sábado, 30 de abril de 2022

217 Los domingos cavilar En caída libre Fernando Merodio 01/05/2022

217 Los domingos cavilar

En caída libre

Fernando Merodio

01/05/2022

Quiero saber si en el orden civil puede darse alguna regla de administración legítima y segura, partiendo de los hombres tal como son, y de la leyes tal como pueden ser. Trataré siempre, en esta búsqueda, de vincular lo que el derecho permite con lo que prescribe el interés, a fin de que la justicia y la utilidad no tengan por qué verse separadas” (“Del contrato social o principios del derecho político” Libro I. Jean-Jacques Rousseau).

La ley, como dicen casi todas las constituciones  democráticas vigentes, es la expresión de la voluntad general, la gran aportación de Rousseau. Mediante el contrato social se abren las puertas a la democracia moderna” (Jorge de Esteban. Introducción a “El contrato social”)

Abandono por un día, sin olvidarla, la fundamental cuestión del control social de la generación energética como garantía de un futuro lógico para el ser humano, habitante del planeta Tierra, pues el respeto a la Ley, al contrato social está sufriendo un destrozo en caída libre que asusta y exige cavilar un mínimo; si fuéramos como debiéramos, la cosa sería muy sencilla, siendo esencial criterio que nos dotaría de una justa, igualitaria y, al tiempo, fácil la convivencia detenernos en la calmada lectura -y su aplicación práctica- del breve, esencial tratado “Del contrato social o principios del derecho político”, parte de una obra más extensa del ginebrino Rousseau, ilustrado que se enfrentó a Voltaire, determinó la teoría republicana consolidada tras la revolución francesa, introdujo ideas como “alienación” o “voluntad general”, que Kant llamó “imperativo categórico”, y se opuso al egoísmo individualista y la dependencia económica del pensamiento político de Hobbes y Locke, germen de la desigualdad, cimentando su teoría en dos plausibles ideas: “El hombre nace libre, pero está en todas partes encadenado” y es, además, “bueno por naturaleza”, esencia ambas del contrato social, que ve a la familia como “primera base de una sociedad política”, en la que él se opuso al empleo de la fuerza y defendió una obediencia lógica, solo, a poderes legítimos, con estricta aplicación de ciertas proporciones, pues “cuando más crece el Estado, más disminuye la libertad” y cuantos más “son los magistrados, más se debilita el gobierno”, que se torna más ineficaz, irreflexivo y lento si un exceso de personas participa en la gestión de lo común, advirtiendo además, que, “si se desea una institución duradera, no hay que pensar en hacerla eterna”, debiendo evitar el vínculo “representación”-“corrupción” y apoyarse en una “asamblea” impulsada por la bondad y rectitud del hombre sencillo, más que en la difícil complejidad del -que dicen- inteligente, culto y todo ello asentado en normas sociales civiles, no asentadas en los dogmas de la religión, todo lo cual define las exigencias del vinculante “contrato social”, suscrito a partir del hombre como es y las leyes como pueden ser; insisto en que, leída despacio y con buena fe, la propuesta de Rousseau es tan fácil de aceptar por la mayoría como razonable y que solo el egoísmo interesado de -mínima- parte de los humanos impide una convivencia práctica basada en algo tan razonable, tan lógico como un previo “contrato social”, vinculante, obligatorio, sin disculpas -y, por supuesto, severos castigos, sin excusa-, para quien incumpla.

Aquí hoy, se puede ver que todos, sin prácticamente excepciones, todos los -que se dicen- “servidores públicos” desde los tres poderes políticos, ejecutivo, legislativo y judicial, están incumpliendo, de modo flagrante y grave, su esencial parte de ese “contrato social” que garantiza la seguridad jurídica del resto; gobiernos, legisladores, jueces y fiscales merecen severos castigos por incumplir. Veámoslo con ejemplos.

EL ROTO 18/09/2016

Así, empezando ahora aquí cerca por el gobierno regional-sozialista, emanación personal del más rancio -y peligroso- fascio que, hace días, presumía a bombo y platillo, con la para-militar “brunete” mediática atronando mentiras sin el menor ápice de verdad, sobre un ilegal, ¡radicalmente, ilegal!, logro al que ni siquiera eran capaces de dar nombre y porfiaban, torpes, con un equívoco sustantivo femenino, “exclusión” que, sin más, no significa nada positivo, para acabar, ¡que desvergüenza!, haciendo pública una página del (des)gobierno, “Registro de actualizaciones” que reproduzco y admite que su publicitado “mapa de exclusión”, textual, “carece en estos momentos de eficacia jurídica, en tanto no se apruebe -¿lo aprobarán algún día?- el futuro PROT del que -dicen- forma parte”, generando una insuperable inseguridad jurídica, juntando en tan pocas palabras un cúmulo de ilegalidades para vulnerar el “contrato social” suscrito con todos por un ridículo ejecutivo-legislativo pequeño y próximo…, al que, insisto, interesados apoyan -muy dañinos y serviles- medios de (in)comunicación de masas.

