domingo, 31 de octubre de 2021

191 Los domingos cavilar ¡Joder, qué tropa! 2 Fernando Merodio 31/10/2021

191 Los domingos cavilar

¡Joder, qué tropa! 2

Fernando Merodio

31/10/2021

"Cuando el viento sople por todos los lados, desde el Este, desde el Oeste / ¡Señor no quiero morir en una tormenta!" (Dorothy Scarborough. Espiritual negro en "El viento")

"Sí, señorita, cuando salgo a buscar a un hombre regreso con él, vivo o muerto. Mientras yo sea el sheriff de este condado, aquí no se bromea con la ley" (Dorothy Scarborough "El viento")

Repito título y algún argumento de una anterior cavilación, lo actual lo exige; Mariano Rajoy, inteligente con -muchos- defectos tenía un nivel que echo en falta en los que hoy viven de la política y, entre otras cosas, nos recordó la repetida frase que profirió el conde de Romanones, 3 veces presidente del gobierno con Alfonso XIII, también del senado y ministro en 17 ocasiones, siendo jefe del gabinete, justamente irritado con los miembros de la Real Academia de la Lengua que, sondeados por él para decidir si aceptaba o no la propuesta hecha de ser candidato a formar parte de la -dicen que- docta institución, le garantizaron de modo casi unánime su voto pidiéndole que se presentase para, tras hacerlo y recontar los votos obtenidos, mantener -dicen- una afligida conversación con el compungido secretario que le informó: "Excelencia, tenemos malas noticias, no hemos salido", a lo que él, perplejo, replicó, "Pues, ¿cuántos votos hemos tenido?", respondiéndole aquel, con un imperceptible hilo de voz: "Ninguno, excelencia", lo que provocó la irritada, atinada frase, que merece mármol: "¡Joder, que tropa!". Por fiarse de (des)leales.

Viene ello al pelo en medio de la tormenta que padecemos, con fuerte viento que sopla de todos lados, desde el Este, desde el Oeste, desde el Norte y desde el Sur, vendaval que hace estéril lo que, siempre prudente, Joan Coscubiela -sin duda lastrado por no haber dejado en ningún momento la política “profesional” y anegado por el independentismo que, opresivo, le apura- aconseja en un reciente artículo -que no parece escrito con pasión favorable- a la special guest star de la cosa “progresista”, Yolanda Díaz, recordando, con Séneca, que “sólo se pueden aprovechar los vientos favorables si se sabe a qué puerto se quiere llegar”, condición que, sumada a la castradora carencia de un viento dominante, pienso que denigra a la mujer que dice querer impulsar “algo nuevo”, aunque la -que a mi me parece- cada día más elegante Sra. Díaz no tiene la menor idea de “qué y cómo construirlo”, y olvida, además, cómo es esencial en la fatiga política -de verdad- seria poner la convicción del sheriff de un desértico, ventoso y polvoriento poblacho de Texas al advertir que, mientras él ocupase el cargo, allí no se bromeaba con las cosas serías, en especial con la ley.

Al hilo de la contundencia del sheriff, repaso mi anterior cavilación sobre la (des)lealtad, término de origen latino, “legalis”, “ser legal”, forma que cada uno tiene de “respetar la ley” genérica, cumplirla en su relación con aquellos -pocos- de que te puedes fiar, entregados, cumplidores en especial cuando, “gratis et amore”, incluso sin que haya dios, la circunstancia es adversa y llega a implicar riesgo de perder algo serio, incluso vital, fieles a los compromisos escritos, de palabra u obra, a quién se deben y a qué se debe hacer, hoy muy infrecuentes; y veo que me refería a cómo lo de Romanones dañaba de modo grave privadas relaciones personales, pero hoy sé que es mucho más grave lo que -aquí ahora- ocurre con lo público, donde, sin que nadie lo pida y -casi siempre- sin ningún mérito que lo justifique, algunos se postulan para -a cambio de un arbitrario, altísimo estipendio… más lo que les cuelgue- bloquear el lógico ejercicio del poder político social con que -hay que- gestionar lo común, de todos, dañando vidas y haciendas, de modo que, sin juicio y formación, ni saber qué es, legislan y gobiernan con normas ad hoc, en favor de espurios intereses, siendo en especial alarmante que quienes, impunes, tienen como misión juzgar lo hagan solo avalados -lo que no es suficiente- por un hipotético conocimiento teórico de la Ley.

Justificaría por sí solo todo ello, en efecto, que, como Romanones, los ciudadanos gritásemos muy alto, para ser oídos e influir, ¡Joder, qué tropa!, pero es más grave y merece un más alto y desgarrado grito la actitud que, con -muy escasas- excepciones mantenemos todos ante el atropello que genera haber delegado en unos cuantos necios avispados todo, ¡absolutamente todo!, el poder político -no confundir con el de verdad que usurpa el dinero, el capital-, unos pocos que están en las cúpulas trepas, ineptas y corruptas de empresas familiares que dicen partidos/sindicatos -Coscubiela, no anti-sistema, escribía hace días que “el vínculo asociativo y estable propio de los partidos tradicionales ha mutado a formas gaseosas y relaciones dominadas por la lógica del mercado”, usurpando el importante, serio lugar de los viejos, respetables y, para los más débiles, útiles partidos políticos y sindicatos, delegación insensata que nos atrapa en una viscosa gestión de la "cosa pública", en manos, hoy, de una mimada, impune casta funcionarial, respecto a la que, pues no nos rebelamos, deberíamos, al menos, denunciarla al grito de "¡Joder, qué tropa!".

