141 Los domingos, cavilar
46 Covilación
Silencio siempre
Fernando Merodio
15/11/2020
“La epidemia es una enfermedad zoonótica en la que
el virus ha saltado de un animal a un humano y somos responsables al haber
creado las condiciones para que eso fuera muy fácil, al destruir el medio
ambiente y poner a los animales salvajes en contacto estrecho con las personas". (Jane Goodall. Primatóloga).
La
situación generada, al alimón, por el capital y los -corrompidos- vividores de
la política que, un bloque, nos han caído encima, aplastándonos, evoca los
relatos de la mitología del horror cósmico creada por H.P. Lovecraft y su
"circulo", con Robert E.
Howard, autor de Conan, Solomon Kane y
Kull, Robert Bloch que, entre otros relatos de terror, escribió Psycho, Psicosis, Clark A. Smith y sus cuentos de la colección Weird Tales o August Derleth, creador de
El caso de Charles Dexter Ward o la
recopilación de los relatos de Arkham,
cuya lectura, la de todos, en el tétrico momento que nos están obligando a soportar,
recomiendo encarecidamente.
De cualquier
modo, existe una certeza, o arriesgamos para intentar frenarlo -algo que, al ser
quienes y como somos he empezado a confinar en el pequeño tabernáculo de los
sueños y utopías-, o renacerán los peores tiempos de los duros fanatismos
totalitarios, religiosos, dinásticos, identitarios, populistas,... y, como
siempre, el dinero, que aún crepitan entre los rescoldos de los diversos fascismos,
stalinismos, nazismos, las variadas formas del racismo asesino,..., que, impunes,
como Hitler con los libros “peligrosos”, ya han empezado a elevar sus hornos a
los 451º farenheit que posibilitan abrasar los libertarios, igualitarios logros
ilustrados de la Razón y las Revoluciones.
Viendo
cómo aquí y ahora, frente a la siempre acomodaticia (in)útil derecha, toma posiciones
tétrico, el inepto, egoísta,... conglomerado de intereses en torno a la -cada
día más- mercantil PSOE, del ruin, desleal nacionalismo catalán, el sádico
etnicismo vasco, que coacciona, agita y recoge los frutos comunes del árbol, aleados por la birria a que
han devenido, ganapanes sin programa, oteadores de sueldo fijo y un poder de
serie de TV, los seguidores de "Evita"
Iglesias, no puede extrañarnos que, a los 10 días de que un alarmado
ex-empleado de TUS me informara, el primero,
de que en los autobuses urbanos de Santander, CSIF, cosa que, descarada, dice ser un "sindicato", había usurpado espacio público para pegar un
pasquín y exigir a todos, no solo a sus acólitos, un tiránico "SILENCIO SIEMPRE", nadie ha hecho
nada por frenar la tropelía totalitaria que, corporativa, olvida la obligación
del conductor -o quien sea- de desinfectar -eso sí es profilaxis- asientos, barras,
puertas,… entre viajero y viajero.
No
esperaba nada, es cierto, de los injustificados sueldos de PP y VOX, ni del Ciudadanos del reservista militar
Ceruti, pero sí tenía un remoto -pueril- hilo iluso de que harían algo, al
menos simbólico, los mezquinos gestores de la marca "socialismo" que, desde 1939, no hace nada por la libertad e
igualdad o que, acaso, lo hicieran quienes, con el populismo andrógino de UxS, Unidas
por Santander, arrastran la digna y dura historia de lucha solidaria -y solitaria-
por la libertad del comunismo español,…, y resultó que no; frente a la agresión
al colectivo que, sin duda, son el exabrupto sindical y el odioso silencio de UGT y CCOO, ¿qué fue de las Comisiones
Obreras de Marcelino Camacho y, aquí, de las de Cote, Miera, Chus, Melo,...?
Son muy pocos los que -cuando no la había ni, por ello, se veía, desde la
caverna, moverse su sombra- con riesgo se fatigaron por la libertad de todos y son
los que quedan de esos pocos quienes, casi solos, la valoran y saben que, con lo
que cuesta ganarla y que lo que aquí hay ahora es un mero sucedáneo, costaría un
ápice, nada, perderla; estamos cediendo en todo a gusto del capital y por
irracional temor al mínimo, extraño virus.
