domingo, 5 de abril de 2020

99 Los domingos, cavilar CoVilación.7 Entrismo Fernando Merodio 05-04-2020

99 Los domingos, cavilar 

CoVilación. 7 

Entrismo 

Fernando Merodio 
05-04-2020 

"(..) sin la mala fe de muchos medios, la población habría estado más sosegada, lo que no es poco. Es muchísimo" (Javier Marías. 13.03.2020 "Entusiastas del pánico"

"Al principio -un muy prolongado principio- las locutoras y los conductores de informativos, sobre todo los apocalípticos de TelePodemos, comunicaban los nuevos casos y fallecimientos en tono triunfal, como si temieran que nuestro país se quedara atrás en la desgracia” (Idem). 

EL ROTO 04/04/2020

Jaime Robles Lobo, nombre al nacer de quien ahora se dice Jaume Roures Llop, es un prototipo, especulador, antiguo propietario de La Sexta que, sin concurso y fuera de plazo, le adjudicó el siniestro gobierno de Rodríguez Zapatero, está ahora en el control mediático que, desde Mediapro, Bein, Gol,..., dinero, destruye el fútbol, en la ayuda al más agresivo independentismo catalán -por ejemplo, con el documental que falseó el referéndum, "1-0", declarado ilegal por el TC-, como en 1983, apoyó al cruel comando Barcelona de ETA, es símbolo del oxímoron que es la expresión "izquierdismo catalanista", multimillonario y dudosa catadura moral, alardea de trotskista, compleja rama bolchevique de la que él solo exhibe el "entrismo", táctica de afiliarse a grupos de masas para entrar en contacto con cientos de miles de trabajadores, influir desleal en ellos y, si es posible, desestabilizarlos, mérito principal de quien, repito, fue dueño a dedo de La Sexta, cadena que, con apoyos y peligro, sigue, ya sin él pero con algún socio inicial dictando -incluso desde la pantalla- doctrina, influencia dice Javier Marías, sobre la masa televisiva. 

Aquí ahora, la táctica trotskista del entrismo, método desleal y alevoso para lograr con mínimo mérito y fatiga los fines de diversas asociaciones, grupos, partidos,... de seguidores de Trotski y su tesis de la "revolución permanente", ha sido adoptada, incluso de modo público, descarado por numerosos indeseables sin ninguno de los méritos que adornan a aquellos. 

Es lejano -para muchos incluso desconocido- el tiempo en que españoles inquietos por el devenir político y, en especial, por la gente, sabían de carrerilla los nombres de los generales del entorno del "invicto caudillo", desde los diplodocus, prehistóricos, Yagüe, Monasterio, Aranda, Dávila, que, sin oposición de sucesivos prebostes, robó su nombre histórico al Paseo del Alta en que vivo hace 50 años, Varela, Solchaga, Moscardó, Vigón,..., pasando por los eternos Alonso Vega, Muñoz Grandes, Carrero, Nieto Antúnez, Castañón, Pita da Veiga,..., acabando en los que nos asustaban por su oculta posición el 23-F, desde el bravo y honesto Gutiérrez Mellado al sibilino Armada y el vírico Milans del Bosch, pasando por los líquidos, casi gaseosos, Merry Gordon, Quintana, Elícegui, Pascual, Campano, González del Yerro, Gabeiras,..., cuyos nombres conocíamos como si, además del lógico temor que generaba su control de las armas, nos importaran sus poco interesantes opiniones. 

Ahora vivimos, pienso. un agrio rebrote militar en la actividad política en España, repunte que, quizás por lo aprendido en su -ignoto- paso por la vida -en especial económica- latinoamericana, han alentado líderes carismáticos de la nueva política, cuyo mérito principal, como en el caso de Robles/Roures, es haber alcanzado -sin fatiga- desde su supuesta izquierda -trotskista éste, populista/peronista abductora del 15-M aquellos- estatus de ricos y, con su -poca- solidez de penenes, formar parte del gobierno de quien será -lo veremos- imperecedero Sánchez, designando como jefe de gabinete/ayuda de cámara a quien por su -supongo- sumiso cumplir en la milicia -sean cuales sean las órdenes- llegó a Jefe del Estado Mayor, JEMAD, designación política a la que, aunque la defienda mi amigo de la ejemplar Unión Militar Democrática, UMD, no es lógica y, paranoico quizás, asimilo a un vago "entrismo" militar en la política. 

