266 Los domingos
cavilar
Sumar deslealtades… e
idiotas
Fernando
Merodio
09/04/2023
“La emergencia climática, la
desigualdad aberrante, la geopolítica parecen indicar el fin del capitalismo
(…) aventurémonos ya a imaginar otra cosa”, (Azahara Palomeque)
"‘(…) los que suelen escribir los contratos,
tienen el poder para imponer a otros que los firmen y estos se ven obligados a
ceder. Consentir en este caso, lejos de ser un acto libre es un acto de
necesidad” (Clara Serra. “La
polisemia del deseo/2”)
El presente es en especial duro, poblado de gente poca cosa que intenta, a toda costa, ocupar lugares para los que no tiene mérito, una época con la característica esencial de estar cruzada de deslealtades, de desleales dispuestos a traicionar -y que traicionan- algo o a alguien.
Aquí ahora, es magnífico ejemplo de deslealtad esa tal Yolanda que, talluda, 51 años, hace -la peor- política con la cursilería impostada de su cruel jefe de planta, mintiendo cuando llama “sumar” a lo que siempre fue dividir o restar, al tiempo que espurrea saliva sobre las abiertas bocas de, recientes (i)lógicos, Garzón, Errejón, Colau, García, Maestre, Baldoví, López de Uralde,…, incluso de Chunta Aragonesista, solo faltó el PRC, en un mitin -sin duda- hilvanado por alumnos de esas nuevas carreras que sirven para -sin pensar- hablar de todo, o sea de nada, en el que, sin partido, normas, estatutos, programa,…, cabalgó una ola que -pienso- solo intenta beneficiar al tal Sánchez, dejando claro que, igual que trepas anteriores alardearon de “asaltar el cielo”, ella “quiere ser” -sin justificarlo- presidenta por consenso, apoyada en su escuálido currículo de abogada de cierta edad, asalariada de sindicato sufragado, tarea que simultaneó con la política institucional local, hasta, de pronto, explotar ¡vicepresidenta del gobierno del tal Sánchez! que ahora la lanza, fiel imitación de “Evita” y su lacrimógena cita con los descamisados,…, “cansada de tutelas”, sin aclarar quién -y por qué- la tuteló, dirigió su meteórica carrera, de la que defiende, por interés, el “progresismo” de un gobierno asentado en el muy represivo y -para ellos- útil confinamiento del bozal, los 132 totalitarios decretos-leyes propios de partido único que, solo a su solo favor, impone un modo de legislar que la Constitución prevé solo en casos de “urgente necesidad”, con la transición energética en manos del capital que trajo el caos climático, con los miles de millones de todos que -dicen de “Uropa” y- salvo migajas, son para el 1%, con la insufrible escalada de precios que ocultan tras la mentira -que dicen- técnica de la inflación, con el cruel paro -3 millones que queriendo trabajar no tienen trabajo- suavizado con los cientos de miles de “fijos discontinuos” de “Evita” y migajas de 100 o 200 €, sin siquiera plantearse “cambiar el sistema”,…, un Yolanda que, desleal, quiere acabar con el holograma del Podemos de Galapagar que, tras disolver la “Solfónica”, desalojó el Movimiento 15-M de la Puerta del Sol,...
Vivo aún Franco, escribió María
Zambrano en 1965, en Crozet-par-Ges, Francia, el prólogo a su colección de
ensayos “España, sueño y verdad”, en
el que destacaba la originalidad de ese libro respecto a otros suyos, diciendo
que en él habitan “no sólo autores y
obras”, sino “también un personaje no
acuñado por el pensamiento poético, ni dibujado por el discursivo”, un personaje
que ella, inteligente, llamó “el idiota, cuya existencia es, sin duda, universal,
mas como todos los universales ofrece distinta forma y significación según la
morada donde habita” y, tras escribir que reflexionar es “diálogo silencioso del alma consigo misma”,
se detuvo en ese “idiota” que, ajeno
a la reflexión, no transita “aunque vaya
y venga, no retrocede ni avanza, no va a ninguna parte, no se dirige a lugar
alguno, aunque en llegado a alguno se detenga”, pareciendo que “nada le turba ni le altera” y que, ajeno
a la reflexión, discurso, palabra, se aferra a una sola, pues no vale para más y,
lelo, repite “el sol, el sol, el sol”,
trayéndonos lo de aquí hoy, para Kierkegaard “el Instante” y para Kapuscinski “cosas pequeñas” pero esenciales, concluyendo Zambrano, feminista
seria, que “(…) detrás de la imbecilidad
no hay nada. Ni siquiera maldad. O interés turbio. Ni siquiera conjura de
demonios. No hay nada. Nada. Pero es que absolutamente nada”, situación que
Muñoz Molina llamó en El País “Estado de delirio”, escribiendo que “la política española resulta tan difícil de
explicar al extranjero porque está toda entera contaminada de delirios” que
privan de sentido común y racionalidad al discurso socio-político, frente a lo que
eso que hoy dicen “progresismo” y es derecha
vergonzante arguye la disculpa -hoy ni obvia- de que la otra derecha, la
evidente histórica es, incluso, peor, ¡vaya razón!, incapaces de dejar de ser
egoísta víscera servil del capital, incompatibles con la reflexión solidaria
libre y el uso de la palabra como cuerpo luminoso y sonoro del pensar, con que
construir un buen discurso, con lo que avalan
la histórica teoría cierta de que la derecha obvia y, con ella, el capital
injusto, crece en tierras regadas, siempre, por los “progresistas” y los desleales “idiotas”
que, hoy, son su apoyo; y punto.