Si nos alejamos un poco para entrar en el estirado, ridículo mundo del jefe de planta de gran superficie, sección señora, con transversales, irrelevantes asuntos diversos en que el ridículo egoísmo de identidades nacionales o, más catetas, regionales, “nuevos políticos” con chalet y ama de cría y, en especial, la agencia de colocación mercantil que hoy es la PSOE han convertido lo que alguien hace tiempo dijo que era España, en la que vemos catalanes que en el entorno del 1-O de 2017 mentían e insultaban al resto o a carniceros vascos -y silentes cómplices- de lo que, provocando carcajadas en Francia, dicen euskalerría, se han asentado contra el resto la técnica de un permanente putsch, golpe de Estado perpetrado desde mínimos territorios consulares en que los desleales ejercen -injusta- “auctoritas” representativa estatal, haciendo uso espurio de la norma que dijeron -y dicen- acatar y, con burda técnica que, exacto, definió Curzio Malaparte, se afanan en dañar recurrentes tediosos, con o sin violencia, a su exclusivo interés, la maquinaria estatal, habiendo introducido ahora al zorro de lo insano más particular, ERC, PdCat, CUP, la tétrica Bildu,… en el gallinero del interés general…, para intentar solamente garantizar que Sánchez siga paseando cimbreante por la planta de señoras de su -por el momento- gran superficie.

EL ROTO 17/12/2016

Todo ello es sucio, sucísimo, pero lo empeora aún más que, obviando ese “contrato social” que ordena que no legisle el gobierno, sino esa cosa tan rora que -aún- llaman “parlamento” y hoy es mera acumulación, caterva de analfabetos funcionales acaldados en partidos, que desconocen las leyes… y no saben, en general, de nada, mientras el resto permitimos silentes, ignaros, sumisos,… que aquel, mediante la trampa del Real Decreto-ley anule impune la exigencia legal de evaluar el impacto ambiental de actuaciones que, como los parques industriales eólicos, maltratan la naturaleza, dañan la biodiversidad y, “para agilizar los procedimientos”, las supla por algo que controla -solo- él y, sin garantías jurídicas, denomina “determinación de las afecciones ambientales”; si no se tratara de algo tan peligroso, dañino, en la actual situación de emergencia climática, se podría interpretar como una simple broma.

Empeoran todo ello -incluso  más- tribunales y juzgados -a la fiscalía, vergonzoso anexo del gobierno que la nutre, mejor ni citarla, un peligro social- trufados de ilógicas garantías para el peligroso real, el delincuente convicto, en especial el político, protegido hasta lo ínfimo mientras, tras calificarlas -no explican por qué, aunque sea muy fácil imaginarlo- como “acusación popular” exigen a las organizaciones sociales sin ánimo de lucro, no subvencionadas y sin otra fuerza que la de su personal fuerza de trabajo, prestar, pese a conocer que carecen de medios económicos, importantes fianzas que, se intenten como se intenten justificar, solamente se proponen, si es posible, impedir que tales entes asociativos -bien organizados son, hoy por hoy, la única fuerza de que dispone el ciudadano- actúen contra la -cada día más alarmante, abundante, evidente- delincuencia política a la que, sin duda, por corporativismo de pertenencia a las distintas formas de poder vicario, hoy por ti, mañana por mí, se trata de proteger, por grave que sea su violación del “contrato social”;  la caída es, pues, libre y la indefensión del ciudadano frente a la arbitraria ilegalidad de los poderes político y económico, en una situación, además, de emergencia vital para el ser humano en el planeta, situación que exige una actitud colectiva revolucionaria auténtica, elemental y sencilla, firmemente asentada en la firma del sencillo contrato social y, por supuesto, la inexorable exigencia, a todos, de su cumplimiento 

sábado, 23 de abril de 2022

216 Los domingos cavilar ¿Qué hacer?... con -el mapa del tesoro de- la energía (III) Fernando Merodio 24/04/2022

216 Los domingos cavilar

¿Qué hacer?... con -el mapa del tesoro de- la energía (III)

Fernando Merodio

24/04/2022

Con los caballeros de fortuna casi siempre ocurre lo mismo (…) comen, beben y viven como reyes, y una vez terminada la aventura se encuentran con los bolsillos llenos de libras en lugar de peniques” (“Treasure Island. La isla del tesoro” Robert Louis Stevenson).

(…) Y mis peores pesadillas, en las noches de invierno, son todavía aquellas en que oigo retumbar la resaca en las costas abruptas, y a lo mejor me despierto sobresaltado y me incorporo alarmado en el lecho, a la voz chillona del loro gritando desaforadamente: ¡Monedas de ocho! ¡Monedas de ocho!” (Final de La isla del Tesoro. R.L. Stevenson)

Es evidente lo poco que molesta a muchos, gusta incluso, enriquecerse fácil; en “La isla del tesoro. Treasure Island”, tras avatares diversos, llega a poder de Jim Hawkins, niño huérfano del dueño de la posada marinera “Almirante Benbow”, el mapa de un tesoro de origen, que no le importa, oscuro y en torno a cuyos avatares, el mapa y su turbio origen, el niño, unido a mayores que, como el doctor Livesey, dan solidez a una historia de tan dudosa moral como llena de aventuras, construida por Stevenson en torno a la ambigua relación de rapaz y mapa de un tesoro con Long John Silver, John Silver el Largo, meloso, falso pirata pata palo interpretado en el cine por Wallace Beery y Robert Newton que me hicieron leer la novela, de niño lo mismo que ayer, con seria aprensión y sin conseguir que, pese a lo severo de mi educación, llegara a inquietarme ni un ápice la cómoda pretensión de enriquecerse de Jim y los suyos, a partir de -poco fiables-  tropelías de otros, un mapa, una isla, un tesoro,...

