Lo cotidiano.89
Lo que causan Sánchez, su fiscal y los suyos
Fernando
Merodio
01/02/2025
A mediados del feraz/feroz siglo XVIII, ya
saben, Ilustración, Revolución
francesa, Derechos del Hombre-ciudadano,…, con el ingenuo fin de hacer más gobernable
el magma en que -digan lo que digan- cada día más pútrido, opaco y denso -unos
mejor que otros- vivimos, Charles Louis de Secondat, además barón de
Montesquieu, explicó en su conocido -y no muy leído- El espíritu de las leyes que, para evitar -en tiempo de noblezas y
monarquías absolutas- el riesgo de que el poder político caiga en manos de
pocas o incluso una sola persona, no sería malo dividir tal poder en tres: el legislativo que, mediante leyes, fijara
reglas que regularan nuestras relaciones, el ejecutivo que, con esas reglas/leyes, decidiera y tomara iniciativas
prácticas sobre tales relaciones y el judicial
que controlara esas iniciativas, vigilando que sean acordes a lo legislado
y que quienes intervengan cumplan todo, idea cada día más vana y utópica en una
sociedad que pese a -o por- estar sometida a una férrea vigilancia es cada día más compleja y
desestructurada. Veamos.
El Roto 10.12.2024
Cumplida explicación de lo que hay
Se acerca a los 300 años tal virtuosa idea y aún
no están resueltas -al menos para mí- cuestiones tan esenciales como ¿cuánto es
el poder conjunto de esos tres?, ¿son distintos y contrapeso entre ellos quienes
legislan, ejecutan y juzgan? o, incluso más serio, ¿quién y cómo, de verdad, los
controla? Base de mi meditado dictamen sobre la vacuidad práctica de tan
residuales poderes -¿o quereres?- es que, como ahora se evidencia en los USA,
quienes se reparten la tarta son otros y, además, sobre los restos, 1) aquí hoy
legislan incapaces, ilógicos, no fiables elegidos -con sumisión bovina a mercantiles/partidos
que son solo cúpulas- por los ilusos -o egoístas- que -a pesar de todo- votan,
2) ejecutan los -antes de la crédula votación- designados por esas cúpulas criadas
al -fétido- calor de establo de tales partidos y 3) juzgan -desde muy- jóvenes
quienes, tras un título tan flácido y fácil como Derecho, se creen -¡ay! la fe-
capacitados para, vitalicios, valorar al resto, tras -no precisando saber bien
qué es juzgar- memorizar unos temas y, sin más, rellenar un test y recitar lo estudiado.
La respuesta a las dos primeras preguntas es
clara y tajante, el poder político llega hasta donde le deja el real, el
económico y, para legislar, ejecutar y juzgar dentro de tal límite, no hay tres
poderes, solo uno, las mercantiles/partidos, y un etéreo colectivo que juzga y
reparte -con las pautas que marcan el dinero y las mercantiles/partidos e inacabable
memorial de agravios- migajas de lo de todos, sabiendo -yo al menos- que,
agravado por el cruel, egoísta ser humano, lo frenaría -sólo- el serio candor
de Marx.
El Roto
¿Está claro?
Para racionar migajas, las
mercantiles/partidos, que son Begoña, Sánchez y -ducha en naderías- Yolanda, Evita Tocino, la que degrada a Espartaco
a sindicalista -si les dejan golpistas, amigos de terroristas que movían/mueven
el árbol y listos que cogen del suelo la fruta común caída- lo único que tienen
que vigilar es -no hay sociedad, ni partidos de izquierda, ni sindicatos, ni bloque/poder
judicial- a los “jueces raros” que,
no temen a tal banda y tratan a “legisladores”
y “ejecutores” como lo que son, cacos
de supermercado, usando para frenar a tales jueces, además de 1) a -siempre
ávidos de subvenciones- “sus” medios,
2) a “su” fiscal general, hoy mal
elegido, torpe hasta más no poder y 3) a “su”
tribunal constitucional que, sin jurisdicción, hoy con mayoría “progresista”, ha trocado en “ultima instancia” que preside, ducho,
hábil, sin pudor “otro de los suyos”.
