domingo, 22 de septiembre de 2019

71 Los domingos, cavilar Votar no es democracia Fernando Merodio 22-09-2019

71 Los domingos, cavilar 

Votar no es democracia 

Fernando Merodio 

22-09-2019 

"De otros no ha quedado recuerdo, / desaparecieron como si no hubieran existido, / pasaron cual si a ser no llegaran, / así como sus hijos después de ellos" (Eclesiastés, 44.9)

"(...) En el origen de mi escritura hay pasiones tristes como el enfado y la revancha. Y no solo respecto a las cuestiones de clase. Aspiro a vengarme de lo que nos hace la vida, (...). La escritura me permite devolver puñetazos. Al escribir me siento menos víctima" (Nicolas Mathieu. Autor de "Sus hijos después de ellos") 

Tras saldar el PCE, Angel Agudo, secretario general de IU, encabezó en 1995 junto a Martín Berriolope y Emilio Carrera, una lista al pequeño parlamento de aquí y, con votos comunistas, los tres fueron diputados, al tiempo que Ezequiel Martínez y dos más de los que ni el nombre recuerdo lo hacían a concejales de Santander, para acabar integrados los seis juntos, tras muy breves artimañas de disimulo, en la "caja" común -del dinero- que -sabemos- ha sido y es la PSOE, sociedad muy lucrativa en la que los dos primeros, hábiles, ocuparon cargos consolidando su sucia condición de tránsfugas, con la agravante de que lo que traicionaron fue la Historia, la vida de personas serias y comprometidas -casi únicas- en la lucha contra el Franco, al que ahora la PSOE no es capaz, tras chirriante escándalo, ni de sacar de Cuelgamuros.

Me lo pusieron muy fácil para, a partir de entonces, activista fijo y convencido de la acción política, no volver a hacer uso del derecho al voto, por el que, joven cándido, luché con un cierto riesgo... que para mí nunca me pareció grande, ni en especial fatigoso; ya entonces, aunque no tanto como hoy, tenía muy claro que en lo que aquí ahora dicen democracia, votar es filfa.

La democracia, del griego dèmokratía, describe el gobierno del pueblo, siendo en su origen un concepto que atribuía el ejercicio del poder al conjunto de los ciudadanos pero, al mutar más compleja la sociedad, evolucionó a forma de organización en la que las decisiones colectivas las toma "el pueblo", sí..., pero mediante mecanismos de participación indirecta que tornan impunes a quienes de verdad deciden; en mi idea, cada día más lejana a lo que vivo/veo, la democracia se debería esforzar, en lo que se refiere a actos políticos de representación, por llevar a cabo un radical control popular de las obligaciones de un previo y riguroso contrato social bien redactado; contrato y mandato que, en una sociedad tan laxa -o, si lo prefieren, tan líquida, corrupta- como ésta, en la práctica no existen, por lo que el supuesto gobierno del pueblo es suplido siempre por una de las dos figuras que dibujaron Platón y Aristóteles, "monarquía", imposición unipersonal, o "aristocracia", gobierno de unos pocos, en teoría de los mejores y en la práctica aquí ahora de peligrosos irresponsables políticos. 

Entonces no confundían, como ahora, democracia, gobierno de la gente -salvo el 75% de esclavos y nobles- y república, en la que, por encima de todo, importaba la ley justa, conceptos que han evolucionado con el transcurso del tiempo a gusto, en general, del amo/usuario; yo pienso que sólo es democracia la directa, decidir los afectados en proximidad en asamblea. sin excluir a ninguno, pero las revoluciones burguesas, en especial la de 1787 en los USA y sus posteriores enmiendas, la hicieron más confusa y manipulable por el poder desde, primero, las más diversas -dispersoras fuentes de inseguridad jurídica- ideas liberales, que obligaron a Lenin a utilizar la popular frase que tanto gusta recortar y manipular el abusivo censor Castañeda -risible al escribir sobre "Periodismo y democracia"- reduciéndola a "libertad ¿para qué" -y así interpretarla a su gusto- manipulando lo que en realidad dijo: "libertad sí, pero ¿para quién?, ¿para hacer qué", rúbrica de la libertad de elección que defendía Lenin, "no entre 'la bolsa o la vida' sino entre 'la crítica o la vida", que evidencia su desprecio hacia la demagogia liberal sobre la libertad, que vemos dónde nos ha conducido, obligándonos incluso a tener que soportar que Banco Santander, Endesa, Iberdrola, Viesgo, ACS, Acciona,..., ¿incluso Castañeda, Martín, Revilla, PP, PSOE,...?, abanderen la irrenunciable y urgente guerra mundial contra el calentamiento global. 

