230 Los domingos
cavilar
Salto de Aguayo… suma y
sigue
(a D., M., J…, que quieren verde su
valle)
Fernando
Merodio
31/07/2022
“El clima ruge en un mundo en crisis. Las
temperaturas extremas que sufre Europa en estos días evidencian el rápido
avance del calentamiento global, mientras el entorno geopolítico inflige varios
reveses en la lucha para mitigarlos” (El
País. 24.07.2022).
“(…) yo no quiero su esperanza. No quiero que
sean optimistas. Quiero que entren en pánico. Quiero que sientan el miedo que
yo siento todos los días. (…) Quiero que actúen como si nuestra casa estuviera
ardiendo. Porque es así” (Greta Thunberg en Davos. 2019)
La situación es grave, muy grave, catastrófica, la corrupción de siempre -que dicen “entorno sociopolítico”- empuja cómplice y Sánchez se quita la corbata para “ahorrar”, anunciando 7.000 millones de impuestos a banca y eléctricas en los 2 próximos años, cuando solo Iberdrola ha ganado 2.000 el pasado semestre; se carcajean de nosotros.
22.07.2015, hace 7 años, el viejo dirigente sindical del fascio
aparecía, cazurro, en una “simpática”
fotografía de El Delirio Montañés, junto
a Miguel Antoñanzas, jefe de Vocento y
Viesgo, anunciando, indigno, el
avatar de un coche eléctrico -¿los habrá?, ¿son solución a algo?- bajo el provocativo,
alarmante, premonitorio titular “Revilla
insta a Viesgo a recuperar el proyecto de la central de Aguayo”, mintiendo,
siempre insano el charlatán, que “es una
inversión ecológicamente impecable (…) para producir 1.393 Mw“, con lo que incitaba
a la ilegal tropelía/negocio que, tras Viesgo/E.ON/varios
fondos salvajes, ahora quiere perpetrar, con el mismo apoyo purriego, la Repsol de Josu Jon Imaz, (in)sostenible petrolera,
gasista que, dañina contaminante hasta ayer, ahora se viste de Caperucita; nos
hablan de una “inversión ecológicamente
impecable” que, para generar 1.400 Mw de electricidad, tropelía/negocio,
exige 10 Hm3, la mitad del volumen del embalse de Alsa, agua que usan los vecinos
-casi 200.000- y la industria de la cuenca del Besaya y, en los -cada día más habituales-
periodos de sequía, los de Santander, muestra de los acuerdos que, heterodoxo alumno
de Girón, el “león de Fuengirola”, mientras
“el clima ruge en un mundo en crisis”
y él no esté mintiendo en TV, alienta el “cuco
canorus de Polaciones”: ¡quiere dejarnos sin agua!
1.393 Mw hidráulicos o los que, voraces, quieran ahora generar
en el -agostado- valle de Iguña, Aguayo, Molledo,…, forzado salto de agua, polígonos
industriales eólicos, pistas, líneas de alta tensión, subestaciones, cáncer-,…,
la misma potencia del ilegal ”concurso
eólico” que -por no tener evaluación ambiental- anularon TSJC y TS, nocivos
ecologistas, doble de los 700 Mw también eólicos del fútil PSEC 2014-2020, ¡sostenibilidad energética!, inútil siempre, agotado -sin usar- hace dos años, lo que no impide
que, sin vergüenza, prietas las filas, la PSOE, el camarada Revilla, los hiperactivos
lobbystas Marcano, Blanco, Gochicoa y otros -bien pagados- peones del sistema,
aprueben y aprueben ilegales polígonos y más polígonos eólicos en nuestro
histórico territorio natural y sostenible para generar injustificada energía y
exhibir, impunes, su codicioso negocio, aniquilador de toda posible vida humana
en el planeta.
El 1% no precisa esforzarse, ni casi mostrarse, -¡tan frágiles
y simples nos ven!- para engañarnos, usan políticos, medios, sindicalistas y
subvencionados para contar sus mentiras, fingir que, ¡de verdad, ahora sí!, se
lo están tomando en serio y que lo hacen por nosotros, pues, al ser tan
complicado, excede nuestra -muy limitada- capacidad, lo que es falso de toda
falsedad, pues, al no valer ellos -vean a sus más próximos- nada, se aprovechan
de una atrevida, dañina -para el resto- osadía, información privilegiada,
medios para imponerse y el trampantojo de una -falsa- imagen; si alguien quiere
cotejarlo, use dos dedos de frente, un adarme de decencia y aparte la (in)humana
prudencia, que otros dicen cobardía o instinto de conservación y Kjell
Askildsen define como “un instinto muy
duro de roer, que ha destrozado muchas decisiones sensatas” y, con certeza,
verá que la -mejor- solución, repito, la define -exacta- una niña: ¡cambiar, ya,
el sistema!, para, inmediatamente, impulsar el nuevo, que nos exija ser libres
y no caer, como refleja la gráfica imagen de “Escucha, pequeño hombrecito”, en el pavor de serlo, tras romperse
la cadena que nos ataba a no se sabe qué, libro el de Wilhelm Reich, que es documento
humano con que se enfrentó, 1948, a una sociedad, la de la II guerra,
emocionalmente tan fétida y errada como la actual, (pre)ocupada más por la fútil/útil
covid19 que por la antropogénica,
acuciante emergencia climática.