A partir de ello, veo lo que, en nuestra vida,
causan con su avaricia de “triple poder”
Begoña/Sánchez y los suyos, sabiendo que la fiscalía, el ministerio fiscal es
órgano fofo que define -muy abajo- el artículo 124 de la Constitución como -lo
que no es- promotor obligado de la acción de la justicia para defender la
legalidad, los derechos ciudadanos, el interés público,… y velar, ¡avergüenza
hasta decirlo!, por la independencia de los Tribunales en defensa del interés
social, ¡cuánta falsedad!, sujeto, según su estatuto orgánico, a principios de
unidad de actuación, imparcialidad, legalidad y dependencia jerárquica,
dependencia que describe aquel artículo 124.4 CE, al decir que el fiscal
general, órgano máximo, es nombrado a propuesta -solo- del Gobierno, oído -sin
escucharlo- el CGPJ, lo que permite saber quién está en la cúpula jerárquica de
la tullida fiscalía, que tan vergonzoso espectáculo nos está brindando.
Acabo con algo que, porque me parece cierto,
tengo muy gravado desde siempre en mis neuronas, solo juzgo para dentro cuestiones
procesales de que no conozco -con detalle directo- los trámites, sabia norma
que, animados por los -muy- dañinos medios, han roto con estruendo los
lenguaraces Jueces para la democracia -¿para
qué son el resto?, ¿para la justicia?- últimamente en especial los, como el de
Abu-Dabi, eméritos, que -tras presentar como prevaricadores, sin acusarlos, a viejos
colegas de magisterio supremo- animan a que -poco cándido- Conde Pumpido no dude
en ejercer de -ilícita, impropia- instancia suprema de la jurisdicción cuando
los afectados sean Begoña-Sánchez, su mercantil partido, o los suyos,… doliéndome,
es cierto, la plana cedida por mi panfleto de cámara a Perfecto Andrés Ibáñez,
magistrado, hoy emérito, del TS al que respeté, llena de puntos suspensivos en
su texto, que supongo eliminaciones de él, no del panfleto, plana que, sin
querellarse como debería por prevaricación, tipifica el del magistrado del TS
Ángel Hurtado de 24 de marzo de 2024 como “Un
auto vacío de justificación”; gravísimo, en especial si, como el emérito,
no se hace ni una sola crítica a los actos del fiscal general/esencia de la
fiscalía en el trato dado a datos particulares -de alguien a quien yo rechazo-,
además no se encuentra nada positivo en la actuación procesal del magistrado
Hurtado y se usa como cita de autoridad de algo tan discutible, pienso, como que
el que sufre la difusión de sus datos personales sea un delincuente “confeso, pero no convicto en el sentido
jurídico” al periodista del propio panfleto -promiscuidad obscena- Alex
Grijelmo -¿dónde perdió su sapiencia emérita?-, diciendo además, sin pudor, que
delitos tan evidentes como “filtraciones
de verdadero calado constelan la experiencia, incluso de las más altas
instancias jurisdiccionales de este país, afrontadas con poco más (y no
siempre) que la solicitud de alguna información ¿Serán estos otros tiempos?”.
Deseo que sea así, pero pienso que no y sintiendo criticar a mi respetado “magister”, digo que no vale todo y que
algo tan grave, pienso, exige una explicación. Creo -ya saben, cosa de fe- que
me estoy agotando.
El Roto 31.01.2025
Tal cual, así me encuentro. Gracias Andrés
Coda para quienes quieran luchar.- Ya lo he dicho en anteriores ocasiones, quienes tienen experiencia y saben de qué va esto, aunque sean tan viejos, melancólicos, pesimistas y solitarios como yo, además de pensar, pueden ejercer como expertos generosos e impedir que, como dice Clint Eastwood, entre en ellos el hombre viejo, pudiéndose ayudar escuchando en bucle “Don’t Let the Old Man In”… hasta dormirse.
La música es bella y la letra me parece -más o menos- cierta
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