Lo cotidiano.19
Nos manda un canalla
Fernando Merodio
29/09/2023
Es urgente que todos sepan quién, de
modo tan canalla, nos manda y, si no lo evitamos, nos mandará mientras, sin
importarle la lacerante desigualdad o la crisis climática, planea amnistiar solo
en su beneficio, a criminales convictos que también mandan y anuncian que
repetirán sus agresivos delitos contra el resto, nosotros; hay que saberlo,
pensar, leer, escribir … y actuar contra lo que de él nos dicen tres titulares
de medios de comunicación, también canallas sin “auctoritas” que, ahora aquí “mandan”,
dos de “El País”, cuyas columnas y títulos,
no su (des)información ¡ay, si faltasen El
Roto y algún columnista!, leo desde que, con otros, lo fundara Fraga y el tercero
de El Delirio Montañés, ¡a saber
quién es su amo!, tétricos los primeros: “Feijóo
sugirió por carta a Armengol que le diera entre 24 y 46 días para la
investidura”, la PSOE sin convicciones de Francina desvela confidencias a los
procaces, de Prisa, y “Estrasburgo pregunta a España si avala cómo
actuó el Supremo en la causa del ‘procés’”, llamando a los criminales, “líderes”, coz al TS, a Montesquieu y su
“división de poderes” sobre la que Sánchez
el Malo, feliz, calla, dos tipos de ultraje a quienes tienen reglas y “potestas” con “auctoritas”, mientras que, pues el Pisuerga pasa por Valladolid, un
Daniel Martínez, escribidor local que no informa, a sabiendas, de seis demandas
contra el afán destructor del peor capital energético eólico, regurgita la mil
veces croada mentira de que la CROTU aprobará el día 28 -¿lo aprobó?- el
que sería un “jarro de agua fría para
quienes se oponen a la construcción del parque eólico El Escudo”, polígono
industrial faraónico, dañino, inviable, caduco, ilegal, estrepitoso fracaso del
más agresivo capital,
Tres canalladas propias de cuando, exhumado
hoy, aún vivía Franco, igual que lo es llamar “tránsfuga” al miembro de un negocio/partido
que, tras prometerlo en campaña electoral, vota no a la útil(itaria) amnistía, pues
llama el diccionario de la RAE tránsfuga a quien "con un cargo público no abandona éste al separarse del partido que
lo presentó como candidato" y,
además, el artículo 67.2 CE establece que “los
miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo”,
lo que es un triunfo de la soberanía popular que definió Rousseau en defensa de
la independencia personal de los elegidos, a los que, con ello, solo se exige
dar cuentas a sus electores del cumplimiento de su programa, no estando sujeto
al -hoy tan corrupto- empresa/partido, siendo así buen ejemplo de tránsfuga
Sánchez el Malo, que planea hacer lo contrario al prometido radical no a un (i)legal
perdón que ahora llamarán “petiflú” o
algo así, idea del intelectual orgánico vasco Ortúzar para ver si cuela, el tránsfuga
sigue siendo dúctil jefe de planta y, desde sus cargos y sueldos, los de la PSOE y Evita Tocino, tras perder las elecciones, firman el indulto.
Repito, a diferencia del canalla Sánchez, no es
tránsfuga quien, fiel a lo que anunció a los que -aún- votan, no apoye amnistiar
a los del hitleriano putsch que puso
en riesgo al resto y su convivencia social, siendo, por contra, más traidores que
el sobado Tamayo -vulgar chorizo- Sánchez, Diego López Garrido, y Cristina
Almeida, evidencia de que la mercantil PSOE,
al contrario del senatus populusque
romanus, sí paga a traidores, como en nuestro pequeño territorio hizo con Ángel
Agudo, hoy presidente de la tienda local PSC-PSOE,
Martín Berriolope, que fue fiel portavoz, Emilio Carreras, “ecologista” y tres pobres concejales de
Santander que, como los de Madrid, robaron votos y escaños a los restos de aquel
PCE que, mientras el “psoecialismo”, cagado
vacaba, daban la cara, eran encarcelados y asesinados, no por el divertido juego
del pim pam pum de ahora, sino por el Franco vivo.
La amnistía que Sánchez y la secta golpista intentan
gestar, con rito propio, en la lóbrega pestilencia de una caverna fascista manu vis traditionis, émulo de John
Cassavetes, marido pasivo ante la violación de Mia Farrow en Rosemary’s baby, aquelarre
de Polanski, es un súcubo en forma de acto
jurídico que, hoy aquí, quiere que olvidemos dañinos crímenes de la grotesca, enloquecida,
violenta sedición institucional y una rapaz malversación de lo público, desdeñar
a las víctimas al abolir las cúpulas mercantiles/partidistas -que, digan lo que
digan, no son nada- manu vis traditionis,
repito, el castigo al criminal convertido en
cándida víctima mediante un -expuesto- trámite jurídico, que sería legítimo si atendiera
al interés general y no al solo particular de prolongar el mando canalla de
aquel a quien exigen los forajidos recibir un perdón general –no el particular
de un indulto- que los libre de responsabilidad penal y
civil por sus crímenes; un chollo para ellos y un trágala para los del bozal Covid, vigilados por un pitbull descerebrado
de Valladolid y los serviles macarras, ¡vaya bancada!, que incita Sánchez el
Malo, penoso macho alfa en un serrallo.
Coda triste.- Entristeció ver/oír a
una patética -no sabe ni leer- segundona de, recién vuelta de Waterloo, Evita Tocino, ¡la extrema izquierda! y al
que dijo ser, yo ni le conocía, secretario general del heroico -aquel- PCE, ¡qué pena!, intervenir -muy mal- como
mamporreros en el aquelarre de Sánchez el Malo, esa amnistía que, nadie se
engañe, no es solución, lo agravará todo con los cuatro gatos “progresistas“ de Esquerra, PNV, Junts, Bildu,… Y, ¿cuál es mi alternativa?, luchar y
el triste consuelo de, mejor envejecido que Sartorius, tener ya 77 años.
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