Lo cotidiano.30
Definir, defender el
imperio de la Ley
Fernando
Merodio
16/12/2023
Se
desvela el pacto secreto al ver cómo el día en que se “tomaba en consideración” su amnésica ley de amnistía, la PSOE, sin-vergüenza, da sus votos a EH Bildu para una tétrica moción de
censura, técnica parlamentaria de perdedores en la que es -muy- experto ese
Sánchez el Malo que, en este caso, hará alcalde de Pamplona a Joseba Asirón,
doctor en Historia del Arte con una sugerente tesis
sobre torres de linaje, casas fuerte y palacios de cabo de armería en la
Navarra medieval.
Con la -poco
usada- expresión “Estado de justicia”
el pasado jueves 7 la filósofa, catedrática emérita Adela Cortina publicaba un -magistral-
pensamiento de los que, junto a los de algún otro y las viñetas de El Roto, alivia mi vergüenza al comprar,
a diario junto a casa, El País -que fue-
de Polanco, Cebrián y Fraga, dando forma a lo que ella tituló “¿Mayoría progresista?” y subtituló “No es lo mismo democracia deliberativa que
democracia agregativa”, para repudiar la partidista teoría que se opone a “‘judicializar’ los asuntos” pues, explica
la filósofa, “el juez es el paso del
estado de naturaleza al estado de derecho”… si le dejan y no es un inepto
corrupto, añadiendo yo que, además, es un seguro, en especial para el débil, pues
regula la vida en la jungla en que aquí hoy depreda, sin pudor, gente como
Sánchez el Malo, reverso de Guzmán el Bueno, reforzando la filósofa al defender
tal “judicialización” -la lógica y no
muy compartida- idea de la sumisión de lo sociopolítico a la Ley y la Justicia, única garantía para el alegre
placer, incluso físico, de vencer -con las armas de ellos- al 1% que, hoy visible
y altivo como siempre, amenaza la vida en la Tierra…, siempre que no ocurra lo
que al personaje de la vieja y atinada viñeta de -siempre- El Roto.
Plantea
Cortina una enmienda a la totalidad de la catástrofe que nos tira encima el tal
Sánchez y, por ello, razona cómo la amnistía para delincuentes que -por pocos
que sean- son cuadrilla de votantes los desiguala con quienes delinquen sin tener
peso socio-electoral para ser amnistiados y, más aún, con quienes no delinquen,
haciendo a ambos víctimas de lo que ella llamó aporofobia e identificó como sentimiento
de miedo o, más aún, de rechazo hacia el pobre, al que culpan de su deprimida situación,
actitud propia de cierta política actual, que no otorga a esa inmensa mayoría
de “nadies” el trato que a quienes, repito,
forman una pandilla electoral.
Tras
valoraciones “políticas” de gente tan
meliflua como de la Quadra-Salcedo o Sartorius y tan poco fiable como Cebrián,
Adela Cortina parece haber abierto la veda a opiniones más pensadas, exigentes,
precisas de reflexión, como la de “El
espíritu de las leyes” de José Luis Pardo, catedrático, profesor de
filosofía, que analiza cómo es vulnerado tal espíritu, definido por Montesquieu
-quizás hoy muerto, como dijo, títere, Guerra- alejando Pardo tal vulneración
de lo que sobre la amnistía diga el -hoy tan poco fiable- Tribunal
Constitucional, pues, si la “legalidad es
la máxima instancia de legitimación del poder público”, la separación de
poderes que teorizó Montesquieu constituye “el
espíritu de esa legalidad”, su armazón esencial, resaltando, además, que
toda la pretendida similitud con lo ocurrido en la Transición se quiebra al comprobar cómo la muda de “la Ley para la Reforma Política fue sometida
al voto de todos los españoles”, mientras ahora “no solo se actúa contra la moralidad pública”, sino que al “cambiar radicalmente el marco de
plausabilidad” omitiendo el “pequeño
marco de verificación” que sería un referéndum votado por todos, con tal
amnistía que tanto necesita Sánchez se pudieran estar generando unas normas “en las que solo alentasen el rencor, el afán
de venganza y la cruda ambición de poder”,
sin que, salvo a posteriori, nadie de
nosotros pueda decir/hacer nada
Solo un
día después, Máriam Martínez Bascuñan, politóloga -como todos- y, la gran diferencia,
desde 2018 titular del poder espurio de ser directora de la opinión de, liberal-progresista,
El País, intentaba rebajar la acidez
de Cortina y Pardo, queriendo asustar con una lisérgica, urgente página suya
titulada “Al otro lado del abismo” y
subtitulada, agravando la actitud de su medio, con un fútil “la amnistía debería poder defenderse por
razones de orden político y rebatirse con argumentos del mismo tipo” y “España vive un momento donde (¿) se están violentado las costuras de nuestra
democracia liberal, pero también asiste a una oportunidad para activar de una
vez la agenda de regeneración institucional” ¿Por Sánchez el Malo y su liberal-progresista mercantil troupe de ineptos?, ¿por los de la capucha
y el egocentrismo independentista?, ¿por la rémora Evita Tocino y su desharrapado
populismo que divide y resta?, ¿por la carca, vaga, vana derecha?,..., y es que
hoy, aunque nos convocaran a un referéndum, no confío en nosotros.
Coda para
otra tragedia.- En el mamarracho de la COP28
de Dubái, sátrapas acordaron, inane, confuso y difuso, “transitar para dejar atrás los combustibles fósiles”, mostrando
exacta la evidente sumisión del imperio de la ley al -peor- capital el sádico
titular que, página 28, nos dejó en El
País 14/12/2023, Teresa Ribera, farsante liberal-progresista como la PSOE
y el medio: “El acuerdo de la COP es una señal relevante para los inversores”,
más claro ni -cada día más escasa- el agua.
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