Mientras al planeta Tierra lo amenaza -mucho más que- un estrago antropogénico global y, aquí cerca, nuestros simpáticos vecinos catalanes y vascos, un ejemplo potenciado por Sánchez, dialogante encargado de la planta de señoras, disfrutan y abusan del resto, “progresistas” -canallas que define, preciso, Giorgio Agamben- se limitan a firmar -¡saben firmar!- en el punto 3 de sus "Ejes prioritarios de actuación del gobierno", escasos dos folios de lugar común buenista, sin el mínimo rubor, 19 palabras explicando en qué consiste -para ellos textual- la urgente lucha contra el pavoroso calentamiento global: "transición ecológica justa, protección de nuestra biodiversidad  y garantía de un trato digno a ¡los animales!", sin usar siquiera una palabra que fije su -inexistente- política frente a los causantes del cataclismo, humillando al resto al simular una nueva -y cara- cumbre, ¡viva el espectáculo!, en Glasgow que, además, patrocina, ¡qué vergüenza!, la cruel, criminal Iberdrola.

Lo cierto que es que, sin exagerar un ápice, la expectativa es terrible, dantesca para cualquier actor/espectador algo atento y no es preciso desarrollar cómo, mientras vivimos tal situación de emergencia climática que -dicen- resolverán quienes la han causado, el G-20 y la multinacionales asesinas, aquí asistimos a la -falsa- salida -ya veremos hacia donde- a casi dos años de muy severos recortes de un gobierno -que dicen- “progresista”, abusivo, arbitrario, castrador de libertades ciudadanas, que ha anulado toda posibilidad de imprescindible -y ya antes mínima- acción política social, recortes que, inapelable, -hasta- el Tribunal Constitucional ha dicho que vulneraron la Carta Magna, sin que partidos, sindicatos, jueces, fiscales, medios de comunicación,… hayan levantado la voz un momento, un decibelio,…, simplemente por aparentar, preocupados -todos ellos- exclusivamente, que no nos engañen, por el enfermizo, injustificado miedo, terror, pánico,… generado en torno a -exclusivamente- su salud individual, ¿cuándo habrá estadísticas de verdad, serias?, llegando a aplaudir, ¡no olvidaré esa vergüenza! a los sanitarios que cerraron las consultas y no nos dejaban ni verlos y, peor aún, a la policía -siempre- analfabeta que aplicó con saña, durante casi 2 años, la “ley mordaza” y la “reforma laboral de Rajoy, que el gobierno más represor desde la transición -sinvergüenza, dice que- ahora va a derogar, mientras el marxista Alberto Garzón, revolucionario, anuncia que “prohibirá la publicidad de dulces, galletas y zumos dirigida a menores” ¡Problema urgente resuelto y que viva Marx!

Al tiempo, mientras la impresentable Ribera -la de la transición ecológica- ha  ido a Argel a mendigar más gas con el que poder seguir incumpliendo todos los acuerdos de la ONU y contaminando, al tiempo que hacer posible el escándalo de los anuncios de ganancias salvajes para el Santander, BBV, Sabadell, Red Eléctrica, Iberdrola, Microsoft, Google, Twiter, Indra, Repsol,…, y -supongo- poder además pagar la subida del salario mínimo interprofesional, gran éxito -junto a los ERTE, que veremos en qué acaban- de Yolanda Díaz, 15 euros al mes, 50 céntimos al día, ni un viaje en el autobús municipal con tarjeta. Repito y me incluyo en el reproche, ¡Joder, qué tropa!

EL ROTO 27/10/2021

domingo, 24 de octubre de 2021

190 Los domingos cavilar ¡Sí que hay clases sociales, estúpidos! Fernando Merodio 24/10/2021

 190 Los domingos cavilar 

 ¡Sí que hay clases sociales, estúpidos!

  Fernando Merodio  24/10/2021

"Toda la teoría de Marx, la ciencia fundada por Marx (materialismo histórico) y la filosofía abierta por Marx (materialismo dialéctico) tienen por centro y corazón la lucha de clases. La lucha de clases es 'el eslabón decisivo', no solo en la práctica política del movimiento obrero marxista-leninista, sino en la teoría, en la ciencia y en la filosofía  marxista" (Louis Althuser. "Marxismo y lucha de clases"

Sé que, ahora, hablar de Marx está mal visto, todo es líquido, transversal, sesgado, neutro, da igual 8 que 80... si no molesta al poder; no hay clases, ni quien genere la desigualdad económica, hay otro virus a partir del cual solo hay diferencias de género, de orientación sexual, de identidad territorial,... que ¡zopencos!, nos obligan a pelear entre nosotros, hasta el extremo de que quienes, con dañina codicia, no hace mucho decían poder... sin explicar qué, hoy no recurren fallos que no les gustan, insultan al tribunal y anuncian una querella contra la presidenta del parlamento..., de su secta.

Jordi Borja, urbanista, ex comunista del PSUC, desarrolló, con Franco aún vivo, serias teorías sobre los movimientos urbanos, hasta caer -en picado- en asesor de Ada Colau, donde, pese a todo, usa su viejo rigor y la manida frase de Clinton, “¡Es la economía, estúpido!” para titula una opinión “Mira las clases sociales, estúpido” y razonar sobre la confusión que desactiva la fuerza de cambio encerrada en la relación dialéctica entre clases sociales y concluir que las reformas precisas son tan serias que no se pueden dejar en manos de los políticos -¿salvo Ada?-, pues, hoy, la acción política para modificar las reglas del juego solo se (pre)ocupa de lo transversal que no irrita al poder y la igualdad de clases no la traerán estos gobiernos, parlamentos y partidos, siendo preciso “generar iniciativas de la sociedad civil, (…) o movimientos de la sociedad, capaces de hacer propuestas, promover iniciativas legislativas o forzar referendos para cambiar los modos políticos, anacrónicos, devaluados”, por lo que, pese a existir -y estar de acuerdo con- otras ideas radicales, eficaces y alejadas del sistema inútil, es tan gráfico y provocador el título que, sin pudor, se lo copio a Jordi.

