domingo, 8 de marzo de 2020

95 Los domingos, cavilar Plataformas Fernando Merodio 08-03-2020

95 Los domingos, cavilar 

Plataformas 
Fernando Merodio 
08-03-2020 

"(...) 'desde el flirteo hasta proposiciones sexuales, dentro y fuera del ámbito de trabajo'. Graves indecencias, sin duda (sobre todo el flirteo, vicio copiado de las comedias de Doris Day), pero no delitos (...) Lo que a mí me abruma es que el cretinismo puritano de sacristanes y petardas alcance definitivamente estatura universal". (De la columna crítica dedicada a Plácido Domingo por Fernando Savater, filósofo, la víspera del 8-M, Día internacional de la mujer). 

Sustituyo hoy, Día internacional de la mujer, icono, gran preocupación metafísica de la coalición que da de comer a la mercantil PSOE y a la monarquía salafista, estrictamente familiar, de Podemos, mis apresuradas cavilaciones de fin de semana por las más reposadas pero también cimentadas en las fatigas de un arriesgado día a día de la Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria, referidas a una cuestión con menos incidencia en los manipulables vaivenes electorales pero con más peso en el incierto futuro del planeta Tierra y sus ombliguistas pobladores, la decisiva toma de posición sobre cuál será, de ahora en adelante, nuestra política energética y, en especial, quien controlará las decisiones, consecuencias y beneficios. 

Toda mi ya larga vida, desde que tengo -si es que tal cosa ha ocurrido- uso de razón, ha estado vinculada a diferentes y fatigosas "plataformas", desde las adolescentes y juveniles que me costaron la expulsión de tres colegios religiosos, -quizás- me llevaron a la política seria y sacrificada del PCE y, consecuencia de ella, a las socio-laborales Comisiones Obreras -que no deben ser confundidas con la burocracia subvencionada que hoy se publicita como CC.OO.-, ambas ilegales y -de aquel modo- clandestinas cuando yo formaba parte de ellas, caracterizadas porque sus austeros miembros laboraban para ellas gratis et amore, con -un cierto- riesgo y, en la medida de sus posibilidades, cada uno aportaba medios económicos para que subsistieran. 

Con su legalización -e integración en el sistema- fui perdiendo contacto con ambas plataformas de modo progresivo -de forma más radical, sin duda, con las odiosas CC.OO., ya no quedaba nada de las Comisiones Obreras-, para integrarme, siempre como radical individuo, en otras plataformas, todas ellas sociales con intención de "hacer política", vinculadas en un principio a los barrios, donde -con los precios, el urbanismo rampante, la falta de infraestructuras y servicios,...- se explotaba a los obreros más, mucho más incluso que en sus lugares de trabajo; era lo que entonces decíamos "movimiento ciudadano" y me uní a él seguro de mantener una vinculación, no organizativa pero sí ideológica, con el viejo, generoso marxismo, aun no disuelto en la oportunista IU u otros desgraciados inventos y, pues verdaderamente estábamos solos y nadie nos acompañaba, me llevé unos cuantos dolorosos batacazos. De intentar, obsesivo, cambiar el mundo, así de ambicioso e iluso era aquel joven, había pasado a tratar de influir -un poco- en la pretenciosa ciudad de la que nunca -de niño tuve la fortuna de vivir en Rozadío- me sentí miembro identificado con el resto; acabé siendo un desclasado. 

Una nueva plataforma que me elegía y en la que mi raro carácter impuso durante años un claro orden libertario, ácrata, incontrolado, me ayudó a influir -y a ser influido- durante 20 años en el deporte más serio, el atletismo en el que, como en su vida hacen el hombre -y la mujer, no se enfaden- se corre, salta, arroja piedras, lanzas,..., en la que llegué incluso a acabar, de aquel modo, unas cuantas docenas de maratones, una plataforma y unas carreras que dieron forma a una actividad lúdica que también exigió enfrentamientos y esfuerzo y duró, divertida y creativa, incluso muy positiva, hasta que mis ideas chirriaron en exceso para el pacato sistema, lo que me aburrió y abrió camino a lo que, cosa de los años, pudiera cerrar el círculo de una vida individualista... pero siempre vinculada a plataformas, grupos. 

Vuelvo a la electricidad, los Saltos del Nansa/Rozadío, y con ACAAT, un grupo transversal y variopinto, plantamos cara..., y derrotamos en el Tribunal Supremo y en Europa al peligroso grupo emboscado que es Red Eléctrica, su destructiva línea a 400 kv Soto de Ribera-Penagos-Güeñes-Itxaso,... anuncio de las hoy imprescindibles para el gran negocio del 1% que es el oligopolio energético grandes interconexiones eléctricas y de ahí a la pequeña, -muy- sólida, invencible Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria que, desoyendo los cantos de sirena de los paniaguados políticos del capital, presta la atención precisa a pamemas para electores como la igualdad entre desiguales, el "gatopardismo" del maquillaje de la abusiva regulación laboral o el lavado de imagen a las -útiles- apuestas, alimentarias tareas en las que, entre otras fruslerías, ahora fingen ocuparse los destruidos restos del naufragio, se dirige como Marlowe, premonitorio personaje de Joseph Conrad, al corazón de las tinieblas del sistema, donde se cuecen las peores maldades del decisivo control de la energía y, al tiempo que batalla con éxito contra sus destrozos, ha elaborado el breve documento que acompaño y cuya lectura, a la vez que lo ruego, recomiendo. 

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