domingo, 12 de abril de 2020

100 Los domingos, cavilar CoVilación. 9 KL. Konzentrationslager Fernando Merodio 12/04/2020

100 Los domingos, cavilar 

CoVilación. 9 

KL. Konzentrationslager 

Fernando Merodio
12/04/2020  

“Ordenar una especie de arresto domiciliario de la inmensa mayoría de los españoles, que es lo que realmente se ha hecho, no es limitar el derecho, sino suspenderlo” (Manuel Aragón. “Hay que tomarse la Constitución en serio”. 

“Los campos de concentración de las SS eran la expresión de la ideología nazi consentida por una aplastante mayoría de alemanes”. (Nikolaus Wachsmann "KL. Konzentrationslager"

Hace tiempo que miro, cavilo sobre hechos de hoy o viejos y escribo con intención sobre actos y gentes cuya maldad objetiva arruina la vida; dolorido por muertos, llego a la Cavilación 100 y se que aunque el afán de escribir sobre cosas de uno mismo es narcisista, vacuo en el vasto y cruel paisaje en que nos movemos, cavilar ayuda. 

Escribir anima, además, a cavilar -e intentar que lo hagan otros- sobre algo que excede de lo propio en el rato que es la vida y, con frecuencia, me lleva a pensar en los Auschwitz de los que, con corrección dañina, hacen oficio diario del poder impune, lo que me costó una firme crítica, a la vez amiga, que habló así: “Un poco exagerado referirte a Auschwitz, ¿eh?, además no creo que tú sientas estupor frente a la maquinaria del poder, la conoces, tienes medios para defenderte y los usas”, para añadir, pienso que solidario, “pero me gusta que lo hagas e insistas en lo del ‘sucio trabajo de todos los días’, je, je, los veo removerse en el asiento mientras lo leen”. Modo de entenderme, el del amigo, sano pero ajeno a la idea que propongo. 

El campo de concentración, KL (Konzentrationslager), lo planta, riega y alimenta una -en general- cierta o supuesta/arbitraria situación, estado excepcional, en realidad un convenio sobre el que, con -incierto- apoyo en ley o norma, se construye lo que llaman “custodia protectora”, actuación “preventiva” a favor de -dicen- intereses generales frente a ideas, individuos y/o hechos -también dicen- expuestos -al menos- para los que usufructúan -o usurpan- el poder y, a partir de tal ficción jurídico-política, todo lo que suceda en tal campo, lager, por inhumano, ilegal o abusivo que parezca, será visto lícito, humano; técnica sencilla y peligrosa que crea espacios para posibilitar el arbitrio ajeno a la norma ordinaria y llega a parecer habitual, incluso necesario. 

A mi modo, cito con frecuencia al Giorgio Agamben, para el que todo análisis del exterminio que quiera ser serio, eficaz, no debe limitarse a ver el vínculo entre estado de excepción e inhumano lager; debe atender a una idea más amplia, la de “campo”, no sólo “lugar en que se ha desarrollado la más absoluta ‘conditio inhumana", sino “matriz oculta” que lo hizo posible, norma que domina “el espacio político en que vivimos”, que “se agranda cuando el estado de excepción se convierte en regla”; hay ejemplos extremos de tal riesgo: empezar, unánimes y sin matiz o queja, por estado de alarma, luego, acaso, de excepción y, como final, ¿de guerra? 

Primo Levi sufrió hasta el límite en Auschwitz, lager dedicado al concreto exterminio sistemático de judíos, y situó en el origen de la barbarie la idea de que todo aquel que piense distinto es extranjero, pone en riesgo tus prebendas y es, por ello, enemigo; el lager es “producto de un concepto del mundo llevado a sus últimos efectos con coherencia rigurosa: mientras el concepto subsiste sus efectos amenazan”. Michel Foucault, Octavio Paz y otros explican que, hoy, los mecanismos de la opresión están, en primer lugar, en manos del lenguaje que controla el capital y la tecnificación de la política; Chomsky dice que, en manos de los poderosos, “la propaganda es a la democracia lo que la cachiporra al totalitarismo”, un poder espurio que dicen libertad de expresión que, pese a ser de todos, usurpan unos pocos, generando las formas de un lager distinto que, cuando menos, permite intuir un futuro aun peor. 