La vida es diversas
cosas, entre muchas, una individual, física, personal y otra social, de grupo,
política sobre las que haber vivido -ya muchos- años corriendo a diario para
preparar diferentes maratones me ha enseñado que el yo físico, individual, mío
ha sido y es, ciertamente, lo que -y cómo- yo he respirado, si el aire era poco
o mucho, limpio o sucio, si llegaba a todo lo ancho de los alveolos pulmonares
y hasta el fondo de abdomen y vientre, si el oxígeno de ese aire era
distribuido bien por la sangre a todo mi organismo y si, al tiempo, expulsaba odioso
CO2, mientras mi otro yo, el social, político se nutría -bien- de una continua relación
con los que, selectivamente, elegía para compartir acción y palabra,..., hasta
que desde hace meses, la crispada y crispante mascarilla me impide respirar y hablar
bien, mientras el castrador, totalitario “silencio
siempre” evita que, por falsa seguridad para los más miedosos del nutrido
ejército de los cobardes y en exclusivo interés del capital y los políticos enunciados
arriba, material opuesto a las chatarras que enumeró Eduardo Galeano al
describir el, inconcluso, inventario del mundo elaborado por Arturo Bispo de Rosario:
“vidrios rotos / escobas calvas /
zapatillas caminadas / botellas bebidas / sábanas dormidas / ruedas viajadas /
velas navegadas / banderas vencidas / cartas leídas / palabras olvidadas y /
aguas llovidas”, todo historia que, antes de ser agotada por la vida, fue útil,
hermosa, antagónica a nuestros no vividos, inservibles oportunistas Sánchez, "Evita" Iglesias, Casado, Abascal, Arrimadas,
Puigdemont, patético Rufián, Urkullu,…, impar Revilla, sin más historia todos
ellos que su bovino acomodo en el insano calor de establo de sus fétidos
partidos, con la sola excepción del siniestro Otegi -“gordito” para los suyos-, que es una historia tétrica de la que
avergonzarse, ajena, nadie lo dude, a la de sus pioneros, “Apala”, “Argala”, “Pertur”,…, que, por encima de todo, incluso
de su etnicismo, además de arriesgar -y matar- con pistolas y bombas, tenían -y
defendían, de verdad-, no solo egoísmos personales y tribales, también ideas
sociales.
Jane
Goodall, primatóloga que en la tele explica cómo nos horroriza ser contagiados
por los animales y no nos preocupa contagiarlos a ellos, explica ahora su idea,
“la epidemia es una enfermedad zoonótica en la
que el virus ha saltado de un animal a un humano y somos responsables al haber
creado las condiciones para que eso fuera muy fácil, al destruir el medio
ambiente y poner a los animales salvajes en contacto estrecho con las personas", casi al tiempo de
que Greta Thunberg, niña sueca con síndrome de Asperger, nos diera la solución a
tan grave tesitura: "¡Hay que cambial el sistema!"; a partir
de todo ello, una cuestión, tras taparnos nariz y boca con la -digan lo que
digan poco fiables expertos- insana,
castradora mascarilla y callar ante el ruin -y para ellos útil- "silencio
siempre" del "sindicato", ¿alguien ha oído al dinero
o la política criticar rigurosos el daño ambiental y, a partir ello, exigir "cambiar
el sistema"? ¡Hasta ahí podíamos llegar!, ríen al fondo Iberdrola y
Banco Santander, mientras reducen plantillas y oficinas, tramitan EREs y
se enriquecen, al tiempo que destruyen al resto.
El
terrible mamarracho del teniente coronel Antonio Tejero fue, para quien tenía
dos dedos de frente y menos miedo que el que ahora casi todos al mínimo virus,
además de un grotesco espectáculo, una ignominiosa farsa pueril y un ratito de mínimo
riesgo, mientras su cateta frase icónica, “¡Se,
sienten coño!”, ha quedado arrumbada en el rincón de los cosas ridículas, cual
pellizco de ursulina o mal educado gritito histérico de niño escolapio, sin
posible comparación con la totalitaria exigencia del “silencio siempre” que trata de imponer -de hecho impone, sin
aclarar si el sigilo absoluto afecta a los odiosos smartphones- el patético “sindicato”,
a lo que se ve, tan poco experto en salud social como laxo al dirigirse y tratar
de condicionar al resto; todo ello es, lo sé, alarmante, muy peligroso,
primero, porque la cosa CSIF sea tan
ignara y osada, segundo, porque se lo hayan consentido, tercero, por el
silencio de UGT y CCOO -no confundir, por favor, con las Comisiones Obreras contra Franco-,
cuarto, por la vergonzosa complicidad de PP,
Ciudadanos, Vox, PRC, PSOE y UxS, que dicen representar a sus votantes y quinto, por la cobardía
de esos votantes que, por falsa seguridad y ser tan miedosos, se someten a
respirar mal, incluso a dejar de hacerlo, no tener relaciones -ni organizaciones-
sociales o familiares -¿sexuales?- y ahora, además, a viajar en autobús con las
ventanillas abiertas, prefiriendo morir de pulmonía que de Covid19; si no fuera
serio, sería para morirse -otro modo de hacerlo- de risa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario