Lo cotidiano.73
La peste, las ratas y sus parásitos
Fernando Merodio
12/10/2024
La peste, del latín pestis, enfermedad o epidemia, es una muy agresiva alteración infecciosa en que, mediante un proceso complejo, la bacteria Yersinia pestis, microbio, mínimo ser vivo interacciona en un ser mayor, el huésped, al que invade mediante la picadura de pulgas infectadas, parásitos de roedores, ratas, y se multiplica evitando ser eliminado por el sistema inmunitario de aquel, al que, en general y si no recibe un adecuado tratamiento antibiótico, causa la muerte, siendo síntoma común una fiebre muy alta y sus formas, según la parte orgánica afectada, bubónica, bubones, grandes tumores purulentos en axilas e ingles, neumónica, transmitida por vía respiratoria o septicémica, generalizada en todo el organismo del huésped, siendo muy citada la llamada “peste negra” que, a mediados del siglo XIV, con su punto máximo entre 1347-1353, una auténtica -no como otras- pandemia del tipo bubónico que, afectando también a Eurasia y África, causó entre 80 y 200 millones de muertes, el 30/60% de la población de Europa y dejó claro que tan importante a más que detectar la “epidemia” o “enfermedad” es hacerlo con -y, sobre todo, aniquilar- el “agente patógeno”.
Sin bozales, ni ley mordaza,
causó más muerte pero menos daño social que la Covid19
Albert Camus,
argelino/francés, premio Nobel de Literatura, para algunos polémico, muerto en
accidente de coche en 1960, a los 47 años, tenía 34 cuando escribió La peste, novela en la que analiza y
valora, más que la terrible plaga y sus causas, la solidaridad -y otros efectos-
que en el ser humano destapó el azote de tal epidemia en Orán, existencialismo serio
que, a partir de Soren Kierkegaard, desde Jean Paul Sartre es definido por la
idea de que “la existencia precede a la
esencia”, lo que hace libre al individuo, le obliga a responder éticamente,
sin excusas, de sus propios actos y no le deja escudarse en creencias -o, peor
aún, conveniencias- externas a él, haciéndole valorar la vida humana por sí
misma y no por causas religiosas, ideológicas, económicas,… -supuestamente- superiores
a la persona, lo que, según Camus, sirve para, frente al egocentrismo y el
dominio injusto, agrandar el apoyo entre todos y la libertad individual; en su
libro es muy fácil detectar también una severa crítica a la restricción de libertades,
cuando, al amparo de la enfermedad, el poder limita la libre capacidad de
acción del ciudadano, so falsa disculpa de protegerlo, dictadura que anula tal
capacidad con el espejismo de un bien superior que, por ejemplo, fue la salud
en el reciente caso de la Covid19, cuando,
al tiempo que ellos legislaban en nuestra contra -y actuaban Begoña y otros-, nos
ponían bozales y nos prohibían salir a la calle, reunirnos, simplemente pensar
diferente,…, semilla sembrada por el capital, con Illa y Sánchez al frente, que
ahora germina en la -muy- grave actual situación.
Resistir es vencer
Hoy, la peste es universal y gravísima, más que septicémica, la extienden los -útiles- medios de comunicación global y tiene tantas formas como lugares en que crece, llamando -suaves- a la de aquí, recuerdo de aquella gripe tan -tristemente- célebre, “peste española” que, sin llegar a la gravedad de la que -inclemente- sufren los países más pobres, se manifiesta con una virulencia y apego al egocentrismo que abusa de un poder espurio, opuesto a la solidaridad y libertad individual que Camus vio en la pandemia de su conocida obra; nuestra peste, en su versión actual, posterior a Suárez el Bueno, en un país de millones de transigentes con el Franco que, fastidiado -algo- por aquel PCE, murió -asaeteado de cables, menhir de la medicina- en la cama, llegó en un bajel pirata que, lleno de ratas y pulgas parásitas, solo contra aquel PCE y el pobre PSOE histórico de Llopis- financiaron la CIA y Willy Brandt y ayudó Carrero Blanco, galera que descarriaban “Isidoro” y “Arfonso”, dos trileros, hoy célebres -no por dónde nos trajo la favorable corriente de la historia- por lo de la OTAN, la traición a Marx, Flick y Flock, Filesa, Malesa y Time Export, los GAL, la cal viva,…, heredados, con los interregnos de Aznar y Rajoy, por más y peores ratas con parásitos mandados por el comisionista, el rey de los subsidios, la zeta y la ceja y la “nada nadificada” que tan bien personaliza la turbia equidistancia a todo, hoy encarnada -exacta- en el horrísono dueto Begoña-Sánchez, que ellos, El País, El Delirio,… dicen “progresismo”..
