263 Los domingos cavilar
Consecuencias
(funestas) de algo transversal
Fernando Merodio
19/03/2023
“La
decadencia empezó desde el principio y la catástrofe está siempre en curso; lo
importante es la lucidez” (Giorgio Agamben. “Medios
sin fin. Notas sobre la política”)
“El
filósofo sólo puede proponer en todo momento un análisis lúcido; no puede
intervenir más allá en esa catástrofe permanente que es el presente” (Giorgio Agamben. “Medios sin fin…“)
Transversal
es vocablo que proviene del latín medieval, transversalis, éste, a su
vez, del latín transversus y,
según el Diccionario de la RAE, significa “1.
adj. Que se halla o se extiende atravesado de un lado a otro. 2. adj. Que se
aparta o desvía de la dirección principal o recta. 3. adj. Que se cruza en
dirección perpendicular con aquello de que se trata. (…), estando ahora de
moda su más conocida práctica pública, los populismos de toda laya y, en
especial, esa “nueva política” de los
que aseguraban “poder” y fue que no…
salvo para ellos, con novedosas prácticas, muy rentables para su selecto,
peligroso y bien colocado grupo ya ha resultado, en exceso, dañina para el
resto, por lo que, entiendo, merece la pena dedicar un rato a “darles una vuelta” cavilando sobre qué
es eso tan selecto, influyente, peligroso y “nuevo”.
Para ello,
dada la -justificada- alarma social que han generado en torno a las 50 mujeres
muertas/año a causa de la jurídicamente llamada violencia de género, que hoy priva
de presunción de inocencia a -toda- la otra mitad y presta escasa atención a
otras -al menos, tan preocupantes- muertes, como los más de 4.000 suicidios/año
-y creciendo- muchos de ellos jóvenes y niños, sin buscar culpables ni castigar
al resto, parece bueno cavilar sobre la ofensiva, desagradable campaña “Ahora que ya nos veis, hablemos”, dinero
público, de todos para comprar insaciables medios, una campaña que, al parecer,
pretende imponer -no haré caso- el peculiar holograma que, las que vociferan transversales
tras abortar, ¡uff!, la ley del -“original”- “Solo sí es sí”, proyectan sobre las relaciones sexuales, vinculadas,
creo entender, a un insano sobrepeso cuya reciente adalid es una tal Ángela
Rodríguez, “Pam”, grasa acumulada que
a ”los del 78” nos insistían en que,
por salud, debíamos eliminar, mientras ahora “ellas”, las buenas, a ese insano “estar gordo” lo llaman en sus caras campañas -que pagamos todos- “aceptación del cuerpo” y tratan de
convencernos de que su fin es “fomentar
el diálogo y la conversación en torno a la sexualidad”, antes agradable,
siempre manido, y ahora -casi- tabú asunto, con(tra) “nosotros” los malos, para, en ese importante campo de nuestra
actividad cotidiana, en que, como en tantos otros, se nos muestran diferencias
-que las de la libertad transversal no captan- entre hombre y mujer, “alcanzar una sociedad más igualitaria”;
algo muy difícil cuando inician su publicidad de marca con el exceso agresivo y
falso de “ahora que ya nos veis” y,
sin pudor, alardeando de que solo pretenden “prevenir, identificar y actuar frente a las violencias machistas”,
no cualquiera otras, físicas, psicológicas, económicas que un hombre pueda sufrir,
ni la ejercida contra la infancia, los mayores, los dependientes,…, ni la que se practica en los barrios, las
comunidades, la escuela, el trabajo,…, ni mucho menos, que la hay y mucha, la
de estas feministas que, ahora llegan, transversales y, ¡sabias!, a marcar cómo deben actuar las parejas mayores,
las no habituales, las de discapacitados, las que tienen la regla,…, mostrando,
aún más, lo nociva, peligrosa que puede ser la violencia de, osadas y además
ignaras, “ellas”.
Pues el
adjetivo transversal define al sustantivo, sujeto u objeto que atraviesa a otro
de lado a lado, o está situado perpendicular a lo principal, o, incluso, desviado
de lo aceptable para el sistema como recto, aquí hoy, en política se dicen
transversales los que, originales/modernos, son ajenos al binomio izquierda-derecha,
dicen trascender a lo preconcebido en política y, “sabios”, arguyen “lo nuevo”,
que conduce a la tragedia a que nos llevan,
por lo que, sin ninguna duda, debemos frenarlos con resolución y dureza,
apoyados, como están, en la pasividad del jefe de planta que, satisfecho de sí,
ahora pastorea la recua de la sumisa mercantil PSOE, a la que, con puño -y
guante- de hierro, aplica la quinta regla de la primera semana de los “ejercicios espirituales” de Ignacio de
Loyola: “En tiempos de tribulación nunca
hacer mudanza” y huye, por ello, de la pretensión de “Cambiar el sistema” que, nada transversal, impulsa Greta Thunberg
llevándolo al otro, cobarde extremo de no hacer ni cosquillas al capitalismo.
