunal Constitucional)
“(...)
estas elucubraciones doctrinales, que creo que son más propios del ámbito de la
cátedra que de otro, (...) no deberían plasmarse en sentencias” (Margarita
Robles. Ministra del gobierno de Pedro Sánchez. Pertenece a Jueces y juezas para la democracia. Idem)
"A mí, donde me pongan un
chuletón al punto, eso es imbatible" (Pedro
Sánchez cerrando, doctrinal y sabio, el debate generado por su ministro Garzón
sobre el consumo de carne).
Para aclarar acerca de qué cavilo empiezo
diciendo que el Tribunal Constitucional, TC, es exclusivamente intérprete de
nuestra Constitución, solo está sometido a ella
y a su propia ley orgánica, por lo que actúa de forma -teóricamente- autónoma
respecto a los tres poderes del Estado, incluido el Judicial y, pese a denominarse
"tribunal", no forma parte
del tercero de ellos, lo que, sin duda, ignora Ione Belarra -que lo mezcla con
"jueces" y "poder judicial"-, última analfabeta
funcional designada por las que unidas decían poder, para engañarnos y vivir
del resto a cambio de -solo- demagogia en los medios, destrozando -más- las
-muy escasas- opciones que nos quedan para construir una sociedad más justa,
igualitaria y capaz de sobrevivir a la catástrofe del clima, otra inculta y, además, tan
agresiva contra el TC como Irene Montero, que sólo lo respeta y no considera
que esté "secuestrado por el PP"
cuando lo secuestra ella o los, incluso más
peligrosos que ella, miembros "políticos"
del Poder Judicial, en el que entran y salen cuando y como quieren, Margarita
Robles, que califica despectivamente -y por mucho desacuerdo que tenga con
ella, de modo inadmisible- la esencial resolución del TC como "elucubración doctrinal" que "siembra dudas" y, además, está
"falta de sentido de Estado",
sentido que, sin duda, ella -ahora gobierno- vincula a lo que éste diga o, más
grave incluso, Conde Pumpido, magistrado, nefasto fiscal general al servicio
del gótico de "la zeta y la ceja",
miembro ahora del TC, que afirma en un -minoritario- discrepante voto algo tan
falso como que "la sentencia desarma
al Estado contra las pandemias" y ataca a los de la opinión mayoritaria
-generando alarma e inseguridad jurídica ciudadana- al dejar el recado de algo
tan preocupante grave y como que esa parte del órgano que interpreta la
Constitución "no entiende el sistema
de derechos fundamentales establecidos en nuestra norma fundamental",
lo que obliga a preguntarle, ¿en manos de quiénes estamos, Conde Pumpido?
Cavilaba
el pasado domingo sobre el muy bajo, alarmante nivel de quienes, dentro de las
letras, nos dedicamos a las esenciales tareas de legislar, juzgar, interpretar,
dar fe, certificar, fiscalizar, acusar, defender,..., algo que se muestra aquí ahora
en la imprudente, anticonstitucional forma usada que, mientras alguien no evidencie
otra cosa, usaron Sánchez/Iglesias, progresistas, para rebanarnos derechos sociopolíticos
esenciales -a movernos, reunirnos, manifestarnos,...- y taparnos -desde hace
muchos meses, como les conviene- la boca con un bozal o burka que, lenguaje
perverso, dicen mascarilla clínica, lo que posibilita, tras dieciséis meses de
abuso, que Revilla/Girón de Velasco vuelva a decretar, como medio para que él,
López Marcano, Blanco,... puedan continuar haciendo lo que les dé la gana, un
"caudillista" toque de
queda que, a estas alturas de la película, señala a todos -así lo veo y me
siento insultado- irresponsables demandantes de "palo sin zanahoria" para funcionar, después de conocer -nadie
se engañe- que el TC dice que "la
insoportable privación de derechos" fue impuesta por el gobierno sin
autorización del legislativo -que, en la práctica, son ellos mismos- formado
por otros miembros de sus mismos corruptos partidos que ocupan, a dedo, distintos
pesebres coyunturales, haciendo inexplicable su miedo a consultar y que, como
exige la gravedad de las medidas de excepción aplicadas, no se interpelaran a sí
mismos -tan corrupto es el sistema- con toda urgencia, ¿fue solamente ignorancia
o es prepotencia totalitaria de adictos al "ordeno y mando"?