¿Dónde está el límite en el ámbito de la democracia? Hay casos en que está bien definido, pero en otros lo amplía cada uno desde su cobardía, explicando quienes han vivido experiencias duras que, tras la humillación, callas o lo cuentas y, mientras el silencio nace de un profundo malestar que Levi llama “vergüenza” y está provocado por la bota que dicta qué es vergonzoso o, por contra, noble, solo se explica aquel que sabe que, tras su maltrato, lo extremo e inhumano le supera, desborda su caso. 

Para enfrentarse a ello son precisas experiencia, valentía y fortaleza ante al abuso y, al tiempo, derrotar al examen, dictamen e ignara opinión pública que el poder genera; también hay que superar el estupor que engendra la crueldad y analizar cada “campo” concreto, pensar, detectar el abuso, la desigualdad, el horror,…, y valorar la urgencia de usar la fuerza del trueno que genera la razón en marcha. Brecht lo sabía y, por ello, escribió en 1938 “Poemas del lugar y la circunstancia”, ”Primavera”: “Al gorjeo de los estorninos / se mezcla el trueno lejano / de los cañones de las maniobras navales / del Tercer Reich”; atentos a si el riesgo son, como allí, los KL y el trueno lejano que sustituya a la razón en marcha sea el hosco ruido de emergentes kapos. 

Empiezo a leer “KL, una historia de los campos de concentración nazis”, más de 1.000 densas páginas de horrores que, desde hace meses, me esperan y que, ya en su inicio, explican cómo Dachau, primer KL, próximo a Munich, en marzo de 1933 era cárcel para 100 ó 120 comunistas, custodiados por simples policías, en agosto de 1939 ya lo era para 4.000 hombres, mujeres y niños hacinados en 34 casuchas de 100 metros de largo de los que, pese a estar vigilado por destacamentos de la Lager SS, morían relativamente pocos, mientras en abril de 1945 sus liberadores encontraron un tren con más de 2.000 cadáveres contorsionados y descarnados y 32.000 famélicos supervivientes de distintas razas, religiones e ideas, de 30 nacionalidades; Dachau fue prototipo de lager, espíritu del abuso nazi, sistema de dominación con normas, personal y organización propias que, según Primo Levi, acreditaba que “donde hay poder ejercido por pocos, o por uno solo, (...), el privilegio nace y prolifera, aun contra el deseo del poder mismo; pero ese propio poder lo protege y estimula”. 

Entrada al KL de Auschwitz

"El trabajo os liberará"

"El confinamiento os hará héroes"

Me preocupa lo que Levi llama “zona gris”, de “contornos mal definidos, que separa y une al tiempo los dos bandos, verdugos y siervos”, evidencia de cómo “cuanto más dañina es la opresión mayor es la buena disposición hacia el poder” que abusa, lo que se atribuía a seducción ideológica, imitación, ansia de poder, cálculo egoísta, terror,…, de modo que la culpa recayera en el sistema, no en los nazis o en la odiosa fauna de víctimas que, al mismo tiempo, eran “guardias nocturnos, barrenderos, lavaplatos, localizadores de piojos y sarna, mensajeros, intérpretes, ayudantes de los ayudantes, chivatos,…, pobres diablos”, o de los kapos, odiosos represores de sus compañeros de desgracia, o en la cumbre de la vileza, los Sonderkommanden, casi siempre judíos que hacían los traslados a las cámaras de gas o crematorios y servían, ya que incluso las víctimas hacían de verdugos, como argamasa en la base de, entre otras, la teoría de Hanna Arendt sobre la “banalidad del mal”. 

El viernes, aniversario de, dicen, la crucifixión y muerte de Cristo, Manuel Aragón, constitucionalista serio, catedrático y magistrado del "sector progresista” que -como casi todo en Derecho- es conservador, tras escandalizarse por la democráticamente inadmisible forma de las ruedas de prensa y fustigar en concreto a Sánchez e Iglesias, denunciaba en El País "una exorbitante utilización del estado de alarma", pues "la protección de la salud es una obligación de los poderes públicos, pero solo puede realizarse a través de las reglas de Estado de derecho", ya que "la Constitución forma una unidad, y no cabe elegir a capricho cualquiera de sus partes"; acusación que es vergüenza para toda silente, bovina actitud ante un "confinamiento" que gravemente perjudica, incluso, el derecho de otros enfermos tan graves -o más- que los afectados del virus que nos tiene en "concentración" y, aún más grave, hace temer por lo que en -la mente y la piel de- todos y cada uno de nosotros marcarán las ideas -y la práctica- de quienes -gobierno represor de penenes soberbios- así actúan…y se explican.

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