Con similar arbitrariedad injusta se ha atribuido -y atribuye- el mérito de los más importantes descubrimientos científicos, asignación que no ha solido ser -de hecho no ha sido- pacífica y así, por ejemplo, Newton y Leibnittz se disputaron agrios los merecimientos de haber descubierto el cálculo infinitesimal, Lavoisier y Priestley el del oxígeno, Darwin y Wallace, el de la evolución de las especies, Pasteur y Pouchet, el del ser y el funcionar de los microorganismos, Bohr y Einstein, el de la física cuántica y, en lo que aquí ahora mueve este cavilar, es sabida la suciedad que empleó Edison contra Tesla -de cuyo nombre hace hoy (ab)uso el conocido trapisondista Elon Musk- para asegurar que fue él quien descubrió la electricidad; todo ello teniendo lugar en el estricto ámbito de la ciencia, aplastada con descaro por el dinero, el apabullante capital que, al margen de la parte altruista -que, sin duda habría- en las fatigas de aquellos que, en el caso de la electricidad, la estudiaron en la antigüedad en los “peces eléctricos”, luego en las propiedades de objetos como las barras de ámbar debidamente frotadas o la magnetita y su uso en brújulas, pasando por el esencial estudio del electromagnetismo y su investigación sistemática por Galvani, Volta, Coulomb, Ohm, Ampere, Faraday,… hasta las Ecuaciones de Maxwell, 1861, cuya primera aplicación práctica fue el telégrafo eléctrico, seguido de la iluminación de las calles y, tras ello, de los grandes ingenieros Tesla, Westinghouse, Siemens, Graham Bell… y, en especial, Thomas Alva Edison que, de la mano del capital, ayudó a  convertir, con lo que de bueno y, sobre todo, de malo tuvo ello, la investigación científica pura en interesada, intensa actividad industrial, con los cambios de arquetipo y modelo que convenían a aquel, poniendo las leyes físicas y los artefactos de uso práctico, doméstico o industrial, al servicio, siempre, del poder real; aquí estamos.

EL ROTO 18/04/2022

Y, cuando sonó la trompeta para anunciar que todo estaba preparado también en el lado culto”, occidental, “civilizado” de la tierra, Jehová se mostró tan injusto como al repartir “la dulce cintura de América” entre Coca-Cola Inc, Anaconda, Ford Motors, United Fruit Co. y otras entidades, aquí ahora, con dinero de todos aunque dicen de la UE, diseña un infame humillante mapa del “tesoro” con trampas y millonarios subsidios para maleantes, trileros y vagos listos -Iberdrola, Endesa, Repsol, Naturgy,…-  con capacidad histórica incluso para matar a quien les molestaba, dañar a los habitantes del planeta, malversar hábiles y consolidar las que a este lado, aquí, en la parte rica/culta del mundo, son “repúblicas bananas” levantadas sobre muertos dormidos y héroes que conquistaron la libertad para, ahora, con su olor dulzón, atraer la dictadura de agresivas moscas que zumban borrachas sobre tumbas populares.

Hoy la cosa de los “tesoros” es mucho menos excitante y aventurera, más facilona, zafia y mugrienta que antes y, supliendo los viejos, emotivos mapas, los bucaneros usan hoy sus abusivos medios de (in)comunicación de masas para, con burla de la información y participación a que obliga el esencial Convenio de Aarhus y su desarrollo aquí ahora en la Ley 27/2006, sustituir el novelesco, viejo, sugerente, ajado mapa del tesoro por una enloquecida, falsa, ridícula, gratis página 2 completa en “El Delirio Montañés” 19 de abril, con llamada en la portada, anunciando una alucinación, que, al tiempo que el estirado jefe de planta Sánchez fingía resolver los problemas del viejo nazismo, aún enquistado sin haber rendido cuentas a nadie en Ucrania acerca de algunas de las peores matanzas del llamado Holocausto, al servicio de la Division SS Das Reich, una de sus empleadas, desde “el Ministerio plantea crear en el pantano del Ebro un gran parque flotante de paneles solares”, noticia -imposible, falsa- que afila los colmillos de numerosos licántropos descerebrados hambrientos “solo” de dinero, que, como el Duque de Feria, nos tratan con métodos del colonialismo imperialista hasta ahora usados con los indígenas latinoamericanos, obviando la Red Natura 2000 -que no parece inmutar a los subvencionados locales que dicen defender la biodiversidad y el medio ambiente del planeta en nuestro territorio-, una minucia  consistente en “una red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad”, que consta de Zonas Especiales de Conservación. ZEC, a partir de la Directiva Hábitat y Zonas de Especial Protección para las Aves, ZEPA, ¿qué dice de ello Seo Birdlife?, a partir de la Directiva Aves, fingiendo olvidar todos ellos, fieles a quien subvenciona, que en el importante territorio ocupado por el antiguo LIC Río y Embalse del Ebro en que se pretende cometer la tropelía, están solapadas tres ZEPAs diferentes, la “ZEPA Sierra de Hijar”, la “ZEPA Embalse del Ebro”, que ocupa más de la mitad de su territorio y la “ZEPA Hoces del Ebro”, lo que lo atribuye una relevancia vital para la biodiversidad de la zona, todo ello con la inaceptable disculpa de que  la -muy importante, esencial- electricidad tiene un sinfín de aplicaciones de uso doméstico, industrial, medicinal, transporte,…, como la iluminación y el alumbrado, la generación de calor y frío, electrónica, robótica, telecomunicaciones, motores, señales luminosas, electroimanes, electrosoldadura, electroquímica,… para ellos, al parecer, justificativas de todo,

