Deconstruir
el procés (26)
Organización
criminal
Fernando
Merodio
ALERTA 17-05-2019
Tras el sofocante
esperpento del sacro triduo -de un día- que protagonizaron una filósofa, un
abogado y un payaso, Marchena tendrá un descanso, mientras que, salto
cualitativo, tras apilar con el tiempo razones y hechos probados, en la causa
abierta por el Juzgado de instrucción número 13 de Barcelona contra 30 "números
dos y tres" de las consejerías del gobern
de Puigdemont, tres fiscales defienden que es delito por el que juzgar a tal segunda
línea el de formar parte de una "organización
criminal", (des)orden que el último párrafo del artículo 570, bis del
Código Penal define como "agrupación
formada por más de dos personas con carácter estable o por tiempo indefinido,
que de manera concertada y coordinada se reparten diversas tareas o funciones
con el fin de cometer delitos".
Se aplica tal tipo
delictivo a personas aglomeradas con el simple fin potencial de cometer delitos,
sean cuales sean estos, los instrumentos y métodos empleados para facilitar su impunidad
y la de sus actos; el castigo a sus dirigentes por agruparse para delinquir
puede llegar hasta 8 años de prisión, agravándola que los "organizados"
sean "un gran número de personas",
fijando el mismo artículo que, acreditada su existencia y peligroso objetivo,
los tribunales "acordarán la
disolución de la organización o grupo" y fijarán severas y largas
"inhabilitaciones" para los
responsables.
Desde la
primera de estas reflexiones escritas, sabiendo que la ideología de los imputados
es, sin excepciones, la de un populismo egoísta de derechas, digo que hemos
sufrido un putsch o intento de golpe
de Estado en el que un amplio grupo fijo y coordinado, hizo uso espurio de la
legitimidad emanada de la norma que infringe, intentó dañar la maquinaria
estatal, con o sin violencia, y modificar, contra ley y por la fuerza, la
estructura del Estado en puntos sensibles de distintos aparatos y servicios
públicos y, más grave, intentó -e intenta- dañar el patrimonio material y la
imagen del muy mayoritario resto no alzado contra la norma.
Vemos que el poder
judicial actuó -y actúa- respecto a tal organización y personas con las normas del
contrato social mayoritario, mientras aquellas mantienen su ánimo de dañar
convivencia e instituciones -primero al PP/Gobierno y, ahora, vean las caras de
Iceta y Sánchez, PSOE/Gobierno/Senado-, por lo que, al dar mi respuesta a su
envite, repito a Giorgio Agamben, "la corrupción completa de las inteligencias
asumió la forma hipócrita y buenista que hoy se llama progresismo",
siendo "el principio en cuyo nombre
se ha cumplido ese proceso, transigir (...), ceder en todo, conciliar todo con
su contrario, la clase obrera con el capital, el medio ambiente con el
desarrollo industrial, la libertad de expresión con los medios, la ciencia con
la opinión, (...)", me remito a lo escrito y evito esquivar problemas o
permitir que la acción de ley y justicia sea sometida a la ilógica presión de
un confort inmediato.
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