268 Los domingos, cavilar
Més que un club
Fernando Merodio
23/04/2023
“La
verdadera patria del hombre es la infancia" (Rainer María Rilke).
“Madrid, Madrid, Madrid / ¡Hala Madrid! / Y
nada más / Y nada más / ¡Hala Madrid!” (“¡Hala Madrid!... y nada más”. Canción de La Décima, Himno moderno
del Real Madrid. Música del marroquí-sueco Nadyr Khayat y letra del gallego Manuel Jabois. 2014)
Yo tenía 9
años y el 4 de
setiembre de 1955 empezaba la Copa de Campeones de
Europa, Copa de Europa en
que participaba un equipo de cada uno de los 16 países invitados, representando
a España el Real Madrid, que en 1954 -cuando el F.C. Barcelona ya acumulaba,
desde 1939, 5 en sus vitrinas- acababa de ganar su primera Liga con Franco; pues
bien, esa Copa de Europa, una idea que impulsó el periodista francés Gabriel
Hanot, L'Equipe, sustentó la UEFA frente a las
Copas Latina y Mitropa,
y, al tiempo, fue reacción a la prepotencia británica -en ello siguen
Manchesters diversos, Chelsea, Liverpool,…y el dinero menos justo- de que uno
de ellos, entonces el Wolverhampton, tras haber derrotado al Honved de Budapest
y al Spartak de Moscú, era el “campeón del mundo de clubes”,
siendo entonces cuando, pasados 10 años del final de la II
guerra mundial y 16 del de la (in)civil nuestra, sentaba sus “reales” en ella un equipo español, nada menos que un
club sin pretensiones de “més”, el Real Madrid CF de Don Santiago
Bernabeu y Alonso, Lesmes, Marquitos, Atienza, Muñoz, Zárraga, Rial, Marsal, Don
Alfredo Di Stéfano, Joseíto y Gento, ¡nueve españoles, dos de ellos montañeses
y dos hispano-argentinos, uno galáctico!, tras vencer 4-3 en la final, el 13 de junio de 1956
en el Stade Parc des Princes de París, fuera de casa, al entonces poderoso Stade
de Reims, del que, entre otros, formaban parte Jacquet, Hidalgo y Kopa, nombres que
aún hoy suenan fuerte, compitiendo por esa primera edición de “la orejona” Servette,
Milán, Partizan, Sporting Lisboa, Rapid Viena, PSV Eindhoven, Anderletch,...; la segunda,
1956-57, también la ganó el Madrid, 2-0 a la Fiorentina, jugando ya el
Manchester United que, en 1958 sufriría un accidente de avión en el que
fallecían Bent, Colman, Edwards, Jones, Pegg, Taylor,… y, entre otros,
sobrevivían Mat Busby y Bobby Charlton, el "errante" Honved de
Puskas, Kocsis, Czibor,..., Athletic, Borusia, Rapid, Estrella Roja,..; hoy, ya 2023, tengo 77 años y, para
desazón de frustrados, en medio pasó lo que todos saben.
Recién llegado a Santander con la "u" de mi patria del Nansa, Rozadío incrustada, tras unos meses en un colegio de niñas y 4 insólitos años en los Salesianos del Alta, en los siguientes 4, hasta que, con más pena que gloria, fui declarado "non grato“ en los clasistas Escolapios, más afines al Tenis que al cercano Puertochico, conocí la diferencia entre "gratuitos", "becarios" y "de pago", al tiempo de convivir con misa diaria, comunión semanal, terror al castigo eterno, obediencia... y, otra cosa, respeto, cuadro de honor, no lo entiendo, amigos, cine de terror, del oeste, de gángsters, niñas por la otra acera, deporte, correr, bicicleta y, sobre todo, fútbol en una España que yo, niño, olía gris, triste, inculta y, sobre todo, injusta, acabando en la maratón; cerca tuve al entrañable Racing, a Pérez Francés y, a lo lejos, al Madrid de don Santiago y don Alfredo, Gento, Marquitos y Pachín, la “autárquica” España frente a ingleses, italianos, franceses, alemanes, húngaros,... que, como Bahamontes, Timoner o Santana, me hacía pegar la oreja a la radio, mover compulsivo el dial para sintonizar bien el lejano relato, esquivar los ruidos que emborronaban lo mejor, saltar y gritar con los goles, las vueltas tras moto, los “cols”, las “Copas Davis”,... sentirme importante y con base para recoger lo bueno, que lo había, en medio del ubicuo abuso, lo que ya era bastante.
