Lo cotidiano.60
(…)
y pagarán los de siempre
Fernando
Merodio
12/07/2024
Protestas
de Tsunami Democrátic en Barcelona en
2019
Tsunami
Democrátic es -¿o era?, no sé- mínima excrecencia de
la Cataluña independentista, nacida en agosto 2019 tras la timorata sentencia del juicio
del procés y usa -¿o usaba?- además de algo tan democrátic
como lo de la fotografía, un agitador ciberactivismo bribón, tan nocivo
como el de todas las redes sociales, exigiendo liberar a sus “presos,
represaliados y exiliados”, así como el derecho -delirio- a la autodeterminación para Cataluña,
desvarío egoísta propio de la fase
edípica en el primer desarrollo que, de modo extraño, generó en impropios jueces
la alucinación jurídica de que tal anomalía freudiana era, en Derecho,
terrorismo, con nefastos efectos, útiles para los infectados frente al resto, que
incluso asumió el TS, ocurriendo el pasado
lunes algo similar a lo que, imagino, hizo a Mafalda, gritar: ¡Paren el mundo que me quiero bajar!
La genial, y poco escuchada, Mafalda de Quino
Hechos.
La Sala Penal de la “predemocrática” Audiencia
Nacional, tribunal de excepción con jueces mediáticos, ha estimado el recurso
de una investigada en la causa judicial del trivial Tsunami, iniciada en 2019, hace 5 años y declara inválida toda la
investigación practicada desde el 29 julio 2021, ¡hace 3 años!, por el instructor
que, ¡fuera de plazo!, acordó, ilegal, prorrogar 6 meses tal investigación y,
aliviados por tal invalidez, juez y TS, impunes, tiraron todo lo hecho, largo y
costoso, al vertedero procesal ¿En qué
estarían pensando esos 3 años juez, AN,
TS, fiscalías, abogacías del Estado,
acusaciones, defensas,…, todos ellos de pago, al tiempo que destrozaban nuestra
-poca- credibilidad en tan edípico asunto?,
¿nadie vio lo del plazo o solo importa reforzar a Sánchez el Malo e investir a
ese Illa que nos tuvo 2 años sin hablar y con bozal?
El Roto 13/01/2024
O eólica, según los lugares, o las dos cosas, según la
avaricia
En lo de los plazos de la -muy- lenta (in)Justicia -de derecha, centro, izquierda y periferia- está lo de las ignotas montañas de nuestro -como todos- bello territorio, en que una Plataforma, mínimo grupo, “gens de rien“ para Rancière, “nadies” para Galeano, sólo con “la Ley del poder” y el limpio sudor de “la fuerza de trabajo propio”, desde hace ¡15 años!, impide al abuso eterno destruir -no han podido plantar ni uno solo- con sus tallos de metal gigantes y aspas en su codicioso negocio eólico, en el que sólo es fija, renovable, gratis ¡y de todos! la energía del viento y, en la actual coyuntura bélica, ¡sí, es la guerra!, contra los que depredan, la peor agresión, arbitraria e injusta, el polígono industrial que llaman ¡parque eólico! -tan pueril como Tsunami- El Escudo, lenguaje y cifras perversas, el TSJ de Madrid, PO 1263/2022, aprieta con plazos a esa Plataforma y, pese a las quejas de la gens de rien, los nadies, es flexible con el Ministerio/capital y admite, sin tacha, que tardaran 8 meses en aportar el expediente -el plazo legal es 20 días- de modo incorrecto, incompleto, no emplazando al juicio como interesado al poder energético/bancario que pretende la corrosiva autorización para destruir, por lo que, para evitar que, al terminar el proceso, Iberdrola/BancoSantander alegara, ¡uf!, indefensión, fue citado, al insistir la Plataforma, por el TSJ, todo lo cual muestra lo usual que puede parecer una pifia como la del juez, AN, TS, fiscalía, abogacía del Estado, acusaciones y defensas con lo del Tsunami, detectada 3 años después, cuando Sánchez el Malo precisa cuadrar lo de Illa, el “silenciador” en aquel gran negocio de bozales, guantes, vacunas,…, siendo, por ejemplo, otro plazo a valorar los ya más de 4 meses de espera a que el TSJ Madrid sentencie sobre el robo de viento y territorio común en la sierra del Escudo, mientras política, capital y medios de (in)comunicación, (ab)usando de su omnímodo poder, de ese retraso y otros en el TSJ Cantabria, alarman a los vecinos.
The Third Man. Pedagogía sobre cloacas
Coda sobre cloacas.- El hedor a albañal fétido que exhala Antonio Camacho, político conocedor de los vertederos, hoy abogado (¿) de la investigada Begoña, me lleva a The Third Man, El tercer hombre, turbadora novela de Graham Green que, en cine, dirigió Carol Reed, interpretó. inquietante genio, Orson Welles y puso música la cítara de Anton Karas que, en un viejo vinilo a 45 rpm, me obsesionó siendo niño, lo que, no se dude, pagarán, si no luchan, los de siempre.
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