Lo cotidiano.108
De ancianos, covid19 y asilos
Fernando
Merodio
12/06/2025
Intentaré analizar dialécticamente los
históricos, gravísimos hechos que, como todos, percibe un anciano melancólico -muy-
viudo en el tramo 80 de su vida en que, sano como un roble con moho o una casa
con goteras, no hace el ejercicio que quisiera y le pide el cuerpo, pues hace 10
años, tras que un médico le extirpara un maligno tumor en la próstata -nada cuando
el, que dicen, feminismo progre lo coteja
con el de mama- el sistema sanitario
no atendió entonces, ni hoy, el síndrome quirúrgico causado en su pierna
derecha, por lo que, pese al -mucho- ejercicio previo -acabó decenas de
maratones- hoy solo puede andar despacio pero, al menos, pese a edad, pierna
seca, moho/goteras, dolor por estar solo desde agosto, freír mal un huevo, vivir
de una pensión de escasos 500 €/mes,… nadie le ha sugerido la usual ocurrencia
de aparcar en un asilo, lo que -entre otras cosas- impediría su pelea contra el
1%, esos gigantes que intentan robar el mejor territorio de montaña en mano
común para implantar molinos de 200 m. y, por contra, le haría caer -dicen por
ahí- en las fauces de asesinos (¡) de viejecitos -como él- dejados en asilos… o
como ahora se diga.
El Roto 08/06/2025
Sin llegar a tanto, por ahí va la cosa
Intentaré, pues, salir del carril
político/mediático, identificar y, luego, denunciar a, tan oscos, crueles criminales,
maltratadores de ancianos como yo, en especial a partir de que la estructura
policial/represiva de la salud, “profesionales
de la política” de varios niveles -que la semana pasada esbocé con
Foucault- vio en la -útil- “pandemia”,
con subtitulo Covid19, medio para
callar al resto, anularnos y lograr -con impunidad-, como escribió entonces Ian
McEwan, británico en sus, bravas, “Notas
sobre el coronavirus”, que alguien en El
País -sin que lo detectaran los fondos, el capital- subtituló: “Sea cual sea la política de los gobiernos,
todos corremos riesgos y estamos involucrados en esta crisis. Si existen
discrepancias entre los intereses económicos y los sanitarios, queremos oírlas”,
sin que, pasados cinco años, nadie nos haya informado, entre otras muchas cosas,
del atroz abuso de quienes usaron -y usan- el -trampantojo que dijeron- Covid19, exigiendo McEwan -inteligente y
útil- que “ya va siendo hora de que (…)
la próxima discusión de un consejo de ministros sobre cómo continuar o cómo
terminar con la estrategia del confinamiento (…) debería retransmitirse por
televisión”, aclarando amable que ni siquiera pide derecho a votarlo, sino
solo, de algún modo, “estar involucrado”,
con la inquietud -lógica- de por qué cuando un epidemiólogo o un político citan
la “inmunidad de rebaño” -ofensiva, cruel
metáfora- no los interpelamos, “un poco
incendiario” modo de “resistencia
popular”, al tiempo que, para analizar el virus al que -decían- nos enfrentábamos,
acudía a Larry Bryant, que tanto ayudó a erradicar la viruela, para describir lo
que aun dicen Covid19 como: “(…) manojo de ARN envuelto en grasa… sentado
a esperar con paciencia hasta que no haya más personas vulnerables”; siendo
evidente, según Manuel
Cruz, filósofo ”pogre”, “(…) la paradoja de que por un lado nos pidan
que, unidos, combatamos al virus y, por otra, no nos permitan estar físicamente
cerca”, advirtiendo Santiago Alba Rico, también filósofo, que “(…) entiende el estado de alarma necesario,
pero con cuidado pues la situación puede enardecer la tendencia y, en lugar de usar
el parón para revisar con calma nuestro modelo social (…) nos dejarnos llevar por
el ardor del momento y acabamos como la República de Weimar”, lo que,
evidente hoy, aquí ha ocurrido, al no oír entonces a Emilio Lledó, nonagenario
filósofo no dudoso de radicalismo que dijo tener la cabeza llena de “recuerdos de la guerra civil, (…) la misma
inseguridad, los hábitos del miedo; no salir a la calle (…). aquel fue un miedo
concreto (…), este abstracto, difuso”, y un “gran problema, el desconcierto que no ayuda a pensar bien, cuanto lo
que precisamos en este momento es justo lo contrario: la razón contra el caos”,
imperando hoy el porte del personaje de Jim Harrison, “Leyendas de otoño”, al que, “hasta
los sucesos más corrientes, y la muerte es el más corriente de todos, le pillan
por sorpresa”, en vez de, como el sabio
rumano Emil Cioran, ver que “vivir es una
maldición” y “nuestra maldita lucidez,
anomalía evolutiva, no deja de recordarnos nuestra fragilidad”
El Roto09.06.2025
El que ronca puede ser cualquier anciano en
un asilo o, ahora dopado, Sánchez el Malo
Me
opuse con fuerza al represivo, ilegal, injusto “confinamiento”, fetiche progresista
con prefijo latino “con”, “encuentro, cosa compartida” y raíz “finis”, “borne, marca”, nada de lo cual casa con lo que, en Derecho, significa
tal palabro, lo que exige luchar contra la “progre”
represión de un pequeño virus -con estadísticas opuestas a lo dicho sobre él-, y
apoyo -solo- en test, higiene, mascarillas, guantes,…, ideas medievales de los
represores, refuerzo de mi -entonces- diaria pelea contra oscos “grises” -nunca serán, para mí, otra cosa,
sea cual sea el color de su disfraz-, cabestros como los municipales, siervos -en
el peor sentido- que, en 2020, querían impedir que Rosa paseara -y ni conocía- conmigo,
que, ¡por ser abogado!, sí podía hacerlo, insistiendo en que ella tomara el
aire -solo- cuando, torpes rucios, policías, Sánchez, Illa, quienes se lucraban
con las mascarillas -y más cosas- quisieran
El Roto
Desde mi -ya larga- experiencia, insisto
en pedir a todas las policías que, lejos de mí, no me protejan. Lo repito por
si, la semana pasada alguien, no lo entendió
Ciudadano, con razones jurídicas denuncié ante
la fiscalía superior regional el R.D.
