216 Los domingos
cavilar
¿Qué hacer?... con -el
mapa del tesoro de- la energía (III)
Fernando
Merodio
24/04/2022
“Con los caballeros de fortuna casi siempre
ocurre lo mismo (…) comen, beben y viven como reyes, y una vez terminada la
aventura se encuentran con los bolsillos llenos de libras en lugar de peniques”
(“Treasure Island. La isla del tesoro”
Robert Louis Stevenson).
“(…) Y mis peores pesadillas, en las noches
de invierno, son todavía aquellas en que oigo retumbar la resaca en las costas
abruptas, y a lo mejor me despierto sobresaltado y me incorporo alarmado en el
lecho, a la voz chillona del loro gritando desaforadamente: ¡Monedas de ocho!
¡Monedas de ocho!” (Final de La isla
del Tesoro. R.L. Stevenson)
Es evidente lo poco que
molesta a muchos, gusta incluso, enriquecerse fácil; en “La isla del tesoro. Treasure Island”, tras avatares diversos, llega
a poder de Jim Hawkins, niño huérfano del dueño de la posada marinera “Almirante Benbow”, el mapa de un tesoro
de origen, que no le importa, oscuro y en torno a cuyos avatares, el mapa y su turbio
origen, el niño, unido a mayores que, como el doctor Livesey, dan solidez a una
historia de tan dudosa moral como llena de aventuras, construida por Stevenson
en torno a la ambigua relación de rapaz y mapa de un tesoro con Long John Silver, John Silver el Largo, meloso, falso pirata pata palo interpretado
en el cine por Wallace Beery y Robert Newton que me hicieron leer la novela, de
niño lo mismo que ayer, con seria aprensión y sin conseguir que, pese a lo
severo de mi educación, llegara a inquietarme ni un ápice la cómoda pretensión
de enriquecerse de Jim y los suyos, a partir de -poco fiables- tropelías de otros, un mapa, una isla, un
tesoro,...
Con similar
arbitrariedad injusta se ha atribuido -y atribuye- el mérito de los más importantes
descubrimientos científicos, asignación que no ha solido ser -de hecho no ha
sido- pacífica y así, por ejemplo, Newton y Leibnittz se disputaron agrios los
merecimientos de haber descubierto el cálculo infinitesimal, Lavoisier y
Priestley el del oxígeno, Darwin y Wallace, el de la evolución de las especies,
Pasteur y Pouchet, el del ser y el funcionar de los microorganismos, Bohr y
Einstein, el de la física cuántica y, en lo que aquí ahora mueve este cavilar, es
sabida la suciedad que empleó Edison contra Tesla -de cuyo nombre hace hoy (ab)uso
el conocido trapisondista Elon Musk- para asegurar que fue él quien descubrió
la electricidad; todo ello teniendo lugar en el estricto ámbito de la ciencia,
aplastada con descaro por el dinero, el apabullante capital que, al margen de la
parte altruista -que, sin duda habría- en las fatigas de aquellos que, en el
caso de la electricidad, la estudiaron en la antigüedad en los “peces eléctricos”, luego en las
propiedades de objetos como las barras de ámbar debidamente frotadas o la magnetita y su uso en brújulas, pasando
por el esencial estudio del electromagnetismo y su investigación sistemática
por Galvani, Volta, Coulomb, Ohm, Ampere, Faraday,… hasta las Ecuaciones de Maxwell, 1861, cuya
primera aplicación práctica fue el telégrafo eléctrico, seguido de la iluminación
de las calles y, tras ello, de los grandes ingenieros Tesla, Westinghouse,
Siemens, Graham Bell… y, en especial, Thomas Alva Edison que, de la mano del
capital, ayudó a convertir, con lo que
de bueno y, sobre todo, de malo tuvo ello, la investigación científica pura en interesada,
intensa actividad industrial, con los cambios de arquetipo y modelo que convenían
a aquel, poniendo las leyes físicas y los artefactos de uso práctico, doméstico
o industrial, al servicio, siempre, del poder real; aquí estamos.
Y, cuando
sonó la trompeta para anunciar que todo estaba preparado también en el lado culto”, occidental, “civilizado” de la tierra, Jehová se mostró
tan injusto como al repartir “la dulce
cintura de América” entre Coca-Cola
Inc, Anaconda, Ford Motors, United Fruit Co. y otras entidades, aquí ahora, con dinero de todos
aunque dicen de la UE, diseña un infame humillante mapa del “tesoro” con trampas y millonarios subsidios
para maleantes, trileros y vagos listos -Iberdrola,
Endesa, Repsol, Naturgy,…- con capacidad
histórica incluso para matar a quien les molestaba, dañar a los habitantes del planeta,
malversar hábiles y consolidar las que a este lado, aquí, en la parte
rica/culta del mundo, son “repúblicas
bananas” levantadas sobre muertos dormidos y héroes que conquistaron la
libertad para, ahora, con su olor dulzón, atraer la dictadura de agresivas
moscas que zumban borrachas sobre tumbas populares.