Asistimos, pues, sin rubor, a la quiebra del Estado de Derecho, del “contrato social” legado por los “ilustrados” de Maximilien Robespierre, “incorruptible” guillotinado a los 36 años, que nos dejó un consejo irrenunciable, tomado de la tradición de los “padres de la iglesia”: “Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es para el pueblo el más sagrado e indispensable de los deberes”, algo evidente en un tiempo en que el gobierno además de dedicarse a fabricar “mapas del tesoro ad hoc” para repartir lo de todos solo entre sus bucaneros de cámara, actuales, conocidos, muy peligrosos, evidentes, usa a su engolado presidente guapo, perfecto jefe de planta de señora de gran superficie, además de para incumplir la ley con saña mediante Reales Decretos-ley propios de estado de excepción, que ignoran la Ley y generan “campos” que son “espacios que se abren cuando el estado de excepción empieza a convertirse en regla”, mientras desatiende la integridad de su territorio y no exige el respeto al “orden jurídico”, ni lo respeta él, convertido en mero agente de viajes a lugares tan sucios, poco recomendables -y ricos en fuentes de energía- como la satrapía de Marruecos o Ucranía, aun sin resolver su “Vergangeheitsbewältigung”, reconciliación con el pasado nazi, una reconciliación de la que tan exigentes son algunos en España, país en que, durante 40 años, gran parte de la población convivió en silencio, o colaboró gustosa, con los abusos de un régimen -es posible que- no tan duro como el nazi del que sí fue cómplice Ucrania (continuará)

EL ROTO 24/04/2022

sábado, 16 de abril de 2022

215 Los domingos cavilar ¿Qué hacer?... con la energía (II) Fernando Merodio 17/04/2022

215 Los domingos cavilar

¿Qué hacer?... con la energía (II)

Fernando Merodio

17/04/2022

 “Pregunta. ¿Qué le interesó de Auschwitz  para entender lo que ocurre ahora? Respuesta. Su estructura jurídico-política, que hizo posible que pasara lo que pasó allí, que permitió el horror. Los nazis no hicieron más que servirse de una figura jurídica, la del estado de  excepción (…)” (Entrevista a Giorgio Agamben, autor de Nuda vita, Medios sin fin. Notas sobre la política,…)

Las irregularidades y anomalías del proceso de Jerusalén fueron tan diversas y jurídicamente complejas que oscurecieron (…) los centrales problemas morales, políticos e incluso legales del proceso” (Epílogo de “Eichmann en Jerusalén”. Hannah Arendt).

La situación es gravísima, mucho más de lo que la mayoría puede llegar a intuir y con el hartazgo que genera lo importante cotidiano no debidamente defendido por el colectivo, me fatigo -otro poco- intentando cavilar sobre cómo, aquí ahora, en el ámbito esencial de la generación energética, serias “irregularidades y anomalías” legales que, nadie se engañe, son delitos, corrupción dolosa de fondo y forma que mancilla la limpieza de la estricta categoría vital, inquietante, del achacoso futuro común; exigir control social sobre cómo, por quién, por qué,… se toman en lo -más o menos- serio de la vida común decisiones que afectan al futuro de todos y hacerlo con riguroso respeto al contrato social, Estado de Derecho, Ley,… ha hecho que filósofos serios y fiables como Hannah Arendt y Giorgio Agamben coincidan en denunciar serias anomalías del pasado que -con matices- siguen aquí ahora, apoyadas en un muy peligroso poder bastardo que se alimenta de falacias, medias verdades y perversión del lenguaje, reprobando Agamben la “solución final” que categorizó Auswichtz y Arendt el (ab)uso espurio de los judíos israelíes, dos arquetipos de infamia hoy visibles en ámbitos como el energético, del mayor peso socio-económico.

Escribía en 1943 Hersch Lauterpacht, catedrático de Derecho Internacional nacido en 1897  en Zòlkiev, pequeña población próxima a Lemberg, hoy Lviv, Ucrania, que “el ser humano individual  (…) es la unidad última de todo el derecho” y, a partir de ello y del derrumbe de la sensibilidad en el trato social hacia el individuo, él y su vecino Rafael Lemkin, enfrentados en la teoría, depuraron nociones capitales como “crímenes contra la humanidad“ y “genocidio”, tan graves como poco y mal -de modo selectivo- usados por la justicia internacional y que, por ello, exigen ser más aplicados, con una mayor objetividad y precisión jurídica, pues, por mucho que el significado de ambos conceptos se edulcoren, diluyan por quienes, perversos desde el poder más bastardo, (ab)usan (de) derechos de todos, este lugar -y este tiempo- dibujan el punto de fuga de líneas -que pareciendo- “paralelas”, trazadas -dicen- para no juntarse hasta el infinito, por contra, convergen hacia la destrucción, en muy breve tiempo, de la vida humana, colectiva e individual, en el planeta Tierra.

En 2004, explicaba Agamben que donde, como aquí ahora, normas y principios no son fijos, ni debidamente respetados, todo es “gestión, resolver problemas del modo que sea, con la policía convertida en figura central”, respondiendo a la cuestión de “¿qué puede hacer el ciudadano común?” explicando de que “el propio concepto de ciudadano está en peligro y, cuando no hay principios de referencia, la pregunta ya no es ‘¿qué quiero hacer?’, sino ¿qué puedo hacer?’’”, abriendo camino al pesimismo de, a partir de Hannah Arendt, Monika Zgustova: “el mal puede ser obra de la gente común que renuncia a pensar y se abandona a la corriente de su tiempo”, evidente en Awschwitz y Jerusalén, llenos de “gente normal”, pero también “válido para hoy”, no debiendo olvidar que, con sus graves peculiaridades, nazis -ansia territorial y deuda salvaje derivada de “la Guerra”- y judíos -carencia de patria física y enfermizo amor al dinero- se movían impulsados, además de por la pulsión imperial/colonialista ilícita de ocupar territorio ajeno, por la ambición de, ajenos a la advertencia de Voltaire de que “el papel moneda siempre termina retornando a su valor intrínseco: cero”, por su empeño en la más sucia forma de actuación, la de acumular más y más reseco capital, componente de la producción que es rémora de la vital fuerza del trabajo.

