sábado, 18 de junio de 2022

224 Los domingos, cavilar La -mercantil- PSOE Fernando Merodio 19/06/2022

224 Los domingos, cavilar

La -mercantil- PSOE

Fernando Merodio

19/06/2022

En España, (…) en los años 60 (…) desde el punto de vista político, creo que todos los partidos, a excepción de los comunistas, estaban actuando de manera legal. Así que aquí tuvieron una transición paulatina (…)” (Entrevista en 1999 a Seymour M. Lipset).

El antifranquismo en España fue minoritario hasta 1975” (Entrevista a Ignacio Martínez Pisón)

 “Lupus est homo hominis, non homo, quom qualis sit non novit. ”Lobo es el hombre para el hombre, no hombre, cuando ignora quién es el otro” (Plauto “Asinaria. Comedia de los asnos)

Sin que para comprobarlo sea necesario retrotraerse a los años de Karl Marx, sabemos que las ideas socialistas estuvieron defendidas -cierto tiempo- por partidos políticos que combatían por proyectos y cosas que merecían la pena, serias, hoy venidos -hace tiempo, en todo lugar- a puras y duras estructuras del comercio, mercantiles, catástrofe que, pienso, definió exacta Seymour M. Lipset, sociólogo desde luego, vinculado a la frase que, corrupto y lúbrico, popularizó Bill Clinton: “¡Es la economía, estúpido!”, aporte -con mínima base- de aquel a la “teoría de la modernización” que, en su versión, conectaba democracia con crecimiento económico y -algo tan etéreo y dúctil como- “valores”, a partir de ideas -tan simples, pueriles, ¿maliciosas?, como las que expresaba acerca de la política en los años 60 en España- sobre los “benéficos” efectos sociales de la evolución del colonialismo británico en su decadencia y desaparición, definiendo la coincidencia USA-resto del mundo que, sin duda, es evidente si comparamos el conservador partido demócrata y los -que dicen- socialismos europeos, con cada vez menores matices reales que los diferencien.

El socialismo que se llamó también comunismo fue, en Karl Marx, seria corriente filosófica del pensamiento social, económico y político, germen de teorías, sistemas y movimientos unidos en la lucha por una igualdad que se apoyaba en la propiedad colectiva, pública de los medios de producción, alternativa al capitalismo, basado en el egoísmo individualista que posibilita injusta acumulación de capital a partir de la propiedad privada de esos medios, siendo aquel socialismo el mejor modo para intentar tal igualdad en un mundo en el que, diga lo que diga Emilio Lledó, filósofo fácil y cómodo, es cierto lo que sentenció Plauto en “Asinaria” o “Comedia de los asnos” y popularizó Hobbes en “Leviatán” o La materia”, “Homo homini lupus”.

Los partidos suelen ser -son- reflejo de las diferencias -antes expresión de sentidas, reales desigualdades profundas, hoy casi siempre meras disparidades transversales, ficticias, electorales, que distraen de la exigible atención a la verdadera desigualdad- existentes en la sociedad; la central lucha contra -todo- desequilibrio, en especial el económico, que está en la base de las mayores -casi todas las- injusticias, hoy suplida por controversias tangenciales agravadas por la progresiva “mercantilización de todo” que analiza Jorge Urdánoz, con un cierto sectarismo que tiende, en exceso, a la crítica -justificada- de la “modernización” en China, actualización que -es cierto- ha convertido al gigante comunista en un “Estado sin libertades, sin elecciones libres, sin división de poderes y sin las garantías jurisdiccionales propias de un Estado de derecho”, denuncia que, insisto, siendo -posiblemente- acertada sería mucho más útil si el dardo se dirigiera no -en base a la egoísta razón “mercantil” de que China es “nuestra” competencia comercial- solo contra los restos del naufragio del maoísmo sino contra la -nula- protección que, aquí ahora, tienen las que dicen libertades constitucionales, para concluir con rigor si votar a Núñez Feijoo o a Sánchez -incluso a Abascal o al rompe-huelgas Revilla-, decidir entre las corruptas ofertas de PP y PSOE, es elegir libres, si los “poderes” legislativo y ejecutivo son independientes entre ellos y no limitan al judicial, si el “contrato social” -que, desde un delirante periódico M.A. Castañeda, ignaro, peligroso muyahidín neoliberal, difama como “buenista”- es eficaz protección para el débil y, por último, si su cumplimiento lo garantizan con objetiva justicia los tribunales; yo (man)tengo serias dudas sobre las cuatro premisas que usa Urdánoz para fijar el carácter no democrático de sociedades que no son la nuestra.