Es flagrante
muestra de transversalidad entre vulnerables y no, el “bono social de electricidad”, descuento que se repercute a todos
para reducir la tarifa eléctrica, ¿a quienes?, en teoría a consumidores con
bajos ingresos, vulnerables o en riesgo de exclusión social, bono que se solicita por teléfono, correo
electrónico u ordinario, o mediante fax a alguna de las comercializadoras, que
ofrecen y financian tal bono, si bien, en la práctica, según los medios, tan
transversal es que, junto a los débiles de verdad, lo han pedido -y se lo han
concedido a-, lógico, políticos del PP y, menos previsible, a la médico/portavoz
progresista en la Asamblea de Madrid, martillo al que martillean, perceptores ambos
del descuento “por error”, un error administrativo en que no cae el ICASS -¿o
también hay casos?- al racanear y, burocrático, retrasar las “ayudas a la dependencia” de, por
ejemplo, quienes, viejos, vulnerable y con dependencia extrema diagnosticada
por la medicina pública, con todas la exigencias documentadas con certeza pública
¿Cuál es la (sin)razón de que no se les reconozcan, sin más, derecho y ayuda?, la
misma corrupción que permite percibir el “bono social de electricidad” a los
desalmados de arriba, o lo ocurrido con el
boquete para el dinero en las carreteras, o con la
soez vergüenza del descalabro energético eólico, o el irritante despilfarro de
la carísima desproporción rampante que llaman MUPAC, materiales hasta ayer depositados en un cochambroso bajo o
sótano, o que, publicado en los medio, nadie desmienta la relación del alcalde
familiar de Torrelavega, la peligrosa, multiusos Consejera de Presidencia, la
hija de Revilla,… con las empresas del
chusco affaire en carreteras,…
Vuelvo atrás
y digo que un movimiento
político transversal aglutina corrientes ideológicas diversas, de derecha e izquierda,
algo que conecta con el uso del término en el ámbito social más próximo, el
familiar, define a alguien colateral, ajeno a la línea directa y permite
entender que el más vociferante desde la transversalidad empezara por, sin
explicarlo como -entiendo-.debió hacer, comprarse una casa no normal, con
insostenible piscina, en la sierra en que convive con parte de los ricos de
Madrid, o que Ramón Tamames, 90 años, antiguo miembro del comité ejecutivo del PCE, “el partido”, comparta una improbable moción que pretende censurar al
jefe de planta de la gran superficie PSOE
con -eso que dicen- Vox, o que quien
fuera responsable de “organización”,
apparátchik del pequeño PCE local y me amenazó expulsarme por criticar al “búlgaro” Carrillo, firme en El Delirio bajo una foto suya, la
excrecencia de que “Santander está
experimentando una mutación paulatina desde la edificación del Centro Botín (…)
La materialización de las infraestructuras culturales previstas renovará la
economía de la urbe, la estructura social, la configuración del poder, el
hábital, el sistema cultural, la distribución del capital simbólico, la
mentalidad colectiva y la vida cotidiana. (…)”, espero que ruborizado mientras
aplaudía con las orejas
Al otro lado, un ejemplo, Rachel Corrie, 24 años, norteamericana nada transversal en lo serio, alumna de la Universidad de Olympia, Washington, miembro del International Solidarity Movement que moría el 16 de marzo de 2003, hace 20 años, en esa franja de Gaza que aún sufre el abuso del fuerte injusto, aplastada por una de las aplanadoras que la opresión israelí usaba -y usa- para asolar, impune, el territorio palestino; había escrito poco antes “abaten las casas aunque haya gente dentro, no tienen respeto por nada ni por nadie” e intentaba defender armada con solo su coraje, sus ideas y su cuerpo el derecho del débil a vivienda y agua, sentada en el suelo ante un bulldozer en marcha, fue coherente con lo que ya decía cuando era una niña de 10 años; un estremecedor reportaje gráfico da fe de ello.
Conmovedor testimonio de Rachel Corrie cuando era pequeña
https://es-es.facebook.com/166178190090613/videos/1266354060983672/?__so__=permalink
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