EL ROTO 23/06/2014

Siento -vieja- turbación al releer multicopias -viejas- de los “Cuadernos” de Marta Harnecker y Althuser que hace años subrayaba tratando de apre(he)nder nociones como la de clase, lo de que sistemas sociales que posibiliten que el hombre explote al hombre y permitan a unos pocos extraer el plusvalor de la fuerza del trabajo del resto ha generado, siempre, grupos sociales antagónicos: amos y esclavos, siervos y señores, obreros y patrones, explotadores y explotados,…; y para Marx, Althuser, Harnecker,… las clases sociales son grupos humanos con diferencias nacidas de la injusta apropiación de ese plustrabajo, son formas del abuso de un poder que genera desigualdad en el uso de los medios de producción y, para buscar paridad y justicia, es obligado el enfrentamiento entre clases antagónicas, luchar en los tres niveles de la estructura social: "económica", resistencia -sobre todo en el lugar de trabajo- de los que sufren la usurpación de su fuerza laboral, "ideológica", frente al brutal poder de la ideología burguesa al controlar los medios de comunicación de masas, y "política", lucha de clases por excelencia, búsqueda del control de los aparatos de poder del Estado, sabiendo que, tras crecer las contradicciones sociales, el enfrentamiento de clases solo concluirá con la derrota del oprimido o la revolución social, legal o ilegal, pacífica o violenta, que destruya las relaciones sociales que facilitan a unos pocos explotar al resto, casi todos, su plustrabajo, sustituyendo tan injustas relaciones por otras igualitarias que signifiquen la toma del poder político por la mayoría.

EL ROTO 10/06/2014

Recupero así conceptos ciertos, aun actuales, mientras el presidente fallido -que dicen- socialista, estirado y bobo, pese a tener la fortuna de lo que hoy es aquí la derecha política, rinde pleitesía y da cuentas a los más acaudalados de los ricos, a los desleales, codiciosos idólatras del irracional independentismo mágico y a los pútridos restos de los de la bomba-lapa y el tiro en la nuca, los tres sombríos, mejorándolos siempre injusto y perjudicando al resto, al tiempo que riega el territorio del capital, siniestro lugar que, torciendo la humana lógica, altera el valor de todo, lo convierte en precio y hace que sucios papeles sin más valor que el robado a la fuerza del trabajo, aparenten algo y crezcan -más- especulando con la nada, usureros, usurpadores de los derechos de todos, eternos, ignaros “costrutores”, hoy “energéticos”,…, para lo que rompen el histórico vínculo entre socialismo y trabajo, despilfarran el poder social y político que -dicen- otorgan los votos y arrojan, una vez más, como siempre, a los asalariados, explotados, esclavos, siervos,… a los pies de los caballos.

Es lo que hay, ocupe quien ocupe los cargos, siempre por afán de poder -sueldos y prebendas- y que -ahora- alardean de que pactar -hasta contra natura- con cualquiera, corrupto invento “progresista”, siempre es bueno, teniendo, aquí, un buen ejemplo próximo en el regionalismo, bullshit local generado por el viejo -y cercano- fascismo que sustentó al totalitario Franco, provincianismo egoísta en estado puro, ahora uncido en mala aleación histórica al -que dicen- socialismo, regional-socialismo que nace del pacto por pactar, contra natura, ventajista que tan agriamente denuncia el filósofo Giorgio Agamben en ”Medios sin fin”, ajeno a clases o ideas, ¡mueran ambas!, ¡viva la liquidez!, ¡cómo para hablar de lucha con tan acomodaticios burócratas políticos!

EL ROTO 06/06/2014

Explica Carlo Frabetti que la información difundida -junto a las desbocadas redes sociales- por los medios de (in)comunicación de masas, es falsa, emitida a ráfagas (mal)intencionadas dispersas e inconexas, consignas cortas que evitan la lectura con fatiga y, tras leer, pensar, impidiendo que el pensamiento tenga coherencia sólida, “basta con fragmentar los razonamientos ciertos para construir una gran mentira a base de medias verdades”, pensamiento blando, circular, discreto, líquido que favorece al poder y perjudica al resto con información deformada por el lenguaje; hay que insistir pues, aunque su división hoy no sea tan clara y visible como cuando Marx razonaba sobre ellas, en que aun existen las clases que Althuser y Harnecker nos ayudaron, didácticos, a comprender; hay clases y hay que tener conciencia clara de que nos explotan y que luchar contra ello es exigencia urgente, justa y necesaria.

Tan lógicos argumentos de Marx, Althuser, Harnecker,... se enfrentan a hechos tan  dañinos, injustos, habituales como que en momentos que exigen definir el futuro energético personajes públicos vinculados a la peor PSOE y a lo más corrupto del Banco Santander, dinosaurios del ecologismo transversal creen el dañino artefacto que dicen ALIENTE para -como antes PODEMOS- desactivarnos y tratar de convencernos de que unas cuantas voces con sordina tras pancartas son presión social y asustan a capital y gobiernos que se carcajean y, delictivos, nos quieren llenar de polígonos eólicos, tratan de aprobar PNIEC, PROT, PSEC,... sin respetar el procedimiento administrativo ni, por supuesto, consultar a nadie, al tiempo que intentan robarnos el agua que necesitamos para la industria y beber y regalársela al salto/negocio de Repsol/Jose Jon Imaz en Aguayo, (sin)razones, entre muchas, de que la burocracia nos quiera callar y ni oír hablar de lucha de clases mientras, pulgosa, se rasca y reniega de ella, haciendo que hasta Gabriel Albiac, filósofo ahora desnortado, escriba que los bancos no hacen caridad, “invierten en partidos políticos como quien invierte en solares al borde de la playa, inversión rentable”, y compran, es su negocio, además de a esos partidos, gobiernos, ayuntamientos, sindicatos,...

