51 Los domingos, cavilar
Revilla o la irresponsabilidad
Fernando Merodio
12-05-2019
Es ejemplo de la inane sociedad
del espectáculo en que nos toca vivir, peculiar muy mal actor, variante del
Mario Moreno, "Cantinflas",
que hacía reír con su atrevida torpeza, se distingue de él por su seria tarea,
carecer de gracia y, además, haber vivido casi siempre del erario público,
antes de que muriera Franco, del fascio con Girón y luego, del
"novismo" Cantabria, que bovinos acatamos, sucedáneo light de nacionalismo,
palanca -no para mover el mundo- para impulsarse él.
Dijo, al parecer, Ohran Pamuk,
Nobel turco de Literatura, que “el
nacionalismo y el Islam están en los corazones de la gente, no en sus mentes”;
recalco lo de “al parecer”,
aclaración necesaria por tomar tal -supuesta- opinión de un periódico, fuente
de fiabilidad escasa, y explico que soy de los que, como “al parecer” Pamuk, piensan que nacionalismo y religión no nacen en
nuestro cerebro, pero, al contrario que “al
parecer” él, pienso que tampoco lo hacen en el corazón, sino en oscuras cavernas
en que los listos e interesados almacenan egoísmos, mitos y amenazas
ancestrales para causar filias, fobias e irracionales terrores que lo
condicionan todo.
Dejo a un lado la reputada
cuestión religiosa, sus ritos y mitos y hablo del otro arbitrio, naciones,
patrias refugio que generan nocivas diferencias, teóricas y prácticas, entre el
Pueblo, género humano, poder objetivo
y fáctico, unión que es igualdad frente
a la feroz injusticia, y el pueblo,
concepto -muy- pequeño, egoísmo que debilita al Pueblo y, sin lógica, nos enfrenta a unos con otros; la
aniquilación del pueblo judío por el pueblo alemán, ambos parte del Pueblo, es ejemplo de un peligroso mecanismo
actual que, según Giorgio Agamben, “Homo
sacer”, es similar “de manera
diversa, pero análoga, al proyecto democrático-capitalista de poner fin, mediante
el desarrollo, a la existencia de clases bajas, lo que no solo reproduce en su
propio seno al pueblo de los excluidos, sino que transforma a todas las
poblaciones del Tercer Mundo”; es lo que aquí ahora, peligrosos sumisos
bobos, llaman progreso.
Es evidente la dañina relevancia
que tienen los nacionalismos -y, a nivel local, los regionalismos lugareños- que
promueve el capital, obviando lo importante, el Pueblo, todos, para en su lugar imaginar pueblos que pretendan imponerse -incluso lo hagan- a otros,
aplastarlos y explotarlos. Sabino Arana -padre de la burguesía vasca igual que
de los que vierten sangre- es buen ejemplo, argumento como los catalanes
difusos, confusos, obvios, para oponerse a las prédicas de los del pacto, los
“progres” del buenismo estomagante, pan para hoy y para mañana hambre, prueba
de que, frente al peligroso egoísmo nacionalista, antes que nada burgués, sólo
cabe la ley, siendo entre las penumbras de ese localismo ignorante, falto de
solidaridad, desleal, henchido de superioridad donde, estomagante y pequeño,
surge en democracia Revilla, venido del corporativismo fascista del sindicato
vertical único de Franco y Girón de Velasco, adalides del injusto y excluyente
nacionalismo español, para calzarnos, junto con otros gerifaltes del franquismo
sociológico y a tontos (in)útiles, un regionalismo anacrónico, falso y sin
ideas que llamaron ADIC/PRC y usaron para consolidar y prolongar, firme e
injusto, su poder previo, que fue potenciado luego por PP y PSOE -y ahora por
los "transversales"-, todos ellos simples siglas sin ideas, fofas ambiciones
personales.
Santander y su provincia, "la
Montaña" y sus gentes, previa a que los franquistas, listos nos inventaran
Cantabria, fue tierra agrícola, ganadera, vinculada a la pesca, industriosa,...,
agricultura, ganadería, pesca, industria,... de las que hoy, abducidas por el
turismo, no queda nada salvo una "historia" inventada con la que el
regional-socialismo nos metió en el “progreso”, I más D más no sé qué, que
-sólo- son, además de los servicios del turismo, sueldos, viajes, comidas,... -para
ellos-, pocas industrias pero contaminantes, líneas eléctricas con cáncer,
incineradoras tóxicas, subestaciones gigantes, tallos con aspas de 200 metros,
fracking, viviendas ilegales, falta de ordenación que facilita un urbanismo
letal,...
