170 Los domingos cavilar
Es la 01:00, ¡todos a planchar!
Fernando Merodio
06/06/2021
“Al gorjeo de los estorninos / se mezcla el trueno lejano / de los
cañones de las maniobras navales / del Tercer Reich”. (Bertolt Brecht.
”Primavera”. “Poemas
del lugar y la circunstancia”)
"(...) En silencio, / cubrimos con un saco /
el árbol a punto de helarse"
(Bertolt Brecht. ”Primavera de 1938”. “Poesías
escritas durante el exilio» 1933-1947)
Sin
duda cosa de la edad o, más, del empacho vital de la lucha permanente, hace tiempo que -sin duda
influido por el cada día más corto porvenir- miro hacia atrás con ira impúdica, reflexiono sobre hechos de hoy
o viejos, cavilo -aún
con esperanza- contra quienes, malvados objetivos, empobrecen la vida,
sabiendo que opinar sobre el
poder, si además le haces frente, no es
gratis y que, como hace años me recriminaba un hijo, fatigarme escribiendo sobre mi mismo es, vacuo,
narcisista e insignificante y en especial peligroso cuando se está integrado en el vasto y cruel paisaje actual; pero alivia, así lo veo.
Vuelvo
hoy a mis -cada
día más- frecuentes
referencias sobre Auschwitz y, en especial, a los que, con dañina corrección, hoy como ayer hacen
oficio cotidiano
de su impune devoción represora -amateur o profesional-, y rechazo al firme, leve amigo que, crítico,
me decía: “Un
poco exagerado
lo de tomar como referencia Auschwitz, ¿eh?, porque, además, no creo
que tú te hayas visto arrasado por la maquinaria del poder,
tienes medios para defenderte,
lo sabes hacer y lo haces”,
para acabar solidario, con una
imaginaria palmada “pero me gusta cómo se lo llamas, miserable serpiente al
servicio del poder, su oficio de todos los días, je, je, puedo verlos en el
asiento removerse al leerlo”,
lo que es radicalmente ajeno a lo que me propongo.
Vuelvo
a intentar entenderlo bien:
el campo de exterminio se siembra, alimenta y riega siempre con una supuesta, ¡sí, supuesta!,
inventada y arbitraria ficción
de estado de excepción, ventaja de unos pocos sobre la que, sin base en ley o
norma, "nuestros
protectores" alzan la que dicen una actuación “preventiva”, una “custodia
protectora” que favorecería el
supuesto interés general frente a
ideas, individuos y actos que ellos, esos pocos usurpadores definen como peligrosos, siendo una
canonjía -para ellos- el hecho de que, asumida la represiva estructura
jurídico-política, lo que ocurra en el lager
que ella regula, por ilegal o inhumano que sea, será visto lícito, inteligible,
humano incluso; el mecanismo es sencillo, crean ámbitos para lo arbitrario -tapar
la boca, no dejar hablar, ni reunirse, legislar sin informar,...-, ajenos a la
norma que, disfrazados de habituales, incluso necesarios, acatamos. Cavilemos,
¿es eso sano?
Explica muy bien Giorgio Agamben que el
análisis del exterminio, si se pretende eficaz, no debe limitarse al del
vínculo entre estado de excepción e inhumano lager, sino que debe abarcar una idea más amplia, la de “campo”, que no es sólo “lugar en que se ha desarrollado la más
absoluta conditio inhumana”, sino la “matriz
oculta”, la irracional razón que lo posibilita, la norma que domina “el espacio político en que vivimos”, matriz
y norma “que nace cuando el estado de
excepción comienza a convertirse en regla”; no es necesario pensar en
exceso para ver, en el día a día, muestras de la impune actividad de políticos,
altos burócratas y, en especial, el dinero, la represión creciente, la delación
como norma, la lógica atemorizante del paro, la PSOE y "sus nacionalistas", la derechona
que crece, el cobarde "pacto social",
el estado de alarma, seguido del de excepción y, si es preciso, ¿el de guerra?
Si ello es así, que lo es, ¿cuál es el
límite?, ¿dónde empieza el alarmante lager
en la llamada democracia? Su contorno está definido en muchos casos, pero en
otros lo ampliamos cada uno, todos, desde la cobardía, sabiendo quienes han sufrido
pruebas duras que, superadas estas, o se calla o se habla y. mientras el
silencio nace del hondo malestar -y el miedo- que genera la bota que nos pone
en el cuello quien dicta lo que es vergonzoso o, por contra, noble, quien habla
sabe que se enfrenta al que manda, al que nos estruja y que, aquí ahora, parte
básica del capital, la bota más abusiva y evidente es la de quienes, causa del corrosivo
desastre climático, nos imponen su dictadura económica/energética -en concreto,
eléctrica- obligándonos a hacerlos frente mediante, para empezar, un serio
debate público sobre la necesidad de control ciudadano sobre su dañina forma de
generar/administrar la energía y, para
que el debate sea útil, sirva para echarlos ya, explicar para empezar, quiénes intervienen
en él, cual es la situación en que nos tienen y, sobre todo, definir qué
significan para ellos las palabras que usan, pues el lenguaje está hoy muy pervertido.