Ahora el problema no es solo esa
derecha irracional, tremenda que nos asoló durante los años del evidente abuso
consentido, sino pronosticar, intuir sin error, quién, hoy o mañana, nos dará el
imprevisible golpe, si la individualista enemiga de lo colectivo, egoísta derecha
perpetua, o el débil social “progresismo”
que solo apoyan sus asalariados, sindicatos y asociaciones sufragadas, causa de
los graves daños que nos causa el engañoso,
débil gobierno, poco fiable, insolvente, populista -en el mejor caso-
peronista,…, ese “psoecialismo”
soldado, estañado con -solo- el ansia de sobrevivir de los que antes aseguraban
“poder” y ahora dicen “sumar”, movedizamente apoyados en los
mínimos y en el previsible, arriesgado final de la desleal rapiña de independentismos
varios,…, un “psoecialismo” digno
heredero del que, 14 octubre 1974, con Franco aún vivo, se reunía junto a
París, en Suresnes, para pisotear a los “históricos”
de Llopis, elegir secretario general a un desconocido abogado sevillano que,
igual que el niño se tapa la cara para no ser visto, se fingía esconder tras el
apodo “Isidoro”, viajaba con
pasaporte facilitado en Madrid por Fernández Monzón, Casinello, Faura,…, del
Servicio Central de Presidencia del Gobierno, ¡de Carrero Blanco! y, turbia
actuación, devolvía el favor impidiendo la “ruptura
democrática”, de modo que Carlos París, comunista, catedrático de Filosofía,
Universidad Complutense, decía en sus “Memorias
sobre medio siglo” que la llamada “transición”
a la democracia fue “un proceso
custodiado con la CIA, por la conservadora socialdemocracia alemana, en el que
se hundieron las fuerzas creadoras”, frenadas por, entre otras cosas, un
sucio, único objetivo, privar de relevancia política al entonces relevante PCE,
“el Partido”, una “transición” que nos estalló en las manos,
a los 27 meses de “lo de Suresnes”,
con la, terrible -y al tiempo previsible- masacre de los abogados “comunistas” de Atocha, sin que la falta
de sosiego permitiera intuir siquiera a dónde nos conducían; analizarlo ahora serviría
para entrever, hacer un pronóstico sobre la dirección actual, dando un útil uso
a la maltratada “memoria histórica”.
De
vuelta a la deslealtad evidente, por arriba, vemos el Nobel -químico inventor
de la dinamita- de la Paz otorgado, por sus desleales méritos, a Kissinger,
Arafat, Begin u Obama y al otro extremo, por abajo, el ciclópeo castigo -la dirección
del periódico y la CIA destruían su vida familiar y le mataban de un tiro en la
cabeza- a Gary Webb, periodista de investigación que desveló cómo la venta del
crack de cocaína que destruyó -aún más- la segregada comunidad afroamericana,
permitía al criminal, desleal gobierno USA financiar con la llamada “alianza oscura”, entre otras reacciones,
a la nicaragüense “contra” y, aún más
abajo, aquí mismo, de Suresnes/Atocha a hoy crecen los desleales que, a poco
que se piense, se ve cómo, perversamente, manipulan la historia, generan miles
de clones del “idiota” de Zambrano que
no hacen nada -que no sea perjudicar a quienes de verdad, luchan, como se
evidencia aquí con el “caos eólico”- y,
“vayan o vengan, no retroceden ni avanzan,
(…), no se dirigen a ningún lugar, aunque en llegado a alguno se detengan” para,
ajenos a la reflexión, con sus desleales palabras vacías, mientras otros trabajan
y arriesgan, miran extasiados a su dedo señalar y, sin exponer, dicen “el sol, el sol, el sol”; en todo lugar,
son muchos.
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