Enquistada entre nosotros una burocracia corrupta, sobrealimentada, improductiva e insolidaria, nos obliga a fatigarnos gritando, “¡Sí que hay clases sociales, estúpidos!”, siendo, entre otras, tan insoportable, opresiva burocracia la razón que nos obliga a, antes de que sea tarde, abandonar nuestro cómodo silencio cobarde cómplice y fatigarnos dotando de nueva vida a lo que Marx llamó conciencia de clase, saber quiénes somos, y es invitación a la lucha organizada, por el momento jurídica.

EL ROTO 22/10/2021

domingo, 17 de octubre de 2021

189 Los domingos cavilar República y ciudadanos Fernando Merodio 17/10/2021

189 Los domingos cavilar

República y ciudadanos

Fernando Merodio

17/10/2021

Había soñado con una república venerada por el mundo entero. No podía creer a los hombres tan feroces y tan injustos” (Camile Desmoulins, a su esposa desde la prisión. 04.04.1794)

Apenas necesito señalar que lo que sigue no es ciencia (…), se trata de un ejercicio de descripción viva, un diálogo con la memoria de 200 años sin ninguna pretensión de cerrar definitivamente el tema” (Simon Schama. Ciudadanos. Una crónica de la Revolución francesa)

Nacido un 14 de abril –que, además, era domingo de ramos- en España, soy ajeno a esa izquierda “progresista”, nueva, que mezcla a voces su ignara idea de república, un esperpento, una caricatura, con la desteñida bandera tricolor y los nombres -salvo excepciones puntuales, todos poco que ver conmigo- del burgués Pacto de San Sebastián, agosto de 1930, Azaña, Casares-Quiroga, Albornoz, Domingo, Galarza, la socialdemocracia humanista de Fernando de los Ríos o Prieto a título personal, incluso Lerroux, Alcalá Zamora y Maura, derecha monárquica, que derribaron al Borbón no tras una guerra y cientos de miles de muertos, sino, dice Julián Casanova, por la incapacidad de aquel para transitar de una monarquía religiosa y caciquil hacia otra democrática, reformista y no se debe olvidar cómo aquellos dirigentes, salvo los poco “republicanos” comunistas, huían a Valencia tras el ataque militar fascista, dejando tirado al -siempre valiente- pueblo de Madrid, que, no como ellos, los vascos o los catalanes, resistió bombardeos, "quintas columnas", traiciones,... hasta el final.

EL ROTO 05/10/2021

Ya había repúblicas en la antigüedad, Grecia, Roma,…, y si, para fijar un inicio a la actual idea, nos situáramos en 1750, en la Francia monárquica nos juntaríamos con las ideas de la Ilustración que, en 1775, alumbraron la Encyclopédie de Diderot, d'Alembert, Voltaire, Rousseau,... y, con el paso del tiempo, cerrando ya el siglo, veríamos estallar esas ideas en la Revolución francesa, con Robespierre, Marat, Danton, Desmoulins,..., triunfo de aquella Razón republicana sobre el ilógico clerical Ancien Régime monárquico y, en 1848, casi cien años después, tambaleándose la igualdad revolucionaria, veríamos a Marx y Engels dar otro paso frente a la explotación del hombre por el hombre con el -cada día más actual- Manifiesto Comunista, base política, filosófica, económica de la revuelta trabajadora frente a la anti-revolución burguesa, intento de sustituir -que sustituyó- a la nobleza en la explotación del resto; 173 años después del Manifiesto, hechos épicos y más o menos fieles a la teoría dieron cuerpo físico, político y social al viejo fantasma y están en los libros de historia, vituperados o ensalzados…; valorémoslos.

Los tiempos no le son favorables, sus errores y los ataques -en especial interesados y sañudos desde, lógico, el capital, pero también, con otra (i)lógica, desde el actual “progresismo”-, provocan su casi absoluto mutis; Eric Hobsbawm, historiador marxista fallecido en 1917, escribía que “el comunismo está muerto; la URSS y la mayoría de Estados y sociedades construidos sobre su modelo, (...) se han derrumbado, dejando tras sí un paisaje de ruina económica y moral, (...) evidencia de que el fracaso era parte de esa empresa desde un principio”, si bien advertía, también, que “el comunismo está vigente como motivación y utopía“ y exige mantenerlo vivo, pues la humanidad no puede prescindir de sus serios ideales de igualdad, libertad y justicia, ni olvidar a quienes dedicaron -y, aún hoy, dedican- su vida a esa lucha; se hace camino al andar avanzando y, también, retrocediendo tras errar, buscando y volviendo a avanzar pues, dice Hobsbawm, estamos aquí solo un rato y debemos intentar que no nos engañen, ni gastar el tiempo escaso lejos de la idea correcta de igualdad en una sociedad con las mínimas diferencias posibles, enfrentados a los -muy- pocos que mandan y se alimentan de las diferencias, pues Marx no ofrece utopías, sino teoría científica, lógicas ideas por las que siempre luchó “el partido" aquel que fue mezcla de disciplina, dedicación, eficiencia, identidad emocional y, añade Hobsbawm, idea de "llevar a cabo lo que otros no hacen”, por lo que si, como Alain Badiou, vemos agotada la etapa de unión plena de política y Estado tras la caída del Estado-partido del Este y, luego, la del Estado-partidos del Oeste, por la casi nula eficacia emancipadora de ambos -vista desde la revolución o desde el mero uso del Derecho- sabemos que “la historia de la política comienza de nuevo, frente a toda presentación solo estatal” y no verlo sería creer que políticos amorrados al Estado -¿confían en ellos?- arreglarán el desastre climático, el hambre, el desigual paro, lo del 1%, la corrupción rampante,...

