256 Los domingos, cavilar
De espigones y molinos
Fernando Merodio
29/01/2023
"El desmantelamiento del espigón de La
Magdalena costará más que su construcción" (El Delirio Montañés. 22.01.23).
Espigón. 6. Macizo saliente que se construye a la
orilla de un río o en la costa del mar, para defender las márgenes o modificar
la corriente. (Diccionario RAE)
“Cantabria acabará la legislatura
sin poner en marcha ningún nuevo proyecto eólico”. “El Escudo podrá seguir
adelante aunque se nieguen los dueños de los terrenos” (El Delirio Montañés. 26.01.23)
Jacques
Derrida, filósofo, exponía en la conferencia “La razón del más fuerte ¿Hay Estados canallas?” inquietantes dudas
sobre si “la razón del más fuerte es siempre
la mejor” y animaba a reflexionar sobre “fuerza” y “derecho” al
preguntar ¿prima la fuerza o el derecho?, ¿se origina éste con coacción y
violencia?, ¿quién elabora, interpreta, aplica o deroga el derecho? y planteaba
la idea del "Estado canalla",
que veja ese Derecho y abusa de su poder, para concluir que casi siempre vence
la razón del fuerte, por lo que hay que buscar "un pensamiento sobre lo por venir, la democracia y la razón que vienen”,
mientras, casi al tiempo, -casi- cerrando la historia -casi- general que tituló
"Espejos", Eduardo Galeano
explicaba que "el inventario del
mundo, inconcluso, estaba hecho de chatarras, / vidrios rotos, / escobas
calvas, / zapatillas caminadas, / botellas bebidas, / sábanas dormidas, /
ruedas viajadas, / velas navegadas, / banderas vencidas, / cartas leídas, /
palabras olvidadas y / aguas llovidas", reflexiones que anulan el narcisista
debate contra un espigón de naturales rocas que no gusta a “santanderinos de toda la vida” que,
antes, causaron el estrago de la R.S. de
Tennis -con dos enes- en las rocas -y la vida en ellas- de la playa del
Camello, junto a grupos entonces callados que hoy se quejan -ofende a su fino
gusto- del opinable espigón que, tras un expediente concluso, son rocas apiladas
con maña, un intento de evitar -dudo si podrá el escollo o la naturaleza- que
la playa huya del espacio que, hace años, usurparon los abuelos del -con dos
enes- “Tennis”- para los padres, los
que protestan, sus hijos, nietos,..., negando, clasistas, su uso al resto.
Las rocas
hoy acaldadas para proteger -lo dice la universidad- la playa junto a, hoy rota,
la querida “horadada”, el viejo
atraque para lanchas, el balneario, la escuela de vela en la “isla de los ratones, las casas sobre la arena,
la ocupación del común por el “Tennis”,
el estrago del Camello,... son parte del inventario de Galeano, mientras el mínimo
ruido cursi de unos pocos que no recurrieron en el trámite administrativo, democrática
opción barata para ociosos disconformes y, ahora, con burdo, autocrático amiguismo
rancio, intentan eludir la norma, vejar el Estado de Derecho y ponerlo al servicio
de su zafio espectáculo, idea egoísta y errónea de la historia que los hace
creer que el tosco apoyo gratis de amigos eventuales les da, fuera de la ley,
"la razón del más fuerte" para
retirar las rocas… y que pague el resto; aunque, de momento, parezcan ganar frente
a la Ley de todos, se equivocan, no van a retirar las rocas.