Si al cavilar queremos oponernos eficaces al modo en que, denuncia Agamben, capital y políticos “gestionan” aquí ahora muy mal, a su dañino interés graves asuntos cómo quién, en qué cuantía, de qué modo,  por qué,… genera energía y su incidencia vital en el explosivo riesgo climático, serio peligro cierto que -sin oponernos- sabernos  es causa de que caminemos hacia la dolosa extinción de nuestra especie en el planeta y, en el turbio futuro que maquinan, podemos detectar genocidios/crímenes contra la humanidad que pueden estar -están- perpetrándose aquí ahora, tan crueles y más cobardes que Putin, con la generación energética, debiendo analizarlo en los sabrosos 505.990 km2 del arbitrio que dicen España y los 5.321 mínimos, risibles, recientes que tiene a su lucrativo servicio el fascio residual de Revilla, con el mismo método en los dos territorios, el menos y el más pequeño que, sabios honestos, Agamben y Arendt denuncian advirtiendo que lo hecho años atrás, por nazis en Auschwitz y judíos en Jerusalén a partir de la figura jurídica de un estado de excepción declarado de facto por ellos para -valga el oxímoron que describe la sórdida realidad- con ilegales leyes de ilegalidad total, hoy como ayer, pretender legitimar conductas criminales propias con leyes que, además, una vez elaboradas ad hoc, incumplen con saña en forma y fondo, entre soeces, tabernarias carcajadas de capital y política que excesivos, felices son loados en sus medios de (in)comunicación; veámoslo aquí ahora.

La mercantil PSOE, impúdica, publica en el BOE de 30.03.2022 el Real Decreto-ley 6/2022, nulo de toda nulidad, artimaña de excepción del ejecutivo, anula el legislativo, la representación, justificándolo leguleyos de séptima del gobierno con ignaras normas y jurisprudencia, represora excepción que prolonga los dos últimos años de recortes de derechos, copia de los de los pasados 40 en los lager y en Israel, contra Eichmann, tras su ilegal detención, basándose aquí -dicen- en el artículo 86 CE, que posibilita al gobierno, “en caso de extraordinaria y urgente necesidad”, modelo de indefinición e inseguridad jurídica, “dictar disposiciones legislativas” que la CE dice “provisionales”, exigiendo que no afecten al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado” y, por ello, no saltar, como hacen, al legislativo, ni “los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos” regulados en el Título I CE que, artículo 10, declara “inviolable”, en especial, “el respeto a la ley y los derechos” y, artículo 15 CE, tan actual por la emergencia climática, “a la vida y a la integridad física y moral” que deben garantizarse con serios Estudios de Impacto Ambiental que hoy regula la Ley 21/2013, radicalmente incumplida en el “concurso eólico”, que anularon TSJC y TS por carecer, entre otras exigencias, de evaluación ambiental estratégica, siendo lo que ahora, sin pudor, presentan los regional-sozialistas y sus medios de (des)información de masas, más burdo y cruento, con el pobre Gochicoa, “nuevo”, poniendo la cara mientras callan “históricos expertos”, (in)competentes en la tropelía del “mapa”, Blanco y Marcano, con una ilegalidad no informada y en la que no ha participado nadie, ajena a toda norma, no siendo PROT, ni LS, ni PSEC,… y, sin saber qué es, ni siquiera son capaces de darle nombre que defina qué quieren, llamando “zonas de exclusión” o “restringidas para implantar instalaciones (…) eólicas” a lo contrario, lo que, realmente, es -excluido el destrozo inmobiliario sin normas de las “cabañas para nuevos ricos pasiegos”, que perpetran, revueltos, apellidos cantabristas, profesionales o el poder de los Botín-, presentando un ininteligible, turbio mapa que, sumiso, ratifica los proyectos que, hace años, adelantados a las actuales “exigencias técnicas”, presentaron los consorcios a que, no descarten, pudiera ser, es, quizás aun deban algo oscuro los partidos por el alboroto que fue el “concurso eólico”, tras el que, transcurridos 10 años, el regional-sozialismo, tan nefasto haciendo política como infame gestionando ni ha sido capaz de realizar la Evaluación Ambiental Estratégica que exigen TSJC y TS, pringándonos de nuevo, además de en el espurio barro del estado de excepción nazi, en métodos, que analizaremos, “mafiosos“ contra el que se opone a ellos (Continuará).

domingo, 10 de abril de 2022

214 Los domingos cavilar ¿Qué hacer?… con la energía (I) Fernando Merodio 10/04/2022

214 Los domingos cavilar

¿Qué hacer?… con la energía (I)

Fernando Merodio

10/04/2022

Sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario (…) Solo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir su misión de combatiente de vanguardia” (Vladimir Ilich Ulianov, Lenin. “¿Qué hacer?