EL ROTO 05/09/2021

Hay que tener claro, de una vez, que los problemas de todos debemos  resolverlos todos, actuando en grupos formados por lo que, de un u otro modo, dicen ciudadanos, pero procurando no enzarzarnos con la semántica perversión del lenguaje, pues al ser tal vocablo en el Diccionario de la RAE "persona considerada miembro activo de un Estado, titular  de derechos políticos  y sometido a su vez a sus leyes" -al tan traído y llevado "contrato social"-, es un sometimiento global maleable y dúctil, exigible a rajatabla a todos excepto, aquí ahora, a catalanes y vascos, que van a su bola, o a políticos profesionales a quienes no apetezca o, nunca, al gran capital; resumiendo, es el de ciudadano un concepto resbaloso que -pienso- define a todo miembro pleno de una comunidad, con iguales derechos y obligaciones que el resto y las mismas posibilidades de influir en el rumbo de aquella, concepto que, en la antigüedad, no incluía a mujeres, esclavos o extranjeros, liándose más, por ejemplo en Atenas, una sociedad esclavista, muy desigual, que se dividía en esclavos, privados de libertad o cualquier otro derecho y eran propiedad de los libres, pudiendo ser ciudadanos, un 10% del total, hijos de padre y madre atenienses, como catalanes o vascos, llenos de derechos políticos, o no ciudadanos, emigrantes, libres, pero sin derechos civiles o, después, en la Roma de la monarquía que vinculó ciudadanía a la fundación de la ciudad, 753 a.C., con los patricios ciudadanos plenos, mientras con la república de dos magistrados o cónsules, 504 a.C., ciudadanía era atender a la res pública, la cosa pública, el bien común, siendo a partir del s. II a.C. ciudadano romano el hombre libre nacido en Italia, si bien con una corrección censitaria aristocrática, y así hasta el infinito, complejidad que, en su día, hizo afirmar a Aristóteles que “(…) a menudo se discute sobre el ciudadano y, en efecto, no todos están de acuerdo en quién lo es”; sabido es que la semántica, la perversión del lenguaje lo embarulla todo.

Pienso que si hablamos de ciudadanos estamos hablando, al tiempo y como hizo Simon Schama al escribir “Ciudadanos. Una crónica de la Revolución francesa”, de la grande y la petite histoire, debiendo (pre)ocuparnos tanto de las emociones de los que, con su actuación ciudadana, hacen la revolución como de las de los que sufren bajo ella, de lo público y lo privado, de las grandes declaraciones de los discursos políticos como de las más modestas implicaciones privadas, pero sin que debamos olvidarnos de lo principal, como es el hecho de que los frutos de la Revolución republicana francesa fueran “la primacía de la Constitución, la separación de poderes, la igualdad de todos ante la ley, la garantía de los derechos individuales, la proclamación de un Estado laico frente a toda religión y al mismo tiempo tolerante y el propio concepto de ciudadanía”, aquel sí, plenamente asumible, revolucionario al consagrar los Derechos del Hombre y el Ciudadano.

Ahora hay un falso republicanismo coincidente con la ancestral, enquistada, cavernícola extrema derecha, al que ha llegado un osado grupo de analfabetos funcionales, faltos de historia, ignaros que desenfocan, peligrosos, el problema real y eligen sus enemigos con la dinámica del jurista y filósofo político nazi Carl Schmitt, una actitud perversa, victimista, basada en la “manipulación y el chantaje emocional” que maneja, publicitario, y juega con las muy exageradas, peligrosas, excitadas emociones de un caladero de votos situado en el lugar que menos molesta al capital, el de las mujeres, el colectivo LGTBI, los jubilados no dependientes, el etnicismo,…, olvidando lo socioeconómico y lo que preocupó a los viejos ciudadanos republicanos.

EL ROTO 08/10/2021

domingo, 10 de octubre de 2021

188 Los domingos cavilar Bla, Bla, Bla Fernando Merodio 10/10/2021

188 Los domingos cavilar

Bla, Bla, Bla

Fernando Merodio

10/10/2021

 “Reconstruir mejor, bla, bla, bla. Economía verde, bla, bla, bla. Emisiones cero para el 2050, bla bla bla. Neutro para el clima, bla, bla, bla. (…) Nuestras esperanzas y sueños se ahogan en sus palabras y promesas vacías”. Greta Thunberg. Conferencia juvenil sobre el Clima de la ONU. Milán. Setiembre 2021)

“Síntesis.- Nombre femenino.- 2. Exposición breve, escrita u oral, que a modo de resumen contiene un conjunto de ideas fundamentales y relacionadas con un asunto o materia y que estaban dispersas.” (Diccionario Oxford)

Greta Thunberg, niña sueca, hoy ya 18 años, intuitiva activista contra la emergencia climática, convive con el síndrome de Asperger que -dicen, ¡uf!, los científicos- afecta a su neurodesarrollo, modificando su modo de comunicación e interacción social, generándola un lenguaje fluido, una capacidad intelectual superior a la del resto, un interés ilimitado y una preocupación inusual por actividades y hechos concretos, todo lo cual concurre, en efecto y con tintes muy positivos, en Greta, en la que, además, percibo una extraordinaria y gráfica capacidad de síntesis.

