Lo
cotidiano.74
¿Y
si “esto” no es democracia?
Fernando Merodio
20/10/2024
Empiezo por el final, ayuntamiento de Valdeprado del
Río, Consejo de gobierno regional, Consejo de Estado, Juzgado de Instrucción
único de Reinosa y Sección 1ª de la Audiencia provincial no parecen considerar
jurídica y prácticamente reprensible que quienes lo urdieron y el Consejo del
gobierno regional que, delictivamente, por Decreto 64/2022, acordó disolver el Concejo Abierto de Arcera-Aroco mientan
al basarse para ello en una inexistente asamblea vecinal extraordinaria de 16.10.2020,
en la que se habría acordado -dicen- solicitarlo, siendo que, como alega y
acredita la Plataforma para la Defensa
del Sur de Cantabria, tal reunión de Concejo
no se celebró nunca.
Lugar del delito, test a nuestra
“democracia”
La democracia puede ser definida desde un punto de
vista conceptual (histórico, jurídico,
técnico,…) o filosófico (a partir de
ideas como hombre, igualdad, libertad, poder,…), siendo para algunos más práctico
el primero y más especulativo o vago el segundo, cuando, en realidad, la política
constitucional filosófica es mucho más activa, revolucionaria que esa otra que
manosea el oxímoron que dicen ciencia
política quienes, enfangados de “pogreso”, tanto daño han hecho diciendo
primero, ridículos, “poder”, luego
anunciando “asaltar el cielo” y, al
final, “sumando” su idiocia a la maleante
esencia de los empleados de Felipe, el de la zeta o Begoña/Sánchez, junto al fétido
egoísmo de la derecha cleptómana de PNV y
Junts, la cutre ERC de Rufián y Junqueras o esa cosa despreciable que, absorta tanto
tiempo en matar, “progresista” no contrita,
ahora avala la reforma (¿) de la “ley
mordaza” y da lecciones de ética.
Los “científicos
políticos” llaman democracia a cosas abstrusas como “un sistema de elección de representantes”, o “crear leyes susceptibles de ser cambiadas cada cuatro años”, o “regular una ficticia separación de poderes”,....,
mientras, revolucionario y filosófico, Marat la identificaba con “libertad”, nebulosa idea, o Tocqueville,
en La democracia en América”, con
“igualdad”, o Rousseau con un reino
de la fraternidad unánime, cuasi-empírico, en una mínima república como la de Aristóteles, en la que se pueda reunir al
pueblo para decidir lo serio de forma real, posible: “libertad”, “igualdad” y “fraternidad”.
Rousseau, Aristóteles y otros nos facilitan, pues, argumentos
filosóficos para analizar una actual “república
muy pequeña”, más poderosa de lo que parece, aborrecida por el poder abusivo,
que aquí se llamó -y llama- Concejo
Abierto, entidad local básica del esqueleto estatal, mínimo reducto
administrativo que, en asamblea, a toque de campana toma las decisiones que le interesan,
resto de democracia directa, en el que participa todo el que quiera y votan los
censados, teniendo su presidente facultades de alcalde pero, a diferencia de él,
es directamente elegido por los vecinos, haciendo todo ello que los Concejos sean odiados como último reducto
de la democracia directa, regulado en la Ley
3/2022, de 14 de junio, de Entidades Locales Menores.
Si vamos al territorio, encontramos, lindando con
Palencia, Arcera-Aroco, pueblo de tres barrios, municipio de Valdeprado del
Río, Cantabria, treinta empadronados, de los que solo dos, un matrimonio, viven
en él todo el año y, pues "cogito
ergo sum", soy al pensar, como me enseñó Descartes (1596-1650) en el
"Discurso del método para bien
conducir la razón y buscar la verdad en las cosas" que, abierto con un
"supongamos" y cerrado,
dice Pardo, con la idea de que todos podemos contar la historia con voz propia,
1) sin aceptar como cierto lo no evidente, 2) dividiendo lo difícil en partes,
para hacerlo frente, 3) empezando por lo más sencillo y 4) pensándolo bien para
no errar en acción ni orden y, a partir de la Constitución (“la Ley regulará las condiciones en que
proceda el régimen del Concejo Abierto”), este es institución de
Derecho Público, ente
participativo vinculado al territorio en que la asamblea de vecinos decide, explicando
Raymond Carr en “España 1808-1939”
que el territorio era “de propiedad
comunal y (...) no solo ayudaba a los pobres sino que además ponía coto al
hambre de tierras de los campesinos ricos” y defendía lo común desde
1830, “cuando los propietarios
ricos trataban de forzar la venta de lo común”, escribiendo Le Play,
a fines del siglo XIX, que en la provincia de Santander los Concejos defendían
sus tierras como en “ningún otro
lugar de la Europa occidental” ¡Tiempos aquellos!
Una de las manos que mecen la cuna, de campaña, ante
la escuela de Arcera-Aroco
Es Arcera-Aroco pueblo de
nuestro montañoso y notable Sur que colinda con Castilla la Vieja y cuyos pocos
censados gestionan y defienden con filosofía y ley valiosos bienes comunales:
Estela cuyo expolio “arqueológico” denunció estérilmente el Concejo y Laberinto de Arcera
Vuelvo
al principio y añado que, aplicando el “método
rural”, el Concejo Arcera-Aroco
1) no acepta su asesinato, 2) analiza, uno a uno, sus problemas, 3) se enfrenta
al caciquismo local y al sistema y 4) revisa todo reiteradamente para, en lo
preciso, variar su forma de actuar frente a la agresión de economía y política,
"método del pueblo" que le llevó
a constituir, antes de que se perpetrara su criminal disolución, la Plataforma para la Defensa del Sur de
Cantabria, armadura socio-cultural, no administrativa, contra la ilegal/cruel
política autonómica, lobby de ese 1% que ahora especula con tóxicos consorcios
internacionales de la energía (Iberdrola,
EDP, Banco Santander, Repsol, Capital Energy,…), considerando didáctico
analizar los avatares de la notable pelea entre la lógica del campesino "método " y la pútrida alianza de
-mala- política y cruel capital para, con Rousseau, repensar la historia y, cada
uno con su voz, gritar alto y claro si “esto”,
en el país que gerencian Begoña/Sánchez, nos parece democracia.
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