EL ROTO 16/06/2022

En el cisma que -un día- estalló entre el radical comunismo, que proponía abolir la propiedad privada, y el más moderado socialismo, que planteaba (con)vivir en la economía de mercado para –intentar- someterla a formas de control social, nació la división entre la -que dicen- “dictadura del proletariado”, movimiento pendular -con cierta lógica- que se enfrenta con violencia a la violenta, opresiva dictadura del capital, de la burguesía y la -que también dicen- “socialdemocracia”, teoría política afín a la democracia representativa, con correcciones teóricas a la redistribución de los ingresos, la regulación de la economía en aras del interés general y el impulso del llamado -etéreo, dudoso- “Welfare state”,Estado de bienestar”, unidas, otra vez en teoría, ambas propuestas por los distintos grados del debilitamiento de la propiedad privada, del modelo económico que se asienta en producir lo que necesitemos en lugar de acumular capital, del control mediante un Estado poderoso lo social y lo económico, de la redistribución de la riqueza hacia -lo que algunos ven como utopía de- una sociedad sin clases, igualitaria en la línea matriz, ilustrada que, con apoyo en la Razón, marcó la revolución francesa para, finalmente, auto-gestionarse por una gran masa -en una sociedad industrial- de trabajadores.

EL ROTO 12/06/2022

Recientemente leía en un periódico la reflexión de Wolfram Eilenberger, filósofo alemán, “El mundo es un único jardín”, ¿comunal?, y acabé en la inspirada estrofa del evocador himno comunista cuando afirma que “el género humano es La Internacional”, sin divisiones insólitas ni distracciones transversales, como la actual, muy grave, provocada por la (pre)tensión de frenar el placer del –temido- sexo con distanciador, represivo, electoral uso sectario del género, que trae la -vieja, eterna- “nueva política”, desde luego ajena al “socialismo científico” de Marx y Engels y nacida -al tiempo, occidental pero similar al maoísmo actual - al socaire de la caída de la URSS y, con ella, del fin de la división del mundo en bloques, militancia que crea nuevos ricos con vacías proclamas y flamante, mísera, exclusiva fortuna, volcados en la compulsiva defensa de ésta, “nueva política”, hoy aquí rémora que succiona desde el lomo de la socialdemocracia y, como ella, vive feliz en la “sociedad de mercado” nacida tras el “fin de la historia” que -errado- dibujó Francis Fukuyama, “progresismo” de partidos con forma de “grandes almacenes” de ayer, hoy “grandes superficies”, enormes empresas cuyas ofertas prometen atender toda la gama posible de exigencias legales, judiciales, laborales, urbanísticas médicas, ecológicas, industriales,… posibles, tratadas como si fueran ropa, vehículos, muebles, calzado, alimentación,…, necesidades fijadas, bajo el capital, por ellos, con su publicidad y sus medios, para lo que hoy aquí la PSOE, financiada como sea, ha elegido un fatuo jefe de planta, imagen, que -cree, cuestión de fe- conviene a su interés, Sánchez, poniendo fin a la antigualla de las elecciones como forma en que se manifiesta la lucha de clases y rompiendo la seria referencia que era la liza patrón-obrero, la sustituye por el omnipresente, odioso, absurdo consumismo con el que, pues así nos han (de)formado, mostrar -solo- la imagen nuestra que queremos vea el otro.

No tenga nadie la menor duda, la PSOE es una estructura mercantil, con actividad y fines comerciales, generadora de funestas efectos, “progresismo” español que, con apoyo en fascismos regionales, cinco ejemplos, contra el calentamiento global engaña a todos al dejar -si no lo impedimos- el futuro de la energía en manos del más corrupto capital que -paradigma, Sánchez Galán- nos ha traído al caos, (ab)usa -de- la ineficaz lentitud de la Justicia para no cumplir -nunca- la Ley, nos bloquea con la (in)comunicación telemática, hasta El País, 16.06.2022, titula que “la política olvida los barrios pobres incluso en elecciones” y, símbolo, no se queja si el banquero -dueño del Muelle- se mofa en El Delirio, 17.06.2022, al afirmar que -en “su” encuesta- para el 63%, el container que ha tirado y se cae a trozos ”ha mejorado las vistas a la bahía”.

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