Ya en 2018 mostraba tan admirables hábitos protestando sola fuera del Sveriges Riksdag, parlamento sueco, con una elemental pancarta de cartón blanco escrita a mano, “Skolstrej för klimatet”, “Huelga escolar por el clima”, que definía y denunciaba ya entonces la muy peligrosa subida de la temperatura, el calentamiento global al que, más tarde, con una muy breve frase, daba clara solución, “Cambiar el sistema”, para, ahora, burlarse, invalidar, desmontar, recusar la ciencia que sirve al capital y repetir mil veces la onomatopeya “bla”, parodiando y denunciando el horrísono sonido que, igual en forma que en contenido, es el inútil modo de hablar rebuscado, repetitivo, previsible de ciencia, capital y política, brillante forma sinóptica, gráfica de denunciar, junto a su funesto daño, lo ofensiva que puede llegar a ser la perversión del lenguaje.

Antonio Guterres, secretario general de la -poco dudosa de radical- ONU, señalaba hace días que “el mundo sigue un rumbo catastrófico”, la lucha contra la emisión de gases efecto invernadero, GEI, “va en dirección equivocada” -¿equivocada?, pregunto-y nos lleva, dice su panel de expertos, IPC, a una funesta subida de 2,7ºC -el ilógico, insuficiente objetivo era 1,5ºC- en la temperatura mundial hasta fin de siglo, con pérdida masiva de vidas pues, según el -tibio- informe oficial, el (in)cumplimiento de sus pactos -engaño que usa el (ab)uso de esa cosa, para ellos útil, que dicen covid19- por los casi 200 países que firmaron el inane Acuerdo de París, supone un aumento del 16% en las emisiones de GEI en 2030 sobre 2010, haciendo aún más urgente ser lógicos y decidir si creemos que los políticos y las desleales Iberdrola & Co van a “cambiar el sistema” o si, radicales, deberemos callar, ya, su letal bla, bla, bla.

EL ROTO 16/10/2016

El cinismo con que ahora intentan acallar a Greta Thunberg es, en especial, llamativo y, así, por ejemplo el domingo, 26 de setiembre, publicaba El País una página de publicidad de su “hermana” -la cada día más insufrible- SER, con el lema “Hay voces que cambian el mundo”, en la que aparecían Martin Luther King, Malala Yousafzai y, error que alguien pagará, la activa muchacha sueca, cartel en que al día siguiente Greta era sustituida por Clara Campoamor, menos nociva, más cómoda, sin duda, para el bla, bla, bla de los “progresistas” y quienes los financian.

Un mínimo de atención y sentido común crítico -no es preciso ser Greta Thunberg- nos permite comprobar cómo lo primero -y prácticamente lo único- que aprende el político que disfruta la canonjía de su iglesia/secta/partido es a hablar… sin decir nada y a vestir cada día más caro; aunque les produzca picores, oigan un rato a Pedro Sánchez, Yolanda Díaz,  Pablo Iglesias, Pablo Casado,… y verán que nunca, nunca, nunca sus palabras, bien ordenadas según el canon político, significan nada de nada; por el contrario, jóvenes de todo el mundo, “Friday for future”, están empezando a hablar claro junto la púber sueca y, así, la ugandesa Vanessa Nakate anuncia que “si seguimos maltratando el planeta, la situación en África empeorará cada vez más” o Iván, de México, más radical y político afirma que “no se puede resolver la crisis climática si no se rompen todos los mecanismos de opresión, comenzando por el capitalismo”, mientras aquí, Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y sus -cada día más numerosas- mujeres optan por, para que no se enfade, no molestar al capital, usando como tapa-grietas -igual que en Andalucía, hasta que fue imposible ocultar la realidad rampante- ridículas, humillantes “peonadas”, votos cautivos, en forma de “ingreso vital”, “salario mínimo”, “ayuda cultural y para el alquiler” a los jóvenes, o subir la pensión a los jubilados y el sueldo a -la nueva casta de- los funcionarios; lo desarrolló muy bien Giuseppe Tomasi de Lampedusa en “El gatopardo”, “Se vogliamo che tutto rimanga como è, bisogna che tutto cambi”, “Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”; sus discípulos, los “progresistas”, lo llevan a rajatabla.

EL ROTO 22/05/2017

De todos modos, veo improbable lo que esos jóvenes dicen en Milán, que “el cambio vendrá de las calles, de nosotros, no de las conferencias. La esperanza no viene del bla-bla-bla de los políticos, ni de la falta de acción y las promesas vacías. La esperanza somos nosotros, es cuando la gente se une para un objetivo común. (…) Los ministros del mundo (…) tienen como solución para nuestros problemas su bla-bla-bla (…). La crisis climática solo puede empeorar  y cuanto más esperemos peor será”, soy más pesimista que ellos y , pese a sufrir también su hartazgo y cansancio y saber -mucho antes que ellos- que “la esperanza no es pasiva, no es bla-bla-bla, es decir la verdad, es actuar y siempre viene de la gente”, dudo que el global de jóvenes, hábilmente manejado por covid19 y otras cosas hasta acatar, bovinos, la mascarillas/bozal a todas horas y en todo lugar, cambie esto.