Si olvidamos
por un rato lo doméstico notable de apariencia pequeña, si dejamos de hablar de
espigones, cuestión de gustos, sin olvidar que está en juego el contrato social
y vamos a lo sustancial, donde se juegan las alubias de todos, el futuro de
cada uno y el de todos, el del género humano, al territorio en que “ellos” intentan implantar dañinos
escollos, si hablamos en serio de economía, acudimos, ¡cómo no!, al Marx que recomienda
el control colectivo en -todas- las fases del proceso de trabajo, la represión
del consumo y la propiedad social de los medios de producción, deberemos
debatir sobre la bolsa, la banca y, antes de nada, sobre la generación y el consumo
energético, epicentro actual del meollo, habrá que frenar la siembra cientos de
trastos eólicos gigantes -lo aquí hace la pequeña tribu de nuestro Sur que
sustituyó la pócima del druida Panorámix por la exigencia de la, muy mala, Ley
de “ellos”-, sabiendo con Elfriede
Jellinek, premio Nobel de Literatura en 2004 aferrada a la dura realidad, que
todos “nosotros”, como los cuatro
excluidos de su novela de tal título, somos seres maltrechos, sembrados y alimentados
para, al final, ser talados por desconocidos que “permanecen largas temporadas en la Riviera o en sus cotos de caza en la
montaña”, excluidos sabedores de que nuestra marginación es advertencia
para el resto de que algo muy similar ocurre a -casi- todos; el concepto
adjetivado de “exclusión social”
germinó en Francia de Chirac con René Lernoir, autor “Les exclux: un Francais sur dis”, “Los excluidos: uno de cada 10 franceses”, ¿solo 10% sin red de
seguridad social, ancianos, parados, presos, -los que dicen- locos,
extranjeros, víctimas de abusos, toxicómanos, dependientes,…?, todos en un “proceso en el cual individuos o grupos son
total o parcialmente excluidos de una participación plena en la sociedad en la
que viven” (European Foundation,
1995:4), ajenos a la “integración
social” que hoy, ayer y mañana, los profesionales de la política y los medios
de (in)comunicación de masas tergiversan con demagogia buenista que finge
igualarnos, simula eliminar muros que ellos mismos levantan, ignorando las reales
causas de la insufrible, eterna desigualdad, paro, miseria, dependencia, siquiátricos,
prisiones, lacras repudiadas,… que hoy ocultan los que mentían diciendo poder, los
-viejos- “nuevos políticos” que,
amorrados al sistema, consolidan la represión de la “ley mordaza” y se refugian en lo transversal que no moleste al
amo,…; esa es su “política”, la que
hoy sufrimos.
Llegados a este punto, ningún excluido puede ignorar
ya que los agresivos polígonos industriales, las turbinas y palas de 200 m.,
los destructivos km. de pistas de rodadura, sus cancerígenos -lea quien quiera
saber el informe del respetado Instituto Karolinska- cientos de kms. de líneas
de muy alta tensión y centros de transformación, incontables m3 de hormigón
armado sembrados, plásticos, fibras también cancerígenas, metales de todo tipo,
en especial “raros” robados a los más
pobres,… quiebran fuertes lazos territoriales, sociales, agrícolas, ganaderos, históricos,…
generadores de “capital social” y
vida común; son polígonos industriales que expolian territorio, alteran vidas y
hábitos, deterioran incluso la salud física y mental, destruyen economía,
agricultura, ganadería, entorno social, cultural, deportivo, turístico,… y no,
como simplifican los depredadores, solo el “paisaje”,
y lo hacen para apropiarse de lo único, en verdad, sostenible, el soplo de
Eolo, que es de todos y no, como intentan hacernos creer, solo de “ellos”, el 1%; si se atreven les retamos
a un debate público, con luz y taquígrafos, del que huyen cual gato escaldado,
un debate al que pueden invitar -para que luego mientan- a “sus medios”, siempre
que, además, pueda asistir todo aquel que quiera.
Coda, “elogio -erásmico- a la ineptitud supina”.- Con tenacidad y la única poción mágica de conminar que se cumpla la Ley y frenar la desigualdad y la crisis climática, rebeldes de un pequeño poblado indígena de nuestro alto Sur, los mismos que, sin aparecer, dieron cuerpo sólido a la impar victoria sobre capital, políticos y el corrupto enjuague de 1.400 Mw del “concurso/regalo eólico”, hoy impiden que, por mucho que lloriquee en sus medios afines -el aún inexplicado- Valcarce Jr., se implante un solo trasto eólico, lo que -entre otras cosas competencia de los jueces- muestra la obvia torpeza de Revilla -que ahora vende averías familiares en la televisión basura- y su recompensada troupe de ojancanos -y ojancanas- que, conocidos por todos, no han pinado ni un molino desde que les anularon los 1.400 Mw ¡de 2009!, indignando a su amo, Sánchez Galán/Iberdrola que, excusatio non petita, accusatio manifesta, asegura que no venderá -¿quizás por estar recurrido por la Plataforma ante el TSJ de Madrid- el P.E. El Escudo, de lo que, con amargura, se quejan plumillas y editores de El Delirio Montañés irritados porque, en 2023, Marcano, Blanco,… digan que -solo- iniciar los trámites -que no concluirán- de 270 Mw , 5 polígonos industriales, uno por consorcio, sería poética “cuota de éxito importante”, amenacen que la oposición en su territorio de los Concejos no impide, ¡viva la democracia liberal/progresista!, seguir adelante con el atropello, o anuncien facilitar, ¡ay, inseguridad jurídica!, “el desarrollo de los parques -polígonos industriales- asegurando su compatibilidad con la conservación natural”; espectacular catálogo de, además de cosas incluso peores, su supina ineptitud.
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