Hoy la cosa de los “tesoros” es mucho menos excitante y aventurera, más facilona, zafia
y mugrienta que antes y, supliendo los viejos, emotivos mapas, los bucaneros usan
hoy sus abusivos medios de (in)comunicación de masas para, con burla de la
información y participación a que obliga el esencial Convenio de Aarhus y su desarrollo aquí ahora en la Ley 27/2006, sustituir el novelesco,
viejo, sugerente, ajado mapa del tesoro por una enloquecida, falsa, ridícula,
gratis página 2 completa en “El Delirio
Montañés” 19 de abril, con llamada en la portada, anunciando una
alucinación, que, al tiempo que el estirado jefe de planta Sánchez fingía
resolver los problemas del viejo nazismo, aún enquistado sin haber rendido
cuentas a nadie en Ucrania acerca de algunas de las peores matanzas del llamado
Holocausto, al servicio de la Division SS Das Reich, una de sus
empleadas, desde “el Ministerio plantea
crear en el pantano del Ebro un gran parque flotante de paneles solares”,
noticia -imposible, falsa- que afila los colmillos de numerosos licántropos
descerebrados hambrientos “solo” de dinero, que, como el Duque de Feria, nos tratan
con métodos del colonialismo imperialista hasta ahora usados con los indígenas
latinoamericanos, obviando la Red Natura
2000 -que no parece inmutar a los subvencionados locales que dicen defender
la biodiversidad y el medio ambiente del planeta en nuestro territorio-, una
minucia consistente en “una red
ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad”, que consta de Zonas
Especiales de Conservación. ZEC, a partir de la Directiva Hábitat y Zonas de
Especial Protección para las Aves, ZEPA,
¿qué dice de ello Seo Birdlife?, a
partir de la Directiva Aves,
fingiendo olvidar todos ellos, fieles a quien subvenciona, que en el importante
territorio ocupado por el antiguo LIC Río
y Embalse del Ebro en que se pretende cometer la tropelía, están solapadas
tres ZEPAs diferentes, la “ZEPA Sierra de Hijar”, la “ZEPA Embalse del Ebro”, que ocupa más de
la mitad de su territorio y la “ZEPA
Hoces del Ebro”, lo que lo atribuye una relevancia vital para la
biodiversidad de la zona, todo ello con la inaceptable disculpa de que la -muy importante, esencial- electricidad tiene
un sinfín de aplicaciones de uso doméstico, industrial, medicinal,
transporte,…, como la iluminación y el alumbrado, la generación de calor y frío,
electrónica, robótica, telecomunicaciones, motores, señales luminosas,
electroimanes, electrosoldadura, electroquímica,… para ellos, al parecer, justificativas
de todo,
Asistimos, pues, sin rubor,
a la quiebra del Estado de Derecho, del “contrato
social” legado por los “ilustrados”
de Maximilien Robespierre, “incorruptible”
guillotinado a los 36 años, que nos dejó un consejo irrenunciable, tomado de la
tradición de los “padres de la iglesia”:
“Cuando el gobierno viola los derechos
del pueblo, la insurrección es para el pueblo el más sagrado e indispensable de
los deberes”, algo evidente en un tiempo en que el gobierno además de
dedicarse a fabricar “mapas del tesoro ad
hoc” para repartir lo de todos solo entre sus bucaneros de cámara,
actuales, conocidos, muy peligrosos, evidentes, usa a su engolado presidente guapo,
perfecto jefe de planta de señora de gran superficie, además de para incumplir
la ley con saña mediante Reales
Decretos-ley propios de estado de excepción, que ignoran la Ley y generan “campos” que son “espacios que se abren cuando el estado de excepción empieza a
convertirse en regla”, mientras desatiende la integridad de su territorio y
no exige el respeto al “orden jurídico”,
ni lo respeta él, convertido en mero agente de viajes a lugares tan sucios,
poco recomendables -y ricos en fuentes de energía- como la satrapía de
Marruecos o Ucranía, aun sin resolver su “Vergangeheitsbewältigung”,
reconciliación con el pasado nazi, una reconciliación de la que tan exigentes
son algunos en España, país en que, durante 40 años, gran parte de la población
convivió en silencio, o colaboró gustosa, con los abusos de un régimen -es
posible que- no tan duro como el nazi del que sí fue cómplice Ucrania
(continuará)
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