Recita con precisión tan terrible bla, bla, bla un rechoncho catalán, ministro de deporte, gordito decidido a llevar a la práctica una estúpida teoría, “prefiero equivocarme a no decidir”, El País, 06.10.2021, equivocándose mucho, lo que es en especial peligroso cuando lo que él decide puede perjudicar a terceros y se hace contradiciendo, además, a Jorge Luis Borges y su inteligente “no hables a menos que puedas mejorar el silencio” o, aún más, al Ludwig Wittgenstein exigente serio de que “de lo que no podemos hablar debemos guardar silencio”, con lo que el injustificable, reciente ministro, condescendiente con el egoísmo independentista por más señas, y sus colegas del -injustificable también- gobierno, debieran reaccionar, aunque lo dudo, como Jenócrates, discípulo de Platón, que se arrepintió “muchas veces de haber hablado; jamás de haber callado”.

Que hay grados y gravedades en el bla, bla, bla lo prueba el hecho de que, mientras en Francia la fiscalía nacional financiera investiga, además de por indicios de daños medioambientales en la economía de la actividad laboral pesquera, por corrupción en la irregular adjudicación a una filial de Iberdrola, Ailes Marines, del polígono eólico marino de Saint-Brieuc, 496 Mw, aquí siguen adelante con la tramitación del mamotreto industrial eólico El Escudo, plagado de ilegalidades, con informes dolosos de la dirección general regional de medio ambiente y, por ello y otras cosas, denunciado en los juzgados penales, al tiempo que Iberdrola España quiere nombrar vicepresidente -para alargar la muy larga lista de ex-políticos con cargos en las grandes compañías eléctricas- a Antonio Miguel Carmona, conocido ex-dirigente y portavoz de la PSOE en el ayuntamiento de Madrid, al tiempo que, desde los medios, nos intentan convencer de que lo hacen por sus méritos, pues la relación entre partido y político es muy mala y aceptemos algo tan irreal y bobo como que, masoquista, la eléctrica, regala el alto cargo para, solo, enfrentarse a la PSOE.

Coda final preocupada.- Trato de echar a un lado la seria zozobra que daña -nada menos que- a la viñeta de El Roto de hace unos días que reproduzco más abajo, en que la titilante, mínima cerilla que pudiera querer identificarse con El País, era la única luz “en un océano de oscuridad” y, agobiado, deseo que la pequeña cerilla sea, para El Roto, el bla, bla, bla en que ha quedado el potente foco que, 1972-1973 con El País, dijo intentar concebir gente tan de orden, variopinta y dispar como Ortega Spottorno, Polanco, Cebrián, Fraga, Castiella, Ruiz-Jiménez, Areilza, Laín Entralgo, Marías, Cabanillas, Tamames,…

EL ROTO 03/10/2021

domingo, 3 de octubre de 2021

187 Los domingos cavilar De privilegios y fianzas Fernando Merodio 03/10/2021

187 Los domingos cavilar

De privilegios y fianzas

Fernando Merodio

03/10/2021

Privilegio.- Derecho, ventaja o exención excepcional concedida a una persona o colectividad. Hecho o situación agradable de que disfruta una persona“. (The Free Dictionary)

"Fianza.- Prenda, garantía o dinero que se da como seguridad del buen cumplimiento de una obligación o compromiso”. (The Free Dictionary)

Aunque suene aburrido es esencial pues, de modo genérico, el procedimiento da forma a actos que se concretan en acciones jurídicas para alcanzar un fin, ordenados de modo que, sin los previos, los posteriores son inválidos y, sin los posteriores, los previos no son eficaces, protege el Estado de Derecho y el principio de legalidad y exige respeto para los de contradicción -igualdad ante la Ley-, legitimación -interés legítimo-, imparcialidad -eficacia, objetividad, jerarquía, coordinación, descentralización y respeto a la Ley-, transparencia -normas accesibles a todos-, y además, en -pocos- casos, el de información y participación política ciudadana; el procedimiento es, pues, algo serio, no una fórmula, sino garantía de justa igualdad ante la Ley, pero también lugar en que -sin poder obviar que el Derecho emana, en general, de quien detenta el poder- más evidente se muestra lo que da título a la cavilación, "privilegios y fianzas", artificios creados para generar -aún más- injusticia y desigualdad que me hacen pensar, con la brevedad que me exijo, en dos casos: el primero, la evidencia de cómo, (ab)usando (d)el procedimiento, los poderes de la política privilegian y regalan lo mejor, lo más mollar -lo que da utilidad o provecho con poco esfuerzo- de la ciudad al poseedor del pésimo dinero usurario del banquero y el otro cómo, al exigir fianzas, la justicia dificulta la persecución de los delitos más graves y dañinos, los públicos.

Hace años, se “concedía” formalmente a la Fundación del banco que se apropia -entre otras cosas- del nombre de la ciudad, sin imparcialidad, transparencia, contradicción, información y real participación en el procedimiento, burlando sus normas que fijan la igualdad de todos ante la Ley y con trámites acordados, prefijados años atrás, arbitrarios, realmente, se le ha regalado el tramo central, el más marinero, de mayor calado del muelle ciudadano, a fin de plantar -ellos soñaban con una pirámide, un túmulo funerario, pero les ha salido- un mamotreto vendado hace años a fin de evitar que, al desprenderse, sus piezas nos maten, armatoste en el que, siempre ruin y humillado, Revilla se reúne, pedigüeño, con Sánchez, en lugar de hacerlo -muestra de lo inepto que es- en el ruinoso solar del único edificio público republicano que había en Santander, la Diputación, “memoria histórica”, al tiempo que, 2021, con el procedimiento también retorcido, se tolera a los mismos, agrupados de otro modo, mantener, mientras quieran, el centro de la ciudad patas arriba para al final, además de quitar aún más luz a la calle Martillo, fingir que rehabilitan, conservan, cambian de uso,… un par de redichos edificios irrelevantes, muy del pueblerino gusto burgués y que, además, representan lo peor de la peor historia ciudadana, desde los que imponernos su feo, sucio concepto de cultura, arte,... acabando de hundirnos en el lugar en que, porque lo merecemos, estamos..

