121 Los domingos, cavilar
36 Covilación
Ibex 35
Fernando Merodio
06/09/2020
” ¡Pedimos el librecambio en interés de la clase obrera!
¡En interés de la clase obrera pedimos aranceles protectores! ¡Pedimos
prisiones en interés de la clase trabajadora! Hemos dado, por fin, con la única
y seria aspiración del socialismo burgués (...) reducido a una única tesis, que
los burgueses lo son y deben seguir siéndolo… en interés de la clase
trabajadora” (Marx-Engels. “El manifiesto
comunista”)
"No ha sido el virus sino
la respuesta lo que ha provocado un empobrecimiento en España; no puede
ser casual que seamos los primeros en mortalidad y repercusión económica (…)
Tienen que ser técnicos de los de verdad, que no tengan ningún peaje político
ni económico que pagar –quienes lo
analicen- para no prostituir los resultados". (Dr. Pedro Cavadas)
Me resulta
ajeno, pero creo -solo es fe- que el cabalístico Ibex 35 es un índice que refleja -dicen- la evolución del valor de 35
empresas -¿las más importantes?- en las bolsas españolas -Madrid, Barcelona,
Bilbao, Valencia- y su evolución respecto a una base que -a finales de 1989-
quien podía fijó en 3000 puntos, por lo que -más fe-, al estar hoy en unos 7000
puntos, las acciones del selecto, preseleccionado -lo cambian semestralmente con
opaco criterio- grupo valdrían más del doble que en aquel 1989.
Quienes
forman el Ibex 35 no son, pues,
siempre los mismos, varían a criterio de un grupito que -periódicamente- decide
quienes forman tan intrigante selecto clan, cuyos valores -a tenor de su negocio,
su free float o volumen de acciones
que cada uno ofrece al mercado y otros factores- cambian con el tiempo, siendo opaco
-al menos para mí- qué factores reales, además de los evidentes para todos, definen
-y si es de modo fiable, no turbio- qué acciones se contratan y cuan alto sea
su valor -¿o, acaso, su precio?- en cada momento, indicando además -dicen- el
riesgo que puede suponer su compra o la negociación de ciertos artefactos
financieros urdidos a partir de tan, opaco valor; los más crédulos de la
sociedad, junto a quienes se enriquecen con el insólito, poco fiable invento de
la brujería humana, llegan a afirmar -y mienten- que el artificio se basa en una
limpia ley de oferta y demanda y además es, pásmense, buen indicador de la
evolución/marcha de la economía española.
Pues
bien, fue la -poco fiable, detestable- gente de ese Ibex 35 la que, ratificando lo que Marx y Engels denunciaban en la
cita de arriba en su “Manifiesto”, abría
el curso político que debiera hacer frente al calentamiento global, el -para
ellos, capital y políticos, útil- virus, la ruina social, la rotura de las
relaciones humanas, la quiebra del Estado -no social- de Derecho,… en un
publicitado, elegante, fino -o sea, repugnante- acto público con el grupo
mercantil que hoy son, “progresistas”,
Sánchez, Iglesias & Co, incluso
peores que los “socialistas burgueses”
a que, en 1848, criticaran Marx y Engels; debe quedar claro que, a modo de
tiesto con flores ajadas, estuvieron quienes degradan la historia, muchas veces
admirable y heroica, de aquellas Comisiones Obreras y la -muy- vieja, agotada
UGT ¡Cómo se echa en falta el debate de ideas en torno al espectro que, decían
Marx y Engels, se cernía entonces sobre Europa.
