Deconstruir
el procés (8)
Negocios
Fernando
Merodio
ALERTA 13-03-2019
Que las
distintas policías, al explicar lo ocurrido en torno al 11-O, ratifiquen sin
duda lo ya sabido, anima a agitar juicio, procés, dinero, negociar y
negocio,... con ideas del sapiente Rafael Sánchez Ferlosio, hijo de Rafael
Sánchez Mazas, fundador de la Falange y promotor del grito ¡Arriba España! que,
con tal antecedente y el de bachiller como único título, medró hasta sabio sólo
a lomos de su perezosa e indiscreta inteligencia, ahondó en la árida -palpitante,
dicen- lingüística y escribió "El
Jarama", "Industrias y
andanzas de Alfanhui",..., junto a agudos ensayos, fue premiado con el
Nadal, Nacional de la Crítica, Nacional de Ensayo, Cervantes,... y autor de "Non olet", obra en la que explica
cómo Vespasiano respondía a la crítica de su hijo Tito sobre el cobro de una
tasa a las hediondas letrinas, con la pragmática frase "Pecunia non olet", el dinero no
huele, ofreciendo ricos matices aplicables al procés, sobre dinero,
capitalismo, mercado de trabajo, globalización, negocio del ocio,...
También cabe
aquí -y en cualquier lugar- su saber y juicio sobre el nacionalismo, "esa superstición... La palabra identidad (...)
personal, nacional colectiva (...) no es más que un fetiche. No me cabe en la
cabeza ¡Las cosas que dicen los catalanes! Ah que cosas dicen. Se sienten
mirados, como los que entran en el Liceo" y puntualiza algo que define
con precisión parte esencial del problema catalán, "entre los que entran en el Liceo y los que aguardan hay un intercambio
de miradas. Por primera vez los dos existen para el otro y cada uno de ellos
puede ser el otro. Unos pueden subir y otros caer. Ahí está el paso del orden
estamental al burgués".
Un problema del
que, mientras las policías certifican los mitos del 11-O y la DUI, se dibujan
evidentes sus planteamientos en los debates para elaborar las listas que
garantizan puestos tras las elecciones, puestos a los que, tan contradictorios como
son, salvo la CUP no renuncia nadie, haciendo evidente su idea de, en primer
lugar, no negociar nada que no lleve la independencia en el frontispicio y sólo
acudir a las Cortes, además de a cobrar, "para bloquear hasta el colapso el legislativo".
Negociar, hacer
negocios, tan en boga, proviene del latín, de unir nec y otium y, pues nec es negación y otium lo que, sin retribuir, se hacía en el tiempo libre, nec otium era tarea retribuida, no
debiendo, además, olvidar que negociar es, según el Diccionario de la RAE,
entre otras cosas, "tratar por la
vía diplomática, de potencia a potencia, un asunto", algo que saben
muy bien y de ello usan y abusan los cismáticos al tratar con cándidos, así
que, si ni se es ingenuo ni se quiere perder tiempo, antes de sentarse con ellos,
quien quiera hacerlo deberá dejarles claro que el límite del diálogo es la
igualdad solidaria de todos y no olvidar qué era -y aún dicen que es- el procés.
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