El Roto 11.10.2024
Asentado en el poder, los medios y su
perversión del lenguaje
Tal peste ha generado en España un colapso,
fallo multiorgánico de los tres poderes en que se debe asentar un Estado que -se
diga- democrático: el judicial es un caos de ineficacia personal, sistémicos
retrasos institucionales, incapacidad manifiesta para -siquiera- aparentar
justicia que genere una mínima seguridad y es prístina muestra de su síncope,
por no citar decenas de dolientes ejemplos personales, un Tribunal Supremo, que
rige nosequien, político, desde el Constitucional y no es capaz de lograr que un
solo país de Europa entregue a “Puchi”,
peligroso/patético delincuente fugado, el legislativo es esa cuadrilla de
ineptos de los territorios que evidencian la corrupta maldad de la PSOE y la indolente idiocia -entre otras
cosas- de “los otros” al, entre risas
enemigas delictivas de quienes los parasitan, liberar -idea heroica de pulgas
que dicen “sumar”-, por haber
cumplido en Francia una pena distinta a la impuesta aquí, a peligros públicos
con el rostro y -falta de- alma de Txapote,
Kantauri, Mobutu, Amboto,…, sujetos que nadie -al menos yo que, un poco,
planté cara al de Cuelgamuros vivo- querría encontrar de noche en una esquina
y, por último, el ejecutivo de -siempre- extrañas parejas, Franco/“la collares”, Mussolini/Petacci,
Perón/Evita, los Ceaucescu, Daniel Ortega/“la
Chayo”, Iglesias/¿sí o no?,… que,
ahora aquí, crueles, gerencian Begoña/Sánchez, con el inacabable atrezo de su
representación escénica: el bamboleo, el “Estu”,
la “Complu” de la catedrática bachiller,
la web que pagó el resto, dádivas que
se deben investigar, libros -solo- firmados, la tesis copiada, gobiernos de
tontos -y tontas- para así parecer algo, ganar tras -siempre- perder, en base a
sulfúricos pactos con -no el adversario- el enemigo confeso,…, de lo que,
previsible lógico, nace la grave infección, una pestífera ristra de Ábalos/mano
derecha, Aldama, Koldo, “cariño”
Armengol, Delcy, Venezuela y otros paraísos, los bozales, “Pegasus”, los viajes de la zeta, la X,…, maldad que, cual Fouché y
Talleyrand, se unió al crimen y hoy aflora y exigirá -mucho- tiempo para detectar/matar
al agente patógeno, aniquilar ratas y fumigar parásitos/pulgas que, aquí, han vuelto
a traer el nefasto mal, la peligrosa, dañina peste en la que, lo lamento, a
diferencia de Camus, no detecto -y me preocupa- donde está la solidaridad.
Coda arrepentida.- Mea culpa, me quedé ya solo y nunca lamentaré bastante haber
seguido, sin acudir a Marx, ni siquiera a Lenin, consignas militantes de aquel
PCE rumano en el que conocí algún héroe, no me perdonaré, en especial, haber dilapidado,
junto a juventud, riesgo, ilusión, trabajo,…, 500.000 pesetas de entonces,
ahorro de Rosa y mío -que años después, sin que yo lo pidiera, es cierto que me
devolvió Cote-, tras haber servido para construir la casa de esa cosa chunga que
ahora dicen CC.OO., de la que, aclaro, no cobré ni un céntimo.
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