255 Los domingos cavilar
Comunistas transversales
Fernando Merodio
22/01/2023
“Sumar -comunista, Yolanda Díaz- integra al exdiputado del PP Jesús
López-Medel (…) en el grupo sectorial dedicado a elaborar propuestas en materia
de justicia” (El Delirio Montañés)
“Aunque las condiciones hayan cambiado mucho en
los últimos veinticinco años, los principios
generales expuestos en este Manifiesto conservan en conjunto todavía la mayor
exactitud. (…), el Manifiesto es un documento histórico que no tenemos derecho
a modificar (…)” (Prologo de Karl Marx y Friedrich Engels a la Edición
alemana de1872 del Manifiesto Comunista de 1848).
Los medios
de comunicación, controlados solo, exclusivamente por el -real- poder actual,
el económico, nos presentan dos mundos distintos, ajenos, en Davos, nuestro “progresista” jefe planta pavonea
ridículo sus entallados, mal cortados ternos invitado por los organizadores a,
bobalicón -y dañino para nosotros, el resto- coincidir con “ellos”, con la demagógica, “progresista” Ana (Patricia) Botín y la
-cutre- parte española del 1% en la explicación de que seguirán repartiéndose
dos tercios de los beneficios mundiales pero controlarán mejor el reparto -más
igualitario- del tercio restante entre el 99%, que, perplejo, sedado por sus
medios de comunicación, -me alarmaron explicándolo, el jueves en la SER, un
siniestro autómata de la economía del capital, Javier Díaz y un tal Aroca,
trampantojo a sueldo de viejo nosequé, hablando de lo bien que cae el psoecialista
Sánchez con su grotesco inglés, y no Núñez Feijóo, a la plutocracia-, al tiempo
que en esta España nuestra, “Sumar -o
sea, la ‘comunista’ Yolanda Díaz- integra
al exdiputado del PP Jesús López-Medel (…) en el grupo sectorial dedicado a
elaborar propuestas en materia de justicia”, un pepero histórico fijando a los
nuevos ‘comunistas’ su política represiva en la superestructura jurídica,
mientras la SER, El País y el paisano Tezanos, ¡el CIS y los medios del “pogreso”!,
cada día más peligrosos, narcóticos, dañinos, se afanan en mantener a la
sociedad encelada -¡cuidado, solo sí es sí y, además, nos amenazan la pandemia,
la guerra,…!- en aparentar, ¡qué risa!, una PSOE insumisa, fuerte y derivarnos al
superado, -para la mayoría- viejuno debate sobre algo trasnochado y mejorable,
la mala gestión pública liberal-progresista, evidente lacra producto esencial
de mala educación, del aborto.
Karl Marx y
Friedrich Engels redactaron, atendiendo a un acuerdo adoptado por la
internacional clandestina Liga Comunista en su Congreso de Londres de 1847, el
histórico, influyente “Manifiesto
Comunista” que, al tiempo que daba a conocer al partido, era un “detallado programa teórico y práctico”
que, dado su gran interés para los oprimidos, tuvo desde el principio numerosas
traducciones y ediciones y, en 1872,
poco antes de la muerte de Marx, sus propios autores le atribuían, como tiempo y
mundo han ratificado después, carácter de “documento
histórico”, advirtiendo que, tal es la profunda solidez de sus
constataciones, no tenemos derecho a modificarlo.
Hoy, casi
200 años después, como entonces decían Marx y Engels, “por mucho que hayan cambiado las circunstancias de hecho y los
principios generales desarrollados en este Manifiesto siguen siendo
sustancialmente exactos”, lo que, para ser útil, exige simplemente leves -o
más serias- adaptaciones a la realidad actual, sabiendo siempre que, lo explica
“Trabajo asalariado y capital”,
artículo editorial publicado, a partir de Marx, en 1849, en la Neue Rheinische Zeitung, “el capital no
consiste en que el trabajo acumulado sirva al trabajo vivo como medio para
nueva producción; consiste en que el trabajo vivo sirva al trabajo acumulado
como medio para conservar y aumentar su valor de cambio” o, más claro, que
el trabajo cotidiano, vivo, la actividad concreta del asalariad que -casi-
todos realizamos o -hemos realizado- a cambio de menos de lo que vale sirva al
capital generado por esa explotación de la fuerza del trabajo acumulado de
todos los trabajadores, producto de una determinada relación social que, en el concreto
caso de la industria, es generado por la auto-expansión de un valor base en
beneficio de quien controla la propiedad de los medios de producción, a través
de una -cada día más evidente- explotación de una clase por otra.