Que, por favor, a nadie asuste la cita, cavilemos sobre ella y veamos si hay motivos para desacuerdo y temor y, si no los hay, profundicemos, pues cuando circunstancias y hechos globales son tan peligrosos, funestos para muchos como aquí ahora, el uso de la palabra y su civil puesta en práctica no deben temerse, es modo de impedir que se consolide una perversa manipulación por pocos, pues es hoy vital, urgente fatigarnos en pensar y actuar con orden, unidos para evitar el atropello irreversible de la imposición de reiteradas consignas por quienes usurpan los medios y convierten, por silenciamiento del resto, la mentira en -falsa- verdad que afecta a asuntos vitales como lo referido a los -que dicen- sostenibles, ecológicos, benéficos parques eólicos que, desde el monopolio del poder, ahora quieren imponer, sin que debamos, sin más, admitirlo, pues sus efectos tienen enjundia bastante para exigir el esfuerzo de frenar el abusivo ritmo con que los pretenden implantar, para analizar, reflexionar, contrastar si, como decimos algunos, el venerado eufemismo de llamarlos parques oculta muy nocivos polígonos industriales que quieren ubicar, con saña, donde más daño causan, cuñas del capital en lo comunal, agio abusivo en cuya defensa, hace días, más irritado que “didáctico”, el coordinador de clima y medio ambiente de El País, ariete mediático que presiona para legitimar el fraude, nada habituado a que se critique su modo de actuar desde el peligroso, “prestigioso” medio que calla la lógica y experta acción cotidiana de los -cada día más- defensores de un no rotundo, jurídico y práctico, al escarpado, egoísta, funesto modo de generar energía eléctrica, preguntaba exigente al ciudadano afectado que soy inmediata respuesta a una pregunta que él, parcial, vería abrumadora, desmovilizadora del ¡no! rotundo: si no queréis polígonos, ¿Qué hacer?

EL ROTO 06/04/2022

Una pregunta que, antes de ser formulada, ya nos había obligado a la fatigosa tarea de definir con objetividad -posible- el estado sociopolítico del dilema de la energía, sus necesidades en calidad y cantidad y las opciones más razonables en la ardua tarea de generarla en la cantidad precisa para las exigencias reales previamente fijadas, tras poner todo en relación con los peligros que para socio-economía, biodiversidad, riesgo climático… supondría errar en el cambio de arquetipo en la generación energética, riesgo tan grave o mayor -a mí me lo parece- con sus diferencias obvias, que el de decidir en los primeros años setenta del pasado siglo de la España anegada por la claudicación de encogidos ante el fascismo de Franco y Girón de Velasco, vivo el “caudillo” pero exangüe, una apasionante etapa para quienes -una minoría como hoy- agitados buscaban algo mejor, ilusos ilusionados, etapa de la que, entre otras cosas, recuerdo la arriesgada fatiga con que mi hermano menor, psicoanalista serio que hace años nos dejaba, me traía de la URSS las Obras Escogidas de Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, tres sólidos, gruesos volúmenes de la soviética Editorial Progreso, de cuyo examen recuerdo, además de su subversión, el cuerpo y rigor de lo escrito, más admirable, si cabe, por la absorbente, peligrosa actividad que en solo 54 años de vida, cortos y activos, desarrolló el bolchevique al que, con lógica joven, dediqué un tiempo y leí, entre otros textos, el útil ¿Qué hacer?”, 1902, audaz réplica, que él llamó “folleto”, a “problemas candentes” de entonces -y ahora-, para explicar que, en aquel tiempo, la socialdemocracia -no lo de aquí ahora- había vivido tres etapas y debía dar, un cuarto salto, largo, militante, marxista, para responder a la pregunta, ¿Qué hacer?

Respuesta que, antes de nacer Dylan, estaba ya, por supuesto, en el viento, clamor de Eolo al que el bolchevique añadió el “folleto¿Qué hacer?, abierto con una carta de Ferdinand Lasalle a Karl Marx sobre la necesidad de organizarse de modo compacto, “depurado”, claro y con tamaño adecuado, en lo que Lenin llamó “vanguardia del proletariado” y, sabiendo lo que quería, fijó lo que en 1902 -como ahora- fue eje central: carácter de la agitación socio-política, necesidad de organizarse en modo combate y plan para hacerlo extenso, cerrando -pienso- su dictamen 15 años más tarde, en su “Tesis de abril”, con conceptos ordenados en un serio texto leído el 4 de abril de 1917 en el palacio Táuride, Petrogrado, ideas que, inteligencia y práctica, tenía bien elaboradas: no cooperar con un “gobierno provisional” burgués, oponerse a la Gran Guerra que, como hoy, solo interesaba al capital, abolir policía y ejército, inútil, cara burocracia estatal, transferir de capital, zares, terratenientes, aristocracia,… al redefinido Estado de obreros, soldados y campesinos, sus asambleas, cabildos, concejos, los sóviets, el control de la propiedad de los medios de producción, tierras, fábricas,…, era la Revolución de Octubre que, infectada por luchas entre bolcheviques y sóviets, quedó en algo peor que nada

Pasados más de 100 años, con Lenin momificado, alojado con su ¿Qué hacer? en la pirámide de la -mal- llamada Plaza Roja de Moscú, todo es similar, casi igual a lo de cuando él vivía, con la -misma- amenazante Gran Guerra -todo el mundo sabe que no solo afecta a Ucrania- generada por la descarnada ambición de control burgués de territorio y economía, identificada, amalgamada ahora con -como siempre- el dinero, el capital que, además de territorio, quiere monopolizar la energía, gas, petróleo o lo que sea, ¡pese a la evidente emergencia climática, emitamos CO2!, en medio de risibles desplazamientos, sustituciones en las casillas que, los que controlan la información de masas, atribuyen a buenos y malos y hacen que quien ayer era manso y cándido hoy sea malvado y aciago o a la inversa, salvo los USA y -a su apocado, encogido rebufo- la “democrática” Europa, colonial-imperialismos respecto al resto del mundo, que siempre podrán -intentar- engañarnos con “su” grotesco premio nobel de la paz.

