252 Los domingos cavilar
Deliran sobre energía
Fernando Merodio
01/01/2023
“(…) la electricidad es el motor de la
economía (…) El mundo lo mueve la energía y ésta
se genera por diferentes medios pero acaba convirtiéndose en electricidad.”. (M.A. Castañeda “Que produzcan ellos”. El Delirio Montañés.
24.12.2022)
“Mientras los partidos políticos
(…) no sean capaces de desautorizar a sus militantes cuando estos se
oponen a un proyecto de parque eólico (…) nada se habrá avanzado para que
Cantabria se acerque a los niveles de autogeneración que tienen otras regiones. (Ídem arriba)
Quien hoy
escriba sobre energía no debiera olvidar el grave daño que su generación y
consumo causan en la emergencia climática y, por ello, hay que intentar que en quienes
se limitan a leer -falsos- titulares de
-tendenciosa- prensa dejen poso, por ejemplo, las dañinas necedades que,
siempre ínclito, M.A. Castañeda vierte en su escorada opinión semanal del
pasado 24 de diciembre, cuyo objetivo es, como suele, desinformar con abuso de
su injusta posición dominante en los medios y, con ello, generar una opinión
falsa sobre una de las formas de esa energía que, por mucho que, ¡ay, las
tarifas!, lo ansíen capital, propagandista y propagados, no siempre “acaba convirtiéndose en electricidad”, pues
la energía es vocablo que proviene del griego y resulta inseparable de señales
tan vitales como que se está activo, se está trabajando, se actúa con un fin
desde uno mismo y es, pues, una idea seria y, además, tan parcial y limitadamente
relacionada con el -hoy abusivo, troncal negocio de- la electricidad como lo
evidencia el hecho de que, ya en el siglo IV a.C., cuando nadie especulaba con su
potencial y ni siquiera se imaginaba que llegarían gentes como Sánchez Galán y demás
aprovechados, la energía era término técnico que Aristóteles vinculaba a su teoría
de la causa eficiente, “de la que
primariamente proviene el movimiento”, la capacidad de producir un trabajo,
transformar, cambiar alterando temperatura, movimiento, transmisión de ondas,…,
para lo cual -y otras muchas cosas- es precisa.
Ello
evidencia lo torpe del falaz colofón del opinador por encargo cuando, en su
delirio, llega a afirmar -solo pensarlo produce mezcla de miedo y risa- que “Cantabria es una de las zonas del mundo en
que más dificultades existen para aprobar un proyecto de generación de energía
mediante molinos de viento”, exigencia extrema falsa que el plumilla vincula
a “escollos burocráticos” que “ahuyentan a posibles inversores que han
visto el resultado obtenido por otras empresas homónimas”, homonimia que
-aclaro al “eurodito” analfabeto funcional- en el diccionario de la RAE es “coincidencia en la escritura o en la
pronunciación de dos palabras que tienen distinto significado y distinta
etimología”, algo que aquí no viene al caso.
Si
salimos del interesado círculo imaginario del delirio empresarial/periodístico
de Castañeda, vamos a la realidad y la analizamos con mínima objetividad y
distancia, comprobamos que lo que ocurre en ésta es muy otro, como (de)muestra
la reciente historia regional narrada sobre tan importante -y multimillonaria-
cuestión por los tribunales, en base al guion previo con faltas de ortografía,
líneas torcidas y mala tinta del capital y la administración de la res pública, que una cuadrilla de
inconscientes deja en manos del fenómeno de feria que es Revilla, historia iniciada
en la página 7914 del BOC número 108 del lunes, 8 de junio de 2009, hace más de
13 años, en que el Consejero de Industria y Desarrollo Tecnológico, el psoecialista
Juan José Sota Verdión de un gobierno, del PRC y la PSOE que ya presidía, ¿cómo
no?, Miguel Ángel Revilla, publicaba una Resolución por la que se convocaba “concurso público para la asignación de
potencia eólica para la instalación de Parques Eólicos en la Comunidad Autónoma
de Cantabria”, un total máximo de 1.400 Mw de potencia, destructiva
salvajada que distribuía en siete zonas, previa y arbitrariamente fijadas -por
ellos ¿y alguien más?-, igual que las bases del concurso, para su asignación, inventadas
por dicha consejería y gobierno -repito ¿y alguien más?-, una adjudicación que,
transcurrido el breve, insuficiente -si, antes, no está todo pactado- plazo de
60 días naturales a 7 variopintos consorcios -casi todos sin ninguna relación
con la energía y, menos aún, con lo eólico-, del medio centenar que, al
parecer, había cubierto en dos escasos meses las prolijas exigencias de la revillesca troupe, publicándose, ¡un año
y medio más tarde!, las jugosas adjudicaciones en el BOC de 10 de diciembre de
2010, mediante resolución de Sota Verdión asignando las potencias a los 7
afortunados.
