72 Los domingos, cavilar
¿Cómo os atrevéis?
Fernando Merodio
29-09-2019
"Endesa acelera el cierre de todas sus centrales de carbón 'por falta de competitividad'" (El País. 28.09.2019)"
"El mes pasado, cuando fui a verte, me preguntaste antes de que me fuera: '¿Aún andas metido en política?' (...) Te contesté; 'Sí cada vez más'. Dejaste pasar tres o cuatro segundos, me miraste y finalmente dijiste: 'Tienes razón, tienes razón, creo que nos hace falta una buena revolución'" (Edouard Louis, final de "Quién mató a mi padre")
Greta Thunberg, dispar de la mayoría, no tiene miedo, sabe que el capital, siempre inhumano, ha abierto ya la veda y lanzará contra ella a sus siervos más abyectos, pese a lo cual fue única, clara y seca en la farisaica Cumbre del clima de la ONU: "Estamos en el inicio de una extinción masiva y de lo único que habláis es de dinero y del cuento de hadas de un crecimiento económico eterno. ¿Cómo os atrevéis? (...) La gente está sufriendo. La gente está muriendo. Ecosistemas enteros están colapsando (...) Decís que nos escucháis y entendéis la urgencia (...), no lo creo (...) si realmente entendéis la situación y actuáis como actuáis, sois ciertamente malvados". Lo son.
Que nadie se deje engañar por la publicitaria cumbre, ni le obnubilen las masas que mueve a su alrededor; como en otras ocasiones, tiene la apariencia de bluff, otro, de nueva patética/cínica ficción de lavado de cara, de que, como siempre, en diez años todo estará resuelto, mentira que -otra vez- vomitan con la desfachatez trilera en que nació, creció y tan bien se mueve el capital. Nos toca empujar, "estar sobre ellu".
Aprovechando la publicidad mediática de la inane ONU -donde sólo chirrió la niña sueca- El País y la Cámara de Comercio España-EEUU, con el patrocinio de lo más granado, Abertis, BBVA, Telefónica, Iberia,..., montaban en New York un sarao en el que -en el sentido más gramatical del término- un sin/vergüenza, Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, a la que abajo practico una simbólica leve autopsia, censor-dueño con mano de hierro de Vocento -El Correo, ABC, El Delirio,...-, alardeaba sobre su futuro, el de él y su dinero, diciendo que "la transición verde es una oportunidad inmensa para Europa", su Europa, del capital y, ¡pásmense!, aplaudía que "en España hemos tenido una planificación medioambiental buena en los últimos meses y se ha preparado un documento muy bien hecho que se ha valorado muy bien por las autoridades europeas"; recargaba enfático el sin/vergüenza "medioambiental".
El gradual agotamiento, alto precio y mala imagen de los combustibles fósiles hace que la Iberdrola de Sánchez Galán y el resto de engendros energéticos y bancos traten, hasta que puedan hacer algo más agresivo y bueno -solo- para ellos, de capear lo que viene tapados por el ficticio -no lo creen ni ellos- paraguas del "capitalismo verde", destruyendo la lógica del desarrollo de las energías renovables, expoliando sus plusvalías, "diversificando las estrategias de acumulación del capital", Marx dixit.
Un ejemplo. Hasta el Istmo de Tehuantepec, México, 100.000 hectáreas de territorio comunal donde viven cinco pueblos indígenas con seculares esquemas de vida, han ido Iberdrola y otros de su ralea a implantar, aplicando la más cruel ley de la selva, 40 parques eólicos, 5.000 Mw, de los que el 80% son controlados por empresas netamente extranjeras, la mitad españolas, Iberdrola, Gas Natural/Naturgy, Acciona, Renovalia,..., y el 70% se implantan, no para el suministro a los indígenas, sino para el "autoabastecimiento" exclusivo de colegas capitalistas, Coca Cola, Walmart, Bimbo, Cemex,... y, con la eterna lógica neocolonial, causan dañinos impactos ecológicos, ocupan -como pretenden aquí- ilícitamente el territorio comunal, cambian ancestrales usos y tradiciones de vida, acaban con un pobre pero equitativo reparto de la propiedad y los frutos de la tierra común, usurpan empleando medios -cualitativamente como los de aquí- alegales, apoyados por políticos, "listos" locales, "sabias" universidades, sindicatos devastados, dinosaurios subvencionados,..., implantan megaproyectos sin informar ni consultar a los afectados y verdaderos interesados, ni debatir globalmente las características y efectos de lo que pretenden hacer, amenazan e intimidan -allí incluso asesinan- a quienes se oponen,... apoyados en opacos contubernios políticos, sucias redes clientelares con quienes, desde cualquier posición puedan apoyarles, comprando, desde su miserable miseria, voluntades en venta,...
