Deconstruir
el procés (18)
¿Y la
izquierda?
Fernando
Merodio
ALERTA 17-04-2019
Avanza el
juicio, ahora -diversos- policías desgranan detalles, sabidos o no, de lo que,
según ellos, ocurrió aquellos días, se acumulan datos objetivos contrastados
que, puestos en relación con otros medios de prueba, armarán la base fáctica de
la sentencia y servirán, en el criterio del Tribunal, para tipificar -o no-
como delito lo ocurrido, cada uno de sus detalles y piezas que han motivado que
una parte de los cabecillas del procés
esté en prisión desde hace más de un año y otra huida.
Al margen de
la calificación jurídica penal que finalmente merezcan tales hechos es cierto
que, en torno al 1-O, un dispar grupo de levantiscos ciudadanos españoles habitantes
del chaflán llamado Cataluña que, mientras yo, vulnerando las instrucciones del
PCE en que militaba, votaba no y en toda España y Cantabria eran,
respectivamente, un 59% y 59,4% los que decían sí al contrato constitucional de
1978, fueron masivamente, un 61,45 %, favorables al solemne pacto que ahora,
unilateralmente desleales contra el resto, pretenden quebrar.
El cierto y
grave riesgo de ese pequeño nacionalismo egoísta -y otros- en que se mueven los
desleales hace que rescate de mi pequeña historia los términos izquierda y
derecha que, no hace tanto, tenía tan claros, hasta que llegaron los que decían
poder y, hablando como Perón y Evita, arriba y abajo, la gente,... y otras inanes
nociones, mostraron que su último objetivo era acercarse -a toda costa- al
poder, vivir en un lujoso chalet con piscina y finca, suyo, disfrutar largos
permisos, acceder a las cloacas del Estado y, última ocurrencia, intervenir, ¡niños
inocentes!, las grandes eléctricas... para bajar el precio de la luz.
En política,
los términos izquierda y derecha nacen en la Revolución francesa, 1789, cuando
los jacobinos de Robespìerre, republicanos, radicales, laicos, defensores de la
soberanía popular, del sufragio universal, de la indivisibilidad de la nación y
de un estado fuerte centralizado,..., se sentaban en los escaños de la Asamblea
del Tercer Estado de los Estados Generales a la izquierda, inaugurando las ideas
base de los partidos promotores de la Segunda y Tercera República Francesa.
Leyendo a
Norberto Bobbio, "Derecha e
izquierda", sus múltiples y solventes citas, concluyo que si al hombre
de derecha le preocupa salvaguardar la "tradición", el de izquierda busca por encima de todo "liberarse" de las "cadenas" impuestas por razones de
raza, casta, economía, clase,...; la izquierda enfrenta a la "tradición de la derecha, tan vinculada al nacionalismo, la
emancipación liberadora de la idea jacobina, unas señas históricas que, en
tiempos de agrio resurgir del nacionalismo egoísta y el abuso -a él vinculado-
del miedo físico como agente político, frente a los que unos dicen querer
calmar a la bestia desleal y violente con mayores prebendas y transferencias y
otros con referéndums ilegales para tranquilizar a los alzados, echo en falta
el valiente antifascismo histórico, dolorosa ausencia que trae unida una inquietante
pregunta ¿y la izquierda?
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