463/2020,14 marzo, de alarma, recordándome su evasiva respuesta la odiosa
risa del perro pulgoso, restando importancia a que nos encerraran en casa con
trucos de un Sánchez que no consensuó con nosotros, cada vez peor, tras varias prórrogas,
siendo ilegal para constitucionalistas, incluso para una STC, suspender, sin razón
asaz, derechos fundamentales, ilegalidad que pretendieron hacernos pasar como leve
infracción meramente ética, no legal, cuyos autores -no confinados- en cuadrilla, eran "180 representantes políticos, -entre ellos, Bacigalupo/Ribera, que
fue tóxica ministra- directivos
empresariales, sindicatos, ONGs -dinosaurios
ávidos de subvención injusta- reclamando
que la UE supere esta recesión con políticas contra el cambio climático",
o sea con "inversiones masivas"
que administre -insaciable, creso- el 1%, mientras me impedían reunirme, pasear
con -dañada- Rosa y me imponían bozal para, con acelerado, ilegal trámite opaco
y lenguaje perverso, aprobar sin participación informada 1) la falsa Ley de Cambio Climático y Transición
Energética, 2) el fiero -con serias filípicas de Europa- PNIEC, Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, rector de todos, aprobado sin Evaluación Ambiental Estratégica, y para el que, sin respuesta, la Plataforma solicito su nulidad, Ley y Plan propiciados al socaire de, ilegal,
útil -para ellos- la Covid19, siendo, entre muchos, actos político-administrativos
de entonces, contra el interés general, ilegales, nulos, 3) el refuerzo, en
lugar de la anulación, del vejatorio Tratado
sobre la Carta de la Energía, 1994, y su cláusula/burla ISDS, Investor State Dispute Settlement,
regalo al capital del derecho a pleitear con los Estados, no en Tribunales
ordinarios, ante abogados ad hoc que dicen
"árbitros" y 4) el Real Decreto-ley 23/2020, 23 de junio, sobre
medidas en materia de energía, otra rendición/traición ante el 1%, cuatro graves
actos contra la mayoría, con el dolo cierto de su trámite, sin participación
informada, (ab)usando del inconstitucional estado
de alarma, que nos impidió -casi- respirar y dañaba bienes, libertades y
derechos, mientras -hoy evidente-.el capital, Sánchez, Ribera/Bacigalupo, Zapatero,
Begoña, David, Ávalos, Koldo, Cerdán y una larga lista de listos, se reían del
resto..
Coda sobre criminales.-
Octogenario en el estado arriba dicho y el duro placer de haber asistido -solo
como la una y sin dejarla ni un minuto en ningún asilo- al duro-plácido destrozo
final de sus 58 años como mi leal compañera y ya no hablaba, ni andaba, ni
conocía, todo ello exige un debate global y otro concreto sobre el atropello de
capital/pogreso en “lo de la Covid19” y, en especial, la
-muy- difundida denuncia del “asesinato” -dicen- de 7291 ancianos -muchos más
jóvenes que yo- en asilos de -solo- Madrid y en el trámite político-administrativo
de la Covid19 que -hoy una ruina- ponía
eufórico a Sánchez y, pues asesinato es “homicidio
doloso, intencionado, grave”, si queremos ponernos estupendos, deberemos analizar
-una a una- las causas familiares y socioeconómicas para dejar en asilos a los
-en principio- solo fallecidos, que ahora motivan, junto a afecto amoroso y acaso
mala conciencia, una muy dirigida ira, sin populismo, debemos fijar la real aptitud
para -buena- atención masiva en tales locales de -repito- toda España y si
-severos jueces- concluimos que hay culpas y culpables, ser justos en el
reparto de la quota-parte de castigo que, a cada uno, nos corresponda.
Pd. urgente.- Al
tiempo de una sentencia de la TSJ de Madrid en la línea de lo dicho, esto
-todo- se desmorona, ignoro hacia qué vamos tras un Sánchez amortizado que,
además de lo sabido, es muy torpe si pretende, tras la que nos ha montado -luchas
personales y tribales, socios amigos de asesinos, golpistas, forajidos huidos,
derroche de fondos que pagarán- next
generations, empresa/partido corrupto,…-, limitarse a ofrecer cambiar -él-,
tras lo de Ávalos y Cerdán, a éste por otro, es demasiado, y, en la cara norte
de mi viaje, hilvanaré crónicas en torno a lo que -pienso- nos viene..
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