Hoy, ¡uf!, no
hemos mejorado, me siento, incluso, hasta más incómodo y, salvo en el egoísmo
económico, echo en falta aquel afán de avance general que, en Madrid y luego en
Santander, me inyectaron Marx y -algunos- heroicos comunistas, aflorando el
fútbol algo que siempre intuí, que el casposo -siempre habló más de la cuenta y,
sin la menor razón, presumió- F.C. Barcelona, desnortado por envidia a lo
inalcanzable y el peligroso nacionalismo cutre, “més que un club”, incapaz de ser siquiera un
buen club, pagó durante años millones de euros -su mórbido presidente actual no
aclara por qué- a un jerifalte venal de los decisivos árbitros y, pobre hombre,
para eximirse, recurre a acusar al Real Madrid de ser “el equipo del Régimen”, anacronismo
falaz demolido por un video con hechos, “¿Cuál fue el equipo del Régimen?”, que irrita,
más anacrónico, a un tal Carles Santacana, que degrada su especialidad,
catedrático de Historia Contemporánea -por supuesto- de la Universitat de
Barcelona a publicar en El
País,
liberal-progresista, una cosa, “El
Barca y el franquismo, de nuevo”, exhibición de mal pagador ofendido que abre
acusando al video de fake
news sin,
grave vicio en un historiador, decir cuáles de las -escasas para las que hay- news recopiladas por -harto de aguantar-
el ofendido, son fake, si la
religiosa, mística inauguración del Camp Nou por el Régimen, se las distinciones y premios que otorgaron al “invicto”, si las
ayudas oficiales recibidas por su -habitual- caos socio-económico,…, al tiempo
que, no pone reparo a que el abultado y -más
que presunto- corrupto actual presidente blaugrana diga que el Real Madrid –se
ve que se creen sus inventos- es el “equipo del Régimen”, se limita, con dudoso rigor, a
reprochar que los blancos no intenten “comprender y explicar nuestro pasado”, ¿el suyo?, que
dice obligó -al parecer solo- al F.C. Barcelona a “aceptar ese intervencionismo político” y a la memez
de que “los directivos tuvieran
que seguir disfrazándose con esmoquin para conceder alguna medalla a Franco”, por “la omnipresencia de la dictadura”; imagino
cuál es la historia que enseña.
Distraído, el
historiador catalán olvida cómo, hasta 1936, fue presidente blanco Rafael
Sánchez Guerra, periodista, concejal republicano, hijo de un expresidente del
gobierno y de las Cortes, encarcelado, exiliado a Francia en 1939, que en 1937-1939
le sucedieron Juan José Vallejo, presidente de la Federación Deportiva Obrera y el coronel
Antonio Ortega, comunista, fusilado por Franco al acabar la guerra, en la que el
club -no més, pero tampoco menos- perdió su campo, Chamartín, que había cedido para
instrucción al Batallón
Deportivo, su sede social y sus mejores jugadores, encarcelados, ejecutados,…, renaciendo
a partir de 1943, tras elegir presidente a Don Santiago Bernabéu (1895-1978), monárquico,
derecha no franquista, que saneó y profesionalizó el club, construyó el estadio
y la ciudad deportiva, lo pagó con obligaciones de deuda suscritas por los
socios, ni una peseta pública, siendo adalid del “régimen” en Madrid el Atlético, Atlético Aviación entre
1939 y 1947, y mientras en la II República el Athletic de Bilbao ganó 2 Ligas,
el Real Madrid otras 2, el Betis 1 y el F.C. Barcelona 0, desde 1939 hasta 1954,
14 Ligas jugadas hasta que los “blancos” tuvieron en
1954 la primera de su “régimen”, “leones” y “sevillistas” habían ganado 1, “Ches”, 3, “aviadores/colchoneros”, 4 y “blaugranas”, tan represaliados,
5, con tres fértiles -ver el video- recalificaciones, irracional razón, veo, de
sus mimos al “invicto”, en 1951 la
insignia de oro y brillantes, en 1971 la medalla de oro del Palau y en 1974, tres
días antes de que aplicaran garrote vil al anarquista catalán Salvador Puig
Antich, la medalla de oro del 75 aniversario,…; callados estarían mucho menos feos.
Para acabar,
una convicción vital, Rafa Carbeleira escribía respecto al discutido vídeo el
pasado día 20 que “pudiendo dejar que las
cosas cayesen por su propio peso, como en la Champions, el club blanco optó con
el vídeo de respuesta a Laporta por una vía que apenas lo distingue de los
demás: la de hacer algo o, peor todavía, la de hacer mucho”, pues, dice el himno
de La Décima, “¡Hala Madrid!… y nada más”
o, según Marc Cucurella, canterano blaugrana, hoy en el Chelsea, “el Madrid te mata con nada”, siendo que,
no confundamos, en realidad los mató, lo dice el propio Carbeleira, con “una jugada perfecta, con el balón volando de
un pie a otro, mientras Cucu y sus compañeros acompañaban el desfile con la
mirada llena de globos” y, siendo el periodista de ese Bierzo en que,
camino de Santiago, vi en las paredes que “Llón
o Lleón no es Castilla”, “El Bierzo
no es Llión o Lleón” y “Ponferrada no
es el Bierzo”, o hacemos algo o los que se creen més nos robarán nuestra
única patria, la infancia.
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