Cualquiera mínimamente sensible, con dos dedos de frente y los solo 16 años de Greta Thunberg, puede ver qué está pasando, valorarlo, llorar de rabia y mirar como ella al psicópata que la "democracia" USA quiere como presidente... y a tantos otros, menos estúpidamente mediáticos, pero similares y, si además lee un poco, piensa un rato y deja a un lado algo de su personal egoísmo, le será incluso fácil concluir que la lucha contra la destrucción del planeta no la pueden liderar, con sus egoístas recetas de siempre, quienes, como Sánchez Galán e Iberdrola, nos han traído hasta aquí pues, siendo cierto que la apuesta por las energías renovables es conditio sine qua non para hacer frente a la destrucción del planeta, lo es aún más que ello no es suficiente.
Hoy nuestro mundo exige un modelo energético real sostenible pero, quienes han abusado hasta llegar aquí no pueden, con nuestra bovina aquiescencia, seguir machacándonos; Greta Thunberg repite, con tres palabras muy fáciles de entender, cual es nuestra inmediata obligación: ¡Cambiar el sistema!, la revolución que el hijo anuncia al padre viejo y dañado en el encabezamiento, transformar radicalmente las estructuras de poder y el egoísta modelo de producción y consumo, estructuras de poder y concentración al producir y consumir que nos han conducido hasta aquí; urge modificar los arquetipos económicos, políticos, sociales, culturales,... y, frente a los beneficios de las grandes corporaciones, imponer la sostenibilidad en la vida, toda, con base en la igualdad libre e ilustrada que, para los individuos, trajo la revolución francesa y el bien de los colectivos apoyado en firmar un buen contrato, y cumplirlo.
El viernes Santander me cargaba de optimismo -hacía muchos años que no- al ver cómo miles de jóvenes y niños con imaginativos mensajes toscamente dibujados en baratos/sostenibles cartones -a ver si aprenden los que usan los nombres de los viejos/imprescindibles sindicatos, arrumban sus publicitarias banderolas de plástico y, de nuevo, se ponen a hacer algo por los apaleados- que seguían de forma mayoritaria las sólidas ideas de la niña sueca y aunque la manifestación era convocada por una reciente y autodenominada Alianza Cántabra por el Clima, ACxC, acrónimo que amenaza continuidad, 15 grupos sociales, entre ellos 3 sindicatos, que no siempre han ido en la dirección que, sin ambigüedades y con urgencia, hoy marca Greta: "cambiar el sistema", llegando algunos de ellos a ser socios felices de un tal Agustín Valcarce, gerente de la dañina Asociación -industrial- eólica en poco fiables y -solo- egoístas cooperativas de consumo. Me alegré al no ver -no pude estar hasta el final- a ninguna de las viejas caras que, sobre el tema, se reunen con Revilla, Martín & Cía, asumir protagonismo, si bien -siempre habrá una queja- era ofensivo que en la cabecera de la marcha, muy alta, fuera esa cosa de la misma familia de la cruz gamada que aquí llaman "labaru", al tiempo que alguien con megáfono -dudé si sería Revilla- animaba a niños y jóvenes a corear ¡queremos que Cantabria sea infinita!, exabrupto que, en un acto que apoyaba las ideas globales de Greta Thunberg, era cruel mezcla de cateto anuncio partidista y afirmación nazi de Trump en la ONU: "El mundo no pertenece a los globalizadores, pertenece a los patriotas". Quien quiera que jóvenes y niños pesen en la transformación global que el planeta -no nuestro pequeño ombligo lleno de pelusas- exige, sabiendo imposible evitar que los manipulen, debiera intentar que no lo sean tan burdamente, con tan poca inteligencia y en la dirección de los malos.
Termino con el encabezamiento, "Endesa acelera el cierre de todas sus centrales de carbón 'por falta de competitividad", no se cortan un pelo y, en este momento, lo reconocen a cara de perro, así que, si no se van ellos, hay que echarlos a patadas.