03 Los domingos, cavilar
Gobierno del demos
Fernando Merodio
ALERTA 10 de junio de 2018
¡Magnífico!, gritan ante el nuevo grupo, un gobierno de partido apolillado y mujeres expertas en gestionar -lo contrario sería ilógico- el caos que ellos han generado; nadie habla de la corrupción del grupo. Mentiras. Hay que desmontar el mensaje edulcorado de que esto es resoluble por los causantes, mensaje peor que el silencio; hay que ser pesimista, paranoico incluso, consciente de que el sistema grecolatino/bíblico se despeña y arrastra a los más débiles. Según Negri, “habrá enfrentamientos, conflictos, violencia” y hay que pelear por una vida más digna, encarar al orden que roba nuestra fuerza de trabajo, a esos pocos que explotan al resto, no limitarnos a optar entre rosados progresistas y dañinos reaccionarios, casi iguales. Rancière, filósofo, dice que cuando, como nosotros, la sabia Grecia fue arrumbada en un vertedero, el demos, los sin derecho al poder, reclamó jerarquía y vio que sólo hace política quien exige gobernar sin intermediarios.
Tiempos fronterizos exigen iniciar una acción firme frente a quienes reaniman al enemigo muerto, capital, mercado, banco,…, lo oyen alelados, lo siguen, legislan a su favor, imponen un trabajo alienante y, además, precario, abaten sanidad, educación, trabajo justo,..., derechos ganados con sudor y lucha; somos clase, grupo homogéneo y, pues así es, pensemos, sepamos qué pasa, no aceptemos el sermón de quien nos ve mercancía, relleno para sellar grietas, mostrémosles los dientes, gritémosles que salir de su caos no es hacer lo de siempre y ceder derechos, sino cambiar, celebrar pequeñas asambleas en ciudades, pueblos, barrios, viviendas,…, decidir lo cotidiano común, rozarnos, notarnos, huir del individualismo, plantar cara a los que, tras reavivar a los ricos, quieren engañarnos con AVEs, móviles, coches, molinos gigantes, ridículos viajes, saberes capciosos, fútbol, dialectos, lábaros, banderas, identidades,… y, lo más, lo que ahora llaman ecología y progreso. Mostremos su corrupción, su ignaro y egoísta dolo, su abuso de la injusta Justicia, el saldo de su derroche, ¡cobrémoselo al céntimo!,..., callémoslos, echémoslos y, tras ello, revivamos la emoción de reinventar la política, replantearla desde abajo; reconstruyamos la calle que ahoga Podemos.
La realidad es que una camarilla perenne, el PSOE, corrupto, echa al PP, acaso aun más disoluto; hemos vivido experiencias que hacen que quien piense sepa, sin error, lo que nos viene. Cambia poco. Aquí ahora, Revilla, avispado vividor del ¿y de lo mío, qué?, previo pago, aconseja y, pillo rústico, sigue engañando con molinos gigantes, mendigando como siempre el inane tren de altas prestaciones, en vez de arreglar la catenaria y poca cosa más, enterrando más dinero en el agujero negro que ya es Comillas, pidiendo para Valdecilla y ocultando su turbia gestión de la sanidad,...
Un gobierno de mujeres del partido apolillado por corrupción perenne no cambiará nada, debiéramos vigilar, juntarnos en pequeños grupos próximos, mutar lo cercano, olvidar, un poco al menos, lo de cada uno y exigir lo común; hacer política todos.
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