Lo cotidiano.24
No debemos olvidar
Fernando Merodio
01/11/2023
Amnistía, del griego “amnestia”, es “amnesia” u “olvido” y,
para dejarlo muy claro desde el principio, yo, al contrario de mi querida
compañera Rosa, con ya muchos años, aun me rijo, bien o mal, por la cabeza y
nadie dude que nunca olvidaré lo que lleva tiempo queriéndonos hacer, egoísta,
el nacional-independentismo y, reciente, su parásito/mentor, al que, por
supuesto, más pronto que tarde, habrá que exigir cuentas.
Está en juego mucho, el momento exige,
miremos hacia donde miremos da asco, lo mismo si es a España que al mundo
mundial, ¡ay, los palestinos!, al deporte o la guerra, a la sociedad, la
economía, la emergencia climática,… y, por ello, sé que hay que leer -muy- despacio,
escuchar lo menos posible palabras perversas que se lleva el viento, siendo hoy
aquí, en especial, preciso reflexionar con toda la calma para ver claro qué
ocurrió el 27 de octubre de 2017 cuando un grupo criminal (des)organizado, con desprecio
supino al -muy mayoritario- resto, sometió, con violencia, a votación
censitaria -y votó- un texto político cazurro, poco pensado -así son ellos- por
sus cabecillas, sabiendo que, además de peyorativo e injusto con aquel -muy
mayoritario- resto era, lo declaró luego el Tribunal Supremo, como sus
butifarras, una ristra de infames delitos, unos indultados con prisa por un
malo necesitado necio, y otros aún pendientes de juicio.
Aceptada maldición, el necio Sánchez el
Malo, jefe de planta de esa mercantil PSOE
que, tras los 40 años vacantes que se dieron cuando Franco y con el dinero caliente
de la corrupta socialdemocracia alemana y la criminal CIA, quiso mantener en la cárcel -¡si no llega a estar Suárez…!- a
los combativos miembros del PCE, pasado
los años y ahora el lisérgico efecto que los selectivos indultos a codiciosos
independentistas de toda laya, todos cómodos, revueltos en la maloliente plasta
de paja y boñiga generadora de su confortable calor de establo que es mayor atractivo
del “último refugio de los canallas”,
ahora exigen al Sánchez urgido algo más, la amnistía, con insolidario hedor a
egoísta derecho a decidir… lo que quieran.
No hay que olvidar, yo no olvido, cómo el
insolvente egoísmo de nacionalistas en cuadrilla proclamó una inviable,
ridícula “república catalana”, con
estructura de “Estado independiente”,
irrisoria declaración firmada, sin relevancia jurídica, el 10 de octubre por
los rupturistas de aquel parlamento
regional, tras un -como todo lo suyo- nada fiable simulacro de referéndum y
paso previo a la aprobación -por ellos- en su cámara regional de una petulante
“Ley de transitoriedad jurídica y
fundacional de la república” con un torpe “proceso constituyente, democrático de base ciudadana, transversal,
participativo y vinculante”, ¡ahí es nada!, pese a todo lo cual, su
irresoluto, cagón presidente de entonces, hoy subvencionado, con ecos de derrota
napoleónica, en Waterloo, antes de ser intérprete de una fuga ridícula en
maletero suspendía todo ello, entre quejas -susurrantes- de sus cómplices, sin
que tan ilógica ley hubiera cumplido un minuto de vida y ni un solo Estado del
mundo hiciera el mínimo gesto que indicara acoger algo de la peligrosa
patochada que el Tribunal constitucional suspendió el 31 de octubre y dictaminaba
inconstitucional el 8 de noviembre; un adefesio catalán, impropio de la -dicen
que- revolucionaria, ilustrada Europa.
Con tales antecedentes, de los que tan dañinos
criminales no han dado muestra legal alguna de contrición o, al menos, atrición,
Sánchez el Malo intenta que -ateo desde casi niño- yo -y otros muchos- comulgue
con la rueda de molino de que es “por
interés de España -¿se le atragantó tan inusual palabro?- y en defensa de la convivencia (…)” por
lo que propone “la amnistía” y no lo
hace para soldarse a su jefatura de planta,.
Siendo idéntica la etimología de
amnistía y amnesia, la semántica de ésta remite a “olvido generalizado”, mientras la de aquella, más pragmática,
pegada a tierra implica -ni más y ni menos que- el selectivo “olvido de los delitos cometidos”, aquí desleal
sedición, corrupta malversación, desordenes dañinos, tiene su concepto e
historia varios enfoques, todos presididos por el jurídicamente indeterminado
anuncio de “conseguir un bien mayor”,
reclamo que exige demostrar que su por qué y para qué buscan el interés general,
no el particular de un, dicho sea con respeto, tendero, un mero jefe de planta,
garantías de que los tratados con generosidad no insistirán en su delictiva
conducta, del sacrificio que harán para agradecer el perdón, debiendo quedar
claro que, sin duda, son criminales cuyos delitos, tapándose la nariz, olvida el
resto,…, debiendo ser resuelta, además, la espinosa cuestión de si son volátiles
datos del interés general los que inciden, al keynesiano modo, en el imprevisible
actuar de Sánchez el Malo o tal actuar es debido a que, como pienso, es la “intentio auctoris” la que rige los actos
de un mentiroso patológico ¡No podemos perdonar a los canallas, ni a quien, tan
canalla como ellos, les alienta!
Coda por el heroico pueblo de Madrid.- El
fascismo de Franco se impuso cuando tan admirable pueblo fue aplastado por las
bombas y hoy, en su nombre, quienes le bombardearon con los nazis dan no sé qué
medalla al genocida Estado judío instalado en Palestina ¡Tampoco eso lo debemos
perdonar!
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