CoVilación. 2
Caos
Fernando Merodio
20-03-2020
"Políticamente, vemos a menudo cómo los oprimidos, los vencidos, los explotados se convierten en un instrumento en manos de los opresores, los poderosos, los grandes malvados." (Claudio Magris).
"(...) un falso buenismo es una respuesta mala y contraproducente a los terribles problemas que estamos viviendo (...). La manía de mostrarse políticamente correcto indica debilidad y lleva mucha agua peligrosa al horrendo molino del rechazo cultural (...)" (Claudio Magris).
Una Circular de 19 de marzo del Consejo General del Poder Judicial, CGPJ, epicentro del Estado de Derecho, órgano que rige el servicio público esencial de los jueces, en tiempos -que dicen- de peste, destapa -supongo que de forma seria- una evidencia del caos que genera -inepta, desleal, insaciable- la mercantil "progresista", Sánchez-Iglesias & Co, nos avisa del peor futuro para los débiles, todos nosotros; denuncia que -pese a que, como mal achacan a Ignacio de Loyola, lo sabio y prudente es, "en tiempos de tribulación, no hacer mudanza"- algunas autonomías empiezan a constituirse -salvo para pedir dinero- en cantones independientes y, un ejemplo, privan a la Justicia -en servicios mínimos- de prestaciones que ya tienen transferidas, supongo que la policía y, como antidemocrática respuesta, alguna asociación gremial de jueces pide no prestar el garantista servicio de tribunales y jueces hasta "la obtención previa de medios de protección"; peligrosísimo caos en que, una vez más, se lucrará y ganará poder el 1% de hábiles pescadores en ríos revueltos.
Hay otros asuntos serios -pero menos- que todos conocen y de los que -sin duda por el modo en que se nos informa sobre ellos, el que conviene al poder- nadie parece ver su real alcance, por lo que -como siempre molesto, políticamente incorrecto- meteré el dedo en la llaga de tres de ellos: la fúnebre situación, propia del sombrío Lovecraft, de los aparcamientos de los más ancianos, la falta de material de protección, fracaso del sistema sanitario, en los hospitales y la burguesita moda de peligrosas caceroladas e indiscriminados -injustos y peligrosos- aplausos desde cómodas terrazas.
Se ha hecho habitual que el tramo final de la vida de los muy ancianos que ya no sirven para "cargar" con los nietos se viva en aparcamientos más o menos finos que, cosa del lenguaje perverso, dicen residencias y son el mejor termómetro para medir la alta fiebre de la grave enfermedad que pudre nuestra vida social, familiar o como queramos llamarla, siendo cierto que, con el armazón de los "aparcamientos-negocios-residencias", públicas y privadas, y la zafiedad humana a que se condena a los -antes respetados- mayores a nadie -si escribo nadie, quiero decir nadie- puede sorprender que califique la relación -que ahora parece escandalizar- de estos con el CoV de tragedia que es su final tramo hacia el destino fatal -fatum, hado o sino-, inevitable camino que es más o menos duro a tenor de las circunstancias de cada caso. Aplico al respecto una de las últimas reflexiones que en su resistencia a la Nada dejó escrita Elías Canetti para su -inacabado- Libro de los muertos, "¡Todos los maltratados, tanto animales como hombres! ¿Y ésta es la vida que te interesa?".
Es el nuestro el mejor sistema sanitario, alardean Sánchez, Iglesias, Illa, el "ronco" comunicador de todos los días,..., pero sus profesionales no tienen mascarillas, batas, guantes, gafas,..., se juegan la salud tras meses de saber del virus y queremos regalar al capital, ¡de nuevo!, doscientos mil millones; ¿no deberíamos, quizás, en vez de, inanes y cómodos, aplaudir, dar la cara y enfrentarnos a quienes nos engañan?
Lo de las caceroladas da asco, Sánchez, Iglesias & Co son la corrupción con patas, incluso desleales rompen -los dos, porque les conviene- la cuarentena y, de pronto como si eso -con gente como nosotros- solucionara algo, ¡todos republicanos! Insisto, ¡un caos! del que somos consentidores cómplices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario