Lo cotidiano.58
Conduce un loco
Fernando Merodio
29/06/2024
No tengo ni idea de cuantos militantes de base, como yo, del viejo y disciplinado PCE desoíamos las estrictas órdenes de Santiago Carrillo y votábamos no -en secreto y con motivos- en el iluso referéndum constitucional de 1978, motivos que, vistos hoy, eran tan propios e irritados como rechazar, como todas, la bandera rojigualda que me imponían o, tras vivir 40 años bajo Franco, no aceptar que “su rey” ocupara El Pardo o que, culmen de mi idiocia, el título VIII del texto que sabía engañoso, me pareciera exiguo para catalanes y vascos, incluso para verrugas como Revilla o, sobre todo, que siendo una Ley, el germen de su incumplimiento latiera en toda ella, desde su fatuo preámbulo hasta la disposición final pasando por sus 10 Títulos y 169 artículos que pocos han leído y, sabiéndola nacida de un mal poder, aún me duele la venerada futilidad con que la acoplaron Fernando Abril Martorell y Alfonso Guerra, pese a lo cual, releo su Título II, artículos 56 a 65, sucesivos al 55, que suspende derechos y libertades y, junto al 155, el 27 octubre 2017 puso pie en pared y frenó la codicia golpista del independentismo, un Título II que dice que el Rey es Jefe del Estado y exige que sus actos, todos, sean “refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes” que, al refrendarlos, son responsables de ellos.
El País 23.06.2024
Conduce un loco y el Rey, irresponsable, le obedece
Afectado por la ceremonia Trump-Biden, ambos de mi edad, “mendacitas vs dementia” y viceversa, mientras leía tal Título del idolatrado texto pensaba en cómo nuestro Sánchez el Malo, némesis de lo peor, no sintiendo bastante su maremágnum, el de su hermano, el de Begoña y los estériles conflictos abiertos, además de con muchos ¿ciudadanos?, con Putin, Netanyahu, Milei, el Frente Polisario,…, el 24 junio enviaba al Rey, tan ajeno a mí, a un Báltico cuya grave situación de conflicto convertía en locura hacerlo -según dice El País- por primera vez, con la grave “anomalía” de salir “de España sin un ministro con él”, pese a lo que -¿con qué instrucciones y de quién?- el medio afín titulaba: “Felipe VI promete apoyo a los países bálticos ante la amenaza rusa: ’Podéis contar con España’”, vestido con traje militar a fin de que Putin viera claro algo tan nítidamente bélico que hace incomprensible la falta de refrendo responsable público -la magistrada/ministra estuvo solo un rato para que la vieran los soldados que hacen nosequé allí- y de identificación de quien, facultado por la adorada Ley, tomó la decisión de ofrecer algo tan duro, de modo que, ¡uf!, viéramos su cara ¿Conduce o no un loco?
Simulacro de lavado de
imagen tras la grave “anomalía”
Consumada
la propia, egoísta idea que del riesgo bélico para los demás tiene, decadente mentiroso
que dice conducir por la izquierda, Sánchez el Malo, veamos cómo tal plenipotenciario
soberbio que usa con pocas luces al Rey irresponsable, viendo agotarse su contrato
como conductor sin haber adecuado el CGPJ
a la Ley a que yo me opuse -obligación suya, hiciera lo que hiciera la PP-, nos muestra impúdico cómo, al crecerle
los enanos que nutre, arregla el problema, como Lampedusa, en 10 minutos y es penoso
ver evolucionar la cosa y el cuento que cuentan sus rémoras y obscenos palmeros
de Prisa y La Sexta.
Así pues, es bueno reflexionar sobre el Poder Judicial, tercero de los que propuso Montesquieu, en el que hoy aquí influyen, mandan capital y partidos, poder que se basa en un orden jurídico previo que cocinan política y dinero, para resolver lides sociales que, facultad solo suya, valora cada juez/tribunal en la soledad de su mesa de trabajo, con los muy cortos medios de que es dotado, sea lo grave que sea el asunto sometido a su juicio, lo que, real y único, está claro que ese es el Poder Judicial que depende y defiende la soberanía del pueblo, no siéndolo la opaca ficción que empresas/partidos y “finanzas” a su interés y modo llaman Consejo General, como tampoco lo son, inútiles, el -difuso, incapaz- Tribunal Supremo o el -no judicial, político- Constitucional, que hacen posible ver cómo, en la Europa crecida en los rescoldos de Hitler, Mussolini, Petain, Mosley, Degrelle, Quisling, Salazar, Franco,…, ni un solo país entrega a España el “héroe del maletero”, convicto malhechor dañino, mientras plutocracia, política y medios serviles a la caverna alzan -sobre esos Altos Tribunales y Consejo General- el opresivo, burocrático, lóbrego entramado que, con una enorme, inaccesible puerta, narró Kafka, mientras se persigue, insulta, daña a los Jueces que en soledad, Poder Judicial repito, juzgan a diario, lo que hoy es ya una heroicidad.
Una puerta muy grande y personajes muy
pequeños
Tan ideal función jerárquica que intenta impedir -de forma parcial- que nos tomemos la justicia por nuestra mano… y otros abusos, siendo muy antigua no se ejerció siempre igual en toda España, con tan amplio organigrama de juzgados, instancias y gentes con -¡uf!- saber técnico y garantías para la esencial vía del recurso en un proceso justo, lógico con proporcionalidad imparcial, sin que para ello sea preciso, por fortuna, el muchas veces dañino voto popular, debiendo exigir -hoy tan deficientes- objetivos criterios de evaluación, responsabilidad y mérito, pues soy contrario al actual filtro memorístico de, tras una carrera, pese a tan importante, en exceso fácil -del montón, yo empleé 3 años no intensos en licenciarme-, una prueba para jóvenes titulados en Derecho sobrados, acaso, de fe en sí mismos, a los que permitimos que -toda su vida- nos juzguen; sería bueno pensarlo para atravesar la difícil puerta que es “El proceso”.
El Roto
Que nadie lo dude
No hay comentarios:
Publicar un comentario