domingo, 20 de junio de 2021

172 Los domingos, cavilar Leviatán y el Estado Fernando Merodio 20/06/2021

172 Los domingos, cavilar

Leviatán y el Estado

Fernando Merodio

20/06/2021

(...) en todas partes subyace al poder político una función social; y el poder político no ha subsistido nunca  a la larga más que cuando ha cumplido esa función social  (Friedrih Engels.Anti-Dhüring).

Usted se llama el Estado, señor Smiley, usted no tiene sitio entre la gente de verdad. Usted ha soltado una bomba desde el cielo. No baje aquí a mirar la sangre o a escuchar los gritos (John le Carré. Llamada para el muerto)

Suelo recordar lo que escribió Galeano para -casi- cerrar una Historia -casi- universal titulada Espejos, diciendo que “el inventario del mundo, inconcluso, estaba hecho de chatarras, / vidrios rotos, / escobas calvas, / zapatillas caminadas, / botellas bebidas, / sábanas dormidas, / ruedas viajadas, / velas navegadas, / banderas vencidas, / cartas leídas, / palabras olvidadas y / aguas llovidas”; cosas gastadas, cicatrices, dolores del alma, basuras resumen de vidas individuales vividas, cuya lista parcial, dura, sugerente elaboró, por mandato de Dios, Arthur Bispo do Rosario, negro pobre, marinero, boxeador y artista, que murió exhausto intentando cumplir la orden.

Frente al individuo que genera tan sugestivas chatarras, se agita el Estado -y sus poderes- que hoy, sin necesidad de entrar en rigores teóricos, definiría como ficción jurídica creada por acuerdo o -más habitualmente- por imposición de quienes tienen poder para hacerlo y regular las relaciones entre los miembros de un colectivo predeterminado y de estos con el exterior, abstracción convencional apoyada en un concepto tan imaginario como es el del nexo entre los individuos del colectivo, al que una tercera ficción/abstracción atribuye la condición de “pueblo” al que el Estado debe administrar y ordenar su vida en sociedad, siendo tres sus elementos básicos: “población”, personas que viven en el “territorio”, que es el espacio físico en que actúa esa población y “poder político”, ajeno, por supuesto, a poderes adjetivados de otro modo, que es -supuesta- capacidad de organizar población y territorio, a partir de lo cual, en el Estado moderno, la teoría distingue tres poderes políticos -en teoría- independientes: “legislativo”, que elabora la Ley, “ejecutivo” o “gobierno”, que administra con ella y “judicial”, que la descifra y hace cumplir.

Vigoroso, Herman Melville introduce Moby Dick, con una “Etimología" y unos  "Extractos" suministrados "por un difunto bedel tísico de una escuela secundaria” y "un sub-sub-bibliotecato", exhaustivo catálogo de citas sobre la ballena, colosal mamífero, y sobre Leviatán, ser o idea mal definida, básica para analizar la obsesiva persecución del capitán Ahab, voz hebrea, liwyatan -enrollado-, muy usada en culturas religiosas que, como el judaísmo o el cristianismo, se alimentan de miedo(s), que identifica un gigantesco monstruo creado por Dios, vinculado al Diablo y a la mar; el Génesis, Isaías, el Libro de Job, los Salmos,... están llenos de intimidatorias referencias a él y Thomas Hobbes, filósofo político que en el siglo XVII desarrolló teorías sociales tan contractuales como las de sus coetáneos Locke y Rousseau, pero más coercitivas, fue autor de “Leviatán” (1651), contra la libertad de conciencia de la Reforma y que, según él, conducía a la anarquía, pues el estado de libertad natural del hombre y su condición de lobo para el otro, sólo puede llevar a un permanente conflicto de todos contra todos, lo que, junto a su congénito temor -“el miedo y yo nacimos gemelos”- le hizo identificar las libertades del hombre con Leviatán y defender que, para pervivir, el hombre debía renunciar a la libertad natural, no solo no atentando contra su vida o la de otros, sino cediendo sus derechos a un poder absoluto ajeno que, al menos, le garantizara la paz, barbarie -muy extendida- impropia de un hombre capaz con obra tan importante condicionado, insisto, por el miedo; se trata del Estado que, en 1848, en el Manifiesto comunista Karl Marx y Friedrich Engels identificaban con un complejo aparato coactivo, forjado como instrumento de poder por las clases dominantes, definiéndolo, lógicos y exactos, ¡ay, la PSOE!, comola junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa, sobre cuyo dialéctico conglomerado contradictorio de sociedad política y civil han reflexionado los más feraces pensadores, siendo esencial la aportación de Antonio Gramsci que, al analizar lo que llama Estatolatría, diferencia claramente lo que significa el predominio de la sociedad civil, “autogobierno”, o el de la política,gobierno de los funcionarios, "burocracia" y lo pernicioso que, sin duda, resulta identificar el Estado y esto último.