Para valorar palabras degradadas,
pervertidas, de la mayor actualidad en Cantabria, formulo unas preguntas
fáciles de responder: ¿alguien cree
que los polígonos industriales que dicen parques eólicos no son nocivos sino democráticos
y justos?, ¿defiende alguien que es preciso
implantar muy lejos del lugar de consumo, en suelo comunal, de todos, con otros
usos, cientos de torres, turbinas y aspas de 200 m., miles de kms. de líneas de
altísima tensión con cientos de patas metálicas de 70 m., subestaciones,
pistas, acero, miles de toneladas de hormigón, plásticos, cobre, aluminio,
plomo, tierras raras (varios kg cada turbina), fibra óptica, de vidrio y
carbono (que, como las ondas electromagnéticas, genera cáncer),…?, ¿alguien
piensa que con ello se frena el daño climático? La respuesta es ¡NO!, un ¡NO!
tajante. Es innecesario, insostenible, concentrado, injusto, dañino,…, pues lo
único sostenible, distribuido, gratis, inagotable,… es, cómo el agua y la luz solar, el viento,
cuya energía es de todos, no de las empresas gigantes que, salvajes, concentran
donde les conviene sus dañinos mamotretos para generar electricidad a partir de
esa energía gratis -de todos y distribuida por todas partes, insisto- que regalan viento, agua y sol destrozando
con su codicioso capricho de más que acreditados destructores del planeta el
territorio comunal usurpado para, en lugar de mejorar la situación, agravar el
caos climático, pues todo tal proceso es irrebatiblemente generador de daño y,
en especial, de CO2.
No es, pues, útil ni lógico debatir ahora sobre polígonos industriales gigantes, sino hacerlo sobre la realidad que definió una niña, Greta Thunberg: frenar la catástrofe nos exige ¡cambiar el sistema!, lo que ¡eso sí!, demanda un debate urgente, en el que den la cara y expliquen sus -sucios- intereses el capital, los políticos y los grandes dinosaurios sufragados por aquellos de modo arbitrario, no neutral, de los que la hemeroteca muestra que han apoyado y apoyan los grandes polígonos industriales eólicos... donde ellos quieran y, al otro lado, nosotros, desmintiendo, serios, la falsa unanimidad sobre la crisis climática a la que solo oponen palabras: verde, ecología, descarbonización, sostenible,…, hoy hurtadas por las multinacionales causa del caos que, al pervertidas, las privan de su valor, pues, digan lo que digan, siempre deciden, desde la caverna, políticos y dinero; hay que explicar además que nuestro mínimo territorio es un páramo legal, no hay Ley de Suelo actual en que basar ese PROT que Gochicoa, regionalista vasco sin una idea buena, quiere aprobar en dos días sobre el corrupto, ilegal, viejo interruptus, ni hay PSEC, agotado en 2020 sin usar, virgen, ni siquiera hay un mínimo Plan eólico o fotovoltaico,…, y es, además, un páramo social de egoístas ¡Aquí no! pero ¡A ti sí!, con los lugares comunes del viejo, caduco ecologismo subvencionado, páramo en el que los políticos no hablan de Ley e ideas, ni de intentar generarlas, prefiriendo seguir cobrando sin trabajar,... ni crear empleo.
Su última patada en la boca nos la dan, obscenos,
al pretender fijar incluso nuestros horarios y forma de vida, pues, según REE,
mientras a las 01:00 nos cobran 0,09697 €/kwh, a las 13:00, son 0,10701 y a las
22:00, 0,1113 €/kwh, pretendiendo Iberdrola, Endesa, Naturgy, EoN,…, canallas, que,
a la 01:00, ¡todos planchemos y hagamos ruido con lavaplatos, lavadoras,
aspiradoras,…!, mientras Sánchez y Ribera aplauden.
Coda.- Anoche volví a ver “Operación Anthropoid”, la ejecución por
jóvenes checos del “carnicero” nazi
Reinhard Heydrich y, otra vez, me sonrojó cómo somos nosotros.
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