123 Los domingos, cavilar
38 Covilación
Memoria
democrática
Fernando Merodio
20/09/2020
”Pronto no se entenderá cómo fue. Surgirán
leyendas que ocultarán a los hombres vivos que no quisieron someterse y no se
entregaron porque no les parecía justo. (…) Quiero intentar hacer vivir a estas personas,
no la verdad oficial sino la verdad interior de todos nosotros (…)” (Ilsa Barea-Kulcsar. “En lugar de una dedicatoria” del libro “Telefónica")
"Sé que he perdido tantas cosas que no podría
contarlas y (...) ahora son lo que es mío (...) Sólo el que ha muerto es
nuestro, sólo es nuestro lo que perdimos (...) Nuestras son las mujeres que nos
dejaron, (…). No hay otros paraísos que los paraísos perdidos". (Jorge
Luis Borges."Posesión del ayer"
de "Los conjurados".
Ayer
sábado, al tiempo que El Roto dejaba
dicho algo tan obvio y amenazador como que "hay indicios de que el virus también se contagia por los medios",
Daniel Gascón se afanaba husmeando alguna -mala- utilidad actual a la Guerra
(in)Civil y la dictadura y abría su opinión constatando que cuando las Cortes
Generales se han rendido -seis meses sin casi legislar- al turbio arbitrio del decreto-ley,
los muertos -parte importante, por la desidia y el caos de nuestra
"heroica", quejica y bien dotada Sanidad- han superado en un 25% lo habitual
y la objetiva/técnica Funcas nos augura
una caída del PIB del 13%, los peores datos de Occidente, el gobierno -que nos
hemos ganado- pone tal guerra y dictadura de hace decenas de años en primera
fila legislativa.
Si la
"memoria histórica" siempre
me pareció, quizás sin razón, una contradicción y que quienes la usan la trufan
con falacias, la "memoria
democrática", aún peor, me sugiere intento -con visos de éxito- de hablar
de algo que no piensan que exista, un mero recuerdo, el paraíso perdido de
Borges en el que no se cree, ajeno a la realidad, invento de canallas eternos,
intento de, como escribió Ilsa Kulcsar -mujer de Arturo Barea, el que en "La forja de un rebelde" destacó como
nota del carácter de Franco la de ser el único general que en África se atrevía
marchar al frente de sus soldados,... que le odiaban pero no se atrevían ni a dispararle
por la espalda-, pasados más de 80 años, abusar de que ya "no se entiende cómo fue" aquella
guerra, -es mejor que no sepamos- lo que hizo cada cual durante la dictadura y además
han nacido "leyendas que ocultan a
los hombres vivos que no quisieron someterse y no se entregaron porque no les
parecía justo", lo que nos permite seguir olvidando que fue Madrid, su
pueblo abandonado por una "república" huida a Valencia, el que frenó
a Franco y sus moros hasta marzo de 1939, mientras los valientes gudaris
vascos, padres de la heroica ETA y Otegui, se rendían en Santoña a principios
de 1937. Memoria.
Para
unos pocos, capital y siervos, ha sido -siempre es- muy fácil influir, manipular
la realidad, usar la descarnada mentira en su beneficio, (ab)usar del constitucional
derecho -de todos- a la información, lo que obliga a cavilar sobre lo que es la
extraña "memoria democrática",
sin la mínima conexión que permita elaborar el
silogismo entre las premisas y la conclusión -qué ocurrió entre los años 30 y 70,
qué sucede hoy y hablar de democracia-, obligando a los "progresistas" a tachar de “negacionismo” -un personaje de El Roto explica,
“yo digo a todo que sí, para que
no me llamen negacionista”- no acatar sumiso la visión maniquea, parcial
que la reciente mercantil Sánchez,
Iglesias & Co pretende dar de esos odiosos años de plomo de nuestra -no
tan- reciente historia, que ellos pretenden cerrar mal, vejando al enojoso "rechazo a aceptar una realidad -para ellos- empíricamente verificable", su falaz verdad.
Freud no
tiene una teoría específica sobre la memoria, valor muy útil para quienes la
controlan, aunque sí es un concepto presente en toda su obra al que, como Marx
y Nietzsche en sus materias, aplicó un análisis filosófico, económico,
político,... y, pues su base está en la biología neuronal, vinculada al deseo humano,
sabe que genera asociaciones, pulsiones, bloqueos,... que hacen difícil su
análisis, afectado por hechos vividos, fantasías y represiones subconscientes,...,
nuestro desarrollo libidinal.
