Deconstruir
el procés (22)
Observar
Fernando
Merodio
ALERTA 01-05-2019
El juicio abre la semana con cuatro
amigos europeos -no saben quién los paga- amorosos con ese Romeva que, increíble,
al parecer algún día militó en el PSUC comunista, y sigue con el tenebrosamente
bueno Lluis Llach que, ilógico y dañino, ofende la memoria de los que
arriesgaron todo para hacer caer y librarse de la estaca a que nos amarró
Franco, de la que él decía: "¡si no
podemos librarnos, nunca podremos andar!". Cantautor acabado, trata ahora
de encadenarnos a otro garrote acaso aún peor, el del pútrido egoísmo
nacionalista y utiliza, cursi, para justificarse el más retórico oxímoron, ¡se define
independentista y aspirante a ciudadano del mundo!
Ni los amigos pagados ni Llach suman nada
útil a la prueba en el juicio y no se me ocurre al respecto más que resaltar la
falta de apoyos reales que con ellos evidencian las defensas, por lo que al saber
que, al tiempo, otros recuerdan ahora en Menorca la obra, en el polo opuesto,
de Albert Camus, pienso en lo que, pese a discrepar, admiré -y admiro- al francés
de origen argelino, fallecido en 1960 en un extraño accidente automovilístico,
que vivió siendo individuo exigente -y ejerciente- de su derecho a oponerse, a
discrepar frente a dios o al amo, dejando dicho que "El hombre rebelde" es el que dice no y sabe que "negar no es renunciar", por lo que,
pese a decir no a lo que no acepta, también sabe "decir sí desde su primer movimiento" y, en rebeldía constante,
siempre "se vuelve o revuelve contra
algo"; en su discurso del Premio Nobel de Literatura nos legó algo tan
a tener en cuenta y actual como que "cada
generación, sin duda, se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin
embargo, que no lo rehará, pero su tarea quizás sea aun más grande, consiste en
impedir que el mundo se deshaga".
En el otro extremo del comportamiento
ético, en línea con los que, por egoísmo, no temen deshacer el mundo, los
amigos europeos de los promotores del procés,
todos nacional-populistas pagados por no saben quién, dicen ser parte
observadora de no está claro qué de lo que, el 11-O, ocurría en Cataluña,...,
si bien una, portuguesa, admitió que su modo real de observar fue ver la televisión.
Todo penoso.
Triste, acabo
como ya he hecho otra vez, reflexionando sobre lo que piden, egoístas, catalanes
y vascos, ¡sí, vascos! y, además, ahora sobre la mísera actitud del capital, la
CIA, Trump, PSOE, Europa,.. con los venezolanos y aplicando a todo ello el poema
de Pablo Neruda: “No hay que contar con
su arrepentimiento / ni hay que esperar del cielo ese trabajo; / el que trajo a
la tierra este tormento / debe encontrar sus jueces aquí abajo. / No lo
aniquilaremos por venganza / sino por lo que canto y lo que infundo; / mi razón
es la paz y la esperanza. / Nuestros amores son de todo el mundo".
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