09 Los domingos, cavilar
Les queda grande
Fernando Merodio
ALERTA 22-07-2018
Gilles Deleuze, filósofo francés (1925-1995), padecía una grave insuficiencia respiratoria que afectaba a los niveles de O y CO2 demandados por su metabolismo, pese a lo cual murió cuando quiso dejando una muy importante obra cuya dificultad hace parecer imposible su lectura y, pese a ello, cuando se cree entender algo de lo que dice, te empuja y acerca a ideas y avíos que sirven para vadear lúcido las peores depresiones o euforias vitales; quizás por ello dicen que hacía filosofía con efectos para y sobre la vida.
Su dificultad explica que cuando un filósofo joven oyó decir a otro mayor, experto en Deleuze: "A mi ahora, el traje de Deleuze me queda grande", le inquietó qué puede ocurrir para que una idea, actitud, forma de vida,... que nos ha ilusionado se nos haga grande, una inquietud que, aquí ahora, para mí en lo inmediato es más pedestre, ver inerme que a quienes nos dicen gobernar les queda grande y que, al contrario del filósofo, no se dan cuenta o simulan no hacerlo.
Utilizo lo -poco- que sé de Deleuze para abrir cauces a una cavilación sobre medios y objetivos de la izquierda..., si es que existe, y reflexionar sobre algo esencial, el modo de decidir sobre el mejor uso del territorio, pues es fundamental defenderlo frente al imperialista empeño del capital en usurparlo... para lo que sea.
Llevamos años en que, con la disculpa para desinformados del fingido ecologismo de los agresivos parques industriales eólicos, el capital más imperialista y globalizado, grandes constructoras eléctricas, bancos,... pretende adueñarse gratis de lo mejor de nuestro territorio no urbano, apoyados en el inerte silencio del gobierno de Revilla, su vieja e innoble ideología conocida, sus rancios labarus y flamantes arrontis averiados, para llenarlo de pistas, líneas y subestaciones eléctricas, aerogeneradores gigantes, toneladas de hormigón armado,... que arrasen toda posibilidad de vida humana sostenible.
Llega a Cantabria Green Capital Power, S.L., ¡el poder del capital verde!, vinculada a la familia de Florentino Pérez, el capitalismo más evidente, agente intermediario de planes para más de 350 Mw, unos 120 molinos gigantescos que, con todo lo que les acompaña, arrasarían desde los valles del Sur hasta los pasiegos, lo más hermoso y necesitado de protección de nuestro pequeño territorio.
Frente a ello, hay que actuar con criterios de la vieja tradición marxista, moverse al margen del poder y atravesarlo, tratar de relacionar con lógica lo que se sabe y lo que se quiere, supliendo, lo más urgente, a políticos profesionales a los que, preocupados por sus minucias cotidianas, sus corruptelas y corrupciones, sus identidades, sus grupos y partidos,..., la posibilidad de gestionar y defender el interés de todos les queda grande, muy grande.
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