sábado, 22 de junio de 2024

Lo cotidiano.57 Gatopardismo y extrema derecha Fernando Merodio 22/06/2024

Lo cotidiano.57

Gatopardismo y extrema derecha

Fernando Merodio

22/06/2024

Il gattopardo, relato de Giuseppe Tomasi de Lampedusa, fue publicada en 1958 por Giangiacomo Feltrinelli, millonario comunista italiano muerto a los 45 años, en 1972, al errar colocando una bomba en la base de una torre de alta tensión junto a Milán, narra la vida en Sicilia, 1860-1910, de Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina y su familia, su título remite al jaspeado animal de su escudo de armas y narra el melancólico final de la aristocracia con sus miembros más listos sabiendo que los cambios que les afecten serán mínimos, como explica el célebre,  antológico diálogo de Fabrizio, Burt Lancaster en el film de Visconti, 1963, y su hábil sobrino Tancredi, Alain Delon, que reproduzco todo lo textual que puedo:

"- Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie.

- ¿ Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado.

- (...) una de esas batallas que se libran para que toso siga como está".

¡No se puede explicar mejor cómo actúan siempre los listos, “progresistas” de todas clases!

Peligrosos que traicionan, “progresistas” de su “pogreso

Acaso no con la belleza de tal novela y del film del noble Visconti pero, si cabe, más real, la militante vitalidad marxista de Bernardo Bertolucci nos lega el monumental Novecento, tabla de paleta, ¡ay!, de la lucha de clases que, en 1945, a su final nos deja, como cuando todo empezó, como estaba, con el campesinado volcando su rencor -no al capital- en el pelele fascista Attila Mellanchini, interpretado por un excelente Donald Sutherland, muerto hace días, mientras Olmo Dancó, Gerard Depardieu, proletario campesino al que los suyos no entienden, se enfrentaba a los nobles, patrones y a la guerra que, aun ganándola, pierde, tras la que sus toscos compañeros entregan las armas -única violencia que, pues nos iguala a todos, el poder recusa- a la PSOE de allí ayer, se reencuentra con el noble Alfredo Berlinghieri, Robert de Niro en el film, amigo de infancia/juventud pero enemigo de clase y, entre la euforia y la gresca trabajo-capital, nos deja un goyesco duelo a garrotazos entre dos viejos vueltos a la infancia.

Hoy, tiempo indecente y revuelto, con la crisis del clima ahí delante, alguien intuyó el sucio chollo que puede ser amagar con la ultra/extrema derecha, hoy sin garras, reaccionarias mercantiles empresas/partido útiles a Sánchez el Malo y su recua para asustar -al que se deja- con la vuelta de aquello que, insisto, enojoso e importante, aquí generó poca -pero heroica- oposición entre nosotros, nuestros padres y abuelos, como tampoco -si volviera- la generaría en Sánchez el Malo y la gente de su mercantil trilera, tasqueros venidos del FRAP parapolicial, eurodiputadas, plutócratas del fútbol,…, rémoras de toda laña que, héroes sin riesgo, hoy son muy valientes.

La traición de los de las banderas rojas

Extrema derecha, reaccionarios, ultraconservadores,… que, con su visión mítica, irreal del mundo, proponen volver a lo viejo fueron contrarrevolucionarios para los hoy arrumbados insurrectos americanos, franceses ¡montagnards!, rusos,…y, hoy, ya sin atisbo de revolución, tenemos que vivir la farsa, siervo del peor poder, el pútrido “progresismo” que aquí encarna el peligroso Sánchez el Malo, la peronista Evita Tocino y los parásitos subsidiados que avanzan, crecen -ellos-, mientras el resto, simples consumidores, miramos atrás sin proyecto, ajenos a lo que fue la ideología, acervo de normas, pauta social para acabar con la desigualdad económica, antes campo de batalla y hoy turística playa en que las dos clases, oprimida y opresora, no luchan; la expresión derecha o extrema derecha se refería, illo tempore, al lugar en que se sentaban en el parlamento francés de finales del s. XVIII monárquicos y conservadores, siendo ideologías de extrema derecha en el s. XX la fascista, nacionalsindicalismo en Italia y la nazi​, nazionalsocialista en Alemania, hoy derrotadas impulsoras de trágicos episodios ambas que, no debemos olvidarlo, tienen  un fuerte hedor “nacional” y vínculos con esos socialismo y sindicalismo que hoy aquí llaman “progresismo”.

Amenaza, insistente, con la extrema derecha la cuadrilla de Sánchez el Malo y lo difunden -no la dócil derecha perjudicada por ella- los dañinos voceros que, émulos de Goebbels, sirven al capital sin alma ni patria y que, crítico analítico escucho/leo a diario, ¡Que viene el lobo! anuncian y, no teniendo muy claro quién es la alimaña, quizás no baste a los que lo gritan con dosis de gattopardismo o el final de Novecento y exijan que sean muchos -no hay que olvidar que ya somos 8 mil millones y creciendo- los que, molestando por distintos motivos a los del deficiente, odioso Attila, intente liquidar, tenebroso, el lobo real.

Ver, en especial, a partir de los 4:20’ ¿Lo añoran quienes nunca usaron una horca o un dalle y en su vida han dado un palo al agua?

No hay comentarios:

Publicar un comentario