EL ROTO 08/04/2022

Escribe Santiago Alba Rico, filósofo marxista español que “cuando los ingenuos y los hipócritas se vuelven cínicos” y, tanto en bares y supermercados como en las redacciones de los medios y en los gobiernos “se aceptan los ‘límites de la realidad’” es que “el sol está a punto de ponerse y nosotros de apagar la luz”, muestra de que la “defensa de los derechos humanos era una ingenuidad” y “el marco universal reglado surgido de la II Guerra Mundial una hipocresía”, ingenuidad e hipocresía que han cerrado paso al realismo de identificar “la fuerza como motor -único- de la historia”, remitiéndonos a tres recurrentes leyes históricas: 1) que “todo lo que ha ocurrido una vez es posible, si no seguro, que vuelva a ocurrir más veces”, citando pandemia y guerra y haciéndome añadir que no es repetición sino evidencia de que naturaleza y abuso de la fuerza están siempre, sin irse, ahí, 2) que “el saber es inolvidable y la tecnología irreprimible”, si bien cierto uso del vehículo individual -o de los polígonos industriales eólicos- es reprochable y el de la bomba atómica no es democrático ni lógico, siendo riesgo real que “el capitalismo que realmente existe genere más ‘libertad’ que ‘democracia’”, debiendo saber todos que “la ‘libertad’ sin ‘democracia’ es solo libertad para la destrucción”, explicación de la -injustamente- denostada pregunta “libertad, ¿para qué?”, con que Lenin respondía a Fernando de los Ríos y su insolente -en el mejor caso- ingenua demanda de mayor “libertad” en aquella revolución y 3) que “siempre habrá un individuo dispuesto a hacer inevitable lo simplemente posible”, y añado yo que ayudado por el interés del poder, pues cuando más compleja es -o parece- una estructura, de menos personas depende su reproducción/modificación, imponiéndose la “maldad” personal a la “bondad” colectiva, haciendo que hoy -casi- nada se pueda hacer “contra la libertad de un lobby o de un autócrata”.

Es flagrante ejemplo de atropello de lobbys/autócratas el Real Decreto-ley 6/2022 de la mercantil PSOE, que contra el Convenio de Aarhus, Directivas, la Ley 27/2006, la 21/2013 y un largo etcétera de esenciales normas, usa la “guerra de Ucrania” para inconstitucional, delictivo escamotear la Evaluación de Impacto Ambiental de ciclópeos campos fotovoltaicos y polígonos industriales eólicos y, así, facilitarlos. (Continuará)

domingo, 3 de abril de 2022

213 Los domingos cavilar De la exclusión eólica Fernando Merodio 03/04/2022

213 Los domingos cavilar

De la exclusión eólica

Fernando Merodio

03/04/2022

Excluir. “1. Quitar a alguien o algo del lugar que ocupaba o prescindir de él o de ello. 2. Descartar, rechazar o negar la posibilidad de algo. 3. Dicho de dos cosas: Ser incompatibles. 4. Dicho de una persona; Dejar de formar parte de algo voluntariamente” (Diccionario de la RAE)

El que ha talado mi vida como un árbol ignora que el también ha sido ya cosechado y recolectado por personas que nunca llegará a conocer porque permanecen largas temporadas en la Riviera o en sus cotos de caza en la montaña” (Elfriede Jelinek “Los excluidos”)

Estamos en lo energético, epicentro del problema actual y no contentos con plantar cientos de gigantescos mamotretos eólicos, nos hablan de excluir, expresión negativa de la endogamia que al pequeño gobierno ombliguista gusta; en el diccionario, excluir es quitar a alguien o algo de un lugar, prescindir de él o ello, declararlo incompatible, negarle posibilidades, lo que Elfriede Jellinek, premio Nobel de Literatura en 2004, poeta aferrada a la dura realidad, hace verbo con que, precisa, explica cómo los cuatro excluidos de su novela de tal título se saben seres maltrechos, nacidos, alimentados y crecidos para ser recolectados y, al final, talados por gentes a las que ni conocen, de esas que “permanecen largas temporadas en la Riviera o en sus cotos de caza en la montaña”, son excluidos conscientes de su marginación que avisan al resto que algo muy similar sucede a -casi- todos; el habitual concepto adjetivado de “exclusión social” germinó en Francia con René Lernoir, Secretario de Estado en el gobierno de Chirac, autor del libro “Les exclux: un Francais sur dis”, “Los excluidos: uno de cada 10 franceses”, el 10% de población, ¿solo 10%?, sin red de seguridad social, ancianos, discapacitados, presos, extranjeros, toxicómanos, diversos grupos de víctimas de abusos,…, definido como “proceso mediante el cual individuos o grupos son total o parcialmente excluidos de una participación plena en la sociedad en la que viven” (European Foundation, 1995:4), evidente en lo económico, social y político y ajeno a la “integración social”, problema sobre el que hoy, ayer y mañana, los profesionales de la política y los medios de (in)comunicación tergiversan los saberes de las ciencias sociales y tratan tan insufrible trance castigando a quien padece o, aún peor, haciendo demagogia buenista que finge igualarlos al resto, simula eliminar muros que levanta el sistema e ignora las principales causas de la desigualdad, paro, pobreza, prisiones, siquiátricos, lacras socialmente repudiadas,…, todo ello hoy muy mal tratado, oculto por los actores de la -vieja- “nueva política” que, amorrados al sistema, lo ignora y focaliza su acción excluyente, en realidad represora, en residuos transversales, útiles en las elecciones, no molestos para el amo,…; es la “política” que hoy sufrimos.