Bajando a tierra y mirando con lupa -para poder verlo- nuestro pequeño inane territorio, ficticia creatura reaccionaria de los rescoldos del fascio que, manu militari, durante 40 años impuso Franco con las ideas de Girón de Velasco, observamos al más parlanchín, osado e ignaro de aquellos flechasempadronado en lo más alto de la cúpula burocrática a que trepó desde una pequeña canonjía en el autoritario sindicato vertical para difuminar lo útil de la función gestora estatal y convertirla en pordioseo ante el que -en Madrid- mande y, ahora, en obsceno ejercicio represivo a manos de esa ley mordaza que remueve de placer en los panteones a sus ancestros, pues el Pisuerga pasaba por Valladolid y había un bichito...; no debiéramos olvidar, como hacemos, que a estos pequeñitos herederos de aquellos los tribunales les prohibieron, por insultante e ilegales, 1400 Mw de molinos de aire, buñuelos huecos, y ahora regresan con trapacerías similares o aún peores, copiadas del burdo “negocio” que, con la red semafórica de la ciudad que tiene nombre de banco, tejieron Manuel Huerta y Ángel Agudo, llamándolo Santander de cable para, de forma sospechosa, facilitar kms, de fibra óptica a ONO, como tampoco debiéramos olvidar el fraude Comillas, millones tirados para poner en valor nuestro bello idioma desde una Universidad sin lingüistas, ni lo de Moneo y su excesiva cubo, ajeno a las curvas marinas del viento portuario, hoy vergüenza, solar perenne tras haber derribado la PSOE “la Diputación”, único edificio administrativo de la II República, ¡ay, desmemoria histórica!, ni la línea de 400.000 voltios que destroza Cantabria de oeste a este y aún no sabemos para qué , ni el fibroyeso, ni los Años Lebaniegos, ni los cientos de viviendas ilegales pendientes de derribo, ni lo del alto de Cuco, ni la carencia de Ley del Suelo, PROT, PSEC,..., ni los miles de millones tirados en partidos, sindicatos, subvencionados, amigos,..., corrupción a espuertas, germen de la desigualdad y el inmoral paro creciente que este Estado propicia, no debiéramos olvidarlo y rodearlos, desnudar a los políticos, ponerlos a caldo, disolver las chácharas de sus Parlamentos y abrir un nuevo proceso en que, de verdad, todos estemos, recomenzar, sanear el aire pútrido que nos trajeron y aprovechar la energía del poderoso viento de la Historia. Un sueño.


EL ROTO 30-03-2016

El gobierno de los más sabios ha sido usurpado, pues así conviene a Leviatán y a los que, sin auctóritas, mandan, por los más torpes, malvados y sumisos, mientras la economía, superestructura que nos domina con sus arbitrarias formas sociales, políticas, jurídicas,..., hace cada día más visible cómo se diluye, cual azucarillo en el agua, la razonable posibilidad de una eficiente gestión pública, desastre que todos apoyamos en silencio cuando, un ejemplo, relamiéndose babeantes impúdicos con la expectativa del festín que la mercantil PSOE y los ruines de Unidas Podemos -y, por supuesto, el resto- les anuncian con miles de millones nuestros, ¡no de Europa!, alevines de Leviatán real tan poco valiosos, prescindibles, siniestros, dañinos,... como Ana Botín -a la que ahora se ve por Valderredible- o Ignacio Sánchez Galán -al que investigan por sucios espionajes para-policiales- se burlan del resto diciendo, mientras aquí fuera diluvia, que “España se va a salir del mapa” o que “la subida de la luz beneficia a Hacienda”, ayudando a que el entallado se engalle en "su ratito". Callar golfos de  esa catadura sería tarea esencial de lo que dicen Estado, igual que lo sería evitar la insoportable vergüenza para todos que es que el padre de Yaiza, niña a la que, al tiempo del horror de Tenerife, asesinó su madre, tenga que lamentar que "las instituciones -y otros muchos- no hayan condenado, unánimes, el crimen".


EL ROTO 09-01-2016

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