Se
trata de una intolerable burla al resto, sus víctimas, que quienes -desde la carencia
de cualquier tipo de mérito o esfuerzo no consistente en ser parte de una secta
o partido político- nos hayan mentido durante meses -y, aun hoy, nos mientan-
sobre la necesidad de usar o no guantes y mascarillas, las criminales carencias
de material de protección para los profesionales de la sanidad y el resto de
trabajadores que han mantenido contacto continuo con posibles infectados
-pienso, un ejemplo, en cajeros y vendedores de comercios, en especial supermercados-,
la recomendación, prohibición incluso mediante insufribles pasquines “sindicales” de -salvo, quien lo tenga,
por smartphone- hablar entre nosotros
en los autobuses urbanos de la culta -y controlada por banqueros ladrones de
cuadros- Santander, el número real de víctimas y contagiados del pequeño virus,
así como el de los muertos “colaterales”
generados por la silenciada falta de atención a otras -tan peligrosas o más-
dolencias, al tiempo que, heroicos, dicen haber usado su -falsa e innecesaria- urgencia
anticonstitucional, no garantista para generar una “injustificada restricción muy intensa de derechos fundamentales”, sociopolíticos,
ciudadanos, que nos ha dejado indefensos -aun hoy- frente al abuso del poder
ejecutivo más ignaro y desleal desde la “transición”,
con el solo argumento, que el tiempo ha mostrado falso, de (Irene Montero dixit, generando insufrible crispación en
torno a logros chocantes sobre igualdades en trámite de conquista social por los
reales luchadores históricos, todas ellas inanes, no dañinas para el poder real
que posibilitó que, en muy escaso tiempo y contra la (i)lógica que se aplica al
resto, los más faltos de escrúpulos pudieran acceder a inverosímiles hipotecas y
comprar ridículos chalets pequeñoburgueses, grandes parcelas e insolidarias
piscinas insosteniblemente llenas del agua que hoy todos sabemos muy escasa) “salvar cientos de miles de vidas y proteger
los derechos de quienes viven en este país” que, algunos, no ella y sus
colegas, aún llaman España, como otros -sin más intención que reflejar una
historia con la que, más o menos, se sienten afines- se refieren a Francia,
Rusia, Cuba, Congo, Venezuela,…, construidas, con errores de todos, en la
búsqueda de algo mejor, habiendo incluso gentes que se emocionan al hablar orgullosos
de USA o Alemania -donde, por cierto, riadas y otros desastres arrastran viviendas
y destruyen infraestructuras tan de chicle como las de aquí- pese a que su reciente
historia desaconseja tener una afinidad cómplice con su historia.
Sorprenden algunos datos -dotados, eso sí, la fiabilidad de proceder de medios de comunicación, de los que dicen, de masas-, el primero que, en la Cantabria con 581.000 almas -como en la novela de Jim Thompson- que pastorea con torpeza y otras lacras que en breve veremos el televisivo purriego Miguel Ángel Revilla, aventajado discípulo del ideólogo y practicón fascista José Antonio Girón de Velasco, durante el inconstitucional, no garantista -para Irene Montero & Co heroico- primer decreto de alarma, que denuncié -con el éxito que se puede suponer- ante la Fiscalía superior de Cantabria, hubo 201 detenidos, uno cada 2.900 ánimas del purgatorio Covid, en Esukadi 2.178.000 y 486 respectivamente, uno cada 4.500, en Madrid 6.640.000 y 1.484, uno cada 4.500, como en Euskadi, en Andalucía, 8.427.000 y 1.423, uno cada 5.900, en Cataluña, 7.566.000 y 1.273, uno cada 5.950, en Aragón, 1.321.000 y 194, uno cada 6.800, en Navarra, 650.000 y 85, uno cada 7.600, en Castilla y León, 2.408.000 y 302, uno cada 8.000, en Asturias, 1.022.000 y 102, uno cada 10.000, en Galicia 2.700.000 y 252, uno cada 10.700,… así que, o somos los más incumplidores o tenemos una policía -local, nacional, guardia civil,...- merecedora de la “laureada de san fernando” que tanto gustaba a Girón y Franco, siendo otro dato el feo desparpajo con que el PRC, la gente de López Marcano y Blanco acompaña a la Iberdrola de Valcarce a, intentando engañar a los concejos, robar el territorio comunal; lo explica muy bien, como siempre, El Roto en su viñeta de ayer, que reproduzco.
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