EL ROTO 10/06/2014

Parte culpable -y asentada en ello- es el pequeño gobierno regional-sozialista que hace años nos arruina y amarga la vida intentando engañarnos -ayer, junto a una ministra, el lenguaraz residuo del fascio contaba que, cuando él ya no esté aquí, un onírico tren parará en Laredo, Castro y otros pueblos y llegará en una hora a Bilbao- patrocina lo que, agresivo, dañino analfabeto, llama “mapa de exclusión eólica”, cita o alusión que -seguro- no dice lo que ellos pretenden, pero molesta a los que valoran el natural, benéfico poder de Eolo y de él esperan respuesta a preguntas serias: “¿Cuántos años podrá una montaña existir / hasta deshacerse en el mar? / Sí ¿y cuántos años tendrá que vivir la gente / hasta que se les permita ser libres? / Sí, ¿y cuántas veces puede un hombre apartar la mirada, / fingiendo que no ve nada? / La respuesta, amigo mío, vuela en el viento, / la respuesta la trae el viento”, flujo de aire a gran escala al que, peligroso, se referían, con pervertido lenguaje ignaro, afásico el regional-sozialimo para excluir otras cosas, no el viento, como evidencia el hecho de que el pobre consejero de obras públicas -el de medio ambiente, más taimado, solo dijo algo tan evidente e inane como que la región “no puede quedar descabalgada de las energías alternativas”, pues “somos netamente eficientes energéticamente”- se tiraba, sin agua, a la piscina del mantra “interruptus” de su guía y caudillo, dejando claro que el represor documento eólico, si es que llega, se limitará a fijar que “los parques de aerogeneradores estarán vetados en el 90% del territorio” y habrá ayudas y bonificaciones -impagable homenaje a Pepe Isbert, alcalde de “Bienvenido, Mr. Marshall”- para el 10% restante, el de los sufridores damnificados por tal  energía -¿no era plausible y beatífica?- cuya generación sería - sin creérselo, dicen - sostenible.

¿Quiénes son los “excluidos eólicos” por el multidimensional atropello? Siendo cierto que afecta a ilimitados ámbitos de la vida humana, no solo materiales, cavilo sobre algunos, comienzo por el “económico” y la sagaz denuncia de Lenin sobre la tenaz, avariciosa apropiación del territorio común por los de siempre, caracterizada por la evidencia de que el “precio” que -a veces- ofrecen -y casi nunca pagan- por la apropiación indebida es inconmensurablemente menor que el “valor” real del territorio usurpado, sin que sea preciso valorar las repercusiones económicas que  supone -el tránsfuga Ángel Agudo dixit- la “puesta en valor” de otros aspectos del timo. siendo indiscutible que a quienes se excluye es al resto, a prácticamente todos.

Desde el punto de vista “social”, nadie puede negar que los agresivos polígonos industriales, las turbinas y palas de 200 m., los destructivos km. de pistas de rodadura, sus cancerígenas -lo informa estadísticamente el respetado Instituto Karolinska- miles de km. de líneas de transporte a alta tensión y subestaciones de transformación, sus Tm y m3 de hormigón armado, plásticos, fibras también cancerígenas, metales de todo tipo, en especial los “raros” robados a los países más pobres,… son la quiebra de muy fuertes lazos históricos territoriales, sociales, familiares generadores de “capital social” y solidaridad comunal, alteración de históricos comportamientos y actividades que, al dañar la ganadería, la agricultura, la actividad local, dañan incluso la salud mental y, “puestos en (des)valor”, también destruyen la economía de los excluidos por el uso delictivo que se pretende hacer del territorio y la energía de Eolo… y de todos.           

Desde el punto de vista “político”, sin información, ¡ay, el Convenio de Aarhus!, plantean una “exclusión eólica” que, sin nuestra participación, quieren imponer Blanco, Gochicoa y Revilla, apoyados en Madrid por la nada fiable mercantil PSOE que, obscena, ahora va a sentarse y -a cambio de un tubo y un poco de gas para la UE- hacer carantoñas -empezando por el Sahara- al antes vilipendiado sátrapa marroquí, amigo del viajero emérito, lo que supone, junto a la exclusión de la parte social más débil, ¡esa sí que está excluida!, la quiebra total del revolucionario Estado de Derecho y la ruptura del contrato social que teorizó Rousseau, como exhibe, pesada broma, el Real Decreto-ley 6/2022, de 29 de marzo, de medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra de Ucrania…, o de que el Pisuerga pase por Valladolid o, simplemente, de que, a “ellos” les place, en el que, junto a la farfolla habitual de la ignara “nueva política”, ágrafa, los capítulos III, Medidas de agilización -¡ay, perverso lenguaje!- de los procedimientos relativos a proyectos de energías renovables y IV, Otras medidas por las que se regulan determinados aspectos de los concursos de acceso, muestran con prístina claridad cómo -si se lo permitimos- intentarán burlar lo más garantista del contrato social y “excluir” del parecer el saber  que sobre tal generación eólica tenemos.

Una sociedad inclusiva y no excluyente, garantiza legalidad justa, tiene -y usa con energía- medios para detectar y -en su caso- corregir desigualdades y castigar dura a los culpables, aquí ahora muchos e identificables, pero muchísimos menos y con menos fuerza ética, legal y lógica que el -desmovilizado- resto; la movilización es, pues, urgente para generar una gran red jurídica de protección social frente a “ellos”, el opaco Ibex35, politicastros y entorno, consejeros eólicos,… y evitar que, como hacen ahora, se inventen cosas tan abracadabrantes como esa “afección ambiental”, artículo 6, RD-l 6/2022, que, sacada de la caja de Pandora, depósito de maldades como la Covid19 o lo de Ucrania, solo genera ilegal ventaja para los de siempre e indefensión e inseguridad jurídica para los excluidos reales, o sea, para casi todos.