195 Los domingos
cavilar
Vacunas y progreso
Fernando
Merodio
28/11/2021
"Vacuna (vaccine)
f. Farm. Preparación a base de antígeno de un germen o de una toxina a los que se ha suprimido la capacidad patógena; su administración provoca en el organismo la inmunización activa contra la enfermedad producida por ese germen o toxina". (Dicciomed)
El vocablo "vacuna",
neologismo, s. XIX, nace de "uariola
uaccina", "viruela vacuna",
que afecta a la ubre de las vacas, enfermedad del mismo tipo que la viruela
humana, sobre la que Edward Jenner, padre de la inmunología -cuyo trabajo, como
el de Ignaz Semmelweis sobre la sepsis
puerperal y su tratamiento con solo agua y jabón, "ha salvado más vidas que el de cualquier
otro hombre"- intuyó eficaz inocular material dañado por la enfermedad
bovina en seres humanos para inmunizarlos y, publicado en 1798 y documentado en
1846, significó el vocablo como material procedente de vacas infectadas de viruela
que se utiliza, inoculado en humanos, con fin terapéutico, una técnica cuyo
uso, mejorado por Louis Pasteur, se extendió a otras enfermedades y acabó siendo
viciado, mudado -como casi siempre- en lucrativo negocio de grandes empresas y/o
golfos que, según para quién/qué, fue "progreso",
concepto muy sobado y degradado al servicio del poder espurio, ignorando a que,
desde un punto de vista científico, Diccionario
filosófico marxista, "progreso"
no solo es avance, "evolución de lo
inferior a lo superior, de lo simple a lo complejo, transición a una fase más
alta de la existencia", sino que, en verdad, exige que sus causas y
efectos estén claras y, además, socialmente controladas, de modo que beneficien
a la mayoría.
Por el bien de todos, cavilado lo anterior, resulta cada día más precisa, evidente la urgencia de “vacunarse” -de verdad, bien- contra lo que los de siempre, “ellos”, aquí ahora apoyados en los que dicen ser -no la izquierda- “progresistas”, metidos a hoz y coz, con egoísta descaro en el mismo lodazal económico/mediático de quienes definen/defienden qué interesa a “el capital” -un ejemplo, aquí, siempre bien situado, lúgubre M.A. Castañeda, del que nunca olvidaré cómo en los años 70’s me señalaba, joven padre de dos niños, en su influyente panfleto de entonces, entre asesinatos de obreros, estudiantes, abogados, cárceles,…, como abogado, que en efecto era, del ilegal, perseguido PCE- deciden un futuro en “progreso” con vehículos individuales, energía eólica, nuclear,…, la que sea, infecciosos viajes, “tablets” y “smartphones” que explotan, asesinan niños en los países que producen sus elementos… y lo imponen con opresivo (ab)uso de los “aparatos” del poder económico, mediático, político,… apoyados en las pésimas leyes de un contrato social que aplican tribunales injustos.
Sabio, lo prefiguraba ya en 1977 Enrico Berlinguer, en sus paralelas
conclusiones a una convención de intelectuales y a la Asamblea de los marxistas
lombardos, editadas aquí, en 1978, por Editorial
Materiales en el librito “Austeridad”,
pensada y potente “respuesta del PCI,
Partido Comunista Italiano, al programa de austeridad ante la crisis” que
se nos imponía entonces y que, incendiario, prologaba el que era secretario de
la Comisión de Teoría Económica del PCE, Partido Comunista de España, Julio
Segura, años más tarde, ¡qué vergüenza!, 2007-2012, presidente la ultracapitalista
CNMV e imputado en el “caso Bankia”,
pero que, entonces, hace 45 años, preguntaba cómo era qué algunos marxistas
defendían la austeridad que siempre habían combatido, explicando, repito yo hoy,
algo plenamente actual, "la política
de austeridad transformadora (...) es algo radicalmente distinto de una
política de rentas y de una política estabilizadora económica",
estando ahora fijamente unida a las serias, intensas, perpetuas crisis
económica, política y, peor incluso, de valores que sufre el capitalismo, a las
que siempre se ha hecho frente con políticas “keynesianas” de 1) expansión del sector público -cada día más funcionarios
inútiles y otras “manos muertas” al
servicio del sistema- como motor de la actividad del sistema hacia “su progreso”, con contención del
crecimiento salarial, incremento de los beneficios empresariales e intento de
limitar la inflación que pudiera derivarse de tal política y 2) aumento de la
intervención imperialista en las zonas más pobres y atrasadas del mundo, hoy
insoportable, con lo que han evitado toda intento de transformación social y
política cualitativa que pueda propiciar a) el control de los mecanismos de
distribución y de, al tiempo, acumulación de la riqueza, b) el fin de la propiedad privada del capital rentable
y c) la desaparición de la estructura de consumo capitalista, privado, con
necesidades ficticias, artificiales y sofisticadas, generador del ingente gasto
improductivo que sostiene el sistema económico capitalista, todo ello tan excesivamente
desarrollado que, de facto, ha supuesto su actual agotamiento, que hoy agrava
-¿de modo (mal)intencionado?- la -que dicen- “pandemia” y hace a Slavoj Zizek afirmar que ha generado -en interés
de "ellos"- “la paulatina aceptación de la vigilancia
intrusiva en nuestras vidas futuras” y, más grave, nos ha recluido, dicen, “para ser solidarios”, lo que hace
concluir que, con tantas y tales crisis, empezamos a vivir, como el Sacro
Imperio, en un mundo que ya no es el nuestro, algo que, si no actuamos,
lamentaremos, siendo claro que “la
solución no será el aislamiento, ni la construcción -impuesta por viejos
tiranos- de más muros y posteriores
cuarentenas”, sino una “plena
solidaridad incondicional y una respuesta coordinada a nivel global, una -pese
a su mala prensa- nueva forma de lo que
antaño se llamó comunismo”.