Muerto Marx
en marzo, Engels señalaba en junio, en el Prefacio II de una edición alemana del
Manifiesto, de 1883, como idea “fundamental e íntima” del crucial Manifiesto que “la producción económica y la estructura social resultante de ella son indefectiblemente,
en cada época histórica, la base política e intelectual de esa época y, por
ello (…) toda la historia ha sido la de luchas de clases, luchas entre las
clases explotadas y explotadoras, (…)”, en las que, en 1883, la clase
explotada y oprimida -el proletariado- no puede emanciparse de la clase que la
explota y oprime sin emancipar al tiempo, y para siempre, a toda la sociedad de
la explotación, recalcando Engels que tan relevante idea “pertenece única y exclusivamente a Marx” y no hay que ser muy observador
y sensible para constatar cómo en 2023 las diferencias y la obligación de
luchar se han acentuado, pues hoy la clase explotadora, opresora, el 1% de la
humanidad, (ab)usa codiciosa de todos los avances tecnológicos y científicos
con lo que exacerba y consolida la desigualdad mediante su abusivo control de
dinero, tecnología, decisión y generación energética,… llegando en 2023 a que,
en la plutocrática, tóxica cumbre que, cada doce meses, escenifican en Davos,
el dañino majadero que hoy es nuestro “progresista”
jefe de planta, desvergonzado y orgulloso se siente con ellos para, mientras se
ríen a carcajadas de sus mezquinas medidas fiscales, otorgan tenues, sarcásticos
elogios -que SER y El País , liberal-progresismo,
amplifican- a los leves reparos formales con que, no pienso que simplemente
ignaro, finge oponerse a sus mortíferos atropellos.
Siendo muy
consciente de que, tres trileros atrás, “Isidoro”,
la CIA y el dinero de la corrupta socialdemocracia alemana borraron el marxismo
del mapa psoecialista español y que, ahora, un abogado del Estado del PP, con
la -mala- idea de que lo apadrinen y defiendan los “nuevos comunistas” de Evita/Yolanda, va a edulcorar la dura
superestructura represora jurídica que aquí nos controla y oprime, como siempre
a favor de los cuatro gatos de Davos, si se tiene algún conocimiento y
confianza en los sólidos, inteligentes, humanos planteamientos de Marx -sé un
poco, muy poco y confío mucho- y, además, se tiene la -inmensa- fortuna que he
tenido yo de haber disfrutado de la confianza y el aprecio de algún viejo
comunista, algún auténtico, ejemplar hombre de aquellos que, para que luego no
los votara nadie, cuando Franco hacía lo que quería y la PSOE vacaba 40 años, recibían
torturas, eran encarcelados media vida -conozco alguno, aún vivo, que lo estuvo
más de 8 años-, incluso asesinados,… solo por defender -aunque, acaso, no los
conocieran todo lo deseable, los intuían, sentían- los liberadores
planteamientos de Karl Heinrich Marx, judío alemán, no se puede sentir sino
asco por lo que, mientras “los de Davos”
sobrevuelan como moscas alrededor de la “mierda”
de los 350.000 millones de todos nosotros que la -corrupta- UE quiere “movilizar” para, más de lo mismo, “su industria energética verde”, la misma
de siempre, y acabar de asfaltar la terrible, terminal ruta hacia el corazón de
las tinieblas que es la emergencia climática que, si no somos radicales, rápidos,
lo bastante crueles con “ellos”, si,
frente a lo que dice la pequeña, ejemplar -esa sí- feminista Greta Thunberg, no
hacemos lo preciso para “cambiar el
sistema”, aniquilará al masivo/pasivo 99% de los que -sin que, como hacen
con Sánchez, se rían, en su cara, de ellos- nadie invita a Davos.
Coda recopilatoria.- Marx y Engels enseñaban y razonaban con saña cómo, aunque las condiciones cambian con el tiempo, las ideas generales del Manifiesto Comunista, mérito en especial de Marx, sobreviven actuales en un documento histórico que, si acaso, se debiera adaptar, mientras aquí hoy, Evita/Yolanda, a la luz del día, hace carantoñas a viejos desperdicios peperos y aun peor, un simple y estirado jefe de planta con méritos de cabo chusquero y macarrónico ingles viaja -con gastos pagados- en -contaminante- avión a Davos, la “progresista/obrera” Suiza a, despreciado entre chanzas por Sánchez Galán, darse besitos con Ana Patricia Botín.
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