A mediados del
siglo XIX, hace 170 años, explicaba ese “Manifiesto comunista” que los pueblos
primitivos producían para sobrevivir, siendo la propiedad de los, escasos,
medios de producción colectiva y las relaciones entre sus miembros, de
colaboración que concluía en un reparto igualitario, justo; tal era lo que, sea
o no cierto, pretendían Marx y Engels al teorizar sobre el socialismo/comunismo;
analizaban la realidad de su tiempo, 1848, y se preguntaban cómo era posible
que, siendo tantos los trabajadores que extraían riqueza de la naturaleza para
producir más y nuevas riquezas, la mayor parte de estas cayeran siempre en
manos de otros, unos pocos, respondiendo que era debido a que la propiedad de
los medios para producir no era colectiva y, además, el trabajador no era propietario
de su fuerza de trabajo, que era de unos pocos, los capitalistas, aclarando además
que capital no era igual a dinero y capitalista no era quien simplemente hubiera
reunido una cierta cantidad de éste; capital era dinero empleado en comprar
medios de producción y fuerza de trabajo ajena y capitalista quien poseía
dinero y lo usaba para apropiarse de lo que el socialismo/comunismo -no confundan
con Sánchez, Iglesias & Co- llamaba
plusvalía o diferencia entre el dinero empleado en comprar medios de producción
y fuerza de trabajo ajena y el valor de lo generado por la fuerza de trabajo del
trabajador, intentando hacer lo mismo siempre, más dinero, más compra de medios
de producción y fuerza de trabajo, más plusvalía, más…, destructivo bucle. Lo llamaron
explotación del hombre por el hombre, explicaron que genera lucha entre
explotadores -capital- y explotados -trabajo-, lucha de clases, y dejaron claro
que para poner fin a tal explotación no basta con liberar al trabajador
individual, siendo necesario emancipar, educar a toda la sociedad, pues, a
diferencia de la explotación, impuesta y mantenida por la fuerza, la
emancipación, que llegará cómo y cuando pueda, no se puede consolidar solo con
la violencia y para ser verdadera deberá estar siempre cimentada en la razón,
la inteligencia culta.
Lo que aquí ahora dice/hace el “progresismo” burgués nos aleja de ello al
eliminar en la escuela el hábito de pensar, o dividirnos en nacionalidades y
naciones -dicen que- pluriculturales, o reducir al mínimo el saber de
filosofía, historia, música,…, sustituidas por la economía, mercado, marketing,
dirección de empresa, sociología,… que le interesan; es su interés partidista,
su seguridad, la de ellos, sus migajas de poder, que se asienta en lo más negro
de la negra caverna, donde solo hay sombres y no existen las dudas del lógico
pensar del hombre complejo, reduciendo el saber a lo que a ellos conviene,
cutres aprendices de un capitalismo que -para colmo- es de bolsillo.
Da un paso más y el capitalismo (con)funde
el capital industrial, usurpador de medios de producción y fuerza de trabajo
ajenos, con el financiero, el Ibex 35
que, sin saber cómo ni por qué, solo mueve dinero -¿suyo?-, alumbrado por el -falso- brillo
del neón de grandes sociedades, artificios siniestros,… y lo mezcla -pese a ser
insoluble por esencia- con los ínfimos, sudados ahorros de asalariados que olvidan
-¿ignoran?- que el dinero honesto solamente nace del fatigoso trabajo y,
alienados ignaros, plegados a la cruel invención de quienes los explotan,
compran esas cosas -inactivas- llamadas “acciones”
con la obscena intención de -ellos también- robar plusvalía en forma de crueles
migajas ficticias de procedencia ignota y que nadie -en especial ellos- lo
note; magnífico ejemplo de corrupción moral elevada a la enésima potencia.
Daba asco ver cómo, al tiempo que
se perpetra el nuevo latrocinio bancario, CaixaBank-Bankia -que se lleva los
miles de millones de Rodrigo Rato-, bendecido por, defensor de la banca pública,
“Evita” Iglesias, que -con la boquita
pequeña que tan bien usa para engañar a sus “descamisados”- dice que, pese a ser vicepresidente segundo-social
del gobierno, no está de acuerdo, al tiempo que de rendir pleitesía al
siniestro grupo Ibex 35, tras haber
asegurado no hace mucho que nacionalizaría Red
Eléctrica, ahora impúdico, se sentaba feliz junto al pseudo “renovable” converso Ignacio Galán -sin
José ni Sánchez, acaso vulgares-, repartía carantoñas con la Ana Botín que, “progresista” ella, encabezó la ristra de
declaraciones a favor de la histérica, sucia unidad consistente en pactar lo
que sea con quien sea, pero siempre a favor de ella en la España de la desigualdad,
o no explicaba las causas de por qué aún no se ha empezado a pagar la “renta mínima –al parecer, ya no tan- vital”, o…
Grotesca coda final.- El pasado
miércoles, para no ser menos que la PSOE-UP,
Revilla se reunía en la UIMP, cultureta, con Antoñanzas, de la EDP que se comió a la antigua Viesgo, la
Secretaria de Estado de Energía, Sara Aegesen y su lobbysta de cámara, Martín
para, con verborrea tipo, aparecer en El
Delirio Montañés del jueves, 3, diciendo ”soy optimista con la pandemia, nunca más volveremos a estar encerrados”,
al tiempo de que sin -al parecer- informarle, el gobierno que -dice- presidir
confinaba a los más 11.000 habitantes de Santoña…, sin darle vergüenza de, por
hacer eso, a diferencia de millones de trabajadores serios, cobrar a final de
mes.
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