Digo que "se concedía" el muelle porque -dijeron- se usó -forma del "procedimiento"- una concesión administrativa, peligrosa figura cuya mínima garantía es funcionar "intuitu personae", otorgarse solo a quien el "dadivoso" concedente -de lo que es de todos- considera que lo merece; según el Diccionario de Derecho Público, es medio por el que la Administración, ente abstruso, "confiere a alguien un derecho o poder de que antes carecía mediante la transmisión de un derecho o el ejercicio de un poder propio" de ella, mudando así en Administración a un creso grupo que dicen Fundación, a la que la ley exige ser exacta en sus números y ejemplar en su actividad y la de sus miembros, una casta que, en este caso, atesora como méritos haberse enriquecido, para desgracia del resto, con sofisticadas formas de usura, una selecto clan familiar, todos con el mismo apellido, al que, en perjuicio del interés general se otorgó el privilegio de ocupar un magnífico suelo del dominio público, una parte del muelle frente al "Banco" que, por medio de dirigentes como Rodrigo Echenique, interviene, entre otros medios, en el grupo Vocento, dueño de El Delirio Montañés, que le hace la ola y pone sordina, entre otras vergonzosas ilegalidades, a que hasta hace poco "la familia" tuvo ocultos, sin declarar desde la guerra (in)civil, con los españoles sufriendo penuria, "un mínimo de 2.000 millones de euros -350.000 millones de "antiguas" pesetas- en las cuentas suizas de HSBC", gravísima ilegalidad que se regularizó con la -habitual- complicidad de "los procedimientos", mientras Economía multaba a XYZ, ABC y DEF Heritage Foundation, ¡más útiles Fundaciones!, de uno de ellos llamado Jaime -casi al tiempo condenado a 3 años de cárcel y una muy millonaria multa por intentar vender fuera de España, su práctica del arte, un "Picasso"- que ocultó, perjudicando a otros accionistas, la titularidad de un buen porcentaje de acciones de Bankinter o también al tiempo de que el Banco-ciudad fuera acusado, con datos, de ocultar a Hacienda la identidad de clientes creando sociedades offshore, entre otros lugares, en Bahamas o también de sucias maniobras ilegales en la creación/construcción de su “Ciudad Financiera”, próxima a Madrid, en la que colaboró Leopoldo Arnaiz Eguren, arquitecto cuya turbia intervención en los "procedimientos" del mamotreto del muelle o el PGOU de Valderredible algún fiscal aburrido debería investigar y, por ello, sostenemos, en fin, que no a todos, sea cual sea su opulencia, se debe permitir inmiscuirse mediante "concesiones " en zonas de acción reservada a la Administración Pública.

Todo ello es, quizás, razón de que un Fiscal General afirmara en el Parlamento que los delitos de corrupción son “un demoledor ataque a los pilares del Estado de Derecho” y, si no se los combate “contundentemente”, mueven al ciudadano a “justificar”, entre otros, “el fraude tributario o a la Seguridad Social”, urgiendo modificar la idea española de que la Justicia, "su procedimiento", “no trata igual al poderoso que al resto”, pese a lo cual y a los serios datos que incapacitan jurídica y éticamente a los titulares de la "concesión" de 2.827,53 m2 de muelle y 658 m2 de vuelo sobre el agua durante 35 años, para implantar dos contenedores de 22 m. de altura -equivalente a 6 plantas- y 90 m. de frente -doble que el Banco-ciudad- en un oscuro, imposible, raudo trámite inédito que se iniciaba el 13 de abril y se concluía, ¡en 35 días!, el 18 de mayo de 2012, evidenciando corrupción -cuando menos- político/administrativa, tráfico de influencias, prevaricación, negociaciones y actividades prohibidas,…

En el segundo plato de la balanza que, junto a una espada, exhibe la severa mujer de ojos vendados, hay que cargar las dificultades que el mismo “procedimiento” impone a otros, pudiendo citar junto a más ejemplos, la inexorable fianza exigida -no al criminal- sino quien, tras cumplir la obligación -artículo 259 LECr- de denunciar, con razones y documentos incluso, delitos que conoce bien, facilita al juzgado y la fiscalía notitia criminis de hechos -con indicios- delictivos, respecto a los que ha mantenido una larga lucha en distintos ámbitos procesales con los querellados, denuncia y sostiene la lógica pretensión de ser acusador particular, no popular, pretensión en la que lo peor es el sabido, habitual hecho de que si, por dignidad u otra causa, no presta caución, se inadmite y archiva la querella y ni el juzgado ni, menos aún, el Ministerio público, flácido/político, investigan y, en su caso, persiguen a los denunciados, siendo claro a qué hechos -públicos y muy graves- y personas protegen las fianzas, así como la -dura- sensación de impunidad -real- que todo ello genera.

Es crucial el momento, de cambio a un modelo energético igualitario y justo -¡Hay que cambiar el sistema!, repite irritada Greta Thunberg- mientras aquí Ocyener, S.L., solo un notable apellido y un mínimo capital social, debería explicar de dónde saldría la parte de los muchos más de 100 millones de euros que -según dice- sería su aportación a los ilegales polígonos eólicos La Costana y Campo Alto y, en especial, al salvaje y dañino El Escudo, del que El Delirio Montañés, 30.09.21, desnudando su idea del “procedimiento”, dice gráfico, con claridad indecente, que está “en la última fase de despachos”, evidencia de cuál es su lugar en un mundo de “privilegios” y “fianzas”.