Viví mi primera infancia, hasta los 7 años, en Rozadío,
bajo el grueso tubo que cae del monte 200 m. desde el embalse de La Lastra y,
tras atravesar por encima la carretera que bordea el río y sube de Puentenansa al
embalse la Cohilla, Polaciones, lanza acelerada presión de agua contra la
turbina de la central que, desde 1945, genera una potencia máxima de 12,6 Mw -menos
de la centésima parte que la de Repsol-
y lleva el nombre del pueblo que destrozó al implantar la nociva subestación en
su plaza, con mi padre, alto técnico de Saltos
del Nansa en aquella terrible España, fatigándose -seria diferencia con lo
de ahora- en que esa agua tomada con dudoso consentimiento generara electricidad
urgente para vivir, lo que me permite tener claro lo de las centrales hidroeléctricas,
su riqueza… para los ricos y qué hacen con el río, dueño del agua,…, y, al
tiempo, me hace cuestionar hoy lo que, siendo yo niño, se preguntaba mi padre,
técnico, en los duros años 40, ¿cómo es posible que, con lo que avanza todo, no
seamos capaces de acumular la energía generada y luego usarla?
Los 1.400 Mw hidroeléctricos de Antoñanzas y Viesgo que, en
julio de 2015 ¡con su desvergüenza!, promocionaba Revilla, son la misma potencia
del turbio “concurso eólico” que el
16 de junio, solo un mes antes, confirmando otra sentencia del TSJC, de 3 años
antes, había anulado el TS y son vuelta a las andadas con la fútil disculpa del
coche eléctrico para justificar -incitar- un forzado salto de agua que dejaría
sin ella la región con la misma ilegal falta de evaluación ambiental
estratégica que el atroz “concurso” que
tantos Mw obsequiaba, sin evaluar sus dañinos impactos, a E.ON, Banco Santander,
Sniace, Iberdrola, EDP, bancos gallegos,…, evaluación obligada por
jurisprudencia y ley que, pasados 7 años, ni siquiera está iniciada y, sin que
parezcan haber leído las sentencias o -menos aún- la Ley, los frustrados del “concurso eólico” vuelven al lugar del
crimen con ahora 2.000 Mw eólicos -además de “lo de Aguayo”-, al rebufo de la millonada -que dicen- de Europa, alentados,
acaso, por vanas -prohibidas, como ayer- promesas políticas de la misma
mercantil PSOE y el mismo viejo “cuco”.
La flor y nata del poder político, el capital energético y
lo más fiel -comprado- del, ¡ay Robespierre!, Tercer Estado nos quieren (im)presionar exhibiendo músculo e impedir
que defendamos el territorio común, no respondiendo -ni siquiera permitiendo
formular en público- preguntas tan sencillas cómo ¿alguien cree que el salto
forzado de Aguayo y los polígonos industriales -que dicen parques- eólicos son democráticos,
sostenibles, justos, verdes, ecológicos, distribuidos,…, no dañinos e
ilegítimos?, ¿que no exigen evaluación ambiental estratégica?, ¿que es preciso llenar
el suelo común, de todos, lejos del lugar de consumo, con cientos de turbinas,
torres y aspas de 200 m., pistas, miles de km. de líneas de alta tensión,
subestaciones, electromagnetismo y cáncer, miles de Tm. de hormigón, acero, plásticos,
cobre, aluminio, plomo, tierras raras -kgs. en cada turbina-, fibra óptica, de
vidrio, carbono y más cáncer,…?, ¿que así se frenará la destrucción de la vida
en la Tierra?, la respuesta está en el viento, es un rotundo ¡no! y todo ello
innecesario, insostenible, dañino, concentrado, injusto,…, pues lo único sostenible,
gratis, distribuido,… son viento, agua, luz solar,…, energías de todos, no de
las multinacionales, asalariados de la política y chupatintas que -pues les
interesa- crueles concentran -o permiten concentrar- a su interés la generación
de electricidad a partir de esas energías gratis, distribuidas, de todos,
destrozando el territorio comunal que usurpan y, lejos de mejorarlo, agravando
el feroz riesgo climático; son el enemigo que, ¡ya!, hay que combatir con la
verdad y saña, derrotarlo… y echarlo.