Parece creer el (des)gobierno que si -el resto piensa que- hace lo que le indican técnicos o expertos no tendrán responsabilidad penal por su aciaga gestión política de este virus que con ellos nos está pasando por encima, para lo que sirve - creen- un Comité -que dicen- Técnico ad hoc que –también dicen- les marca el paso; no estoy al tanto de la opinión del ficticio Comité pero, ayer sábado, me senté a mediodía a verles las caras y oír su “opinión experta”, sintiendo vergüenza ajena al escuchar al quinteto, dos mujeres, la adjunta del contagiado director del Centro de Coordinación de Alertas Sanitarias y la Directora General de nosequé de Transportes, que se atascó leyendo los datos que evidenciaban lo poquísimo que nos dejan viajar y, junto a ellas, tres altos grados militares uniformados, ¡tres, que miedo!, creo que generales, vuelta atrás, los actuales JEMAD y JEMAGC y el Comisario Principal -creo que- de la policía nacional, que se limitaron a alardear de cuánto y cuán bien mandan y reprimen sus inferiores, ridículos panegíricos justificativos, dejando claro que son ellos quienes hacen que no se mueva nadie, acompañados, añado, por la nulidad -con traza- dolosa de políticos que (in)cumplen su obligación, sin mascarillas, ni guantes, ni batas, ni respiradores, sin tests de control rápido, con atascos derivados del mal funcionamiento político de la sanidad, con la impunidad que permite que empresas, incluso ahora, ilícitamente se lucren,…; me ha parecido ver qué clase de Comité técnico o de Expertos tenemos. 

La impresión sacada -desearía que errónea- es que la pelea por la salud -y la vida- de todos depende aquí ahora del fatigoso riesgo -sin medios- de los profesionales de la sanidad con el apoyo político de una represión pura y dura; no insisto, pero dejo clara, en un país que tan mal ha funcionado -y tanto ha sufrido- frente al mínimo virus, mi vergüenza y envidia de la flexibilidad sueca, “que ha decidido librar la inusual batalla contra el coronavirus con uno de los activos inherentes a su sociedad: la responsabilidad individual”, sin policía ni ejército,… y, además, mendicantes exigimos dinero; por su parte, los USA del inepto sicópata Trump, sede y símbolo del capital sin casi sanidad pública, son otra cosa que sube un poco la autoestima y Siri Hustvedt, premio princesa de Asturias de las Letras lo explica en un magnífico escrito, “¿Nadie podía imaginarlo?”, ella -como su marido Paul Auster- ha sufrido el doloroso mordisco del eximente virus y, tras decir “vivo con miedo” y afirmar que “los virólogos sabían que un nuevo virus podría causar una pandemia y cómo empezaría”, sentencia que “la ciudad que recuerdo -New York- ha desaparecido, se ha convertido en un caparazón vacío de vida”; peor son nuestras urbes que, además, incluso aplauden. 

En el pánico que -niños malcriados- sufrimos cuando, con nuestras poco fiables estadísticas, vemos que hay en torno a 60.000 muertos en todo el mundo -menos del 0,001% de la población, menos de 1 por cada 100.000 habitantes-, sin preguntar cómo es posible que más de 11.000 sean españoles, en torno al 20%; entiendo que el pánico responde a la ignorancia y a que, además, dice El País, “las principales medidas para contener el CoV son las mismas que se usaban hace 100 años”, por ejemplo en la epidemia de gripe de 1919 ¡Cuánta estupidez y soberbia almacenamos! 

EL ROTO 27/06/2015

Pero el capital se rebulle, no está enclaustrado como nosotros, Ana Botín dice que “sin solidaridad no hay unión”, ¿sabrá de solidaridad nuestra plutócrata?, su madre pide ayuda para “su” arte, mientras nos tienen desamados, la Comisión Europea, ¡ay, Europa!, acaba de liberar, un ejemplo, 980 millones de euros a través de “Conectar Europa” para las grandes interconexiones eléctricas que -solo- exige el “solidario” capital, mientras Petronor, o sea Kutxabank y Repsol, el petróleo, crea una negocio que instalará paneles en torres y urbanizaciones para “generar energía eléctrica renovable y vender una parte al dueño del edificio y el resto a clientes próximos”, ¡mira qué lista!, etc., etc., siendo más indignante incluso el cuento chino del Ministerio de Transición Ecológica, tan "progresista", y el PNIEC que avanza pese a que -o por que- estemos confinados, así que le dedicaré, como a la idea de Zizec sobre “marxismo reinventado o barbarie”, más tiempo de mi CoVilar frente al activo entrismo.

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