Ya he escrito otras veces sobre Lenin y su anuncio en "Imperialismo, fase superior del capitalismo", 1917, del monopolio que hoy es efecto cierto de la ilegal, injusta, abusiva,... ocupación/usurpación del territorio de todos por el capital, para ya decidirán qué, de la que el caos eólico que ahora PSOE-PRC impulsan aquí es ejemplo de cómo el insaciable capital depredador propicia que países, empresas, personas,... acumulen capital mediante las siempre injustas plusvalías que, ilícitamente, obtienen de la riqueza común, destruyendo el planeta; en Perú, es un ejemplo Máxima Acuña, campesina de Sorochuco que, en su tierra, hace frente a los que quieren destruirla extrayendo oro de ella, no es "ambientalista" ni "ecologista" como dicen incluso medios que fingen ser afines a ella -¡ninguno lo es, nadie se engañe, todos los medios están con el gran capital!-; Máxima vence en su pelea usando la ley, aunque ahora no tenga abogada que, humana, no soportó las amenazas o haya visto envenenado a su toro, manteniéndose viva aferrándose a una idea, dar respuesta digna a la sencilla pregunta que, en unos años, sus nietos podrían formular: "¿qué hicieron nuestros padres, nuestros abuelos, nuestras autoridades?" Aquí, a nadie parece preocupar eso. 

Explica Eric Hobsbawn, historiador marxista fallecido hace dos años, que, en lugar de las minucias económicas, el politiqueo con las pensiones y los botiquines que, para El Roto, son hoy la herencia más visible del mundo sindical, a principios del siglo XIX, tiempos sin duda muy duros, los líderes obreros pedían algo tan poco material, pero tan admirable y digno como "respeto, reconocimiento e igualdad" y, tras lograrlo -con sangre, sudor y lágrimas que ahora nadie quiere dar- alcanzaron otros logros de los que, quienes ahora se limitan a pedir incrementos porcentuales ridículos para pagar sus absurdas hipotecas, las letras de sus contaminantes e insolidarios coches, sus estúpidos desplazamientos en -aún más sucios- aviones para ver -un ratito- "las chimbambas" y traerse una visera con un logo de Nike y unas fotos -muy malas y repetitivas- hechas con su caro -y también dañino- smartphone,... 

Vuelvo a lo de la democracia, la representación, los partidos ¡uf!, los repugnantes tránsfugas,... y esa cosa que toda clase de poder, con el interesado e imprescindible aporte mediático, considera quintaesencia de la acción política ciudadana: votar y aquí ahora en la ridícula, humillante situación en que a los que sí votaron han puesto PSOE, PP, Cs, Podemos, espurriaduras como nuestro ridículo y lugareño PRC y, peor y al margen de todos, el insufrible egoísmo -que con apariencia gustosa se soporta- de anacrónicos e insolidarios nacionalistas catalanes, vascos,... y no sé si algún otro. 

Votar, en las condiciones actuales, no es acción política, es entreguismo cobarde, es hacer lo que señala la insoportable música de los flautistas Sánchez, Casado, Ribera, Iglesias,..., que llevan a quienes les sigan -y de rebote al resto- a donde yo me imagino; la acción política ciudadana es, sin duda, otra cosa y la practican muy pocos. 

Echan el resto los políticos con la violencia machista y sus odiosos 60 asesinos -y asesinadas- anuales, sin siquiera citar, para no ser acusados de socios de Vox, que al menos un tercio son extranjeros o que hasta en Suecia o Noruega el problema es peor que aquí y allí el hombre aún conserva la presunción de inocencia o, en igual banda de alarma justa, que hay 4.000 suicidios anuales, muchos de menores de edad, dos hombres por cada mujer y, quizás, debiéramos ser algo más equilibrados y justos. 

Anoche volví a ver "Good Night, and Good Luck" -Buenas noches, y buena suerte-, frase con que en los años 50 del pasado siglo cerraba Edward Murrow sus programas en la CBS, pionero del periodismo político televisivo que acusado -en falso en plena "caza de brujas"- de comunista, apoyado por su equipo, no la empresa, plantó cara a Joseph McCarthy, lo derrotó informando con verdad y dejó una bella editorial sobre el potencial de los medios para informar y educar. Mezclé envidia insana... y asco.

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