La lectura reposada de John
Berger, el recuerdo de mi infancia en Rozadío y otras cosas muy difusas, me han
apegado a la tierra, no como patria o egoísmo, sino como patrimonio e
instrumento de vida, me han unido a ese territorio por el que “otros se fatigaron”; tierra, ganado,
pesca, agricultura, vieja industria, gentes,..., todo ello arrasado por Revilla
y los venidos de Franco, sumisos al superior interés del banco, sin ideología ni
ideas, apátridas vocacionales que inventaron una pequeña patria para, moviéndose
bien en el mundo de los media, alentar
un falso pueblo, secar al Pueblo e impedir con ello que de éste
nazcan hechos que molesten al capital que manda.
Decía Heráclito que la base del conocimiento está en la
contemplación práctica, no de la inventada falsedad, sino de la multiplicidad
de las cosas y el análisis de las relaciones dialécticas entre opuestos, siendo
origen de todo la lucha de esos opuestos para alcanzar la unidad a la que, en
su “soy un fue, y un será, y un es cansado”, da forma el Quevedo más
sedante, idea que, convencido, hago propia.
Todo ello, humano y sabio, lo pervierte el día a día de Revilla
en pasteleo y vergüenza, con PSOE, PP o quien sea, en folklore y esperpento de
quien, tras ser tan franquista como Franco o tan fascista como Girón, alardea
de demócrata, republicano o monárquico, todo, y sin ser zurdo ni diestro, actúa
con ambas manos, o se abraza a una bandera, a cualquiera, o es confesor del rey
y, al tiempo, tertuliano-comadre, el de siempre, él mismo, y pretende que, como
él quiere, lo veamos diferente, simplemente enredador, un cuco que, sin otro
mérito, alardea de gobernante, pero solamente es chalaneo de ida y vuelta.
Politeia y res publica
son lo mismo y, tras Platón y Aristóteles, otros filósofos nos dieron armas e
instrucciones certeras para razonar, leer entre líneas y descartar lo que nos quieren
contar los amos de los que lo cuentan, avanzar, errar, rectificar, ser
coherentes, pensar para decir lo pensado y, luego, hacer lo dicho, ser
molestos, no pactar con el que impone, ni imponer al que apoya y acompaña,
acusar al que, como Revilla, sin legitimidad ni mérito, interfiere, perjudica a
los demás y medra con lo público; no olvidar que politeia y res
publica son lo mismo.
Es guinda del "cantinflesco" Revilla que, en
período electoral, "el gobierno
cuantifica en 54 millones las indemnizaciones a los afectados por los derribos"
de 363 viviendas con sentencia firme y, pues parece atribuirlo a culpa de
todos, quiere que se pague a escote, no él, el resto; así al menos nos lo
cuenta, eufórica y candorosa, la portavoz psoecialista de las noticias más
sucias, en medio de un atronador silencio,...
Entre 1995 y 2003,
Revilla fue vicepresidente y consejero de vivienda y urbanismo del pequeño gobierno
de su mínima Cantabria y desde entonces, excepto 2011-2015, fue presidente con
constante apoyo de PP o PSOE y, hoy, con la abstención cómplice de Podemos, tiempo
y cargos que le señalan como principal responsable jurídico, político y
personal de las viviendas que hay que derribar, por lo que la vicepresidenta deberá
frenar su euforia y repartir, entre presidentes, vicepresidentes, consejeros,
alcaldes, concejales, funcionarios, técnicos,... diversos, el pago de los
perjuicios causados, pues, aunque alguno parezca estar intentando que lo
creamos, ni Revilla, ni, de él para abajo, nadie está, por irresponsable que
sea, exento de responsabilidad.
Y, ya puesta la
vicepresidenta en clave electoral, antes de que se lo exijan, también podría explicar
el detalle de los datos de asuntos tan poco claros como lo del fibroyeso, el
Racing, el derribo de la diputación, "esa cosa" de Comillas,
Sodercán,..., pues, repito, ni Revilla ni nadie es inmune o inviolable por su
irresponsabilidad.
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