Lo peor, eterno riesgo, explica Giorgio Agamben, estribó,
reciente, en el símbolo que fue la eliminación por los nazis de parte del
subconjunto “pueblo”, la -que afirmaban-
inferior y, por lo que fuere, merecía la ejecución a manos del conjunto global
“Pueblo”, el hecho de que un cuerpo
político integral pudiera imponer su
voluntad -injusta-, lo que hace que la idea marxista de “lucha de clases” no sea otra cosa que constatar cómo “la lucha intestina que divide a todo Pueblo
solo tendrá su fin cuando, en una sociedad sin clases -o en el reino mesiánico-,
Pueblo y pueblo coincidan y no haya ya propiamente pueblo alguno”; a partir
de tal idea Agamben analizó la idea de “campo
de concentración”, en que se desarrolló la más absoluta conditio inhumana, concepto no vinculado
al derecho ordinario, pues, en su origen -españoles en Cuba o colonialismo
inglés-, era la “extensión a toda una
población civil del estado de excepción nacido de una guerra colonial”
ganada/perdida, lo que generó una ley marcial, algo más evidente es el caso de
los “lager” nazis, precedidos -¿no
empieza a ocurrirnos aquí con lo de la “pandemia”?-
de una “policía preventiva”,
aplaudida, incluso descontenta, que “pone
bajo custodia” a individuos concretos sin ninguna implicación penal
relevante, a fin de evitar molestias para la seguridad de “su” Estado, siendo “el campo un espacio de excepción, en que la
ley suspendida de forma integral -¿es verdad que suena?- hace posible todo en él”, con “el estado de excepción convertido en regla”
y el "campo" como nuevo
regulador oculto de la relación entre vida y orden jurídico, a partir de “la imposibilidad de que el sistema funcione
sin transformarse en una máquina letal”, algo que genera -ya se está
produciendo- el fin del viejo “nomos”
-la ley como forma de justicia que distribuye o retribuye- y “una dislocación de las poblaciones y de la
vida humana según líneas de fuga completamente nuevas”; todo útil para que,
alentados/engañados por los que ansían lo que el innominado -zorro topo,
humano- animal kafkiano de “La madriguera”,
“Der Bau” que, obsesivo, queriendo
construirse una inexpugnable guarida acabó, en realidad, creando una trampa sin
salida.
“Foro” era plaza
central en las ciudades de Roma, con notables edificios públicos, donde se
celebraban asambleas y juicios, pues bien, el pasado 25, jueves, El Delirio Montañés llenaba su página 45
de “publicidad” -¿quién pagaba a
quién, a cambio de qué?- del Foro de
Energía. Encuentro sobre la energía de Cantabria, abierto, el día 2 de
diciembre en, ¡faltaría más! el Auditorio
Centro Botín, organizado por el medio y patrocinado -el lobo y las ovejas-
por Capital Energy -molinos tutti plein-, Sodercan y el gobierno
regional, la crème de la créme, top of the world, siendo llamativo -no inesperado-
que, a quien intenta inscribirse en confirmación.eldiariomontanes.es,
se le ratifica lo arriba cavilado sobre campo,
vacunas y progreso, puede comprobar que no le es posible, pues, salvo sin duda
para "ellos", tal foro hoy no
existe; es publicidad.
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