Desestimado
el recurso administrativo y recurrido el atropello ante la jurisdicción
contencioso-administrativa, ni TSJC, sentencia de 17/10/2012, ni TS, sentencia de
15/06/2015, precisaron ser, como Pedro Rivero Torre, fuente de autoridad -muy
parcial- que se atribuye Castañeda, economista, catedrático de economía
financiera, vicepresidente y director general, ¡lo imaginaba!, de UNESA, Asociación Española de la
Industria Eléctrica, ser los mejores conocedores “de la problemática del sector eléctrico en Cantabria” para declarar
nulas tan generosas/arbitrarias adjudicaciones, entre otras razones, por 1)
haber “indebidamente omitido la
evaluación ambiental exigida” que, pasados casi 15 años, sigue omitida, 2)
tener el “concurso” el ilegal
carácter de “instrumento de planificación”
pues, incluso hoy, no hay PROT, ni PSEC, ni un mísero Plan Eólico,…, concluyendo los magistrados que, como es obvio, 3) es obligado
que el “planeamiento preceda a la
ejecución”, planeamiento que, sin duda a causa, de las muchas ocupaciones
televisivas de Revilla, sigue sin tramitarse en nuestro pequeño, mínimo
territorio, por lo que, si el ágrafo escribidor se hubiera molestado en conocer
los documentos, quizás habría admitido que nada se puede
añadir a la clara exigencia razonada en las dos sentencias sucesivas del TSJC y
el TS, que (de)muestran el doloso conocimiento que de todo ello tienen Administración
y consorcios, permitiéndole inferir una grosera mala fe en sus actos, al
continuar incumpliendo hoy tan razonables exigencias de TSJC y TS, en una
situación agravada respecto a la del “concurso
eólico” al ser indeterminados los Mw en tramitación -pero superiores a los
de aquel- y dejar la arbitraria/ilegal planificación que realizaba el “concurso” en manos del codicioso capital,
lo que hace aún más ridículo defender las posiciones autárquicas del “caudillo”, que le llevan a proponer,
únicas alternativas, 1) “dotarse de las
fuentes energéticas posibles y asumir los costes que ello conlleva”. o 2) “definir la comunidad como una isla
energética -querrá decir sin energía-
que dependa de otras zonas de la nación”, dando a entender tan ignaro
valedor del “pogreso” que lo que propone es ponernos -aún más- en manos del
capital.
Desde entonces es -relativa,
aparentemente- cierto, o sea -radicalmente- (in)cierto lo que, en su bien pagada
opinión, sostiene el ínclito plumilla ajeno al -que dicen- trabajo asalariado,
cuando afirma que “tras años de proyectos,
decepciones, polémicas y oposiciones radicales, Cantabria permanece al margen
del desarrollo de energías renovables” , sin explicar qué entiende por “desarrollo de energías renovables”, ni
mucho menos, analizar las reales razones del fastuoso fracaso de quienes
proyectan en medio de oposiciones, polémicas y lo que llama decepciones, en
realidad fracasos y corrupción; para informar al gacetillero airado, recuerdo
que, a día de hoy, la viciosa, incapaz Administración de Revilla tramita en este
pequeño, mínimo territorio proyectos para generar no menos de 2.000 Mw, un 50%
más que el ilegal, anulado concurso eólico y lo hace, con dolosa, delictiva
desfachatez, sin debatir socialmente el desarrollo que conviene hoy y cuánta
energía queremos/debemos consumir/generar, sin iniciar los trámites de un PROT, ordenación del territorio, de un PSEC, plan energético, de un mísero Plan eólico, de la Evaluación Ambiental Estratégica que exige el TS para implantar
infraestructuras,…, al tiempo que el delirante panfleto montañés que, desde
Euskadi, controla Iberdrola anuncia -en falso de toda falsedad- los PP.EE. El Escudo y Bustatur, debiendo explicar alguien al
capital que el bello pueblo de Las Rozas de Valdearroyo que quieren destrozar es,
en realidad, Bustasur, no Bustatur y, con tal información esperar que Castañeda
-se atreva y- escriba sobre la dolosa canallada y el estruendoso fracaso de,
previamente compinchados, Administración
y capital.