Memoria y nostalgia van
sólidamente unidas de modo que no tenía por qué ser negativo, pero dado que
para recordar sus hechos cada cual tiene que hurgar en el caótico espacio en
que, a su conveniencia, acaldó lo vivido, sujeto a intereses y limitaciones
personales, vayan ustedes a saber cuál es esa "democracia" que quiere memorizar nuestro mercantil gobierno,
conviniendo interrogarse -lo que solo exige un mínimo vigor de raciocinio- acerca
de qué se busca en realidad y a quién beneficia tan confusa abstracción, para
acabar encontrando, siempre, el mismo beneficiario, el sucio poder oculto que
otorga el capital y como agente, tonto útil, a la pequeña burguesía
Ya en 1846 -cien años
antes de que yo, miembro activo -y poco lucrado- de la "casta del 78", naciera- Marx
escribía que "en una sociedad
avanzada, el pequeño burgués,
(...), se hace socialista de una parte y economista de la otra, (...),
deslumbrado por el lujo de la gran burguesía, a la vez siente simpatía por los
sufrimientos del pueblo. Es al tiempo burgués y pueblo (...) diviniza la
contradicción que da forma al fondo de su ser (...) y debe justificar
teóricamente lo que practica, (...)", aclarando Lenin que, en la práctica, el pequeñoburgués se
esfuerza para ocultar su ruin contradicción tras el delirio de un imposible
izquierdismo, funesto para la izquierda genuina.
Los pequeñoburgueses
forman un grupo social marginal, entre lo que eran burguesía y proletariado, casi
nunca produce, genera mínimos excedentes, se mueve por la publicidad capitalista
y, sintiéndose burgués, en realidad es un desclasado, siendo aquí hoy ejemplo
de ello el líder máximo del populismo tipo “Evita”, que, "izquierdista"
él, anheló -y logró- afincarse con su pareja -número dos de la secta- e hijos en
la sierra rica de Madrid, destrozo de la clase media-alta con los más caros
servicios y miles de tejados anaranjados,
severa agresión a la naturaleza, abuso de la falta de ordenación, donde quien
alardea de luchar contra un Franco … muerto, teme inocentes escraches o que le
llamen “rata”, en especial ocupado en si peinar moño o coleta y llevar o no un pendiente,
decisiones esenciales para un, ¡uf!, vicepresidente, que no le dejan pensar en
el paro, la desigualdad, su burla de le renta mínima vital, el latrocinio de
los Ertes o Bankia,…-, pero no le impiden alardear de "poder" cambiarnos
y derribar a "la casta" con el músculo de su selecta amistad con el
"gudari" Otegi y el "intelectual" Rufián.
“Evita”
Iglesias, rápido en alcanzar el lujo burgués, mala conciencia, subversivo él, tras
alardear de que su padre formó parte en los años 70 del fúnebre grupo
terrorista llamado FRAP, infestado -se decía entonces- por la brigada
político-social, parte del PCE m-l, escisión para debilitar al -entonces hegemónico/odiado
por la burguesía- PCE, ahora lo niega, al tiempo que promete luchar para que,
ya alcanzado por él, el lujo sea accesible -e ignoro si obligatorio- al resto;
el marxismo ha descrito a los pequeñoburgueses como freno para la izquierda,
esa que hasta los años 70, aquí de verdad, sin robar ni matar, pero con riesgo
personal luchó contra Franco y, ahora, al analizar casos como el señalado se evidencia
que los “burguesitos” son un freno feroz para toda idea de cambio, estando apoyado
el de la coleta/moño/pendiente en el aval de la identificación personal con él -que
ni llega a ser burgués- que se basa en el pacto alimenticio que rige el cercado
político que aún -cada vez menos- alardea de "poder".
Coda avergonzada
histórica.- Mientras IU, las que unidas pueden o como se llamen ahora quienes
usurpan el nombre del comunismo, se preocupan por un mini-zoo y apoyan con la
PSOE el capricho del Tenis contra una escollera de piedra y, según El
Delirio Montañés, sobre los 2,2
millones € pagados por levantarla, exigen otro millón más para retirarla, un
amigo, viejo comunista viejo, harto de lo que ve, hastiado de hablar, criticar
con otros viejos camaradas viejos, no creyendo tener capacidad para responder
sin organización política o sindical, escribe un sabio dictamen sobre lo que
está pasando… y lo que va a pasar y, por su -gran- valor, lo copio y adjunto;
denuncia indignada/avergonzada de lo que nos queda de una memoria... sin
adjetivar.
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